01/04/2008
En las ciencias sociales en general, y en la economía en particular, también es posible encontrar indicadores que, como las pintas, nos permiten augurar el comportamiento de las principales variables durante un periodo determinado.
Desde luego, tanto los que creen en las pintas como los que dan crédito a los vaticinios de los economistas, deben estar preparados para sufrir decepciones; que algunos colegas después justifican porque las condiciones cambiaron, sucedieron eventos imprevistos, o las explosiones solares y la radiación modificaron el comportamiento de los consumidores, los productores y los inversionistas.
Dicho lo anterior, me aventuraré a hacer algunas conjeturas sobre el desempeño de la economía costarricense en 2008. Ojalá no tenga que morderme la lengua en las futuras fiestas del mercado, es decir, en las próximas navidades.
En materia de producción, seguramente el crecimiento será menor que el de los dos últimos años. Esto por cuanto el motor externo posiblemente se desacelerará como consecuencia del menor ritmo de la economía mundial a causa de la crisis financiera de Estados Unidos y el elevado precio del petróleo.
En el sector externo, veremos un aumento en el déficit comercial, consecuencia de una menor tasa de expansión de las exportaciones, explicada por la contención del crecimiento mundial y por la pérdida de competitividad de la producción costarricense con alto valor agregado nacional. Por su parte, las importaciones aumentarán más rápidamente a causa de la revaluación del colón.
Este comportamiento de la balanza comercial podría ayudar al Banco Central a sostener la nueva política cambiaria, ya que la acumulación de reservas internacionales sería menor o incluso podría menguar, siempre y cuando, como también es de esperar, la inversión extranjera, especialmente la destinada a bienes raíces, se contraiga debido a la situación internacional.
En el campo fiscal, todo dependerá de la política del Gobierno en relación con el gasto público. El esfuerzo realizado en materia de ingresos ha dado buenos resultados, pero es difícil que la tasa de aumento de la recaudación pueda sostenerse este año. De tal manera que el déficit estará en función de los giros y transferencias del Ministerio de Hacienda y de las finanzas de los entes descentralizados.
En materia de precios, no es de esperar una reducción significativa. Lo que hemos visto en 15 meses es que el efecto inercial del tipo de cambio sobre la inflación es bastante exiguo y que hay otros factores, coyunturales y estructurales, que ejercen presión sobre el índice de precios y aún están presentes.
En cuanto al empleo y la pobreza, los resultados de 2007 serán difíciles de mantener y de superar este año. La sostenibilidad dependerá no solo de las políticas de Gobierno sino también de las condiciones del mercado y del comportamiento económico global.
En relación con la desigualdad, si no se toman medidas específicas para lograr una distribución más equitativa del ingreso y de la riqueza veremos con preocupación que la brecha social continúa ampliándose en los próximos meses.
Así pinta la economía nacional. Ojalá el sol fuera más radiante.