Varias informaciones de prensa recientes dieron cuenta del caso de un grupo de trabajadores y de trabajadoras nicaragüenses que ingresaron al país, de manera clandestina, para ser explotados laboral y miserablemente, por parte de empresas ticas que no tienen escrúpulos de ningún tipo cuando se trata de burlar las leyes laborales y sociales costarricenses.
La prensa del hermano país norteño, específicamente “El Nuevo Diario”, dio cuenta de este caso, denunciando que estas personas fueron traídas al país para cortar naranjas, prometiéndoles que ganarían al día unos 50 dólares (25 mil colones, aproximadamente), pero la realidad fue otra: solamente recibirían 1.800 colones. Prácticamente, laborarían en condición de esclavitud. Afortunadamente, la Dirección General de Migración y Extranjería de nuestro país indicó que harán una fuerte y seria investigación al respecto.
Evidentemente, este no es un caso aislado ni será el último. Es un secreto a voces la naturaleza explotadora de la mano de obra migrante en nuestro país, especialmente la de origen nicaragüense, que es abrumadoramente mayoritaria. Nuestros colegas luchadores sociales y sindicales de muchos años, del Sindicato de Trabajadores de Plantaciones Agrícolas (SITRAP), encabezados por el compañero Didier Leitón Valverde, nos cuenta a menudo de cómo se trata a estos trabajadores migrantes en las plantaciones piñeras y bananeras del atlántico de nuestro país, lo cual es únicamente un grave ejemplo de explotación y sobreexplotación laboral cotidiana, silenciosa, dolorosa; que persigue cualquier forma de organización sindical.
Con seguridad, son también constantes los episodios de violación de derechos laborales a la población migrante nicaragüense en las zonas urbanas. Nosotros pensamos que debe combatirse, por todas las formas posibles, esta situación, tanto en el campo como en la ciudad. Nuestras leyes laborales y sociales, especialmente la de Libertad Sindical, deben cubrir plenamente a este conglomerado laboral extranjero en nuestro país.
Si no le entramos a corregir la sobreexplotación y explotación laboral de la mano de obra migrante, se golpea nuestro sistema de Seguridad Social, específicamente a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS); pues si los patronos inescrupulosos y abusadores no declaran planillas de este personal, o cuando lo hacen subdeclaran montos salariales, hemos de perder toda la clase trabajadora y, por supuesto, la costarricense, con los dineros dejados de percibir por cuotas obrero-patronales evadidas o subdeclaradas.
Para aportar en esta lucha y desde la perspectiva sindical, la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), de Costa Rica, ha convenido con el Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), la mayor y más representativa organización sindical del hermano país de Nicaragua; la firma de un acuerdo “Para la organización y defensa de los Derechos Humanos y Laborales de los Trabajadores Inmigrantes”.
Como dice el documento que se firmara en la capital nica Managua, el pasado 13 de febrero, “ambas organizaciones reconocen, que los trabajadores inmigrantes Nicaragüenses y de otras nacionalidades en Costa Rica, enfrentan problemas de extrema marginalidad laboral que conllevan a la violación de sus derechos laborales y humanos, sabiendo que existe una importante fuerza de trabajadores inmigrantes Nicaragüenses en el sector del cultivo del banano, piña y café, seguridad privada, actividad de comercio y servicios domésticos, la construcción, transporte colectivo y otros. Todas las formas de relación o contratación en estos sectores de actividad laboral, generalmente aparecen de forma oscura y sin una intervención tripartita generando desventajas a los trabajadores inmigrantes y nacionales en términos de condiciones de trabajo…”.
Además, el acuerdo ANEP-FNT establece “acompañar el proceso de normalización del status migratorio del trabajador inmigrante”; de la misma forma que incluye la realización de “gestiones para crear una BOLSA DE TRABAJO CON INMIGRANTES como resultado de acuerdos tripartitos…”; previendo que la organización sindical migrante bilateral que se establece en este acuerdo, “sean las responsables de la organización y recepción de la fuerza de trabajo”. Por supuesto, objetivos sumamente ambiciosos pero con un profundo contenido de solidaridad obrera internacionalista y de honda connotación humanista cristiana.
Lo novedoso de este acuerdo es que su implementación será en ciertas comunidades urbanas en las cuales residen compañeros trabajadores y compañeras trabajadoras nicaragüenses, tales como La Carpio, en San José; y Guararí, en Heredia.
Se ha pensado que estas personas que vienen al país y que de un modo u otro vienen a solventar problemas serios de fuerza laboral en varios sectores delicados de la economía nacional, como los mencionados en el indicado acuerdo ANEP-FNT, deben recibir capacitación, formación, educación y sensibilización para que sepan cómo defenderse de la explotación laboral al margen del sistema legal costarricense; para que sepan cuáles son los derechos a los cuales tienen acceso otorgados en nuestro Código de Trabajo; para que sepan cómo defender esos derechos y cómo organizarse para invocarlos, incluido el proceso de conformación de agrupaciones sindicales que les representen.
Igualmente, se pretende que comprendan la naturaleza del sistema de Seguridad Social costarricense y las responsabilidades que el mismo exige a la persona trabajadora en cuanto a su cuota obrera, al no abuso de sus servicios, a defender esta legendaria conquista social costarricense y a denunciar las irregularidades.
Esta nueva fase del convenio ANEP (Costa Rica)-FNT (Nicaragua), arrancará este viernes 22 de marzo, a las 6 de la tarde y en la comunidad de La Carpio, en el salón comunal CODECA, con una actividad oficial con representación oficial de ambas entidades. Habrá una presentación cultural saludando la experiencia. Si usted vive ahí y desea acompañar el acontecimiento, desde ya se le invita. Este es, sin duda, un notable esfuerzo, inédito en la historia del país y que abre perspectivas nuevas de trabajo de lo que nosotros pensamos acerca del “Sindicalismo Ciudadano”.