Licenciado
Olman Segura Bonilla
Ministro de Trabajo y Seguridad Social
Licenciado
Edgar Ayales Esna
Ministro de Hacienda
Estimados señores:
Reciban un cordial saludo de nuestra parte en este año que recién comienza y que el mismo este lleno de cosas buenas para su vida y para la importante labor que desempeñan al frente de las instituciones públicas que dirigen.
La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) y la Central Social Juanito Mora Porras han venido planteando a lo largo de los procesos de negociación salarial para el sector público que se han desarrollado durante el presente gobierno, la urgente necesidad de que se realice un aumento en las bases salariales de los trabajadores y trabajadoras de este sector que tienen los salarios más bajos, y es así que en diferentes planteamientos y comunicados públicos hemos dicho lo siguiente:
“ANEP insistirá ante una eventual discusión sobre el monto del reajuste salarial del sector Público valedero para el primer semestre del año que acaba de comenzar en esos segmentos laborales de la Administración Pública central (Poder Ejecutivo) que están “ganando mucho menos”: 1) Las señoras de los CEN-CINAI; 2) los vigilantes de las escuelas y los colegios del MEP; 3) los señores que cuidan los parques nacionales; 4) el personal oficinista, técnico y de servicios; 4) las policías (Tránsito, Penitenciaria, Fuerza Pública (los rasos) y Migración). Definitivamente, en el caso de la ANEP somos claros y contundentes: queremos hablar, dialogar, construir, sobre la realidad salarial de los segmentos laborales más empobrecidos de la Administración Pública como los que han sido aquí mencionados. Nada más.”
Pero cuando hemos llegado a la mesa de negociación salarial con el Gobierno, vuestras dignas autoridades nos han dicho que se les hace imposible cumplir nuestras peticiones pues cualquier aumento o reajuste salarial a las bases salariales más bajas, significaría un incremento automático y de un alto costo para el erario público en los salarios de la clase médica costarricense. Ante esta respuesta también hemos reaccionado y hemos dicho públicamente lo siguiente:
“Hemos estado afirmando, abiertamente, que la estructura salarial futura del personal médico nacional no debe estar vinculada (o “enganchada” como es el término que nos gusta emplear), a la estructura de salarios base de importantes puestos del Gobierno Central (Poder Ejecutivo, básicamente ministerios); dado que cambios en éstos (tanto a nivel general, como en lo particular-gremial), de manera automática repercuten en los salarios base del personal médico nacional, mediante una fórmula matemática que eleva sus salarios, semestral o circunstancialmente, de manera sensible, hasta en cuatro veces más, en no pocos casos médicos.
Hemos planteado que a lo largo de los años y en los sucesivos gobiernos, incluido el actual, las fijaciones salariales en el Gobierno Central no pueden ser de mayor dimensión, pues la excusa perfecta es que las cifras de aumento que proponen los sindicatos no pueden aceptarse porque “afectan” (según se nos ha venido indicando sistemáticamente a lo largo del tiempo), el salario del personal médico, en sumas que ni las finanzas centrales del Estado ni las de la propia Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), podrían soportar dada la existencia de esa famosa fórmula matemática que tiene rango jurídico: el artículo 12 (y su correspondiente reglamentación) de la ley salarial médica.”
Sobre este tema las discusiones han sido verbales, y ni siquiera en las actas o minutas de la Comisión Negociadora de Salarios del Sector Público ha quedado plasmado el tema oficialmente, es decir, no ha dicho el gobierno y/o sus representantes en el seno de la comisión en forma contundente y por escrito, que efectivamente la Ley de Incentivos Médicos, Ley No. 6836, está definitivamente “enganchada” con los demás salarios de los trabajadores del Sector Público, de modo tal que cada vez que se genere un aumento o reajuste aún a los salarios más bajos del sector público, automáticamente los médicos reciben un incremento salarial, que en muchos casos es el doble o el triple del que recibe la clase laboral más baja que se quiso aumentar.
Es por lo anterior y sin pecar de reiterativos en nuestro planteamiento, que solicitamos a vuestras dignas autoridades, aclararnos en forma escrita, clara y a la brevedad posible (dado lo cercano de la fijación salarial del primer semestre 2014), si la situación aquí planteada es correcta; y si, nuevamente, cuando en este proceso de negociación planteemos un aumento a las clases salariales más bajas, ustedes nos contestaran que no es posible debido a lo ya por nosotros expuesto en este documento.
Esperando vuestra amable respuesta con la urgencia aquí explicitada,
Albino Vargas Barrantes
Secretario General