XXV Aniversario: Huelga de Adaptación Social
(18 al 26 de junio 1984)

El nuevo gobierno y su equipo asesor, definieron una política económica y social de corte “neoliberal”, inducida en primera instancia por la carta de entendimiento firmada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y luego, derivada de ésta la llamada_ “Ley de Emergencia”_, aplaudida por el sector empresarial, pero vista con recelo por los trabajadores y sus organizaciones.

Esta ley, entre otros lineamientos apuntó a reducir el gasto público, a lograr un incremento razonable en los ingresos y una mayor eficiencia del Estado,_ “eran vientos desestabilizadores”_, según los sindicatos.

La subregión centroaméricana vivía fuertes embates. El área estaba incendiada. La Administración Monge, en la coyuntura, abrazaría el “Consenso de Washington”, como estrategia política, ideológica y militar para aquellas naciones al Sur del Río Bravo; promovida por el Presidente Reagan y sus halcones. Costa Rica se alineó a los intereses “Usamericanos”. Renace el macartismo, los fantasmas del “comunismo”, y la desestabilización orquestada a nivel internacional”. (No obstante Monge había proclamado al mundo la neutralidad perpetua, activa y no armada de la República de Costa Rica, 1983).

Los trabajadores del sector público y sus organizaciones sindicales y gremiales vislumbraron “momentos difíciles”. En ese contexto, el movimiento sindical empezó a articular su propuesta. La ANEP impulsó su agenda. Los trabajadores –hombres y mujeres- , de Adaptación Social, desde el año 1983 venían promoviendo la incersión al Régimen de Servicio Civil (un 85% de las y los funcionarios estaba excluido), igual que el reconocimiento de la escala salarial, y los pluses salariales derivados (anualidades).

Estas arbitrariedades y discriminación administrativa, sumada a las condiciones laborales difíciles, como la de un sistema penitenciario sin políticas claras, en lo organizativo, y lo técnico en el tratamiento del privado de libertad; hizo que alrededor de dos mil trabajadores se sumaran a los paros de labores, uno el 31 de mayo y otro el 1º de junio de 1984.

Medidas que abrieron espacios de negociación, aunque estériles. La huelga inició el 18 de junio con paros progresivos, marchas y agitación que fueron, involucrando a la totalidad de los centros penales del país.
El día 22 de junio, cantidad de trabajadores concentrados en las afueras de la cárcel de San Sebastián, fueron violentamente reprimidos. Mujeres y hombres fueron llevados a la Detención General. Las principales cárceles de Adaptación Social estaban acorraladas por los cuerpos policiales. La huelga continuó (esta fecha fue decretada como día del trabajador penitenciario).

Diputados, en número significativo abogaron por el arreglo del conflicto. La Iglesia Católica en la figura de Monseñor Arrieta se ofreció como “puente de plata”, para la mediación. El movimiento se mantuvo hasta el día 26 de junio, de manera incólume, e inmune a la presión del Gobierno, las Cámaras y la prensa “dogmática”.

Con la huelga, las y los trabajadores recibieron el beneficio de la Escala Salarial, el reconocimiento de aumentos en su salario al año 1983, el pago del Riesgo penitenciario, la incorporación al Régimen de Pensiones extensivo del Registro Nacional, el estudio progresivo de ingreso al Servicio Civil. Los despedidos (19 funcionarios), fueron reinstalados.
La huelga de Adaptación social, encadenó otros movimientos de presión, articuló propuestas unitarias de las organizaciones en esos años; la ANEP como organización fue intervenida (agosto 1984) y arbitrariamente congeladas sus cuentas bancarias y la personería jurídica fue denegada.

El movimiento fue una riquísima experiencia. La articulación posible, entre los problemas laborales de un grupo de funcionarios y la correcta interpretación que hizo el Sindicato en la conducción política del mismo; que desgarró al FMI; puso en entredicho los represivos artículos 333 y 334 del Código Penal, sepultó el prejuicio y la satanización de la ideología. Dignificó a un sector de hombres y mujeres, funcionarios del Estado Costarricense, que expresaron hace 25 años: “¡Tenemos la razón y tenemos la fuerza!”.


*Historiador.

Robert L. Vesco y José Figueres Ferrer

El anuncio ha irritado a muchos. Incluso algún diputado del PLN de la actual legislatura, rompió en llanto, al referirse al tema en conferencia de prensa.
Buscó el legislador reivindicar la figura y obra del ex presidente.

En el año 1973, se registra la llegada de Vesco a nuestro país, al menos a la palestra y vinculación con figuras de la política nacional..
Vesco, fue una especia de ”padrino“ mafioso que hizo ”_su fortuna“_ dejando en la calle a varias decenas de miles de inversionistas en Europa y el propio Estados Unidos.

Amasó una fortuna de cerca de 240 millones de dólares, con la que deslumbró a propios y extraños, más en un país como el nuestro, abierto a la_ “inversión “_ extranjera de pocos esfuerzos para conocer su procedencia.

Como bien se comentó en esos años “el capital no tiene patria, y los capitalistas inescrupulosos tampoco “.

Para el Presidente Figueres, Vesco , era un inversionista que venía a desarrollar proyectos de turismo en Guanacaste, a promover obra pública a la compra de fincas y haciendas para la producción de café y caña de azúcar, aunque los ojos del mundo nos vieran con recelo y desconfianza.
“Nada menos que nuestro Presidente aparece metido hasta el cuello en este escándalo “

Lo expresó una hoja que circuló el 1 de mayo del 73.

Para los sectores de poder en Costa Rica, la llegada de Vesco, fue también un contratiempo. “Vesco con sus millones y su audacia, intervendrá en la política nacional. Esto tiene alarmados a los políticos burgueses, por una razón, es dinero abundante, que puede echarles a perder sus planes “. (Libertad Revolucionaria, mayo 1973).

El financista incursionó en la compra de tierras en la Vieja Metrópoli. Así adquirió seis haciendas en Tobosi, Pirires, San Gabriel, Balmoral, Coris y el Molino, con el gran problema para los trabajadores de esas fincas que perdieron garantías laborales adquiridas por la costumbre; como minutos al día para tomar su café, o los 45 minutos para la hora de almuerzo. Esto, porque los vendedores, las suspendieron como una forma de allanar la venta de sus haciendas.

La Anep, en esos años, era una organización –como se sabe _ muy interesada en la promoción de la cultura, el deporte y la recreación. Con una propuesta difusa y ambivalente en lo político e ideológico No obstante, ante la llegada del financista al país, y la propuesta del sindicalismo nacional, que exigía la expulsión de Vesco ; nuestra Anep, se curó en salud y expresó “ no lleva ningún propósito politiquero, ni ataque al gobierno “ ( acta 619, nov 1984 )

Sin embargo en su periódico “ El Primero “ en su editorial espetó: “ ciertamente Vesco personifica y alienta una corrupción desenfrenada que al amparo de millones de dólares, compra conciencias y acalla opiniones, y en tanto permanezca en el país, impide moralmente a nuestras autoridades castigar delitos de mucha menor cuantía si los comparamos con los 240 millones de dólares que se cobran al Sr Vesco “
En la Administración Figueres Ferrer, la Asamblea Legislativa, nombró una Comisión para que, analizara y recomendara al plenario sus conclusiones. La Comisión, no encontró nada extraño en el manejo de Vesco y su relación con el Presidente. Fue una de esas comisiones condescendientes como muchas otras en la historia legislativa.
Figueres, el Presidente en ese entonces estaba sobre el “bien y sobre el mal “
, políticamente no se lo podía tocar.

Luego de Vesco, aparecerá Mac Alpin, también inversionista de dudosa reputación, Feona, Noriega, Allen son parte de le extensa lista de colaboradores políticos de las diferentes administraciones social demócratas.

Pareciera, como hipótesis, sin afirmación histórica, que el Partido Liberación Nacional, ha sido una agrupación política que lleva en su ADN, proclives tendencias a la corrupción.

Volviendo al inicio, es probable entonces, que el candidato y su “spot” televisivo le asiste verdad, aunque obviamente en su doctrina política, nos separa un mar de diferencias.

El viaje del Presidente Monge

Mediante, la denominada “operación verdad”, buscaría conseguir adicionalmente, ayuda económica para el país.
El Presidente en ejercicio, Fait Lizano, ante la ausencia del mandatario, tendría muchas sorpresas.

El sindicalismo costarricense cupular, representado entonces por las cuatro centrales: CATD, CCTD, CUT y CTC, habían elevado a la primera magistratura, un pliego de peticiones que abarcó los principales problemas de los trabajadores y del pueblo costarricense. Con amenaza de paro incluida.

Por otra parte, los trabajadores bananeros de la_ “United Brands“_, en Golfito, inquietaban a la burocracia de la transnacional con sus peticiones. Fue el inicio de lo que sería una prolongada huelga de 72 días en la zona sur del país.

Igualmente, era perturbado el ambiente laboral en la zona bananera de Río Frío.

Además, líderes de la lucha contra el tarifario eléctrico, que exitosamente organizaron al país en 1983, replantearon sus nuevas demandas.
Para colmo de males, e irritación en Casa Presidencial; estremeció el entorno en esos días el atentado terrorista de la_ “Penca“_, que cobró vidas humanas e hirió de gravedad a trabajadores de la prensa nacional y extranjera.

El atentado tuvo como objetivo a Pastora, el ambivalente comandante nicaragüense y a su Estado mayor.

El Presidente Monge que estaba en Madrid, España, recibió la noticia “perdió los estribos; primero dijo que era obra de los sandinistas, luego dijo que detuvieran a Pastora, luego ordenó que no lo detuvieran. Naturalmente el acto terrorista subrayó algo que Monge quería ocultar, la utilización que hacen los mercenarios del territorio costarricense, como lo citó el periódico Libertad.

¡Vaya lío para Monge! En efecto, el mandatario costarricense, tenía que demostrar al mundo la validez de su proclama de “Neutralidad perpetua y no armada “, anunciada con bombos y platillos solo meses atrás.
En medio de aquel zipizape, la ANEP, iniciaba el 25 de mayo de l984, un paro de labores con dos mil trabajadores del Sistema Penitenciario Nacional, luego otro, el 31 de mayo para exigir el pago de la escala salarial adeudada a esos funcionarios, desde el año 1983.

Estos movimientos de paro y protesta, alentarán a la Organización y sus trabajadores y trabajadoras del Sistema de Seguridad a una nueva lucha: la huelga de Adaptación Social., que inicio el día 18 y culminó nueve días después el 26 de junio.

Una huelga violentada y reprimida. Un movimiento en el corazón de la seguridad del Estado. Una huelga sin precedentes, que desgarró de un zarpazo, el aparente e incólume edificio concertado entre la Administración Monge y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El movimiento conquistó el derecho a la Escala salarial de los funcionarios, y las anualidades correspondientes al salario base, además el reconocimiento de 800 colones por concepto de Riesgo policial, y la gestión de la Administración para incluir, mediante norma presupuestaria el beneficio del Sistema de pensiones del Registro Nacional a todos los funcionarios de Adaptación Social.

En la prolongada ausencia del Presidente Monge, es probable que tuvo muchos dolores de cabeza, por los acontecimientos en el país.
Por las andanzas del grupo Arde y la CIA en la frontera norte, por las exigencias del sindicalismo convergente y unitario.

Pero fue talvez, la afectación mayor, fue como la ANEP y los trabajadores de Adaptación Social, se atrevieron a violentar en una huelga de nueve días, la sacrosanta negociación con la Banca acreedora del FMI, y trastocar el no reconocimiento de pluses salariales para los funcionarios del sector público.

De ahí, que la represión no se hizo esperar. Cárcel para más de medio centenar de huelguistas, tanto hombres como mujeres el día 22 de junio, elevación a juicio de otra tanto por los oprobiosos artículos 333 y 334 del Código Penal.

En ambos sucesos, la ANEP y los trabajadores salieron airosos, gracias a la conducción política y destreza jurídica de Mario Blanco Vado y Ligia Arce, abogados de la ANEP.

En el proceso de la huelga, fue también valioso la intermediación de 28 diputados que pedían la negociación y la oportuna participación de Monseñor Arrieta como jerarca de la Iglesia Católica de San José.

El día 26 de junio se conmemora el XXV aniversario de la finalización de esta huelga emblemática de la Anep.

Viviana Gallardo Camacho

“fue asesinada por la espalda de 14 balazos, en un calabozo de la primera comisaría, por un cabo de la Guardia Civil “

El cabo Bolaños, responsable del hecho, después afirmaría en carta enviada a su defensa “haber recibido orden de matar “.

Costa Rica, en esos años postrimeros de la administración Carazo Odio, fue escenario de una inmensa campaña de represión, en la que ciudadanos costarricenses fueron arrestados, sus casas allanadas, incluso algunos detenidos fueron torturados.

Era un país crispado. Protestas y reivindicaciones promovían los sindicatos. La situación social y económica era en extremo difícil: inflación galopante, caída de los salarios, costo de vida…

Al norte de nuestra frontera la Revolución Sandinista, consolidaba su proceso. Tensión entre los países del área. Centroamérica empezó a arder.

La Ministra de Trabajo, liquidaba férreamente a los sindicatos bananeros. El fantasma del macartismo asomó sus tenebrosas manos.

La violencia inusitada con la que liquidaron a Viviana, fue una muestra de odio, prejuicio y rencor.

En el contexto, el “status quo“, no aceptó la germinación de organizaciones disidentes, de grupos soñadores abrazados a sus utopías. Grupos_ “desestabilizadores de la democracia“_, como lo proclamó la derecha. Para el Estado su único camino, la aniquilación.

Viviana Gallardo, había sido detenida el 12 de junio de 1981, después de un confuso enfrentamiento, nunca esclarecido. Percance en el que murieron tres patrulleros y dos transeúntes. Gallardo sufrió todo tipo de vejámenes y atropellos. Luego de su deceso, se reveló que la noche de su captura, fue sometida a la prueba de la parafina, la que salió negativa, demostrándose así, que no había disparado arma alguna.

Alejandra Bonilla y Magaly Salazar compañeras de la víctima, también sufrieron el ametrallamiento y resultaron gravemente heridas.

Por su parte, los ejecutores de este crimen, un mayor fue ascendido a coronel, un teniente a capitán, el sargento que recogió los casquillos, fue ascendido a teniente.

Alejandra y Magaly, fueron sentenciadas, en un juicio cargado, ilegal e irregular, como pocos conoce la historia judicial de este país. Proceso que violentó el Código penal y la Constitución política.

En este caso, la justicia una vez más fue ciega (fiel a su representación) y políticamente inducida.

Los responsables de la masacre, tanto los altos mandos como los inferiores, quedaron impunes; figura la cual, una vez más se vistió de sarcasmo y de ironía.

Fuente Periódico Libertad, l984, Pág. 5

Fue hace 25 años. . .

Como se recuerda, el Presidente Luis Alberto Monge, asumió el poder holgadamente, venciendo a su opositor Calderón Fournier por muchos votos de diferencia.

Una semana antes de asumir la primera Magistratura, en discurso pronunciado ante representantes de los partidos políticos, cámaras empresariales, sindicatos y organizaciones populares; el Presidente electo dio a conocer los principales lineamientos del “plan de emergencia” (fondo monetarista), para los primeros 100 días de su gestión:

“vamos a reducir el gasto público. La Administración Monge Álvarez, se caracterizará por su austeridad. Con ese propósito hemos acordado un conjunto de medidas de diferente naturaleza, todas encaminadas a lograr una reducción del gasto público, un incremento razonable en los ingresos y una mayor eficiencia del sector público”
(Revista Aportes, 23-85).

La Administración Monge hipotecó sus años de gobierno al Fondo Monetario Internacional y a los intereses norteamericanos, fue tónica de su administración la eliminación de plazas vacantes, la reducción del presupuesto de las instituciones públicas. Medidas, que entre otras conducirían al país a una inestabilidad social, cuyo peso se sentiría a corto plazo “especialmente cuando se inicie el despido de funcionarios y se pensionen los trabajadores mayores de 65 años” expresó la ANEP.

Las cuatro confederaciones existentes en el momento: CATD, CTC, CCTD, CUT, y el sindicalismo “no confederado”; articularon una propuesta unitaria de lucha y elaboraron un pliego de peticiones: derogatoria de los artículos 333 y 334 del Código Penal, eliminación de las ley de Emergencia, negociación del aumento salarial para 1984, e incorporación a la canasta salarial básica de los bienes y servicios que afectan directamente el poder adquisitivo del salario.

Las confederaciones en propuesta unitaria dan un plazo al 30 de mayo (1984), al Poder Ejecutivo para que responda a lo que constituyen las necesidades más sentidas de los trabajadores. El proceso de unidad en la acción, tendió redes a otros sectores: salud, bancos, industrias, bananeros, poder central y educación.

Por otra parte, el 17 de noviembre de 1983 en solemne ceremonia el presidente Monge proclamó la “neutralidad perpetua activa y no armada de la República de Costa Rica”.

En ese contexto, semanas antes la República de Granada había sido invadida y ocupada por el cuerpo expedicionario del Ejército “Usamericano”. Habían rumores de una invasión a Nicaragua. La relación entre Costa Rica y Nicaragua fue tensa; mientras que la Embajada de los EEUU anunciaba la llegada de “militares-civiles” (vaya contradicción). Las bandas contrarrevolucionarias incursionaban en el territorio nicaragüense, desde campamentos y aeropuertos nacionales. El gobierno Monge se alineaba con la política guerrerista de Reagan en Centroamérica.

Los trabajadores organizados, las juventudes de los partidos políticos del país, el movimiento estudiantil convocaron a una marcha por la paz. Contra la guerra y por la neutralidad. Estos expresaron: “el pueblo costarricense no quiere ser carne de cañón en una guerra injusta que pretenden imponernos”. Se vivía una situación en extremo peligrosa.

La unidad en la acción promovida por el sindicalismo dará sus frutos más tarde al crearse el Consejo Permanente de Trabajadores (CPT), mientras que en el proceso de maduración dos grandes movimiento de agitación y protesta golpearon a la Administración Monge: la huelga de Adaptación Social, desgarramiento directo al FMI por sus resultados y la huelga de la Unión de Trabajadores de Golfito UTG, que enfrentó a la transnacional “United Brands” con un movimiento de presión de 71 días.

El gobierno trastabilló: fue golpeado en su interior por la acción de la unión de cámaras, la Embajada Usamericana, y la prensa exasperada.

Mientras la resistencia de los hombre y mujeres conscientes, aglutinados en la organización popular luchaban por sus derechos.

La Administración Monge, pasó a la historia como un gobierno servil, incondicional a Reagan y a sus lacayos.

Recibió muchos millones de dólares a cambio de su tolerante política de “neutralidad”.

Fue un gobierno represor, conculcador de los derechos sindicales más elementales, promotor insigne del solidarismo como estrategia política para competir con el sindicalismo de clase. Carcelero de una organización como la ANEP, la que fue intervenida en agosto de 1984.

Fue una Administración que como el mismo Monge reconoció; impotente y exámine: “el FMI nos tiene del precuezo”.

CALUFA, in memorian

Sin embargo el destino tenía otra celada. Esa misma noche, en la Clínica Bíblica, Calufa partió del mundo de los mortales.

Cincuenta y siete años tenía Carlos Luis. Quedaron atrás sus fecundos años fraguados en la lucha y la esperanza.
Con solo doce años de edad, el espíritu inquieto y aventurero del joven Fallas, lo hizo formar como soldado de tropa en la guerra de Coto. Con el correr de los años fue creando su fecunda hoja de vida. Zapatero, oficio que aprendió en tres meses. Obrero bananero. Liniero, tractorista, barretero. Dirigente político, sindicalista de fuste. Más tarde Regidor en la Municipalidad de San José, luego Diputado de la Asamblea Legislativa. Revolucionario de siempre. Jefe militar en los aciagos meses del 48. También hombre querido, dicharachero y conversador.

A Carlos Luis Fallas, se le ha reconocido siempre por su aporte cultural. Mérito indiscutible son sus obras literarias, desde su primer trabajo y casi desconocida “La niña de la guitarra de las concha de colores“, adelante “Marcos Ramírez“, “Gentes y gentecillas “ , “Mamita Yunai”, Don Bárbaro, y la trilogía “Barretero“, “El taller“ y “Mi madrina“ y “Un mes en la china roja“. Antes de su muerte, se le concedió el Premio Magón, compartido con el historiador Hernán G. Peralta.

Muy pocos días después de su muerte, el Congreso de la República, escuchó la propuesta de los diputados Román Román y Gutiérrez Gutiérrez, para decretar un minuto de silencio en su honor. Diputados como Trejos Escalante, Villanueva Badilla apoyaron la iniciativa, en sus discursos reconocieron el activismo político de Calufa, (y desde luego, enfáticos en no compartir) pero más, fueron sus discursos por la producción literaria y aporte a las letras nacionales.

En 1967, el parlamentario Edwin León Villalobos propone el Benemeritazgo de las letras patrias para Fallas. Sin embargo, el Congreso, luego de la consulta a la Comisión de Honores, dispuso distinguirlo con el de Benemérito de la Patria. Un reconocimiento implícito a sus años de lucha por la justicia, la solidaridad y las consignas de su Partido. El partido Comunista.

En efecto, Carlos Luis Fallas Sibaja, fue un hombre que vivió intensamente ligado al Partido de la bandera roja y la tea libertaria. No fue fundador de éste en el año 1931, pero sí coordinador de la célula comunista en la Ciudad de Alajuela, con apenas veinte años de edad.
Fallas grabó sus primeras incursiones políticas en las luchas de los desocupados, activo en la conmemoración del primero de mayo de 1933, valuarte en la conducción de la Huelga bananera de año 34, distinguido en las luchas contra el cortesismo por los contratos ley con empresas bananeras, y eléctricas; testigo y promotor de las alianzas políticas de su Partido. Perseguido y encarcelado en el desenlace de la Guerra civil.

Fue un hombre anti-imperialista, crítico acérrimo de la Alianza para el progreso, denodado por la reforma agraria, defensor de la Revolución cubana, crítico permanente de la oligarquía y burguesía nacional. Esas sus banderas.

Alguna vez expresó: “El Partido, para mí ha sido como una escuela….más que escuela: La Universidad donde me gradué de hombre y de ciudadano ¡“ (Aguilar Marielos, 262, 1983 ).

En el centenario de su nacimiento y el 43 aniversario de su partida, recordamos hoy a Calufa, que al igual que Omar Dengo, José Mª Zeledón, Carmen Lyra, Joaquín García Monge, para citar solo algunos nombres, la sociedad costarricense, el “sistema“ les reconoce la flama de sus aportes a las letras patrias y literarias; pero se les niega, el reconocimiento a la inspiración de sus obras, las grandes luchas que han librado en diferentes momentos de su historia los hombres y mujeres de esta Nación.

* Historiador

¿Cuáles son las diez propuestas?

Desde la oferta de trabajo decente: El fomento productivo

1. Recuperación de la función socio-productiva del sistema financiero: proponemos el direccionamiento del sistema financiero hacia el sector productivo nacional a partir de la flexibilización de indicadores financieros y el establecimiento de requisitos de desempeño social y productivo.

2. Garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria y el empleo agropecuario: proponemos la reactivación de un sector importante de la economía y garantía de provisión de alimentos básicos mediante la estabilidad de precios, el fomento productivo y la comercialización a la pequeña producción agrícola y pecuaria productora de alimentos.

3. PROTRABAJO / Sistema de transferencias condicionadas para promover el Trabajo Decente: frente a las propuestas que proponen la disminución de costos de producción, sea de hecho o de derecho (flexibilización laboral y disminución de jornada así como de salarios), proponemos un sistema de “premios y castigos” que promueva la protección y la creación de empleo y trabajo decente, con cumplimiento de estándares fundamentales, que minimice los despidos por causas económicas, que desincentive la competencia desleal mediante la informalidad, e incentive la inversión social, laboral y ambiental. Consiste en un sistema de apoyo y estímulo directo a las micro, pequeñas y medianas empresas de capital nacional y a las empresas de economía social, mediante una serie de transferencias condicionadas, para mantener y promover el empleo y trabajo decente. Esto permitirá crear demanda y, además, promover un sector de la economía que posee una elevada capacidad de generación de empleo y trabajo decente.

4. Corresponsabilidad social y trabajo decente mediante infraestructura social de cuidados: frente a una propuesta de gobierno exclusivamente compensatoria en materia de inversión social, proponemos la generación de empleo y superación de barreras para el acceso de las mujeres al mercado laboral, mediante la ampliación y la creación de una infraestructura social de cuidados que aumente el ingreso de los hogares y evite la deserción escolar.

5. Hacia un nuevo papel del Banco Central: redefinición de la política cambiaria y de balanza de pagos. De no parar el experimento cambiario que actualmente se lleva a cabo en el país, será imposible flexibilizar la política monetaria del gobierno y continuaremos con tasas activas altas y con un mercado financiero sin suficientes recursos en el corto plazo. Debe avanzarse hacia una política monetaria transparente y sujeta a rendición de cuentas, que contemple de forma balanceada los objetivos de estabilidad de precios y el logro del pleno empleo, y dentro de la cual se retorne al sistema de minidevaluaciones.

Desde la demanda de trabajo decente: Poder adquisitivo y capacidad de consumo.

6. Plan solidario para rescatar a personas altamente endeudadas: Además del fomento de la producción a nivel nacional, y ante el altísimo endeudamiento y creciente morosidad existente en el país, es urgente contar con un plan de rescate financiero de las personas físicas altamente endeudadas, que garantice la reestructuración de sus deudas, la recuperación de su autoestima, la capacitación en torno al consumo responsable y la gestión presupuestaria familiar. Además se deben fijar límites en las tarjetas de crédito, al menos en términos de tasa básica pasiva más un porcentaje predefinido del 10%. Estos criterios deberían aplicarse por un período de al menos dos años, para luego en alguna medida flexibilizarse.

7. “Hecho en casa” / Promoción del consumo responsable y nacional, y promoción de mercados locales justos : Dado que entorno a cada bien y servicio nacional giran cientos de miles de empleos, se requiere dirigir nuestro consumo hacia la producción de bienes y servicios nacionales. Para ello se requiere una clara identificación de cuáles son los productos costarricenses, así como una campaña que apele a que las personas consumidoras, solidariamente, usen su dinero hacia esos productos y, por lo tanto, hacia la defensa esos empleos. Así mismo, es imprescindible el desarrollo de los mercados locales, sistemas de economía social y comercio justo y estrategias sociales de comercialización, entendidas y declaradas como actividades de interés público, que permita articular la oferta de la producción nacional, sobre todo de los pequeños productores por medio de cadenas cortas de comercialización. Esta campaña no sólo es importante en términos económicos inmediatos, sino como forma de promover hábitos de consumo responsable, y nuevas formas de relación entre las personas y con el ambiente mediante, por ejemplo, el comercio justo, la eliminación de intermediarios, el que los productos viajen menos, y que las personas consuman lo que realmente necesitan para vivir. Para hacer más eficaz esta medida, se debe acompañar de una reducción en el crecimiento de las importaciones, lo cual atenuará sus efectos en la balanza de pagos. Para ello se debe hacer un uso inteligente y socialmente orientado y consensuado del Impuesto Selectivo de Consumo.

8. Estabilidad en el empleo público: en esta coyuntura resulta fundamental asegurar el empleo público y privado. En el caso del empleo público, el gobierno central y el descentralizado, debe brindar seguridad mediante un masivo proceso de nombramientos en propiedad, tanto mediante los respectivos concursos respectivos, como de nombramientos sin oposición en los términos establecidos por la ley. De igual forma debemos congelar por un período prudencial, los procesos de despido por razones económicos o bien por procesos de reestructuración institucional.

9. Política de recuperación de poder adquisitivo y de salarios crecientes progresivos: La capacidad de consumo depende de forma directa de la política salarial. Una mayor restricción salarial, puede ser vista como razonable de forma inmediata, pero en el corto y mediano plazo generará una mayor contracción del mercado interno, y por lo tanto limitará la capacidad empresarial para sobrevivir a la crisis. En el sector público es fundamental abordar los deprimidos salarios del personal no profesional, los cuales según el mismo Servicio Civil están entre los peor remunerados. Además, tanto para el sector público como para el sector privado, es necesario mantener el poder adquisitivo — de la población trabajadora en general y de la que tiene menores salarios en particular. Para ello se quiere ajustar los salarios a la variación de los precios de la canasta básica de consumo y que los ajustes salariales dejen de responder a la inflación pasada para anticipar la inflación prevista. Así, el costo inflacionario que hoy absorben trabajadores y trabajadoras, se repartirá equitativamente entre empleadores y trabajadoras/es.

10. Propiedad comunitaria en las comunidades costeras y otras formas de acceso a la propiedad: En las comunidades costeras, la sostenibilidad de las familias depende de evitar su desalojo con el fin de construir megaproyectos que actualmente están paralizados debido a la crisis. Con megaproyectos en marcha ó paralizados, el impacto social es enorme. Por eso se debe promover un régimen de propiedad comunitaria que permita la permanencia de las familias que viven en la fila costera, así como el fomento de formas sostenibles de producción, incluido el turismo sostenible y el mejoramiento de su capacidad de consumo responsable. Adicionalmente, más allá de las comunidades costeras, es preciso generar formas de acceso a la tierra mediante el arriendo o al usufructo de terrenos ociosos.

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Disculpen la molestia

¿Es justa la justicia? ¿Está parada sobre sus pies la justicia del mundo al revés?

El zapatista de Irak, el que arrojó los zapatazos contra Bush, fue condenado a tres años de cárcel. ¿No merecía, más bien, una condecoración?

¿Quién es el terrorista? ¿El zapatista o el zapateado? ¿No es culpable de terrorismo el serial killer que mintiendo inventó la guerra de Irak, asesinó a un gentío y legalizó la tortura y mandó aplicarla?

¿Son culpables los pobladores de Atenco, en México, o los indígenas mapuches de Chile, o los kekchíes de Guatemala, o los campesinos sin tierra de Brasil, acusados todos de terrorismo por defender su derecho a la tierra? Si sagrada es la tierra, aunque la ley no lo diga, ¿no son sagrados, también, quienes la defienden?

Según la revista Foreign Policy, Somalia es el lugar más peligroso de todos. Pero, ¿quiénes son los piratas? ¿Los muertos de hambre que asaltan barcos o los especuladores de Wall Street, que llevan años asaltando el mundo y ahora reciben multimillonarias recompensas por sus afanes?

¿Por qué el mundo premia a quienes lo desvalijan?

¿Por qué la justicia es ciega de un solo ojo? Wal Mart, la empresa más poderosa de todas, prohíbe los sindicatos. McDonald’s, también. ¿Por qué estas empresas violan, con delincuente impunidad, la ley internacional? ¿Será porque en el mundo de nuestro tiempo el trabajo vale menos que la basura y menos todavía valen los derechos de los trabajadores?

¿Quiénes son los justos y quiénes los injustos? Si la justicia internacional de veras existe, ¿por qué nunca juzga a los poderosos? No van presos los autores de las más feroces carnicerías. ¿Será porque son ellos quienes tienen las llaves de las cárceles?

¿Por qué son intocables las cinco potencias que tienen derecho de veto en las Naciones Unidas? ¿Ese derecho tiene origen divino? ¿Velan por la paz los que hacen el negocio de la guerra? ¿Es justo que la paz mundial esté a cargo de las cinco potencias que son las principales productoras de armas? Sin despreciar a los narcotraficantes, ¿no es éste también un caso de “crimen organizado”?

Pero no demandan castigo contra los amos del mundo los clamores de quienes exigen, en todas partes, la pena de muerte. Faltaba más. Los clamores claman contra los asesinos que usan navajas, no contra los que usan misiles.

Y uno se pregunta: ya que esos justicieros están tan locos de ganas de matar, ¿por qué no exigen la pena de muerte contra la injusticia social? ¿Es justo un mundo que cada minuto destina tres millones de dólares a los gastos militares, mientras cada minuto mueren quince niños por hambre o enfermedad curable? ¿Contra quién se arma, hasta los dientes, la llamada comunidad internacional? ¿Contra la pobreza o contra los pobres?

¿Por qué los fervorosos de la pena capital no exigen la pena de muerte contra los valores de la sociedad de consumo, que cotidianamente atentan contra la seguridad pública? ¿O acaso no invita al crimen el bombardeo de la publicidad que aturde a millones y millones de jóvenes desempleados, o mal pagados, repitiéndoles noche y día que ser es tener, tener un automóvil, tener zapatos de marca, tener, tener, y quien no tiene, no es?

¿Y por qué no se implanta la pena de muerte contra la muerte? El mundo está organizado al servicio de la muerte. ¿O no fabrica muerte la industria militar, que devora la mayor parte de nuestros recursos y buena parte de nuestras energías? Los amos del mundo sólo condenan la violencia cuando la ejercen otros. Y este monopolio de la violencia se traduce en un hecho inexplicable para los extraterrestres, y también insoportable para los terrestres que todavía queremos, contra toda evidencia, sobrevivir: los humanos somos los únicos animales especializados en el exterminio mutuo, y hemos desarrollado una tecnología de la destrucción que está aniquilando, de paso, al planeta y a todos sus habitantes.

Esa tecnología se alimenta del miedo. Es el miedo quien fabrica los enemigos que justifican el derroche militar y policial. Y en tren de implantar la pena de muerte, ¿qué tal si condenamos a muerte al miedo? ¿No sería sano acabar con esta dictadura universal de los asustadores profesionales? Los sembradores de pánicos nos condenan a la soledad, nos prohíben la solidaridad: sálvese quien pueda, aplastaos los unos a los otros, el prójimo es siempre un peligro que acecha, ojo, mucho cuidado, éste te robará, aquél te violará, ese cochecito de bebé esconde una bomba musulmana y si esa mujer te mira, esa vecina de aspecto inocente, es seguro que te contagia la peste porcina.

En el mundo al revés, dan miedo hasta los más elementales actos de justicia y sentido común. Cuando el presidente Evo Morales inició la refundación de Bolivia, para que este país de mayoría indígena dejara de tener vergüenza de mirarse al espejo, provocó pánico. Este desafío era catastrófico desde el punto de vista del orden racista tradicional, que decía ser el único orden posible: Evo era, traía el caos y la violencia, y por su culpa la unidad nacional iba a estallar, rota en pedazos. Y cuando el presidente ecuatoriano Correa anunció que se negaba a pagar las deudas no legítimas, la noticia produjo terror en el mundo financiero y el Ecuador fue amenazado con terribles castigos, por estar dando tan mal ejemplo. Si las dictaduras militares y los políticos ladrones han sido siempre mimados por la banca internacional, ¿no nos hemos acostumbrado ya a aceptar como fatalidad del destino que el pueblo pague el garrote que lo golpea y la codicia que lo saquea?

Pero, ¿será que han sido divorciados para siempre jamás el sentido común y la justicia?

¿No nacieron para caminar juntos, bien pegaditos, el sentido común y la justicia?

¿No es de sentido común, y también de justicia, ese lema de las feministas que dicen que si nosotros, los machos, quedáramos embarazados, el aborto sería libre? ¿Por qué no se legaliza el derecho al aborto? ¿Será porque entonces dejaría de ser el privilegio de las mujeres que pueden pagarlo y de los médicos que pueden cobrarlo?

Lo mismo ocurre con otro escandaloso caso de negación de la justicia y el sentido común: ¿por qué no se legaliza la droga? ¿Acaso no es, como el aborto, un tema de salud pública? Y el país que más drogadictos contiene, ¿qué autoridad moral tiene para condenar a quienes abastecen su demanda? ¿Y por qué los grandes medios de comunicación, tan consagrados a la guerra contra el flagelo de la droga, jamás dicen que proviene de Afganistán casi toda la heroína que se consume en el mundo? ¿Quién manda en Afganistán? ¿No es ese un país militarmente ocupado por el mesiánico país que se atribuye la misión de salvarnos a todos?

¿Por qué no se legalizan las drogas de una buena vez? ¿No será porque brindan el mejor pretexto para las invasiones militares, además de brindar las más jugosas ganancias a los grandes bancos que en las noches trabajan como lavanderías?

Ahora el mundo está triste porque se venden menos autos. Una de las consecuencias de la crisis mundial es la caída de la próspera industria del automóvil. Si tuviéramos algún resto de sentido común, y alguito de sentido de la justicia ¿no tendríamos que celebrar esa buena noticia? ¿O acaso la disminución de los automóviles no es una buena noticia, desde el punto de vista de la naturaleza, que estará un poquito menos envenenada, y de los peatones, que morirán un poquito menos?

Según Lewis Carroll, la Reina explicó a Alicia cómo funciona la justicia en el país de las maravillas:

–Ahí lo tienes –dijo la Reina–. Está encerrado en la cárcel, cumpliendo su condena; pero el juicio no empezará hasta el próximo miércoles. Y por supuesto, el crimen será cometido al final.

En El Salvador, el arzobispo Oscar Arnulfo Romero comprobó que la justicia, como la serpiente, sólo muerde a los descalzos. El murió a balazos, por denunciar que en su país los descalzos nacían de antemano condenados, por delito de nacimiento.

El resultado de las recientes elecciones en El Salvador, ¿no es de alguna manera un homenaje? ¿Un homenaje al arzobispo Romero y a los miles que como él murieron luchando por una justicia justa en el reino de la injusticia?

A veces terminan mal las historias de la Historia; pero ella, la Historia, no termina. Cuando dice adiós, dice hasta luego.

Fuente: Pagina 12. Argentina.

Nosotros decimos no

Hemos venido desde diversos países, y estamos aquí, reunidos a la sombra generosa de Pablo Neruda: estamos aquí para acompañar al pueblo de Chile, que dice no.

También nosotros decimos no.

Nosotros decimos no al elogio del dinero y de la muerte. Decimos no a un sistema que pone precio a las cosas y a la gente, donde el que más tiene es el que más vale, y decimos no a un mundo que destina a las armas de guerra dos millones de dólares cada minuto, mientras cada minuto mata treinta niños por hambre o enfermedad curable. La bomba de neutrones que salva a las cosas y aniquila a la gente, es un perfecto símbolo de nuestro tiempo. Para el asesino sistema que convierte en objetivos militares a las estrellas de la noche, el ser humano no es más que un factor de producción y de consumo y un objeto de uso; el tiempo, no más que un recurso económico; y el planeta entero una fuente de renta que debe rendir hasta la última gota de su jugo. Se multiplica la pobreza para multiplicar la riqueza, y se multiplican las armas que custodian esa riqueza, riqueza de poquitos , y que mantienen a raya la pobreza de todos los demás, y también se multiplica, mientras tanto la soledad: nosotros decimos no a un sistema que no da de comer ni da de amar, que a muchos condena al hambre de comida y a muchos más al hambre de abrazos.

Decimos no a la mentira. La cultura dominante, que los grandes medios de comunicación irradian en escala universal, nos invita a confundir el mundo con un supermercados o una pista de carreras, donde el prójimo puede ser una mercancía o un competidor, pero jamás un hermano. Esa mentirosa cultura, que cursimente especula con el amor humano para arrancarle plusvalía, es en realidad una cultura del desvínculo: tiene por dioses a los ganadores, los exitosos dueños del dinero y el poder, y por héroes a los uniformados rambos que les cuidan las espaldas aplicando la Doctrina de seguridad Nacional. Por lo que dice y por lo que calla, la cultura dominante miente que la pobreza de los pobres no es un resultado de la riqueza de los ricos, sino que es hija de nadie, proviene de la oreja de una cabra o de la voluntad de Dios, que hizo a los pobres perezosos y burros. De la misma manera, la humillación de unos hombres por otros no tiene porqué motivar la solidaria indignación o el escándalo, porque pertenece al orden natural de las cosas: las dictaduras latinoamericanas, pongamos por caso, forman parte de nuestra exhuberante naturaleza y no del sistema imperialista del poder.

El desprecio traiciona la historia y mutila al mundo. Los poderosos fabricantes de opinión nos tratan como si no existiéramos, o como si fuéramos sombras bobas. La herencia colonial obliga al llamado Tercer mundo, habitado por gente de tercera categoría, a que acepte como propia la memoria de sus vencedores y a que compre la mentira ajena para usarla como si fuera la propia verdad. Nos premian la obediencia, nos castigan la inteligencia y nos desalientan la energía creadora. Somos opinados, pero no podemos ser opinadores. Tenemos derecho al eco, no a la voz, y los que mandan elogian nuestro talento de papagayos. Nosotros decimos no: nos negamos a aceptar esta mediocridad como destino.

Nosotros decimos no al miedo. No al miedo de decir, al miedo de hacer, al miedo de ser. El colonialismo visible prohibe decir, prohibe hacer, prohibe ser. El colonialismo invisible, más eficaz, nos convence de que no se puede decir, no se puede hacer, no se puede ser. El miedo se disfraza de realismo: para que la realidad no sea irreal, nos dicen los ideólogos de la impotencia, la moral ha de ser inmoral. Ante la indignidad, ante la miseria, ante la mentira, no tenemos más remedio que la resignación. Signados por la fatalidad, nacemos haraganes, irresponsables, violentos, tontos, pintorescos y condenados a la tutela militar. A lo sumo, podemos aspirar a convertirnos en prisioneros de buena conducta, capaces de pagar puntualmente los intereses de una descomunal deuda externa contraída para financiar el lujo que nos humilla y el garrote que nos golpea.

Y en este cuadro de cosas, nosotros decimos no a la neutralidad de la palabra humana. Decimos no a quienes nos invitan a lavarnos las manos ante las cotidianas crucifixiones que ocurren a nuestro alrededor. A la aburrida fascinación de un arte frío, indiferente, contemplador del espejo, preferimos un arte caliente, que celebra la aventura humana en el mundo y en ella participa, un arte irremediablemente enamorado y peleón. ¿Sería bella la belleza si no fuera justa?, Sería justa la justicia si no fuera bella?. Nosotros decimos no al divorcio de la belleza y de la justicia, porque decimos sí a su abrazo poderoso y fecundo.

Ocurre que decimos no, y diciendo no estamos diciendo sí.

Diciendo no a las dictaduras, y no a las dictaduras disfrazadas de democracias, nosotros estamos diciendo sía la lucha por la democracia verdadera, que a nadie negará el pan ni la palabra y que será hermosa y peligrosa como un poema de Neruda o una canción de Violeta.

Diciendo no al devastador imperio de la codicia, que tiene su centro en el norte de América, nosotros estamos diciendo sía otra América posible, que nacerá de la más antigua de las tradiciones americanas, la tradición comunitaria: la tradición comunitaria que los indios de Chile defienden, desesperadamente, de derrota en derrota, desde hace cinco siglos.

Diciendo no a la paz sin dignidad, estamos diciendo síal sagrado derecho de rebelión contra la injusticia y su larga historia, larga como la historia de la resistencia popular en el largo mapa de Chile.

Diciendo no a la libertad del dinero, nosotros estamos diciendo sía la libertad de las personas: libertad maltratada y lastimada, mil veces caída, como Chile, y como Chile, mil veces alzada.

Diciendo no al egoísmo suicida de los poderosos, que han convertido al mundo en un vasto cuartel, nosotros estamos diciendo sía la solidaridad humana, que nos da sentido universal y confirma la fuerza de fraternidades más poderosas que todas las fronteras con todos sus guardianes: esa fuerza que nos invade, como la música de Chile, y como el vino de Chile nos abraza.

Y diciendo no al triste encanto del desencanto, nosotros estamos diciendo sía la esperanza, la esperanza hambrienta y loca y amante y amada, como Chile: la esperanza obstinada como los hijos de Chile rompiendo la noche.

El 1º de Mayo: Día Internacional del Trabajador

En nuestro país, también se conmemora en ese día; el día de San José Obrero y en el calendario de las efemérides, la rendición del filibustero William Walter.

Resulta interesante observar, como en los años sesenta, la ”gran prensa” de este país, se lamentó por la pérdida de patriotismo de los trabajadores , al censurar a éstos, por celebrar , y desfilar en las calles josefinas en su día del trabajo. Dejando de lado la capitulación de los invasores norteamericanos, en el siglo XIX.

“es curioso que de pronto a propósito del primero de mayo, haya brotado el patriotismo de esos señores y su interés en la campaña nacional “, expresó un volante, repartido en el desfile.

La prensa nacional, como nos tiene acostumbrados, ha estigmatizado a los trabajadores y su celebración.

Para ellos, fueron preocupantes las marchas y desfiles de los trabajadores, por lo crispado del oleaje de la guerra fría y algidez internacional. Nuestro país y el resto de Centroamérica eran zonas de alta intensidad

El hecho aunque en apariencia lejana, no pierde vigencia. Hoy, la conmemoración de los trabajadores sigue siendo señalada como extraña, caduca y superada. Para decir verdad, son pocos los trabajadores que desfilamos este día.

La participación en la marcha implica: compromiso, solidaridad. Agitar las banderas contra los excesos del sistema y sus desviaciones: costo de vida, salarios, lucha contra la pobreza, sedimentos acumulados en muchos años de lucha. Hoy se desfilará contra los usos y abusos imperantes; el plan escudo de los Arias, contra la des-regulación de la jornada laboral, en especial en la empresa privada, que para paradoja de la fecha, será una jornada, en la que los grandes afectados estarán ausentes.

Lo sabemos, el sindicalismo, como expresión original de los trabajadores, fue arrancado de la esfera privada, por acción política, por omisión deliberada de los inquilinos de Zapote, muchos lustros atrás.

Los grandes movimientos reivindicativos en empresas como Catsa, Taboga, la Hacienda Juan Viñas, las fábricas Pozuelo y La Catalana, para citar algunos referentes, son hoy recuento testimonial.

La democracia costarricense, expone como llaga infecta, su falencia y debilidad; la carencia y libertad de organización sindical de los trabajadores en los sectores productivos e incluso en sectores de la administración pública.

En contrario, las grandes democracias occidentales en Europa y los Estados Unidos, hoy exponen ante el mundo, y con cierto orgullo; la férrea, fuerte y contundente organización sindical de los trabajadores, en los diferentes sectores de producción. Son organizaciones protagónicas, partícipes del devenir histórico de sus naciones,.consultadas en las grandes decisiones políticas , e invitadas a los grupos de poder y de negociación.

Organizaciones internacionales como la OIT, supuestamente encargadas de tutelar este derecho de los pueblos civilizados del mundo, hoy son entes burocráticos, escleróticos y acartonados que poco hacen, y sucumben entre viajes, dietas y artificiosas conferencias sobre derecho laboral.

El Estado costarricense, ha sido cómplice y compinche de estos desafueros.

Ojala, para bien de los trabajadores y trabajadoras de esta Nación, los partidos políticos ,- ahora en una nueva palestra electoral-, pongan el dedo en la llaga, y asuman el compromiso sagrado, de promover legislación real y efectiva por los derechos conculcados a los únicos creadores de la riqueza nacional.

Que la libertad sindical, sea verbo y no sustantivo. No letra muerta y vacía, con la cual han hecho gárgaras los gobernantes costarricenses en los foros internacionales, desde tiempos inmemoriales.

Adalberto Fonseca Esquivel, historiador.

24/04/09