El distinguido ciudadano economista, académico de la Universidad Nacional (UNA), don Leiner Vargas Alfaro, nos brindó mediante una comunicación digital de su autoría, información valiosísima para comprender, al menos, de manera muy general, elementos importantes acerca del negocio privado de la venta de medicamentos en el país.
Abordamos el tema a partir de la vehemente promesa electoral de campaña del actual Presidente de la República, don Rodrigo Chaves Robles, quien bajo el lema “comerse la bronca” generó no pocas expectativas de que su gestión gubernativa estaría centrada en combatir el altísimo costo de la vida que sufre la mayoría del pueblo costarricense; dada la existencia de notables monopolios y/u oligopolios que por la naturaleza de su poderío económico-político, desangran las finanzas familiares sin que hasta la fecha alguna autoridad les haya puesto freno pero de verdad.
Don Leiner nos da, para empezar, este dato espeluznante: el mercado del negocio privado de los medicamentos mueve en nuestro país, al año, unos mil millones de dólares ($1.000.000.000). Esto es casi 600 mil millones de colones, cerca de un 1.5% del Producto Interno Bruto (PIB). Muchas preguntas surgen al respecto. Tan solo una: ¿cómo serán las declaraciones tributarias de las entidades corporativas que están participando en este gran negocio?
Y, aquí, en el plano de las entidades corporativos, don Leiner nos indica que, básicamente, son cuatro firmas las que controlan tal mercado del negocio privado de los medicamentos; especialmente, en sus respectivas fases productiva y comercial. Es decir, un clásico oligopolio en toda la extensión de la palabra y de su significativo político. De manera indudable, es este un gran poder de facto en el conjunto de las relaciones políticas del país.
Para don Leiner, la administración gubernativa actual no ha tenido las agallas suficientes para enfrentarse a ese “monstruo”. Nosotros creemos lo mismo. Y, en tal sentido, apelando a la famosa frase de campaña de “comerse la bronca”, nos da dos propuestas que, sin duda alguna, representarían gigante desafío a ese poder, pero de increíbles proyecciones para las economías familiares, especialmente las de la clase trabajadora.
Hacemos nuestro el emplazamiento de don Leiner al Presidente Chaves. Uno. “Cómase la bronca”, Presidente Chaves, autorizando que las farmacias de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), pueden comercializar, al menos, los 25 medicamentos de mayor demanda por parte de las clases populares y medias, estableciendo un pequeño margen de razonabilidad para apoyar las amenazadas finanzas de la Caja. ¿No es que estamos en épocas de competencia? Se pone al sector Público a competir con el privado en este ramo de la venta de medicamentos.
Y, alternativa o paralelamente, imponer una regulación-establecimiento del precio de esos 25 productos de modo tal que en las farmacias se cobre lo justo no lo especulativo.
Pero, sin duda alguna, la propia Asamblea Legislativa puede meter mano en el asunto. No puede permanecer mirando para otro lado. Podría este servidor pecar de ignorante por desconocer que ya hay una o varias iniciativas para bajar el altísimo precio de los medicamentos y que están presentadas para su trámite parlamentario.
Si así fuese, ojalá me lo aclaren. Pero, en todo caso, ese no es el punto. La clave es impulsar la legislación del caso para que, al menos, la Caja pueda vender esos 25 medicamentos fundamentales.
Sin embargo, soy escéptico. La desigualdad, la exclusión económica, así como la precariedad, el congelamiento y la pobreza salariales no parecen ser temas “sexis” de la actual Asamblea Legislativa.