La convivencia en el trabajo

1. Conoce a los compañeros: Es indispensable conocer a nuestros compañeros de trabajo, no al punto de conocer cada aspecto de su vida, pero si al menos saber su nombre y el cargo que desempeñan dentro de la institución, esto hará que las relaciones fluyan con más facilidad.

2. Uso del teléfono: Evitar el uso excesivo del teléfono dentro del trabajo, más aún si involucra temas personales y no laborales. Usualmente suele ser un poco molesto que un compañero esté todo el día en el teléfono; nadie debe enterarse de las conversaciones personales, por eso se debe ser prudente con el uso del teléfono y el lugar que disponemos para hacerlo.

3. Aromas: Es importante controlar los olores, una buena higiene personal siempre ayudará con esto. Además es necesario controlar la cantidad de perfume, colonia o loción que se utiliza, si es demasiado fuerte, o demasiado dulce, puede atosigar a nuestros compañeros.

4. Trabajo en equipo: En la actualidad, muchas empresas forman grupos de trabajo o comités especiales dedicados a una tarea en específico, por lo que siempre hay que estar dispuesto a trabajar en equipo, además se debe aprovechar al máximo estas oportunidades ya que nos permite conocer nuestras habilidades y destrezas y conocer la de nuestros compañeros, para en oportunidades posteriores podernos apoyar.

5. Sugerencias, nunca críticas: No siempre nos gusta la forma en que las cosas se hacen, siempre van a existir opiniones diferentes con respecto a tal o cuál situación; sin embargo, no debemos caer en la crítica destructiva, porque de nada sirve emitir opiniones negativas que al final no producen un cambio, más bien es fundamental dar sugerencias y aportes constructivos para mejorar y cambiar aquello con lo que tengamos inconvenientes.

6. Evita chismes: Nada más tóxico que formar parte o peor, ser el creador y promotor de chismes en nuestro entorno. Nunca se debe hablar mal de nuestros compañeros, y mucho menos caer en comentarios que no contribuyen sino a tensar el clima laboral. Evita rodearte de personas que tienen este tipo de costumbres, ya que sólo afectarán negativamente a tu vida y a tu labor.

7. Actividades de Bienestar: ¡Participa! Actualmente, se ha hecho costumbre que con más frecuencia las empresas realicen actividades de integración para que sus empleados interactúen con compañeros de otras áreas o departamentos. Participa, socializa, al final uno pasa gran parte del día en el trabajo y no está demás conversar y dispersarse un poco con los compañeros.

8. Cumple con tus responsabilidades: La mejor forma de evitar problemas y hacer efectiva la convivencia en el trabajo con tus jefes e inclusive con tus compañeros es cumpliendo tus labores; especialmente si formas parte de un equipo de trabajo donde la labor de cada miembro es fundamental en el desempeño y la productividad del equipo. Así mismo, muestra disposición a aceptar nuevos desafíos y a comprometerte con nuevos proyectos.

9. Controla el volumen: Es necesario en principio medir el tono con el que nos expresamos, no debe ser ni muy bajo ni demasiado alto. Debe ser suficiente para entablar una comunicación efectiva sin la necesidad de tener que gritar para ser escuchados.

En ocasiones, uno utiliza la música cómo medio de concentración o relajación mientras hacemos nuestras tareas; hay que procurar utilizar auriculares ya que no todos tienen esta costumbre, además cada persona tiene un gusto musical diferente y hay que respetarlo.

10. Colabora: Si alguien solicita ayuda, ayúdalo. Si observas que alguien está teniendo dificultades con alguna tarea, ofrece tu ayuda. Eso sí, no hay que ser invasivos porque a veces la ayuda no solicitada cae mal, así como también pueden aprovecharse de la amabilidad y disposición que tengas. No hay que ser egoístas ni individualistas, pero también hay que aprender a decir no cuando es necesario.
Estos son sólo algunas sugerencias que puedes aplicar en tu entorno laboral. Recuerda que ese espacio que se llama oficina es donde tú y el resto de tus compañeros se desenvuelven y hacen vida durante un tercio del día, así que es mejor que entre todos exista una sana convivencia para hacer lo más grato posible nuestro tiempo en el trabajo.

Lic. Rebecca Gomes / NEUVOO
Coordinadora de Alianzas Estratégicas de México
Email: rebecca@neuvoo.com

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Discurso del Papa francisco a los participantes en el seminario «Derecho Humano al Agua”

Queridos hermanos y hermanas, buenas tardes.

Saludo a todos los presentes y les agradezco su participación en este Encuentro que aborda la problemática del derecho humano al agua y la exigencia de políticas públicas que puedan afrontar esta realidad. Es significativo que ustedes se unan para aportar su saber y sus medios con el fin de dar una respuesta a esta necesidad y a esta problemática que vive el hombre de hoy.

Como leemos en el libro del Génesis, el agua está en el comienzo de todas las cosas (cf. Gn 1,2); es «criatura útil, casta y humilde», fuente de la vida y de la fecundidad (cf. San Francisco de Asís, Cántico de las Criaturas). Por eso, la cuestión que ustedes tratan no es marginal, sino fundamental y muy urgente. Fundamental, porque donde hay agua hay vida, y entonces puede surgir y avanzar la sociedad. Y es urgente porque nuestra casa común necesita protección y, además, asumir que no toda agua es vida: sólo el agua segura y de calidad, siguiendo con la figura de san Francisco: el agua «que sirve con humildad», el agua «casta», no contaminada.

Toda persona tiene derecho al acceso al agua potable y segura; este es un derecho humano básico, y una de las cuestiones nodales en el mundo actual (cf. Enc. Laudato si’, 30; Enc. Caritas in veritate, 27). Es doloroso cuando en la legislación de un país o de un grupo de países no se considera al agua como un derecho humano. Más doloroso aun cuando se quita lo que estaba escrito y se niega este derecho humano. Es un problema que afecta a todos y hace que nuestra casa común sufra tanta miseria y clame por soluciones efectivas, realmente capaces de superar los egoísmos que impiden la realización de este derecho vital para todos los seres humanos. Es necesario otorgar al agua la centralidad que merece en el marco de las políticas públicas. Nuestro derecho al agua es también un deber con el agua. Del derecho que tenemos a ella se desprende una obligación que va unida y no puede separarse. Es ineludible anunciar este derecho humano esencial y defenderlo —como se hace—, pero también actuar de forma concreta, asegurando un compromiso político y jurídico con el agua. En este sentido, cada Estado está llamado a concretar, también con instrumentos jurídicos, cuanto indicado por las Resoluciones aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas desde 2010 sobre el derecho humano al agua potable y al saneamiento. Por otra parte, cada actor no estatal tiene que cumplir sus responsabilidades hacia este derecho.

El derecho al agua es determinante para la sobrevivencia de las personas (cf. ibíd, 30) y decide el futuro de la humanidad. Es prioritario también educar a las próximas generaciones sobre la gravedad de esta realidad. La formación de la conciencia es una tarea ardua; precisa convicción y entrega. Y yo me pregunto si en medio de esta «tercera guerra mundial a pedacitos» que estamos viviendo, no estamos en camino hacia la gran guerra mundial por el agua.

Las cifras que las Naciones Unidas revelan son desgarradoras y no nos pueden dejar indiferentes: cada día mil niños mueren a causa de enfermedades relacionadas con el agua; millones de personas consumen agua contaminada. Estos datos son muy graves; se debe frenar e invertir esta situación. No es tarde, pero es urgente tomar conciencia de la necesidad del agua y de su valor esencial para el bien de la humanidad.

El respeto del agua es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos (cf. ibíd., 30). Si acatamos este derecho como fundamental, estaremos poniendo las bases para proteger los demás derechos. Pero si nos saltamos este derecho básico, ¿cómo vamos a ser capaces de velar y luchar por los demás? En este compromiso de dar al agua el puesto que le corresponde, hace falta una cultura del cuidado (cf. ibíd., 231) —parece una cosa poética y, bueno, la Creación es una «poiesis», esta cultura del cuidado que es creativa— y además fomentar una cultura del encuentro, en la que se unan en una causa común todas las fuerzas necesarias de científicos y empresarios, gobernantes y políticos. Es preciso unir todas nuestras voces en una misma causa; ya no serán voces individuales o aisladas, sino el grito del hermano que clama a través nuestro, es el grito de la tierra que pide el respecto y el compartir responsablemente de un bien, que es de todos. En esta cultura del encuentro, es imprescindible la acción de cada Estado como garante del acceso universal al agua segura y de calidad.

Dios Creador no nos abandona en este trabajo para dar a todos y a cada uno acceso al agua potable y segura. Pero el trabajo es nuestro, la responsabilidad es nuestra. Deseo que este Seminario sea una ocasión propicia para que sus convicciones se vean fortalecidas, y salgan de aquí con la certeza de que su trabajo es necesario y prioritario para que otras personas puedan vivir. Es un ideal por el que merece la pena luchar y trabajar. Con nuestro «poco» estaremos contribuyendo a que nuestra casa común sea más habitable y más solidaria, más cuidada, donde nadie sea descartado ni excluido, sino que todos gocemos de los bienes necesarios para vivir y crecer en dignidad. Y no olvidemos los datos, las cifras, de las Naciones Unidas. No olvidemos que cada día mil niños, cada día, mueren por enfermedades en relación con el agua.

Muchas gracias.

El Derecho Humano al Agua – Declaración final

Asimismo, se refiere a las consecuencias negativas de sequías e inundaciones en la producción de alimentos, la prevalencia de enfermedades relacionadas con la contaminación y nos alerta frente a una “economía verde” que, con frecuencia, es verde no porque sea ecológica sino porque su mercancía es la naturaleza.

El Derecho Humano Al Agua – Declaración Final by EugenioGuerrero on Scribd

Mensaje de ANEP en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora

Cada 8 de marzo recordamos a más de 100 mujeres costureras industriales de la fábrica Sirtwood Cotton, localizada en Estados Unidos de América, quienes se levantaron en huelga, en un día como hoy, pero del año 1908, con el fin de reivindicar un salario digno, reducir la jornada laboral a diez horas y la prohibición de la mano de obra infantil.

La respuesta que recibieron ante sus demandas fue morir carbonizadas en la fábrica donde laboraban a puerta cerrada. Por esta razón el 8 de marzo se conmemora esta lucha reivindicativa laboral y se denomina como Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

A pesar de esta lucha, aún queda mucho camino por recorrer, nos queda alcanzar el disfrute de derechos en equidad de condiciones.

Caminar hacia una sociedad más democrática, inclusiva, respetuosa, equitativa y justa, supone de forma inequívoca, avanzar en el reconocimiento y respeto de los derechos económicos, sociales, culturales e ir a una mayor igualdad y equidad en el acceso a los servicios de educación, salud, vivienda, seguridad social y empleo.

Avanzar en el reconocimiento de los derechos sindicales y laborales de las trabajadoras, garantizar un puesto de trabajo seguro, en el que no se vaya a sufrir violencia y ningún tipo de acoso (laboral, sexual y/o político), se hace necesario, abordar de forma integral la violencia contra las mujeres en el ámbito laboral, asegurando una buena formación en salud ocupacional y poniendo en marcha los mecanismos que faciliten y aseguren su seguridad; así como en cerrar la brecha salarial entre mujeres y hombres y asumir desde nuestra organización sindical, nuestros espacios familiares y como sociedad, el tema del cuido de nuestras familias, de manera que sea asumido de forma conjunta y así abrir espacios para que las mujeres puedan contar con el tiempo necesario para su formación como persona, trabajadora y profesional.

Mujeres unidas y sindicalizadas para la defensa de los derechos laborales

Papa Francisco recibió carta enviada por Patria Justa

PAPA FRANCISCO: Acerca de la carta enviada al papa Francisco por parte del Colectivo Sindical PATRIA JUSTA:

Hoy martes 7 de marzo tuvimos el honor de recibir en ANEP la visita del presbítero Jorge Eddy Solórzano Coto, Secretario Adjunto de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR), quien acompañó a los obispos costarricenses en su reciente visita al Vaticano. Él vino acompañado del padre Luis Alejandro Rojas Delgado, con quien ya tenemos una bonita comunicación eclesial-social y sindical.

El padre Jorge Eddy vino a darnos cuenta de que el papa Francisco recibió en sus propias manos la carta de PATRIA JUSTA invitándole a visitar Costa Rica; carta que le fue entregada de manos del Presidente de la CECOR, monseñor Óscar Fernández Guillén. Se hicieron diversos comentarios positivos sobre la iniciativa de PATRIA JUSTA.

Esta información reafirma la que le compartiéramos días atrás al darles cuenta de la visita de la compañera Rebeca Céspedes Alvarado, integrante de la Junta Directiva Nacional (JDN) de la ANEP y quien tuviera un encuentro con el papa Francisco, a le preguntó por la carta de PATRIA JUSTA. El papa le respondió a nuestra compañera que sí había recibido esta carta y que estaba en manos de sus asesores para el análisis correspondiente.

¡Sí!, los señores obispos costarricenses honraron su palabra y entregaron la carta de invitación de PATRIA JUSTA al papa Francisco para que visite Costa Rica. Sumamente agradecidos les quedamos.

En próximas reuniones internas ampliaremos sobre las positivas perspectivas que nos fueron comunicadas de la probable visita del papa Francisco al país, en enero de 2019; y, eventualmente, un encuentro de él con representantes sociales de los movimientos populares costarricenses y centroamericanos; al estilo de los encuentros que él ha venido sostenido y de los cuales hemos tratado desde la ANEP de mantenerles informados.

Como siempre, enorme gratitud por recibirnos por esta vía; como también es grande nuestro agradecimiento si deciden compartir estos mensajes generados desde la ANEP.

Servidor atento, Albino Vargas Barrantes.

8 de marzo Día Internacional de la Mujer Trabajadora

Ellas reivindicaron el derecho al sufragio universal de nosotras las mujeres, durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas (Copenhague, 1910), lo cual gestionó que un año después, el 19 de marzo de 1911, se llevaran a cabo por primera vez mítines con más de un millar de personas en Suiza, Alemania, Austria y Dinamarca, demandando a parte del voto, la posibilidad de ocupar cargos públicos, la formación profesional, el derecho al trabajo y la no discriminación laboral.

Desde ese momento y mucho tiempo antes, otras mujeres en distintas latitudes, desde formaciones profesionales, académicas, sociales, culturales y económicas han unido esfuerzos, para luchar por acciones reales de acceso en igualdad, dentro de un sistema patriarcal, el cual deliberadamente genera violencia de género (Debemos dejar constancia que masculinidades no hegemónicas como homosexuales, afrodescendientes, migrantes, desempleados, también la sufren). Una violencia vivida en ámbitos de la esfera privada y la esfera pública. Para ilustrar, hagamos alusión a algunas de estas situaciones, a modo de apalabrar lo que como mujeres enfrentamos.

  • Ser vistas como potencial carga económica. Si quedamos embarazadas seremos carga patronal; cuando menstruamos haremos perder minutos de producción; si nuestros hijos e hijas enferman, no sacaremos el trabajo de la jornada. Que si nos encargamos de la casa, no “producimos”.
  • Ser estereotipadas. Que si lloramos por todo; que si no se nos puedan dar cumplidos porque ya será acoso sexual; que si no podremos con la carga física; que si no somos discretas. Que si tenemos muchos hijos o hijas, somos irresponsables; que si decidimos no tener, no somos mujeres “completas”.
  • Ser doblemente explotadas. Que no se tome en cuenta el aporte del trabajo doméstico; que el cuido de otras personas se nos adjudique de manera automática; que debamos aceptar menor pago por igual trabajo y solo por no ser hombres. Tener que cumplir no solo con dos, sino hasta tres jornadas diarias.
  • Ser censuradas. Que debemos vestir de cierta forma “para no dar el mensaje incorrecto”; que debemos usar un cierto tono de voz; que no podemos desempeñarnos en espacios de trabajo “masculinizados”; que se nos impida tomar decisiones sobre nuestro propio cuerpo.
  • Ser irrespetadas. Que lo femenino es sinónimo de ofensa; que se insulte siempre a la madre (el lastimoso y comúnmente utilizado ¡hijo o hija de….!) Que para muchos nuestro cuerpo es objetivado y estereotipado; que se nos diga “reinita” y no se nos llame por nuestro nombre o por un simple “compañera”, entre muchas otras más. Que seamos víctimas altamente más frecuentes de acoso callejero yabuso sexual.

De igual forma, los problemas de las mujeres trabajadoras se asumen mayormente dentro de una agenda en común y en muchos casos se invisibiliza la necesidad de su tratamiento diferenciado.

Por lo tanto, es urgente concientizarnos sobre la necesidad de una agenda exclusiva para la reivindicación de mujeres trabajadoras y una toma de responsabilidad por parte de nuestros compañeros, jefes, familiares, parejas e incluso otras mujeres, de que día a día ocurren actitudes sexistas, desde micromachismos hasta violencia laboral, sexual y política las cuales atentan contra los derechos humanos y la igualdad real de género. Es decir, debemos internalizar el asunto del machismo como un tema que nos sigue transversalizando en nuestro propio espacio físico y mental. Y en este sentido, es en cada palabra, gesto y acción cuando nosotras y nosotros hacemos – y haremos- la diferencia.

El lema de la ONU para el 2016, en relación con esta celebración fue “Por un Planeta 50-50 en 2030: Demos el paso para la igualdad de género”. Así, les convoco a asumir la lucha por un 50 – 50 donde sea admitido el aporte de las mujeres en su condición de seres humanos y no medido en relación con las acciones de los hombres. Mujeres hacedoras, pensantes y gestoras de procesos de cambio en la cotidianidad. Mujeres no solamente como madres, abuelas, tías, hermanas e hijas, pero mujeres como personas integrales quienes si bien tienen roles sociales tienen una esencia individual y metas propias.

Es imperioso que tengamos bien claro la concepción de la celebración del 8 de marzo como una iniciativa surgida de mujeres de pensamiento de clase trabajadora y por tanto las mujeres quienes contribuimos a la economía y la cultura de este país, como también lo hacen muchas otras en otros países sopeso de mayores limitaciones y discriminación.

5 consejos para triunfar en una entrevista de trabajo

• Sé puntual: Una vez que te llamen para la entrevista, toma las previsiones necesarias para llegar a tiempo e incluso, llegar con un poco de antelación. No necesariamente implica llegar una hora antes, pero si vives en una ciudad congestionada, es preferible salir con un margen de tiempo mayor al que saldrías usualmente, así evitarás crear una mala impresión en el primer encuentro y podrás tener tiempo para prepararte mentalmente.

• Vístete para la ocasión: A veces se nos complica un poco escoger el outfit que usaremos para la entrevista, sobre todo a las mujeres. Lo ideal es elegir piezas clásicas, de colores neutros que resalten tu buena presencia y profesionalismo. En el caso de las mujeres, que por naturaleza son coquetas, resalta tu rostro con maquillaje con tonos que te hagan lucir natural y sencilla. Los tonos nude son una excelente opción.

• Sé honesto: Durante la entrevista, procura conocer cuáles son tus verdaderas fortalezas y debilidades. La empresa valorará tu sinceridad al saber definirlas, con esto dejamos atrás el llamado “perfeccionismo” como defecto ya que, además de ser repetitivo, no dirá absolutamente nada de ti.

• Usa tus recursos: Si ya cuentas con experiencia laboral, es recomendable resaltar los conocimientos y herramientas adquiridos. Además de eso, la empresa generalmente preguntará el motivo de tu salida y si la relación no finalizó en buenos términos, recuerda mantener la ética y no emitir comentarios negativos sobre tus antiguos empleadores.

• Investiga: Nunca asistas a una entrevista con la mente en blanco, trata de investigar sobre la empresa a la que estás aplicando y el cargo, de esta forma, estarás preparado para saber abordar cualquier pregunta y eso les dará una buena impresión de ti.

¡Ya estás listo para tu próxima entrevista! Recuerda también no tener miedo de ser ti mismo, haciendo eso y siguiendo estas recomendaciones, estamos seguros de que lograrás obtener ese puesto que tanto deseas.

_Lic. Ana Pernía / NEUVOO
Country Manager LATAM
Email: ana.pernia@neuvoo.com

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