Pero un malhadado día llegaron los neoliberales y comenzaron a hablar de privatizarla, de la maravillosa situación que empezarían a vivir los mexicanos cuando tuvieran – ¡Oh dicha que sólo concede la globalización y la apertura de los mercados! – la hermosa oportunidad de “escoger la empresa que yo quisiera para contratar mi servicio de telefonía. La Libertad, añorada libertad, de escoger y escoger…”.
Y ahí mismo les llegó el TLC que anunciaba – con bombos y platillos, igual que hoy en Costa Rica- un nuevo amanecer para México. Todo sería un encantado país. Las mañanitas que cantaba el Rey David serían el nuevo himno del país azteca, los campos florecerían por doquier, ya no existirían los “mojados” que arriesgan a diario la vida para cruzar la frontera e ir a buscar la tierra de la libertad en EE.UU.…..!Qué lejos estaban los mexicanos de prever el infierno que se les venía encima!
¿Eran los libertarios de Costa Rica que hasta aquí vinieron? No. ¿Era La Nación que desde entonces empezaba a esquematizar para “privatizar” cuánto servicio público existiera en Centroamérica? Tampoco. ¿Era Oscar Arias que arropado en su inusitado prestigio de Premio Nóbel empezaba a preparar su terreno para la reelección y tornarse abanderado del “neoliberalismo” en el mundo? Menos. ¿Entonces, quienes eran?
Aquí empieza entonces a develarse el misterio.
Aún los mexicanos no se terminan de lamentar cuándo permitieron que en un rápido negociado que encabezó el entonces Presidente Salinas de Gortari, Telmex le fuera vendida – es un decir, pues dada la magnitud de su infraestructura, los mexicanos dicen, en un bello eufemismo que reemplaza la palabra “robo” por la sutil “regalo” – a un poco conocido empresario entonces: Carlos Slim.
Apenas 15 años después, y montado en el fabuloso negocio que le resultó Telmex, Carlos Slim convirtió la telefonía mexicana en la que tiene las tarifas “mas caras del mundo”, donde en un risible juego que pretende hacer creer que aquí existe la libre competencia, tres empresas – de las cuales en una Slim es dueño absoluto y en otra tiene amplia participación – tienen a los mexicanos y a los que aquí vinimos mordiéndose las uñas y caminando a diario sobre carbones encendidos, para poder comunicarse entre si y a la vez pagar los altos costos que significa “un minuto” de llamada.
Un dato que no puede pasar desapercibido: Este año 2007 Carlos Slim ha sido considerado por la revista Forbes “el hombre más rico del mundo”, muy por encima del amo del software para computadoras en el mundo, la omnipresente Microsoft, Bill Gates, o de otros ricos famosos como Rockefeller o cualquier jeque árabe.
“Claro. – exclaman los mexicanos sin ocultar su frustración y enojo – si con el robo en la telefonía que nos tiene montados, quién no….”
¿Se sabe esto en Costa Rica? ¿Lo anuncia en sus noticias La Nación , La República, Canal 7 o Canal 6, o lo analiza cualquiera de los conspicuos y sabihondos economistas y comentaristas de esos diarios? ¿Los seudo ingenieros de sistemas como un tal Ricardo Trujillo que envía mails spams groseramente escritos, donde “NO HABLA” de las tarifas sino que con dudosas estadísticas de penetración de telefonía en los otros países centroamericanos pretende hacer creer que los que se oponen al TLC mienten y exageran al prevenir de lo pernicioso de este para Costa Rica?
Oscar Arias, cuyas calidades y conocimientos de economista nadie puede negar sin ruborizarse, ¿puede argumentar que desconoce esto, o al menos, podría justificarlo?
Yo, simple andariego de la vida y humano que se sabe efímero en este paso por la vida, no entiendo cómo podrían argumentar que lo desconocen, o al menos, cómo es que no piensan en los estragos que una situación así causa en tantos seres humanos…
Voy a poner unos ejemplos para que se entienda el drama que ha significado en México la privatización de su telefonía, su electricidad y su agua, así como el haber firmado su nefasto TLC con los EE.UU. y Canadá.
Suponga que en Costa Rica lograron “pasar” el TLC, y privatizaron el ICE, el INS y AyA.
Usted va y compra – ¡que dicha, como diría Malavassi u Otto Guevara! – su teléfono celular en una tienda en el mall San Pedro, y ahí mismo se lo activan con línea y todo. Nada de esperar – que “gran espera” – como en el ICE unas horas o unos días- . Ahí mismo.
¿Es todo? No. Aquí vienen los dramas.
Su teléfono le cuesta entre 25 mil y 180 mil colones. Sólo el aparato. (¿Cuál es la diferencia entre este sistema y el que tengo que aplicar en Costa Rica, donde el ICE me “pide” que lleve mi teléfono? Ninguna.
Ahora Usted deberá contratar el “Plan que desee”. Un plan cómodo, el más “barato”, lo obliga a pagar 17 mil colones mensuales y agárrese de las condiciones: Solo tiene 50 minutos de “tiempo aire” y podrá llamar indefinidamente a “Un numero telefónico que Usted escoja” pero………este numero “deberá ser” de la misma compañía que Usted escogió para comprar su celular, y ADEMAS estar en la misma ciudad donde compró el suyo…… “Tiempo aire” significa que si lo llaman de un celular distinto al de_ “su compañía”_ le consume tiempo…..es decir, paga por que lo llamen también….¿Ha visto Usted hasta aquí alguna “gran diferencia o ventaja” con respecto a lo que tiene el ICE????
Normalmente Usted no escoge ningún plan y entonces se somete a la “libertad” de estar comprando “tiempo aire”, que es esto: Usted va a almacencitos donde venden teléfono y ese famoso “tiempo aire” y compra…. Desde un mil quinientos colones hasta 17 mil colones….
¿Y sabe cuanto cuesta CADA MINUTO de llamada a un celular…..!300 colones!. Y a un teléfono fijo….. !180 colones EL MINUTO!!!
Saque cuentas: Con mil quinientos colones habla 8 minutos a otro celular….o 15 minutos a un teléfono fijo…..¿Comprende ahora porque Slim es el hombre más rico del mundo hoy en día???
¿Se imagina que si “privatizan el ICE” o pasa el SI al TLC usted tenga que vivir en esta angustia diaria para poder “comunicarse” con sus seres queridos o por razones de su trabajo?.
Hoy en día en Costa Rica, una persona que esté en la calle y necesite un teléfono celular para una llamada, cualquier costarricense le presta su aparato pues el costo es tan bajo , que no hace mella en nadie….¿¿sabe quien hace esto en México??? Nadie!! Ni los mas poderosos empresarios le “prestan” a usted un teléfono celular para que llame….¿Será porque los mexicanos son egoístas y perversos? No, su amabilidad y hospitalidad no les llega al costo de una llamada por celular…
Pero hay más: Sucede que Usted compró su teléfono en Alajuela, y ahí le asignaron su número. Para llamar a San José, Cartago, Puntarenas, o cualquier otra ciudad_ “fuera”_ de Alajuela, su “costo por minuto” es más costoso. Entonces Usted se viene a San José y quiere llamar a su “compa” que vive en Curridabat. Pero para que no le salga a 300 colones el minuto sino a 180 colones…..debe comprar un “chip” distinto….
¿Y qué es un chip? Es una pequeña laminita que está debajo de la batería de su celular y que es la que tiene su número. O sea, usted compra ese chip de San José- que le cuesta 8 mil colones – y “tiene ya OTRO numero de teléfono” de ahí de San José, desde el que podrá llamar a su “compa” para “solo” pagar 180 colones el minuto…..
¿Y que pasa si alguien quiere llamarlo a su numero de teléfono que compró en Alajuela? Pues no lo localizará hasta que Usted vuelva a abrir su celular, le quite el chip nuevo que compró en San José y le ponga el que tenía en Alajuela…..
¿Se imagina estar en estas todos los días? Pues esta es la realidad de si gana el SI y privatizan el ICE. Yo vivo aquí en México ahora, y es el drama en el que vivo, así me traslade de un pueblito a otro, diga Usted de Tilarán a Paraíso de Cartago….
¿Dicen esto los que aúllan por el SI al TLC? Por supuesto que No. Este es el engaño que no se puede dejar que siga imperando.
Voy con otro ejemplo: Usted va a una farmacia en Costa Rica y compra una aspirina. Y le pide al dependiente que le regale un vasito de agua para tomársela ya que lo molesta el dolor de cabeza. Y el dependiente le dice “No. Le vendo un tarrito de agua en 160 colones. Es el más barato porque normalmente vale 250 colones”. ¿Cómo reaccionaría Usted? ¿Qué sentiría?
Así es México hoy. Nadie regala un vaso de agua porque estando privatizada, es carisma.
Entonces, el costo de andar en la calle y tomar agua es entre 800 y 1.200 colones diarios. Eso es lo que hay que gastar.
Imagínese entonces a Usted como costarricense – que recibió legados de sus antepasados de ser amable, afectuoso, acogedor – convertido en un ser egoísta, que no puede ofrecerle un vaso de agua a nadie menos si es desconocido suyo, que ve un accidente en la carretera y esconde su celular para que no se lo vayan a pedir, que no se pueda comunicar con sus amistades como hoy, sin mirar el reloj y sin preocuparse del costo de sus llamadas…imagine, solo imagine un día de mañana así……
Un punto final: Existe ya un movimiento en México encabezado por muchos intelectuales de este país por recuperar – asómbrese- su opción de sembrar maíz sin pagar a la Monsanto las regalías que por acción del bendito TLC, ya los mexicanos NO pueden sembrar en su propia tierra…….
Me gustaría que un defensor de SI al TLC me refute este mensaje. Que me diga que miento siquiera en UN centavo lo que aquí he expuesto. Y que me diga que el NO al TLC no es la mejor opción que pueden escoger los costarricenses que en verdad amen su país y sientan lo que le van a dejar a las generaciones futuras……