Buses: y ahora… ¿quién podrá defendernos?

Ahora resulta que don Dennis Meléndez Howell, hasta hace poco Regulador General de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), nos aparece derramando lágrimas de cocodrilo porque está denunciando que las personas usuarias del transporte público modalidad autobús, están siendo expoliadas, dice él, por el poderoso gremio corporativo del gran empresariado autobusero.

¿Por qué no lo dijo cuando tenía el ejercicio de dicho cargo? ¿Por qué guardó silencio cómplice si ya sabía de esa expoliación, ese expolio, en contra del bolsillo que el corporativismo autobusero hace todos los días y, al menos, dos veces diarias, de las personas de la clase trabajadora (la asalariada y la que no lo es, entre éstas las desempleadas), cobrándoles tarifas más altas, que no deberían ser lo que son ahora? Entendemos por expoliación o expolio, la apropiación de forma violenta o injusta de algo que pertenece a otra persona.

Si usted que lee esto y todos los días ocupa transportarse en autobús, de la casa al trabajo y viceversa, para hacer vueltas, etc., sepa que la tarifa que pagó al subirse a ese autobús, podría ser mucho menor de lo que le cobraron y, por tanto, usted está siendo víctima de expolio a su bolsillo, pues hay casos en que el pasaje está costando hasta un 40% más de lo que realmente uno debería pagar. El propio señor Meléndez Howell nos lo denunció y, de seguro, producto de un ataque de conciencia y/o de arrepentimiento.

Este ciudadano fue conocedor del demoledor informe producto de un estudio realizado por el Programa de Desarrollo Urbano Sostenible (Produs), de la Universidad de Costa Rica (UCR), contratado por la misma Aresep que él dirigía, estableciéndose conductas inescrupulosas de integrantes del gremio corporativo del gran empresariado autobusero; al utilizarse datos falsos para obtener más ganancias de las justas; ya sea porque indican la realización de más carreras de las que vienen efectuando y/o tienen autorizadas, a fin de inflar los costos operativos; o, por el contrario, tirando a la baja los datos del pasaje que transportan para decir que como viaja “poquita” gente en sus buses, deben cobrar más dados esos costos operativos.

Pero el señor Meléndez Howell con semejante estudio en la mano no hizo nada y, al menos, debió entregarlo al Ministerio Público. Finalmente, ¡nada pasó! El expolio a su bolsillo como usuario de bus continúa impunemente. Ese gremio corporativo del gran empresariado autobusero les ganó la partida a los usuarios de buses.

Recientemente, a “petición” de ese gremio corporativo del gran empresariado autobusero, el del expolio, el Presidente Solís Rivera destituyó a su Viceministro de Transportes, el señor Sebastián Urbina Cañas, dado que éste, al parecer, agarró la bandera a favor del interés de las personas pasajeras de buses y planteó poner en práctica dos grandes medidas para parar el expolio con las tarifas: la sectorización y el cobro electrónico del pasaje. Si hay intimidades políticas en esta destitución más allá de las que han sido notoria y mediáticamente divulgadas, no lo sabemos. Pero lo real es que gremio corporativo del gran empresariado autobusero les ganó, otra vez, la partida a los usuarios y usuarias de buses.

Hace seis años, desde el 2010, estaba lista una nueva metodología para poner en práctica el real cálculo de cuánto debe ser la tarifa de autobús. El señor Meléndez Howell la tuvo en su escritorio todo ese tiempo. Esa nueva metodología nunca se puso en práctica. Esperamos que él, en un segundo acto de arrepentimiento, de mea culpa, de remordimiento por el expolio que sufren las personas usuarias de los servicios de autobús, nos cuente las razones que mediaron para que esa nueva metodología estuviera congelada durante los últimos seis años, repetimos, favoreciendo la continuidad en el tiempo del expolio con las tarifas de autobús.

¿Qué presiones sufrió? ¿Cuáles políticos intervinieron? ¿De qué partidos? ¿Hubo pagos indebidos? ¿De qué calidad eran las respuestas de la Aresep cuando enfrentaron recursos ante la Sala IV en contra de la aplicación de esa nueva metodología que favorecía al usuario?…
¡Muchas dudas deja usted, Sr. Meléndez Howell, en su paso por la Aresep y específicamente en esto de las tarifas de autobús, por más arrepentimiento que ahora esté mostrando! Durante su gestión, lo real es que el gremio corporativo del gran empresariado autobusero le ganó, otra vez, la partida a los usuarios de buses, varios miles de los cuales pagan el dinero para transportarse con muchísimo sacrificio y limitaciones.

Ahora resulta que el nuevo Regulador General de la Aresep, don Roberto Jiménez Gómez, amplía el plazo de congelamiento de la aplicación de esa nueva metodología para ajustar las tarifas de autobuses, muchas de las cuales estarían infladas hasta en un 40%, según la denuncia de su antecesor en ese cargo.

Es que alguien podría creerle, en serio, al señor Jiménez Gómez, de que es necesario, ¡luego de seis años de espera!, crear una comisión para “…analizar la nueva metodología, aclarar dudas e inquietudes”; argumento falaz que él da para que la gente usuaria de los servicios de autobús siga siendo expoliada, todos los días, cuando paga para subirse al bus que ocupa. ¡Qué va! También se va a repetir la historia y es que aunque haya un nuevo Regulador General de la Aresep, lo real es que ese gremio corporativo del gran empresariado autobusero les sigue ganando la partida a los pobres e indefensos usuarios de los servicios de autobús.

Todas las personas usuarias de los servicios de autobús estamos, en estos momentos, preguntándonos: “y ahora… ¿quién podrá defendernos? (parafraseando la famosa frase de la comedida mexicana del inolvidable y querido Chespirito).

Varias voces político-parlamentarias de renombre están ahora planteando que las sesiones del Consejo de Transporte Público (CTP), donde se ve todo esto de las líneas de autobús, se hagan transparentes, se transmitan por internet, se puedan monitorear en vivo, se pueda asistir a las mismas como puede irse a las barras legislativas… Pero, al parecer, depende de que el Sr. Presidente Solís Rivera lo ordene. O sea…

“Una reciente renovación de concesiones bastante cuestionable, nos terminó de convencer de que nada bueno puede esperar un usuario de bus de parte del CTP. Aunque preferiríamos una profunda reestructuración, que políticamente no se ve viable, al menos sus sesiones deberían ser totalmente públicas, totalmente transparentes”. Esto lo planteamos en comunicado de prensa de la ANEP, fechado sábado 9 de abril de 2016, bajo el título “Ante presuntas triquiñuelas y aparentes engaños embusteros para tener tarifas más altas… Autobuseros inescrupulosos merecen enérgica condena y cancelación de concesiones… Ministerio Público debe intervenir”. Nada pasó, por supuesto. El gremio corporativo del gran empresariado autobusero les sigue ganando la partida a los pobres e indefensos usuarios de los servicios de autobús.

Reiteramos, todas las personas usuarias de los servicios de transporte público modalidad autobús, debemos preguntarnos, llamando a Chespirito: “y ahora… ¿quién podrá defendernos?

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