“Se conoce como ‘Manos Limpias’ (en italiano, ‘Mani Pulite’) a un proceso judicial italiano llevado a cabo por el fiscal Antonio Di Pietro, en 1992. El proceso descubrió una extensa red de corrupción que implicaba a todos los principales grupos políticos del momento y a diversos grupos empresariales e industriales. El proceso causó gran conmoción en la opinión pública, conociéndose como la ‘tangentopoli’ (‘tangente’ es soborno en italiano. (Tomado de Wikipedia).
La macrooperación judicial “Mani Pulite” que desarrolló en Italia el fiscal Antonio Di Pietro destapó un entramado oculto regulado por los partidos por el que recibían comisiones de toda obra pública en función de los votos obtenidos. La fiscalía de Milán llegó a investigar a 4.520 personas y después de tres años fueron condenados 1.233 políticos y empresarios. (Tomado de www.elperiodico.com).
Leamos de nuevo esta parte: “…El proceso descubrió una extensa red de corrupción que implicaba a todos los principales grupos políticos del momento y a diversos grupos empresariales e industriales…”.
¿No les parece que con lo del cementazo algo parecido está pasando en la Costa Rica actual? Y la Costa Rica actual de los últimos gobiernos, incluido el presente; más allá de que en las sucesivas administraciones de los tiempos del TLC ha habido (y hay) gente honesta en posiciones políticas claves. Las generalizaciones son odiosas y llevan a graves injusticias.
Pero lo cierto es que en los últimos años y en diversas situaciones se vienen manifestando “extensas redes de corrupción” en las que participan personajes de los “principales grupos políticos del momento” y con el involucramiento de “grupos empresariales e industriales”.
Don Jorge Chavarría Guzmán, el ahora suspendido (pero, en realidad, políticamente destituido), Fiscal General de la República ha salido por la puerta de atrás. Quien le ha sucedido en el cargo, la señora Emilia Navas Aparicio, enfrenta (guardando las debidas proporciones de espacio, de tiempo y de realidad), una gigantesca tarea similar a la que tuvo que ejecutar su par italiano, don Antonio Di Pietro, a principios de los años 90’s, cuando la corrupción en Italia llegó a tal nivel que su misma estabilidad republicana estaba al borde del precipicio, prácticamente de manera insalvable. En Costa Rica, hoy, emulando a Italia, ocupamos una gigantesca operación “Manos Limpias”.
El Poder Judicial, la Corte Plena, rectificó a tiempo. En atención al indetenible clamor ciudadano luego de las revelaciones periodísticas cotidianas (que parecen no parar) del escándalo del cementazo, acude a la señora Emilia Navas Aparicio para que ella emprenda la no menos gigantesca tarea de restaurarle el prestigio y la credibilidad a un órgano tan sensible para la misma estabilidad democrática del país como lo es la Fiscalía General de la República.
Pero, además, para quitarle el peligrosísimo sesgo político-partidista que se le venía imprimiendo a la misma por el ahora defenestrado, dado que él, al parecer, frenaba el desarrollo de investigaciones sobre importantes casos controversiales revelados en los últimos tiempos, de presunta corrupción, de presunto tráfico de influencias y de presunta malversación de dineros, en los que aparecían los nombres de figuras del Partido Liberación Nacional (PLN).
Las recientes desestimaciones controversiales en el caso del cementazo, se unen a otras no menos controversiales como la de la empresa brasileña OAS en el caso de la construcción de la carretera San José-San Ramón; la causa ambiental Crucitas; una presunta irregularidad para la captación de fondos en la campaña presidencial del PLN, en el 2010; recomendación de una contratación de una consultoría liberacionista para obtener una licitación de Recope; la trocha (ofensivamente llamada Ruta 1856); el tortón de Soresco (refinería china); y, dinero mal habido por un expresidente peruano y que habría terminado circulando en la entidad financiera de un banquero liberacionista. Varios de los personajes más notables, involucrados y/o señalados en estos controversiales casos, nunca fueron “tocados” por la acción de la fiscalía en los tiempos del señor Chavarría Guzmán… y, prácticamente todos, ¡son liberacionistas!
Y otro asunto extremadamente grave tiene que ver con una denuncia que, oiga usted, se acerca a los 6 años de que se presentó en la Fiscalía, sin que el señor Chavarría Guzmán resolviera nada, absolutamente nada.
Tiene que ver con presuntas irregularidades en cuanto al manejo de las finanzas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), durante el período de gestión gubernativa 2006-2010, cuando el máximo jerarca institucional también era un connotado liberacionista; y, varios de los acusados ante la Fiscalía son reconocidos como jerarcas de simpatía por el PLN.
Esos manejos financieros controversiales en la Caja serían una de las razones por las cuales, hoy en día, a la clase trabajadora cotizante del régimen de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM-CCSS), se le aumentó el aporte obrero en un 1%; y, eventualmente, en fecha próxima le subirán la edad para pensionarse y le rebajarán el monto de la pensión a recibir.
Repetimos, luego de casi 6 años de presentadas las correspondientes denuncias en los tiempos de la fiscalía del señor Chavarría Guzmán, ¡nada pasó en esto de la plata de la CCSS!
Como vemos, la operación “Manos Limpias” que deberá emprender la nueva Fiscalía General de la República es descomunal. Afortunadamente, ella misma reconoce que cuenta con personal apropiado para tan enorme tarea, caracterizado por una gran honestidad y una gran ética. Parece que ahora sí lo dejarán investigar.
El país aspira a tener una Fiscalía General de la República al servicio total de la Democracia, de la Transparencia y de la Ciudadanía. La esperanza que muchos tenemos es que con la llegada de la señora Emilia Navas Aparicio y con una operación “Mani Pulite” a la tica, pero igualmente de eficaz como la italiana, ya no haya una Fiscalía General de la República al servicio de un partido político.