Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.
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La operación de guerra psicológica y de terrorismo ideológico a que ha sido sometida la población costarricense, no tiene precedente alguno en la historia nacional. La coalición neoliberal de gobierno, que encabeza el dúo Arias Sánchez, se ha desacreditado completamente, por embustera, mentirosa, inescrupulosa y manipuladora. Nos han engañado vilmente y de manera sistemática, al punto de que cualquier reacción popular en rebeldía a tanta mentira, está más que justificada; ya sea que esta reacción sea en pequeño o en grande; individual o colectiva, típica o atípica.
Su descaro y su cinismo político es de tal calibre que, sin sonrojarse en lo más mínimo, uno de sus magistrados_ “constitucionales”_, uno de los magistrados del régimen, de apellido Sosto, ahora dice que no podrá analizar el proyecto de ley de EL ROBO DEL ICE, porque adelantó criterio a favor del mismo, en la campaña del TLC. Este mismo juez fue el que le dio el voto de mayoría al régimen, en el caso de otro proyecto clave del TLC, el del patentamiento de las semillas de los agricultores, al darle visto bueno al atropellado trámite parlamentario que tuvo. No conocemos en la historia jurídica del país, tal desvergüenza.
Por otra parte, uno de los representantes comerciales del ya decadente pero genocida gobierno gringo del Presidente Bush, el señor Christopher Padilla, de reciente visita en el país, reconoció que fueron ticos quienes incluyeron las telecomunicaciones en el TLC. Sin duda alguna, los grandes oligarcas neoliberales y sus mayordomos del COMEX.
Poco a poco, la verdad se irá imponiendo. En fecha próxima, cuando en su hogar se vuelva escandalosamente caro el pago del recibo de la luz, piense en el TLC que nos impusieron. Ya lo anunció la ARESEP. Para su casa de habitación ya no habrá más subsidio en la tarifa de electricidad. Nosotros, los de la clase trabajadora, hemos estado pagando la luz un poco más bajo de su costo real, porque las grandes empresas pagaban un poco más para que en su casa no se pagara tanto por el recibo de luz. Eso se llamó subsidio cruzado. Esto se acabó. Al empresariado le bajarán la tarifa de luz y, a cambio, se subirá en nuestros hogares. Este cambio, en lo que hasta hoy habíamos como el modelo solidario del ICE, es producto del TLC.
La magnitud de las transformaciones institucionales que ya están ocurriendo en nuestro sistema republicano de vida, producto del TLC, empiezan a mostrarse sin restricciones. Esas transformaciones incluyen profundas violaciones a la máxima ley del país, la Carta Magna, la Constitución Política que ha estado vigente desde el 7 de noviembre de 1949. La división de poderes, tal y como nos fue enseñada en la escuela, en el colegio y en la universidad, se perdió. Los valores supremos incluidos en la Constitución, que se inspiran en el humanismo cristiano, han sido relegados, pisoteados y violentados.
La gran tarea histórica que ya se asoma es la restauración de, al menos, el equilibrio en el poder. Una minoría escandalosamente adinerada, completamente corrupta, carente totalmente de ética, compró y cooptó diputados, magistrados y periodistas para garantizarse el cambio de la Constitución sin asamblea constituyente; para al verdadero asalto del poder mediante mecanismos formales. En nuestra querida Patria ocurrió un golpe de Estado “a la tica” y se ha venido posicionando lo que don Oscar Arias llama “la dictadura en democracia”. Nos corresponde a quienes pertenecemos al segmento poblacional de los y de las de abajo, que somos más, restaurar el imperio de la Constitución. Amplios caminos para la lucha cívica, en resistencia pacífica, están abiertos. En acciones pequeñas o grandes; de manera individual o colectivamente; por medios típicos o atípicos, la Constitución está en espera de que restauremos su honor.