Este jueves 24 de marzo se cumplen 40 años de uno de los acontecimientos más terribles, más criminales, más dolorosos y más crueles en la historia popular contemporánea de nuestra querida y sufrida América Latina.
El miércoles 24 de marzo de 1976, con el apoyo del gobierno de entonces de los Estados Unidos, encabezado por el presidente Gerard Ford, la más cruel dictadura militar en la historia de la Argentina se instauró, encabezada por una junta militar compuesta por lo que años más tarde se constataría como genocidas responsables de inenarrables atentados contra los más elementales Derechos Humanos.
Liderada por el teniente general Jorge Rafael Videla, como Presidente, junto al almirante Eduardo Emilio Massera y el brigadier Orlando Ramón Agosti; a sangre y fuego reprimieron al pueblo argentino, a todas sus organizaciones populares, sociales, sindicales y políticas, generando el tétrico episodio de los detenidos-desaparecidos: una herida profunda en el alma argentina y latinoamericana que todavía, a 40 años después, no cicatrizará jamás.
En nuestra particular condición de militante sindical y luchador social contra el neoliberalismo depredador y criminal, por una sociedad profundamente humanista y realmente justa y democrática, rendimos respetuoso y profundo homenaje a los y a las colegas sindicalistas y luchadores sociales de la Argentina que fueron sacrificados en el “altar del dios mercado”, llegándose hasta la espantosa cifra de 30 mil personas detenidas-desaparecidas, muchos de las cuales eran militantes y dirigentes sindicales, representantes obreros, activistas, delegados, asesores, simpatizantes, de las agrupaciones laborales y similares.
Según datos de la Comisión Nacional de Detenidos-Desaparecidos (Conadep), establecida para esclarecer la verdad e imponer la justicia, una vez que retornó la democracia a la Argentina, en 1983; de las 30 mil personas detenidas-desaparecidas tenemos que:
· el 43.23 % tenía entre 16 y 25 años al momento de su arbitraria detención;
· el 62.0 % desapareció luego de su secuestro de sus propias casas de habitación;
· el 62.0 % fue raptado en horas de la noche;
· el 24.6 % fue secuestrado de manera violenta en la propia vía pública, en la calle;
· 500 niños y niñas fueron desaparecidos por esa cruel dictadura.
· Y, hoy, 40 años después, 116 bebés robados a sus madres originales que detenidas los parieron para luego ser desaparecidas ellas; ya adultos descubrieron su verdadera identidad original pues habían sido robados por militares, adoptados por éstos o por allegados a la dictadura.
El actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, luego de su histórico viaje a Cuba, visitará la Argentina y, precisamente, estará en este país el día del 40 aniversario de la instauración de la genocida dictadura militar cuya política económica se inspiró en el neoliberalismo, mostrándonos la esencia terrorista, criminal, asesina y genocida de esta corriente económica sanguinaria.
No sabemos si el presidente Obama hará un “mea culpa” por los crímenes de la dictadura argentina que con el respaldo activo de la Casa Blanca fue capaz de los más espantosos tormentos, torturas y asesinatos de esas 30 mil personas luchadoras sociales por una sociedad realmente justa y democrática.
Dentro de los inenarrables episodios de la crueldad de la dictadura terrorista militar-neoliberal argentina, destaca el macabro caso de los “vuelos de la muerte”.
Los detenidos, luego de espantosas sesiones de tormento y tortura eran sedados, subidos a aviones y en pleno vuelo, lanzados al mar en el estuario del Río de la Plata y/o en el mismo océano Atlántico.
Por ejemplo, están profundamente documentados unos 5 mil casos de esta genocida práctica de personas que eran retenidas en la temida ESMA, la Escuela de Mecánica de la Armada, ubicada en el pleno centro de la capital argentina, Buenos Aires.
En el Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia que observa el pueblo argentino cada 24 de marzo, desde Costa Rica, en la América Central, enviamos a sus organizaciones obreras y a sus actuales dirigencias sindicales y sociales, nuestras muestras del mayor respeto y la más profunda solidaridad por los sufrimientos tan espantosos vividos por vuestros antecesores durante los años de la dictadura militar terrorista-neoliberal que dio paso a una de las más crueles matanzas de “limpieza” político-ideológico jamás emprendida en la historia latinoamericana, con una especie de “ingeniería social” vía exterminio físico a través de la detención-desaparición de personas.
Tanta sangre derramada, tanto tormento y dolor indescriptibles, tanta criminalización genocida de la organización y de la protesta social, tantos congéneres de la lucha social y sindical detenidos-desaparecidos, representan parte del alimento humanista, moral y ético que sigue, a 40 años de tan abominable acontecimiento, dando sustento a las luchas sociales de los pueblos latinoamericanos que siguen ofrendando sus mejores exponentes y abanderados; como el caso de la líder indigenista y ecologista hondureña, Bertha Cáceres, asesinada recientemente por la misma avidez de la codicia genocida del neoliberalismo que tanto dolor causó al pueblo de la Argentina.
En el Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia que conmemora este jueves 24 de marzo de 2016 el pueblo argentino, a 40 años del golpe de Estado terrorista neoliberal, elevamos una plegaria a El Creador por todos esos compañeros y por todas esas compañeras, personas detenidas-desaparecidas que ofrendaron sus vidas por el amor a sus prójimos de clase.