INTRODUCCIÓN
La economía costarricense atravesó durante finales de 2008 y la mayor parte del 2009 por un período recesivo, en gran medida como resultado de la crisis económica internacional. Nuestra alta dependencia de la economía de los Estados Unidos impactó fuertemente a los sectores más transnacionalizados de la economía, como la industria de zonas francas, la agroexportación, el turismo y la construcción vinculada a proyectos inmobiliarios financiados desde el norte y dirigidos principalmente a ciudadanos acaudalados de ese país.
La crisis tuvo también un negativo impacto en el empleo, aumentando el desempleo abierto y el subempleo durante el 2009, lo que repercutió además en más elevados niveles de pobreza. También afectó negativamente el balance fiscal, con menores ingresos tributarios y un nivel de gasto mucho más elevado. Contrariamente, y luego de un 2008 con alta inflación, el incremento de los precios en 2009 fue el menor en muchos años, situación que con ligeros cambios se repetirá en 2010.
En este balance sobre el estado de la economía, analizamos los principales indicadores de producción, empleo, consumo, inversión, inflación, déficits fiscal y externo, ingresos y remuneraciones en lo que va del año 2010, a la espera de los resultados de la última Encuesta de Hogares, Empleo y Desempleo, que nos permitirá completar el cuadro especialmente en materia de ingresos, empleo y pobreza.
I PRODUCCIÓN Y EMPLEO.
Según los datos sobre el comportamiento de la producción interna que publica el BCCR, 2009 fue un año de recesión, mostrando el conjunto de la economía tasas de crecimiento negativas para la mayor parte del año. El crecimiento en el primer trimestre del año 2010 ha vuelto a ser positivo (1,37%), y como esperamos un resultado similar para el segundo trimestre (quizás un poco mayor), podemos afirmar que la recesión, en términos generales, ha concluido; sin bien no todos los sectores de actividad económica han salido definitivamente de la crisis. Concomitantemente el desempleo aumentó fuertemente durante el 2009, medido por las tasas de desempleo y subempleo que arrojan la Encuesta de Hogares realizada por el INEC en el mes de julio.
Sin embargo, la recuperación general iniciada a finales del 2009 tocó techo rápidamente, y actualmente varios de los sectores más importantes están desacelerando su crecimiento.
Llama también la atención, tanto en materia de producción como de empleo, las significativas disparidades que existen entre los distintos sectores económicos e institucionales. Algunos están mucho más expuestos que otros a los vaivenes internacionales, y los que mejor resistieron el embate externo fueron los servicios de mayor valor agregado vinculados al mercado doméstico.
Sector agropecuario
En el caso del sector agropecuario, este entró en recesión desde mediados del 2008 y no es sino hasta finales del 2009 que logra salir de la misma (dieciocho meses de duración). Acá nos encontramos con una fuerte disparidad interna, donde el dinamismo y la institucionalidad que lo respalda son muy diferentes según que se trate de la agricultura de exportación o la agricultura para el mercado interno. El rezago institucional y abandono del que recientemente se ha quejado la CGR es válido sobre todo para este último, y las políticas erráticas y hasta contradictorias corresponden también a este subsector, como lo demuestra los conflictos recientes en torno al frijol y al arroz.
En materia de empleo, la agricultura/ganadería perdió 4 400 empleos entre octubre 2008 y agosto 2009 (el período más duro de la recesión), y en lo que llevamos del 2010 ha perdido casi 2500 empleos “formales”, según las estadísticas de afiliación al seguro de salud de la CCSS, dato que hay que tomar con cautela, ya que la actividad agrícola suele tener una baja estacional a mediados cada año (fin de las cosechas de café, melón y caña).
Sector industrial
El sector industrial fue uno de los más afectados por la recesión internacional, especialmente por el peso de las industrias de Zonas Francas que exportan a Estados Unidos, China y Europa. Se trata de un sector que, de hecho, marca el curso de la producción interna y de las exportaciones; no así del empleo. Durante la crisis, toda la industria vinculada al sector construcción fue también severamente golpeada, lo mismo que parte de la industria alimentaria y la textil, en estos últimos casos, con repercusiones importantes sobre el empleo.
Este sector tuvo una fuerte recuperación entre noviembre del 2009 y marzo del 2010, pero en los meses recientes ha retrocedido de manera significativa, estabilizando su crecimiento promedio en cerca del 4%. En materia de empleo, perdió 11 639 puestos de trabajo entre octubre 2008 y agosto de 2009; y en lo que llevamos del 2010 ha creado apenas 2950 empleos, lo que muestra su lenta recuperación (se espera de este sector la creación de unos 10 000 empleos anuales).
Sector construcción
Tuvo un crecimiento extraordinario entre 2005 y 2007, producto en gran medida de la expansión inmobiliaria y crediticia transnacional durante esos años. Entró en una severa recesión a finales del 2009 y se mantiene con tasas de crecimiento negativas y sin tendencia a la recuperación. Afecta el empleo de migrantes nicaragüenses y, en general, de trabajadores de escasa calificación y bajos salarios. Perdió 18 663 empleos entre octubre de 2008 y agosto de 2009, y hasta julio de este año ha creado más de 5000 empleos, explicado por el alza estacional de esta actividad en los meses menos lluviosos del año.
Sector Comercio
No ha tenido un repunte tan espectacular luego del período recesivo como en otros sectores, pero sí, uno de carácter más sostenido. Es un sector muy importante para la generación de empleo de baja y mediana calificación, y recién se encuentra saliendo de la pasada recesión. Su nivel de actividad, sin embargo, no recupera aun el que mantenía antes de la crisis. Perdió 2600 empleos entre octubre 2008 y agosto 2009, y entre enero y julio del presente año ha creado poco más de 7000 empleos; solo detrás de Actividades Inmobiliarias y Empresas de Alquiler.
Turismo (hoteles y restaurantes).
Junto con la industria fue el sector más duramente golpeado por la recesión internacional, dada su alta dependencia del turismo extranjero. Técnicamente no ha salido aun de la recesión y su nivel de actividad se mantiene muy por debajo del alcanzado antes de la crisis. Entre octubre de 2008 y agosto de 2009 este sector perdió 1656 empleos formales, y entre enero y julio de 2010 ha logrado crear algo más de 900 empleos, aprovechando la temporada alta para este sector.
Otros servicios
Los sectores de servicios de mayor valor agregado (electricidad, transporte, telecomunicaciones, servicios financieros, servicios de educación y salud) y orientados fundamentalmente hacia el mercado interno, no pasaron en 2008 y 2009 por un período recesivo, y en su conjunto impidieron una recesión más profunda. Recordemos que la crisis internacional afectó especialmente a los sectores de actividad económica de mayor grado de transnacionalización (industria de zona franca, turismo, construcción, agricultura de exportación).
Sobresale entre los servicios los llamados Otros Servicios a Empresas (servicios jurídicos, de consultoría, de vigilancia, de aseo, etc.), que incluso durante la crisis logró mantener tasas de crecimiento superiores al 7%. Esto amerita dos comentarios. En primer lugar, se trata de un sector que se nutre de la expansión de los servicios transnacionales que se están instalando en el país y, en segundo lugar, también recoge los procesos de subcontratación (y precarización del empleo) que están ocurriendo internamente (vigilancia y aseo, por ejemplo).
Así, incluso entre octubre de 2008 y agosto de 2009 (es decir, en plena recesión), las Empresas Inmobiliarias y Empresas de Alquiler contrataron, según registros de la CCSS, 4337 nuevos trabajadores, y entre enero y julio de este año han contratado más de 8700.
Sector Público
El gasto y el empleo público cumplieron durante 2008 y 2009 efectos compensatorios sobre los resultados negativos de la crisis económica y del sector privado. En octubre de 2008, el número de empleados en Administración Pública y Defensa era de 179 661, cifra que se elevó a 185 288 en agosto de 2009 y a 194 013 en agosto de 2010, el segundo sector de mayor peso (solo detrás del comercio), según las estadísticas por rama de actividad de la CCSS.
Empleo por cuenta propia (autoempleo)
En las estadísticas por sector institucional de la CCSS sobresale el fuerte incremento del empleo que en los últimos años ha habido en el sector “Cuenta Propia”: 136 000 a inicios de 2005, 289 000 en julio de 2010. Representaba el 13% de los asegurados totales en 2005, y un 20% en la actualidad. Entre marzo y agosto del 2010, los “cuenta propia” han aumentado en mas de 20 500.
Provisionalmente, podemos decir que este fuerte crecimiento tiene dos explicaciones: a) el mayor esfuerzo de aseguramiento por parte de la CCSS, b) el crecimiento del empleo informal durante la crisis, con personas que buscan protección en el seguro de salud de la Caja, reportando un ingreso promedio mensual de apenas 155 000 colones. Una tercera explicación –por investigar- es que un número menor pero significativo de desempleados se estén afiliando a la CCSS para no perder el seguro de salud, fundamental en tiempos difíciles.
Comentario final (de la parte I).
Técnicamente, la economía costarricense ya no se encuentra en recesión, dado el crecimiento consecutivo de la producción interna durante los dos primeros trimestres del 2010. No obstante, la recuperación de la producción se muestra vacilante en sectores claves como la industria y la agricultura, al tiempo que la construcción se mantiene con tasas negativas de crecimiento y el sector turismo lucha por salir de su peor crisis en una década. En materia de empleo, este tuvo su nivel más bajo en agosto de 2009, y desde entonces ha empezado a recuperarse, con un aporte significativo del Comercio, la Administración Pública, las actividades de subcontratación y el empleo por cuenta propia.
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Balance preliminar de la economía en el 2010. Parte II: Demanda interna y exportaciones
Columna Por el bien común
Vimos en la Parte I que, técnicamente, la economía costarricense salió de la recesión en el primer trimestre de 2010, al menos si usamos como parámetro de referencia el comportamiento de la producción nacional (PIB). Pero a ciencia cierta, fueron cinco los sectores vieron contraer su actividad en el 2009: el sector agropecuario (desde mediados de 2008), el sector industrial, el sector construcción (todavía en recesión), el sector comercio, y el sector turismo (apenas saliendo de la crisis). Los sectores restantes, básicamente servicios de alto valor agregado (telecomunicaciones, servicios a empresas, servicios personales, etc.), en realidad nunca sucumbieron como resultado del desplome internacional; por lo que la crisis afectó particularmente a los habitantes de las zonas rurales y a las clases sociales de menores ingresos (agravado por la alta inflación de los alimentos en 2008), no así al habitante de clase media y alta del Valle Central.
En materia de empleo (según los registros de la CCSS), estos fueron destruidos particularmente en los sectores construcción e industria, seguidos por el sector agropecuario. La recuperación reciente se explica por el rol empleador del sector público y las actividades privadas de servicios, sobresaliendo además la gran cantidad de nuevos empleos “por cuenta propia”, una parte de ellos, seguramente, empleo informal disfrazado.
Ahora nos corresponde analizar lo acontecido por el lado del “gasto”, esto es, el consumo, la inversión y las exportaciones (demanda externa). Gasto y producción se complementan, y es más importante diferenciarlos en una economía como la costarricense, en la cual una parte significativa de la producción es “interna” pero no es “nacional” y donde la “demanda externa” (exportaciones) representa cerca de la tercera parte de la producción total.
Crecimiento del consumo se contrae, inversión se desploma.
Durante los meses de mayor severidad de la crisis (todo el 2009), la “demanda interna” (consumo interno + inversión interna, tanto pública como privada), cayó mucho más pronunciadamente que la producción: mientras el PIB llegó a caer hasta poco más de un 2% a mediados del 2009, la Demanda Interna lo hizo hasta casi un 8% a finales de ese año. Y si bien es cierto que en términos del PIB éste se recuperó a inicios del 2010, la demanda lo ha hecho apenas a mediados de este año. Es decir, más allá de lo que mide o no mide el PIB, el gasto de los consumidores y la inversión de las empresas se contrajo mucho más fuertemente y tardado más en recuperarse.
El consumo real fue alimentado de manera insostenible (tasas de crecimiento cercanas al 7%) durante los años 2005-2007, y se desplomó hasta los niveles del 2% en que se encuentra actualmente. El abundante crédito interno y externo, así como un mayor crecimiento en el ingreso, explican este boom. El consumo que más cayó fue el de bienes duraderos importados, que recién a mediados del 2010 ha vuelto a valores de crecimiento ligeramente positivos. Como lección importante, podemos advertir que fue el consumo de bienes nacionales el que sostuvo la economía, ya que el consumo importado se contrajo severamente.
La mayor caída fue, con mucho, en la inversión, que se desplomó en casi un 30% a finales del 2009, y la privada más que la pública. Aun hoy, muestra un valor negativo de 3,5% de crecimiento anualizado. Esta severa contracción se inició en las empresas de zonas francas a mediados de 2007 y terminó arrastrando al resto de empresas nacionales. Esto no se explica por un efecto real de encadenamiento entre las inversiones de empresas nacionales y de zonas francas (que es muy débil), sino porque el sector empresarial en su conjunto compartió durante la crisis un pesimismo generalizado.
Para el conjunto del 2010, el crecimiento de la inversión rondará el 0%.
Crédito al sector privado se comporta de manera pro-cíclica.
Contrario a lo que sería de esperar en una economía con una fuerte banca “nacionalizada”, el comportamiento del crédito en los últimos doce meses no ha contribuido a sortear definitivamente la crisis, sino que ha tenido un comportamiento pro-cíclico. El crédito al sector privado se mantuvo alto y creciente hasta mediados del 2009, pero luego cayó drásticamente. Una evidencia más de las fallas de la mal llamada banca de desarrollo y de cómo la lógica financiera se ha impuesto no solo en la banca privada.
Exportaciones se recuperan, pero política comercial continúa monotemática.
La crisis internacional afectó severamente la dinámica de las exportaciones, que mantuvo tasas de crecimiento interanual negativas durante quince meses (enero 2009-marzo 2010). Hoy en día este indicador ronda el 6%.
Por países y regiones de destino, las exportaciones se han recuperado, excepto hacia el mercado chino (-50% en agosto comparado con agosto 2009). Esto muestra contundentemente que este mercado está muy concentrado por las ventas de Intel, y que el país está lejos de consolidar nichos en la China Popular.
Por producto, sigue sobresaliendo la caída en las exportaciones de textiles (con varios años de mermas continuadas), a las que el TLC con USA ofreciera un salvavidas que sin embargo no ha contribuido a su salvación, como prometieron y esperaban los defensores del tratado.
Por otra parte, la política comercial del actual gobierno continúa con el monotema de los tratados comerciales, cuando es harto evidente la escasa capacidad del país de administrar los mismos con perspectiva de consolidar un desarrollo exportador de base nacional.
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Balance preliminar de la economía en 2010. Parte III: Ingresos y remuneraciones
Durante la crisis económica del 2009, el gasto agregado interno de las empresas y familias (Demanda Interna), pero muy especialmente la inversión y los bienes de consumo duradero, cayeron bastante más de lo que lo hizo el producto (PIB). Tanto así, que si medimos el ciclo económico no por la producción, sino por el gasto, la economía recién a finales de setiembre de 2010 estaría saliendo de la recesión que inició a finales del 2008 (de mantenerse la recuperación).
En términos del Ingreso Nacional, sucedió algo similar: dadas las características estructurales de la economía costarricense (transnacionalización del modelo exportador, convertido ahora en modelo maquilador), marcadamente acentuadas durante las tres últimas décadas, durante las recesiones los ingresos y el gasto agregado tienden a caer más que el producto. En el caso de la recesión 2008-2010, esto se puede explicar por las siguientes razones:
1. En 2009 aumentó sustancialmente la salida de ingresos en la forma de beneficios que las empresas extranjeras localizadas en el país expatriaron a sus casas matrices, especialmente hacia los Estados Unidos. En 2010 esta salida de beneficios ha regresado a su nivel normal (normalmente alto, con respecto al promedio latinoamericano).
2. La disminución en casi 10% de las remesas recibidas por costarricenses de parte de familiares que trabajan en el extranjero (EE UU especialmente). Esta disminución no se revertido durante el 2010.
3. El fuerte deterioro en los términos del intercambio (precio de las exportaciones vrs. precio de las importaciones) que ocurrió en 2008 (alza de combustibles, alimentos y otras materias primas importadas) y que afectó tanto los ingresos de la población como la capacidad de gasto en general.
Además, hay que tener en cuenta que en el 2010 ha habido una significativa disminución de los ingresos convertidos a colones para aquellas empresas y trabajadores/as que obtienen sus ingresos en dólares y que realizan la mayor parte de sus gastos en colones. Esto debido a la apreciación del colón frente al dólar ocurrida en 2010 y afecta particularmente a trabajadores/as de zonas francas y a pequeñas y medianas empresas exportadoras.
Todos estos factores, entre los más importantes, dan cuenta de por qué los ingresos y el gasto cayeron bastante más que el PIB durante el 2009, y por qué incluso en el 2010 se sigue sintiendo la recesión en el bolsillo y en la capacidad adquisitiva de la mayor parte de la población de ingresos medios y bajos.
Salarios mínimos reales
La alta inflación en 2008 ocasionó un fuerte deterioro de los salarios reales, especialmente para los sectores de bajos ingresos (primeros dos quintiles), dada la fuerte alza en el costo de los bienes de la canasta básica desde 2007 y hasta mayo de 2009. En 2010 los salarios reales se han recuperado, aunque no lo suficiente para compensar la pérdida de poder adquisitivo ocurrida durante esos años (de hecho, esta compensación nunca es reconocida en las negociaciones salariales).
Sin embargo, no deja de ser una falacia decir que durante la crisis (2009) los salarios mínimos reales mejoraron, como aseguró recientemente en ex presidente del Banco Central. Esto es así por dos razones:
1. Porque los datos sobre ajustes salariales que utiliza el BCCR para calcular los salarios mínimos reales, pueden ser ciertos en el papel, pero no hay ninguna garantía de que esos ajustes realmente ocurran en el sector privado, ya que el Ministerio de Trabajo no hace el trabajo de inspección correspondiente.
2. Porque los ajustes son obligatorios (aunque no se cumplan) solo para los niveles mínimos correspondientes.
3. Porque como ha indicado el Proyecto Estado de la Nación, y corroborado recientemente por el Ministerio de Trabajo, cerca del 40% de los/as trabajadores/as no reciben el salario mínimo de ley.
La reciente iniciativa del Ministerio de Trabajo, solicitada por los sindicatos desde hace años, que procura el pago efectivo de los salarios mínimos, en caso de lograrse y consolidarse, sería el logro más importante en muchos años en materia salarial, y tendría un impacto muy significativo en la reducción de la pobreza.
Si la economía mantiene su tendencia hacia la recuperación (en espera de lo que ocurra en la economía mundial), el impacto de esta política sobre el desempleo sería mínimo, a diferencia de lo que sostienen los sectores conservadores que intimidan con el miedo a un posible recrudecimiento del desempleo.
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Balance preliminar de la economía en el 2010. Parte IV: (des)balances macroeconómicos.
Terminamos este balance preliminar con un análisis de la inflación, el déficit externo y el déficit fiscal. En su conjunto, estos resultados determinan lo que suele llamarse “balances (o desbalances, desequilibrios) macroeconómicos”.
1. Inflación rondará el 5.5% al finalizar el año, pero podría ser menor. Importadores hacen su agosto.
La inflación acumulada al finalizar octubre llegó al 4.36%, más alta que la obtenida en todo el año 2009 (4.1%) y bastante más alta que la inflación mundial. Son de esperar algunos aumentos adicionales extraordinarios en los meses de noviembre y diciembre (por el mal tiempo y problemas de transporte, entre otros), por lo que la inflación promedio anual rondará el 5.5 o 6%. Por grupos de bienes y servicios, sobresale la alta inflación en “Alquiler y servicios de vivienda” (11,36% a octubre) y en “Educación” (9,83%). El primero afectando más a las familias de ingresos medios y bajos, y el segundo a las familias de ingresos medios-altos y altos (educación privada).
Por niveles de ingreso, la inflación acumulada para familias de “ingresos altos” a septiembre fue de 4,48%, y para “ingresos bajos” 5,36% (claro, ¡más alta!). Sin embargo, lo más sobresaliente de estas comparaciones es que durante los últimos 33 meses, en 27 de ellos la inflación para consumidores de ingresos bajos ha estado por encima de la inflación para consumidores de ingresos altos, sin que la política de precios de este y el anterior gobierno ni siquiera se preocupe de estas injustas y odiosas diferencias; tampoco la política salarial (¡ojo sindicatos!).
Otro aspecto de interés tiene que ver con la creciente diferencia entre los precios que pagan los importadores por los productos que traen del extranjero, que por la revaluación del colón frente al dólar incluso puede estar mostrando en la actualidad tasas de variación negativas, y el índice de precios al consumidor. En la actualidad, también el índice de precios al productor industrial está bastante por debajo del índice de precios al consumidor. ¿Quiénes se apropian esta sustancial diferencia?
Fundamentalmente los importadores, que están haciendo su agosto gracias a la no actuación del gobierno, que se limita a instar a los importadores/distribuidores a que “pongan su mano en el corazón”, cuando la tienen bien asida al bolsillo. ¿Se implementarán algún día políticas de competencia y de combate a la especulación que acaben con estos privilegios que saquean los ingresos de los más pobres? Parece difícil que esto ocurra mientras la bono-política reditúe ganancias electorales a la oligarquía en el poder.
2. Déficit en la balanza de cuenta corriente regresa a la normalidad, pero el capital golondrina no explica la revaluación del colón.
Durante lo peor de la crisis económica en el 2009, el déficit de cuenta corriente (exportaciones – importaciones de bienes y servicios) desapareció, dada la fuerte caída en las importaciones. Una señal de “recuperación” en el 2010 es que esta cuenta de la balanza de pagos ha vuelto a mostrar valores negativos, como corresponde a la estructura económica de una pequeña economía transnacionalizada y subdesarrollada (de vuelta a la “normalidad”).
La inversión extranjera se ha recuperado luego del fuerte descenso en 2009, pero muy lejos de los valores previos a la crisis. Y con respecto a la inversión de cartera (“capital golondrina”), esta subcuenta muestra más bien una salida cercana de $90 millones en el primer semestre de 2010, lo que hace difícil de aceptar, sino imposible, la tesis de que la revaluación del colón se debe a un fuerte ingreso de tales capitales de corto plazo. De manera que la sobreoferta de dólares ha de tener otra explicación: ¿ingreso de divisas no registrado, sea por actividades lícitas (exportaciones de servicios, fondos de inversión no regulados) o ilícitas (lavado de dinero)?
Con respecto a la revaluación del colón, hay que reconocer que la misma está causando un importante deterioro económico a las pequeñas y medianas empresas exportadoras que cubren una fracción importante de su factura de costos en moneda nacional (hoteleros, productores agrícolas), así como aquellos/as trabajadores/as que reciben su salario en dólares (directamente o indexado), a quienes se está trasladando una parte importante de las dificultades de estas empresas; así como las de aquellas que sin tener un impacto negativo significativo, igual pagan su nómina salarial en dólares (maquiladoras de bienes o de servicios). Y como dijimos antes, la fiesta es para los grandes importadores/distribuidores, que están obteniendo una renta especulativa extraordinaria.
3. Déficit fiscal rondará el 6% del PIB.
Luego del fuerte descenso de los ingresos tributarios en el 2009, estos se han recuperado modestamente en el 2010, pero el fuerte incremento de los gastos por segundo año consecutivo está ocasionando un fuerte aumento en el déficit del gobierno central, incluso con respecto al 2009.
Sin embargo, este año el empeoramiento fiscal se explica fundamentalmente por los mayores intereses de la deuda interna y por las abultadas transferencias del gobierno central al resto del sector público (bono política). Mientras tanto, la inversión directa del gobierno central se ha contraído este año en casi un 20%.
Así, el tema de la reforma tributaria está de nuevo en el tapete. Pero la lista de prioridades de la reforma, primero están las grandes inequidades de nuestra estructura tributaria: evasión en ventas y en renta empresarial cercanas al 50%, exoneraciones tributarias a sectores de altos ingresos, ridículos e indignantes pagos de renta de profesionales liberales.
En un próximo artículo nos referiremos con especial atención a este crucial tema de la política macroeconómica.
Fuente: El País.cr