La democracia costarricense, como institución y como proceso histórico, desde la fundación de la Segunda República, en 1949, ha demostrado su estabilidad y fortaleza, lo cual ha sido, sin ninguna duda, un factor de desarrollo humano, social y económico.
Los diversos actores sociales y la ciudadanía han aceptado las reglas y los resultados de la decisión popular en cada proceso electoral; y los resortes y contrapesos de las organizaciones de la sociedad civil han desempeñado su papel de control político, en mayor o menor medida.
Las próximas elecciones municipales de este domingo 7 de febrero de 2016, para alcaldes, regidores y síndicos; la de alcalde tan reciente, apenas desde 1998; y, más reciente todavía, la separación de las elecciones municipales de las presidenciales y de diputados; demuestran que las instituciones democráticas van cambiando con el tiempo, que el perfeccionamiento de éstas es un proceso y que, de ninguna manera, se puede dar por acabado.
Pero para que nuestra democracia y sus instituciones funcionen, debe fortalecerse también la ciudadanía. Toda persona, sin importar su condición o estrato socioeconómico, es una pieza importante en el tejido de la nación, todos y todas somos importantes.
Fortalecer la ciudadanía es ir a votar y, algo más: es también ser actor y vigía de las acciones que ocupan los funcionarios elegidos popularmente; es ser promotor de proyectos, ideas, agendas de trabajo para que sean implementadas a nivel local. Ser ciudadano es comprometerse, hombro con hombro, con nuestra comunidad y el trabajo de los gobiernos locales.
Por ello, en las próximas elecciones municipales, la ANEP mantiene su autonomía e independencia de las diversas opciones partidarias, sean cantonales o nacionales; eso sí, celebrando que existen diversidad de opciones y alternativas, y alentando a que todo ciudadano y ciudadana participen con libertad de conciencia en dicho proceso, el cual fortalece nuestra democracia.
La independencia partidaria de la ANEP nos permite alejarnos de cualquier compromiso político, y nos permite coincidir con cualquier acción positiva, cívica y honesta, venga de donde venga.
En ese sentido, exhortamos para que cada persona que acuda a las urnas, lo haga con espíritu ciudadano, con plena conciencia de que está ejerciendo el poder y que éste va más allá de ser un simple “elector” y más allá de un día votación; y que sin mediaciones clientelistas o campañas mediáticas rimbombantes, su criterio se incline por la alternativa que críticamente estime como más conveniente para ejercer el gobierno local.
¡Todos y todas a votar! A informarnos, a interrogar sobre las diversas propuestas y, si pese a todo, no encuentra una opción por la cual inclinar su preferencia y dar su voto, manifiéstelo en las urnas anulándolo, que su inconformidad o preferencia se refleje y se contabilice en los resultados finales; que no sea un puñado de acólitos incondicionales quienes decidan por su comunidad, su distrito, su cantón, y su desarrollo. Pero, preséntese en la urna electoral y fortalezca esta parte de la institucionalidad democrática que todavía nos queda.
ANEP, como sindicato que aboga por la Libertad Sindical y el Trabajo Decente como componentes fundamentales para el desarrollo local y nacional y para el fortalecimiento de Democracia, llama a su membrecía municipalista a votar en las próximas elecciones municipales, con alegría y con respeto; que se informe adecuadamente sobre la oferta electoral en su cantón y para que su elección sea para aquellas personas comprometidas con la Libertad Sindical, el respeto a los derechos laborales y con verdaderos anhelos de transformar a los municipios en modelos de gestión y administración, totalmente transparentes, que respondan a las necesidades ciudadanas.
ANEP, con presencia sindical organizada en, prácticamente, el 75 % de las municipalidades del país, aspira a que las relaciones obrero-patronales con todas las autoridades que resulten electas en los comisiones de este domingo 7 de febrero de 2015, se desarrollen dentro del marco de la Constitución, de los convenios internacionales firmados y ratificados por el país en materia de Derechos Humanos y con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con base en la Ley No. 9343, de la Reforma Procesal Laboral (RPL), misma que entrará en vigencia en julio de 2017.
Además, esperamos que en este nuevo período político de los gobiernos locales, podamos impulsar, con sistematicidad, nuestros planteamientos del SINDICALISMO CIUDADANO; comprometiendo el accionar de nuestros y de nuestras dirigentes de la ANEP en la base de las municipalidades, ligado a una cercanía ciudadana fiscalizadora, de potenciación del servicio público municipal, contra toda forma de corrupción y por la transparencia, por un quehacer altamente eficiente y eficaz.
Nos oponemos a toda forma de actividad lucrativa con los servicios públicos municipales, ya sea por privatización directa de los mismos, o por las variadas formas de tercerización que, finalmente, harán que las arcas públicas comunales alimenten bolsillos privados.
Dentro de este planteamiento de SINDICALISMO CIUDADANO, ANEP pretende divulgar al máximo en cada cantón, las perversidades que implica para los servicios públicos municipales el pretendido Acuerdo Multilateral de Comercio de Servicios, más conocido por su siglas en inglés, TISA (Trade In Services Agreement); mismo que habrá de propiciar la práctica totalidad de los servicios públicos que de propiedad estatal todavía quedan en Costa Rica. Los de las municipalidades no serán la excepción.
La Democracia comienza a erigirse como una casa, desde sus cimientos, desde sus componentes más básicos y fundamentales, si la construimos todos y todas, desde la base, desde lo local; no desde la cúspide de los caudillismos verticales tradicionales. El rostro de la democracia lo tenemos que encontrar en su vecino o vecina, en su barrio, en su entorno inmediato, en la sociedad que soñamos y que todos y todas merecemos y debemos exigir.