ANEP felicita al nuevo Fiscal General de la República

San José, 5 de octubre de 2010.
S.G. 09-11-1094-10

Licenciado
Jorge Chavarría Guzmán
Fiscal General de la República
Su despacho

Estimado señor:

La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) que nos honramos en representar, le expresa a usted la más sincera felicitación por su designación como el nuevo Fiscal General de la República; una decisión que desde la perspectiva laboral en la cual se desenvuelve nuestro accionar, nos ha parecido sumamente oportuna, considerando la transparencia de su trayectoria de servicio público y la solidez profesional de su formación ética.

Con la mayor sinceridad le deseamos el mayor de los éxitos, considerando que la salud moral de la República pasa, en buena medida, por las decisiones que en ese delicado cargo usted deberá tomar.

Le estamos anexando lo que es la posición oficial de la ANEP con relación a la institucionalidad de la Fiscalía General de la República, pues en nuestro criterio ésta debe mantener, consolidar y ampliar su independencia por el bienestar de la salud moral y ética de la República. Así lo expresamos en carta de fecha 28 de junio de 2010 que enviáramos en ese momento al honorable Consejo Superior del Poder Judicial.

Le rogamos que nos considere en fecha en que usted lo estime pertinente, para que nos conceda una audiencia y plantearle algunas situaciones puntuales que su digna autoridad, en nuestro criterio, debe conocer relacionadas con su nueva posición institucional.

Aprovechamos para reiterarles nuestro mayor respeto y consideración,

Albino Vargas Barrantes
Secretario General ANEP

Edgar Morales Quesada
Secretario General Adjunto ANEP

cc.: Dr. Luis Paulino Mora Mora, Presidente, Corte Suprema de Justicia.
cc.: Señores y señoras, Honorable Consejo Superior del Poder Judicial.
cc.: Junta Directiva Nacional (JDN) de ANEP.
cc.: Archivo.
Anexo: Lo descrito.

Obama reduce programas sociales y aumenta el gasto militar

Esta decisión de acrecentar el presupuesto militar se está tomando a despecho de continuas pruebas de dilapidación extrema, fraude, abuso e incremento del bienestar corporativo de los propios uniformados. Al mismo tiempo, serán congelados los gastos en programas nacionales de “no-seguridad”, tales como educación, nutrición, energía y transporte, dando por resultado cortes inflacionistas en los servicios esenciales para el público de Estados Unidos durante los próximos años.

Estos programas nacionales constituyen sólo el 17% del gasto federal total, pero sufrirán todos los recortes presupuestarios. Jo Comerford, director ejecutivo de Proyectos de Prioridad Nacional, dijo: “La oferta [de Obama] encapsula el gasto de no-seguridad en 447 mil millones de dólares para cada uno de los tres ejercicios económicos anuales próximos. Durante ese tiempo, la inflación erosionará el poder adquisitivo del total de esa previsión presupuestaria y requerirá recortes [presupuestarios] en los servicios durante cada año sucesivo”. Las consecuencias de recortar el gasto doméstico darán lugar, a futuro, a un mayor aumento en la brecha entre ricos y pobres.

En contraste, el presupuesto militar asciende a un áspero 55% del gasto discrecional del año fiscal y aumentará aún más el próximo año. De acuerdo a las proyecciones de la Oficina de Administración y Presupuesto, el presupuesto militar aumentará en 522 mil millones adicionales durante la próxima década. Tom Engelhardt señaló en TomDispatch.com: “Ésta es una realidad [norte] americana: el Pentágono es nuestro verdadero estado del bienestar, los fabricantes de armas son nuestras reales “reinas del bienestar” y nunca detenemos su manera de trasvasijar el dinero”.

Hay un despilfarro enorme, ampliamente generalizado, con fraude y vastos abusos del Pentágono y de los contratistas militares, que dan por resultado mayor bienestar para los ricos. William Astore, un teniente coronel jubilado (aviación), concluyó: “Cuando llegan a nuestra nación los escándalos militares, la ignorancia –que es notable– no es la dicha; dado el estado de guerra permanente en que nos encontramos, ahora [la cuestión] es cuánto parecen de contentos los norteamericanos por no saber”. El público nunca oye hablar del gasto en guerra en los grandes medios corporativos y cuáles son realmente todos los costos. Varios ejemplos ilustran el grado de abuso al contribuyente:

• Sólo a un futuro sistema de armas se le estima ahora un costo para el contribuyente estadounidense que es casi la mitad de lo que se espera cueste el plan de atención sanitaria de la administración Obama durante una década. Originalmente se esperaba que un avión F-35 costara 50 millones de dólares, pero el costo estimado hoy es de 113 millones. La infantería de marina, la fuerza aérea y la marina de guerra planean comprar 2.450 unidades combinadas de F-35s, que costarían más de 323 mil millones de dólares (Engelhardt).

• Una reciente audiencia de la Comisión [federal] sobre Contratos en Tiempo de Guerra en Iraq y Afganistán lanzó un informe de 111 páginas sobre sus “investigaciones iniciales sobre la exagerada confianza de la nación en los contratistas”. De acuerdo con lo expresado en la audiencia: “Más de 240.000 empleados de contratistas –entre ellos, cerca de 80% de extranjeros– están trabajando en Iraq y Afganistán para apoyar operaciones y proyectos militares de Estados Unidos, del departamento de Estado y de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). La cantidad de empleados de las empresas contratistas excede el número de las tropas de Estados Unidos en la región. Mientras los contratistas proporcionan servicios vitales, la Comisión cree que su uso también ha exigido miles de millones de dólares perdidos en despilfarro, fraude y abusos debidos a planeamiento inadecuado, elaboración de contratos pobres, competencia limitada, fallas de descuido en las funciones del personal y otros problemas”. Jeremy Scahill (RebelReports) observó que mientras encargan a la comisión de tiempo de guerra revelar el alcance de la corrupción, ésta incluye a miembros que son favorables a la guerra o que han trabajado para importantes contratistas de guerra.

• Según la autora Kathy Kelly, quien escribió el libro Tough Minds, Tender Hearst (Mentes Duras, Corazones Blandos), “el gobierno de Estados Unidos dedica recursos voluminosos y mucha sofisticación para matar en Afganistán. Con muy poco que pase, realizar esas políticas está creando cólera… Un soldado de Estados Unidos con sus botas en tierra de Afganistán cuesta cerca de 1 millón de dólares al año. Imagínense qué cosas buenas podrían hacerse con ese dinero para ayudar a la gente afgana. Un gobernador en Afganistán gana cerca de 1.000 dólares por año” (Husseini, Zupan).

El presidente Obama está continuando el proceso de re-inflar el Pentágono que comenzó a finales de 1998, exactamente tres años antes de los ataques del 11/9. El aumento de gastos en defensa nacional es tan grande desde 1998 como en las dos eras juntas de Kennedy-Johnson (43%) y los aumentos de Reagan (57%). Desde 1998 –que es cuando terminó el despilfarro en defensa por la declinación post- Guerra Fría– han entregado al departamento de Defensa cerca de 7,2 billones de dólares. El gasto actual sobrepasa el máximo gastado en los años de la guerra de Vietnam y en la era Reagan: los planes del Pentágono son para quedarse en ese nivel. Para justificar el aumento radical del actual gasto militar, en comparación con la Guerra Fría y la Segunda Guerra Mundial, se han invocado las guerras en Iraq y Afganistán. Sin embargo, incluso si las guerras de hoy se sacaran del cuadro, todavía existe un aumento de 54% desde 1998.

Las innumerables audiencias públicas llevadas a cabo el año pasado para abordar la reforma de la atención sanitaria, fueron noticias constantes y motivo de discusión del público, las corporaciones involucradas, los medios y el Congreso, que continuaron durante meses. El programa de atención sanitaria costará en diez años la gente estadounidense tanto como cuestan en un solo año la defensa y la seguridad interior. Con todo, los presupuestos de defensa consiguen ser aprobados cada año sin un solo “mitin del ayuntamiento”, sin ninguna cobertura de los medios y, virtualmente, sin ninguna discusión en el Congreso.

El contribuyente, forzado a pagar cerca de un billón de dólares anuales para financiar el militarismo, la infraestructura de seguridad interior y las guerras, sigue siendo ignorante de los costos reales. Las razones de la falta de conocimiento público sobre el gasto militar son varias e incluyen: ausencia de cobertura del conjunto de los medios corporativo; grandes medios que emplean a oficiales jubilados del ejército como “analistas” y “expertos”, que así presentan solamente un lado del asunto; el respeto inculcado a los civiles por los jefes militares (“déjenlo a los expertos de uniforme”); secreto y “presupuestos negros” que obscurecen el gasto militar. Entre las cuestiones sobre los militares de Estados Unidos que aborda William J. Astore (TomDispatch.com), surge una pregunta clave: ¿Por qué los militares son inmunes al doloroso ajuste presupuestario a que hace frente el resto de Estados Unidos?

Astore concluyó:
“Es verdad que el mundo es un lugar peligroso. El problema es que el Pentágono forma parte de ese peligro. Nuestro militarismo ha crecido así de fuerte y así domina a nuestro gobierno, incluyendo a su política exterior e incluso aspectos de nuestra cultura, pues no existe contrapeso eficaz a su encerrado estilo de pensamiento centrado en el conflicto”. Esta dominación está costándole a Estados Unidos enormes sumas de dinero público, es la principal contribución a la crisis económica y ahora, y en el futuro, continuará erosionando desesperadamente los necesarios programas de gasto social público.

* Tom Englehardt y William J. Astore (TOM DISPATCH), Sam Husseini y David Zupan (COMMON DREAMS) y Jeremy Scahill (REBELREPORTS). Traducción: Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS.info)

Fuentes:
–Tom Englehardt, “Weapons Makers as ‘Welfare Queens,’” TomDispatch.com, March 18, 2010,
http://www.commondreams.org/view/2010/03/19
–William J. Astore, “The Pentagon Church Militant and Us: The Top Five Questions We Should Ask the Pentagon,” TomDispatch.com, March 18, 2010,
http://www.tomdispatch.com/blog/175219/tomgram%3A_william_astore,_you_have_no_say_about_your_military
–Sam Husseini and David Zupan, “Obama: Cut Domestic, Increase Military,” Institute of Public Accuracy, January 26, 2010, http://www.commondreams.org/newswire/2010/01/26-14
–Carl Conetta, “The Pentagon’s Runaway Budget,” Antiwar.com, March 3, 2010,
http://original.antiwar.com/carl-conetta/2010/03/03/the-pentagons-runaway-budget/
–Jeremy Scahill, “US War Privatization Results in Billions Lost in Fraud, Waste and Abuse,”
RebelReports, June 10, 2009,
http://rebelreports.com/post/121172812/u-s-war-privatization-results-in-billions-lost-in

Estudiantes investigadores:
Molly Lipinski y Meghan Brandts, St Cloud State University

Evaluador académico:
Julie Andrzejewski, St. Cloud State University

¿Qué lecciones extraemos de lo acontecido en Ecuador?

Los mismos dan cuenta del cambio profundo que se ha vivido en las dos últimas décadas en nuestros países, luego del colapso de las experiencias del neoliberalismo económico implantadas en ellos y de haberse exterminado, prácticamente, cualquier tentativa popular por acceder a la democracia y a la equidad social, basándose en la doctrina de seguridad nacional impuesta desde Estados Unidos.

Con ello, bastaría que esa voluntad fuera encauzada adecuadamente para ir más allá de la simple defensa del hilo constitucional, dándosele oportunidades de crear las condiciones que hagan imposible la repetición de la vieja fórmula del golpe de Estado, así éste se halle arropado por formalidades legalistas, como ocurriera impunemente en Honduras. Esto se podrá lograr si se cambian las relaciones de poder imperantes en nuestras naciones, con un cambio estructural que afecte significativamente el Estado burgués tradicional y el empoderamiento de las masas populares mediante el ejercicio soberano de la democracia participativa y protagónica. En este sentido, los nuevos gobernantes inspirados en el deseo común por vivir en una sociedad de nuevo tipo tendrían que mostrarse audaces a la hora de impulsar cambios, teniendo como su principal base de sustentación al pueblo organizado y consciente. De otro modo, los planes desestabilizadores continuarán siempre vigentes en la agenda de los grupos derechistas y ultraderechistas que han sido desplazados de las estructuras de gobierno, pero que siguen aferrados a su aspiración de recuperarlas, respaldados no nos cause sorpresa alguna por sus mentores estadounidenses.

Aún así, es necesario dotar al pueblo de herramientas teóricas que le permitan definir el momento histórico y las circunstancias a promover y a vencer en esta lucha contra la exclusión social, la explotación de los trabajadores y la dependencia económica, militar y tecnológica. Si las enmarcamos en lo que llamamos socialismo del siglo XXI, habrá que escudriñar a fondo lo pasado durante los siglos pasados en nuestra América, cuáles fueron sus perspectivas abortadas y sus potencialidades actuales, redefiniendo desde las bases populares lo que es la democracia, de manera independiente y sin dogmas que terminen por secuestrarla y distorsionarla en función de los intereses de una nueva minoría burocratizada.

_ *especial para ARGENPRESS.info_

Inteligencia USA penetró a fondo la policía ecuatoriana

El informe precisaba que unidades de la Policía “mantienen una dependencia económica informal con Estados Unidos, para el pago de informantes, capacitación, equipamiento y operaciones”.

El uso sistemático de técnicas de corrupción de parte de la CIA para adquirirse la ”buena voluntad” de oficiales de policía fue descrito y denunciado en numerosas oportunidades por el ex agente de la CIA Philip Agee quién, antes de abandonar las filas de la agencia, estuvo asignado a la Embajada de Estados Unidos en Quito.

En su informe oficial, difundido a finales de octubre 2008, el ministro ecuatoriano de Defensa, Javier Ponce, reveló como diplomáticos norteamericanos se dedicaban a corromper a la policía y también a oficiales de la Fuerzas Armadas.

Confirmando el hecho, la jefatura de la Policía ecuatoriana anunció entonces que sancionaría a sus agentes que colaboraban con Estados Unidos mientras la Embajada estadounidense proclamaba la “transparencia” de su apoyo a Ecuador.

“Nosotros trabajamos con el gobierno de Ecuador, con los militares, con la Policía, para fines muy importantes para la seguridad”, declaró la embajadora estadounidense en Quito, Heather Hodges.

Sin embargo, la diplomática dijo a periodistas que no haría comentarios “sobre temas de inteligencia”.

La agregada de prensa, por su parte, Marta Youth, se nego rotundamente a referirse a las denuncias del gobierno ecuatoriano, que incluían la participación de la CIA en una operación con Colombia que derivó en el ataque militar colombiano contra la guerrilla de las FARC en territorio ecuatoriano del 1 de marzo de aquel año.

El jefe de Inteligencia del Ejército, Mario Pazmiño, había sido destituido por ocultar información relacionada con el ataque contra las FARC.

En los últimos meses, funcionarios norteamericanos se aparecieron en Ecuador, bajo pretexto de profundizar las relaciones entre Ecuador y EEUU.

El secretario adjunto para el hemisferio occidental del Departamento de Estado Arturo Valenzuela, visitó y re-visitó al presidente Correa, en vista a una visita de la canciller Hillary Clinton.

Valenzuela se hizo acompañar por Tedd Stern, “delegado especial para los cambios climáticos” también conocido por su afinidad con la CIA.

Golpismo derrotado

El descontento entre los uniformados de la fuerza pública por la reciente aprobación legislativa de una nueva ley de servicio público, que en última instancia los favorece, tuvo que ser resultado de una labor de envenenamiento y desinformación con propósitos subversivos y golpistas.

Los instigadores están también al descubierto: “hermandades” corruptas enquistadas en la institución policial, sectores oligárquicos y de la llamada “comunidad de inteligencia” de Estados Unidos. El vínculo visible de los segundos con los policías insurrectos es el aventurero Lucio Gutiérrez, militar golpista en 2000, electo presidente dos años más tarde, feroz represor en 2004, defenestrado por las movilizaciones populares del año siguiente y, desde entonces, gestor de intereses injerencistas y empresariales.

En cuanto a la participación de instancias gubernamentales estadunidenses, debe recordarse que en 2008 el periodista canadiense Jean Guy Allard documentó la infiltración de la policía ecuatoriana, por la embajada de Washington en Quito, mediante “el pago de informantes, capacitación, equipamiento y operaciones”.

Así pues, aunque la intentona ostenta el rasgo atípico de haber sido emprendida por la policía y no por las fuerzas armadas, es claro que lo que se frustró ayer en Ecuador fue un clásico golpe de Estado de la derecha oligárquica contra un gobierno progresista, con sentido popular y democráticamente constituido.

La involución que ha vuelto a colocar en el panorama regional esos ejercicios de violencia y barbarie tiene un arranque preciso: el cuartelazo perpetrado en Honduras en junio del año pasado, el cual logró trastocar en forma perdurable el orden institucional, debido, principalmente, a la complacencia que encontró en la comunidad internacional y, muy especialmente, en el gobierno de Barack Obama.

Desde el momento en que los golpistas hondureños fueron beneficiados con una benevolencia que contradice los principios democráticos de los gobiernos que les otorgaron reconocimiento diplomático y que se negaron a adoptar sanciones contra el régimen emanado del golpe contra el presidente Manuel Zelaya, se extendió una patente de impunidad que puede alentar atentados semejantes contra el orden constitucional en otros países latinoamericanos.

Por fortuna, en el episodio de ayer en Ecuador, el golpismo resultó derrotado, con una cuota de sangre pequeña, pero de cualquier forma lamentable, y después de muchas horas de tensión y zozobra en la sociedad. El ejército se deslindó de los sublevados y, a la postre, tomó por asalto el hospital policial en el que mantenían secuestrado al mandatario, lo liberó y lo transportó hasta el palacio presidencial de Carondelet, donde Correa fue objeto de un recibimiento apoteósico de sus seguidores. De esta manera quedó restablecido el orden democrático en la nación sudamericana.

La intentona dejó ver, por otra parte, un patrón golpista que viene afectando a diversas naciones de la región desde 2002, cuando el presidente venezolano Hugo Chávez fue temporalmente derrocado y secuestrado por militares desleales, lo que se repitió en escala menor en Bolivia en 2008 y que un año más tarde logró subvertir el orden democrático en Honduras. Tal fenómeno plantea uno de los más graves desafíos a la legalidad y a la democracia en el subcontinente y amenaza con causar una regresión histórica que podría borrar lo conseguido en materia de normalización democrática desde hace cinco lustros, cuando colapsaron las dictaduras militares que se enseñoreaban en la mayor parte de las naciones centro y sudamericanas.

El corolario inevitable de la violenta y peligrosa jornada que hubo de padecer ayer Ecuador es que no debe otorgarse impunidad a los golpistas y que las aventuras de subversión política emprendidas desde el aparato gubernamental deben ser rigurosamente castigadas conforme a derecho. Cabe esperar que el gobierno de Rafael Correa actúe en ese sentido en los próximos días y que la derrota experimentada ayer por la derecha oligárquica sea factor de fortalecimiento para las instituciones democráticas ecuatorianas, que sirva para superar las fracturas en el partido gobernante y que impulse la consolidación del proyecto de justicia social, soberanía y democracia que actualmente se aplica en el territorio de esa nación.

Bajo presión nada, con diálogo todo: Correa

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Correa agradece a su pueblo


Correa habla de conspiracion


Correa sobre inutil intento golpista

Jamás cedimos, jamás aceptamos negociar nada, bajo presión nada, con el diálogo todo, afirmó esta noche el presidente ecuatoriano Rafael Correa al relatar ante miles de ciudadanos los momentos más críticos del secuestro al que fue sometido hoy por un grupo de oficiales que le exigió revocar la Ley Orgánica del Servicio Público, aprobada este miércoles por la Asamblea Nacional.

Minutos antes, cuando eran las nueve de la noche en Quito (igual horario que en la ciudad de México), varios comandos militares terrestres se abrieron paso al hospital de la policía nacional con disparos de fusiles para rescatar al mandatario y llevarlo en un automóvil rodeado de vehículos militares hasta la sede del Poder Ejecutivo, el Palacio de Carondelet, donde fue recibido entre vítores y cantos patrióticos por militantes de Alianza País, el partido que lo llevó al poder en 2006 y que respalda la revolución ciudadana.

Gran culpa de todo esto la tienen los conspiradores de siempre, los que no lograron ganar en las urnas, dijo Correa vestido con el mismo traje que vistió en la mañana cuando se presentó ante los policías del Regimiento Quito número 1 a tratar de convencerlos de que desistieran de su sublevación en rechazo a la nueva legislación, que forma parte de una serie de reformas legales en las que se ha sumergido Ecuador desde que en 2008 fue aprobada la nueva Constitución.

En respuesta, los policías agredieron al mandatario, lo insultaron y lanzaron gases lacrimógenos e intentaron quitarle la máscara antigas que llevaba y casi lo asfixian, por lo cual fue llevado al hospital contiguo.
Desde la sede presidencial, hacia la una de la tarde, un contingente se dirigió hacia el hospital encabezado por miembros del gabinete y otros funcionarios para demandar la liberación de Correa, pero después de una hora de marcha, los uniformados –muchos de ellos miembros de escuadrones de motociclistas– recibieron a la gente con gases lacrimógenos, piedras y golpes. Estos enfretamientos se repitieron a lo largo de la jornada.

A esa hora, los pronunciamientos políticos de legisladores y magistrados eran en favor de la defensa de las instituciones que Ecuador trata de reconstruir después de una década caracterizada por la inestabilidad y los cambios presidenciales. La oposición guardó silencio la mayor parte del día hasta que desde Brasilia, Gutiérrez habló a los medios para rechazar su involucramiento, al tiempo que sugirió la disolución del Congreso y la anticipación de comicios presidenciales.

El alzamiento de los uniformados se extendió en varias ciudades. Riobamba, Latacunga, Guaranda, Ambato, Cuenca, Loja, Santo Domingo, Ibarra, Machala y Manta.

Aunque se habló en general de que militares participaron en el intento de asonada, el único cuerpo claramente identificado fue el de la fuerza aérea, que ocupó el aeropuerto internacional de Quito para obligar a la cancelación de operaciones, las cuales fueron reabiertas al anochecer, según la autoridad local de aeronáutica civil.

El mando militar y policial manifestó su pleno respaldo al presidente Correa, pero el jefe del Comando Conjunto de las fuerzas armadas, general Ernesto González, declaró que no estamos condicionando, estamos solicitando que la mencionada ley (que elimina bonificaciones a los uniformados) sea revisada y si es el caso en las instancias correspondiente, sea derogada.

Correa responsabilizó esta noche directamente al coronel retirado del ejército, Lucio Gutiérrez, quien gobernó al país entre 2003 y 2005, año que en fue derrocado por un levantamiento popular. Vi a los infiltrados por Lucio, dijo el presidente al referirse al diálogo que sostuvo en las primeras horas del día, antes del amotinamiento de los policías en cuartel policial.

En el espectacular operativo de rescate, la irrupción de unos 500 soldados –según el recuento de la televisión pública ecuatoriana que transmitió en directo y en cadena nacional los hechos– desató un tiroteo en las inmediaciones del nosocomio, que se prolongó durante una hora y que junto con los otros acontecimientos del día arrojó un saldo de 74 heridos y dos muertos.

El rescate y traslado de Correa tardó alrededor de 30 minutos. En las imágenes televisivas se pudo ver que una persona en silla de ruedas era llevada de un lugar a otro, pero no quedó claro de quién se trataba hasta que lo confirmó el viceministro del Interior, Edwin Jarrín. Lo sacamos, lo sacamos, dijo a medios locales y extranjeros, mientras en la televisión se observaba aún la movilización militar en la zona del hospital, ubicado en el sur de Quito.

Tras celebrar que había logrado salir del hospital con vida, Correa confesó sobre su cautiverio: se me salieron las lágrimas, no de miedo, sino de tristeza, porque los hechos, explicó, sólo se deben al temor a la revolución ciudadana, es decir, el programa de gobierno basado en la recuperación de recursos naturales, austeridad administrativa y alianzas con países afines como Venezuela y Bolivia.

El retorno de Correa estuvo acompañado de una movilización de miles de personas que desde el mediodía –cuando se supo que el presidente estaba secuestrado– acudieron a Carondelet a defender la institucionalidad política.

No ha tocado una prueba durísima, resumió Correa por la noche, ante los ciudadanos. Un grupo de oficiales muy cortés se entrevistó conmigo en el hospital para exigir la revocación de la ley, lo que corresponde a la Asamblea. Les respondí que no haría eso, que salidría con dignidad de ahí o como cadáver.

Como en una función de opereta, los policías secuestraron a su comandante en jefe, dijo Correa en tono reflexivo. Hoy es un día triste. Fueron unos cuantos, pero no habrá perdón ni olvido. Además, la ley no será revocada, agregó. Unos minutos más tarde, terminó su discurso con una advertencia: Esta revolución ciudadana no la para nadie. ¡Hasta la victoria, siempre!

Fuentes: Afp, Dpa, Reuters, Notimex y Pl, Periódico La Jornada
Viernes 1º de octubre de 2010, p. 2

Frente Amplio: Victoria Popular en Ecuador

Comunicado de prensa, 30 de setiembre de 2010

Enfrentando las balas y los gases de los policías golpistas, los ecuatorianos revolucionarios y demócratas salieron a la calle y expresaron durante las once horas de secuestro de Rafael Correa su disposición a luchar hasta las últimas consecuencias.

Esa actitud valiente del pueblo fue honrada por el Presidente Correa, que durante todo el tiempo mantuvo firme su dignidad y la responsabilidad histórica con los sectores populares y progresistas que lo llevaron con su lucha y con sus votos al Gobierno.

La decisión de Correa de preferir morir antes de venderse o de rendirse, galvanizó la decisión de lucha del pueblo y alertó a la opinión pública internacional.

La condena prácticamente unánime del mundo progresista y de casi todos los gobiernos de la comunidad internacional, jugó un papel también de suma importancia, dado el silencio cómplice de la administración estadounidense.

El ejército que en medio de vacilaciones finalmente acudió al rescate de Correa del secuestro policial, demostró estar dividido entre un sector constitucionalista que condenó inmediatamente la asonada policial, y otro sector proyanqui y títere de la oligarquía que trató de justificar el levantamiento armado.

Es un triunfo que podría conducir a una mayor consolidación del gobierno de Correa, pero también expresión de las graves amenazas que penden sobre los gobiernos democráticos y progresistas de Ecuador y de América Latina. El peligro no ha desaparecido, al contrario, se ha encendido la señal de alerta y debemos mantenernos en vigilia permanente frente a un enemigo que no duda en el crimen para que nada cambie en Ecuador y en Nuestra América.

El imperio y la derecha latinoamericana están desarrollando una contraofensiva, para tratar de frenar y revertir los procesos revolucionarios y democráticos que tienen lugar en América Latina.

El golpe en Ecuador siguió el mismo guión que en Honduras. Sin embargo no sólo la derecha aprendió de Honduras. La respuesta al golpe de Ecuador ha sido mucho más rápida, efectiva y contundente del conjunto de fuerzas patrióticas y democráticas de todo el Continente. La rápida reacción del pueblo ecuatoriano, el coraje y la claridad de Correa, la condena inmediata de la UNASUR, del ALBA, de los medios de comunicación alternativos, las movilizaciones frente a muchas embajadas de Ecuador, expresa también una correlación de fuerzas en América Latina que puede movilizarse favorablemente para el polo del progreso, de la soberanía y de la democracia.

La misma resistencia valiente y tenaz del pueblo hondureño, y la actitud recta del presidente Manuel Zelaya, también son una advertencia de que no se pueden dar golpes de Estado impunemente en la América Latina de hoy. Pueden sacar a un presidente, incluso asesinarlo, pero no pueden sofocar la rebeldía de pueblos que no están dispuestos a someterse al poder corrupto y criminal de las derechas latinoamericanas.

Desde el Frente Amplio de Costa Rica saludamos con emoción y solidaridad al pueblo ecuatoriano, a su Presidente Rafael Correa y a su Gobierno. Celebramos la victoria, pero sabemos como lo afirma el Presidente Correa que los acontecimientos de hoy, no son hijos de una acción aislada de la policía, detrás del golpe están los de siempre, las mismas fuerzas reaccionarias que convirtieron a América Latina en una fábrica de hacer pobres, de corrupción y de crimen organizado. Los pueblos unidos y movilizados podemos vencer, como lo ejemplifica la victoria popular en Ecuador.

Comité Ejecutivo Nacional
Partido Frente Amplio

Estado de Excepción en Ecuador: Entre la odisea del socialismo y el diseño estratégico para la región

Es difícil anticipar qué podría ser, si es un golpe movimiento para saldar cuentas pendientes internas o es el diseño estratégico para la región. En ambos casos es grave, aunque sería gravísimo que fuera más de lo último. Honduras con Zelaya vienen inmediatamente a la mente.

No parecía creíble que Estados Unidos aún con la bonhomía de Barack Obama pudiera aceptar un modelo de socialismo de siglo XXI como lo profesa el presidente Correa. HiIlary Clinton estuvo en abril en Ecuador y pronunció elogios a la situación ecuatoriana, sin embargo la coyuntura actual es complemente diferente.

La crisis económica mundial no cede, una guerra ad portas en Irán, un golpe estado incubándose en Pakistán, leyes draconianas en Estados Unidos y Europa para detener la inmigración, y un proceso acelerado de recuperación de la hegemonía de Estados Unidos en la región.

En un momento reciente, en medio de la crisis económica y el desprestigio de EEUU por tener a George W. Bush en la presidencia, con Venezuela, Ecuador, Bolivia, y hasta cierto punto Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay convertidos en agentes antagónicos a la supremacía estadounidense, parecía inconcebible que la potencia mayor que es Estados Unidos perdiera la supremacía en la región que es la columna vertebral de su dominio en el hemisferio occidental

Correa llegó al poder con mucha popularidad anunciando cambios, y con el tiempo surgió el proceso de la constituyente de reformar a la Constitución con un 80% de apoyo popular.

En la situación ecuatoriana de transformación constitucional, los poderes tradicionales representados por los partidos políticos han sido mermados pero no han sido derrotados. Es posible que este movimiento de tropas no sea más que esta parte de la civilidad acudiendo a las Fuerzas Armadas para hacer salir del poder a este “usurpador” encarnado en la figura del presidente Rafael Correa.

El presidente Rafael Correa fustigó agresivamente a la clase política tradicional. Un periodista ecuatoriano entrevistado afirma: “Correa ha insultado a los miembros de los paridos tradicionales que han manejado el poder por lo que han hecho con el país y le ha sido difícil dialogar con ellos porque las premisas son diferentes”.

Parece que estos grupos políticos le “estarían pasando la cuenta” a Correa, y que el tema de la rebaja salarial en el ejército sería el pretexto para una decisión ya tomada en varios niveles. No se descarta el intenso proceso de lobby por parte de Estados Unidos para sacarle una mascada mayor al populismo de izquierda instalado en la región según la lectura del análisis acoplado a los alineamientos tradicionales. La continuidad de la tesis de autonomía del Gobierno de Lula, con la más que probable elección de Dilma Roussef en Brasil, inquieta demasiado al poderoso “establishment” de la política exterior estadounidense, que Barack Obama, lamentablemente no ha podido contener con su aire fresco de una nueva política internacional; lejos de la supremacía tipo guerra fría.

Una fuente periodística contactada en un viaje que hice a Quito en marzo de este año, me informó entonces de la personalidad del Presidente Rafael Correa con un dejo de insatisfacción, producto de un antagonismo generado entre Correa y algunos medios; como siempre aquellos de mayor circulación e impacto en la opinión pública.

Nos dice: “El presidente Correa tiene carácter mesiánico, y arrastra el problema de no haber arribado al poder con un partido político. Se apoya en un grupo heterogéneo y cuando habla del socialismo del siglo 21 es un grupo amplio que lo apoya, pero no es un partido político con inserción en las masas. Sin embargo también es apoyado por grupos que no profesan estos ideales”.

El Ministro de Defensa Javier Ponce ha sido un brazo derecho en la administración de Rafael Correa y en la contención de los apetitos políticos de los militares ecuatorianos y al parecer en esta coyuntura su rol no ha tenido el peso esperado.

“Javier Ponce es un periodista y escritor, pero en el fondo es un excelente analista político” dice nuestra fuente. “Proviene de una familia de izquierda de clase alta y el presidente Correa lo llamó para que manejara su oficina como su jefe de gabinete y después lo nombra en la cartera de Defensa”, agrega.

El ministro Ponce es un punto muy oscuro en el mapa del Pentágono respecto a las figuras que no podían existir en la discusión del futuro diseño estratégico en la región. Para algunos sectores del militarismo es como un infiltrado. Aún así, el 23 de septiembre último se reunía con Robert Gate, el jefe del Pentágono. El izquierdismo de Javier Ponce le está significando un costo a la estrategia de Rafael Correa de introducir su modelo de socialismo de Siglo XXI.

Rafael Correa no ha podido armonizar las obvias necesidades de participación popular con las demandas de los grupos tradicionales del poder, léase: banca, industria y agencias de servicios asociadas al capital transnacional en las áreas como energía, petróleo y telecomunicaciones. En este desencuentro, este movimiento de tropas ha encontrado el contexto propicio para su pronunciamiento decisivo.

“Correa ha querido que lo aplaudan los medios y cuando comenzamos a decir ciertas cosas ya no le gustó”, nos dice nuestro interlocutor en marzo con visión profética.

Escuchaba y pensaba en el gobierno de Rafael Correa con una oposición encubierta en apariencia, pero intensa y apasionada para recuperar el poder que no habían perdido, pero que se les estaba escapando de las manos.

Los cambios que ha efectuado Rafael Correa en este corto tiempo, igual dejan la impronta que Ecuador no será nunca el mismo, y que las elites tradicionales deberían encontrar una forma de organización social más representativa y participativa, si es que desean seguir gobernando.

Lo que ocurre en Ecuador, es la vieja polarización de la Guerra Fría entre socialismo o capitalismo fascista, pero con el ropaje nuevo adocenado de las transnacionales que vulgarizan todo hasta el punto que trafican con el poder en repúblicas y estados hechos a medias, con partidos políticos colocados en sus libretas de salarios e imposiciones.

Ecuador ofrecía esa posibilidad bastante similar a la que planteaba Salvador Allende 43 años atrás; una apertura al poder del pueblo y al poder popular. Pero no. El cavernario capitalismo no puede. Es una estructura que en lo político es completamente irracional a la hora de contabilizar rentabilidad y sus leales soldados que golpean hasta masacrar.

Todo se hace bajo la pantomima de la libertad, mientras los medios de información masiva son financiados por las mismas transnacionales que han cometido esos genocidios y se apoderan de la única instancia donde los pobres pueden negociar: El Estado.

Fue Honduras, ahora es Ecuador, mañana será Bolivia, esperemos que no sea, o Venezuela, y cualquier manifestación de disidencia a este capitalismo tan tramposo, malo y caro como lo ilustraba el analista David Borizón. Cada vez más no hay que ser tímido respecto a la dicotomía: o socialismo o barbarie.

Se acabó el tiempo de los análisis para contemplar o morigerar el comentario, es el tiempo de las opciones.

_ *especial para ARGENPRESS.info_

Declaración de Cuba contra intento de Golpe de Estado en Ecuador

Por instrucciones del Presidente del Consejo de Estado y de Ministros haré la declaración siguiente:

  • El gobierno de la República de Cuba condena y manifiesta su más enérgico rechazo al golpe de Estado que se desarrolla en Ecuador. El presidente Correa ha denunciado que está en curso un golpe de estado, que ha sido agredido y que se le retiene por la fuerza en el Hospital Metropolitano de la Policía de Quito.
  • Cuba espera que la jefatura de las Fuerzas Armadas ecuatorianas cumpla su obligación de respetar y hacer cumplir la Constitución y de garantizar la inviolabilidad del Presidente de la República legítimamente electo y asegurar el Estado de derecho.
  • Responsabilizamos al jefe de las Fuerzas Armadas de Ecuador con la integridad física y la vida del Presidente Correa. Debe asegurarse su plena libertad de movimiento y el ejercicio de sus funciones.
  • Rechazamos enérgicamente las declaraciones que se atribuyen a la llamada Sociedad Patriótica, de Lucio Gutiérrez que proclama intenciones abiertamente golpistas.
  • Cuba ofrece su más absoluto y completo respaldo al gobierno legítimo y constitucional del Presidente Rafael Correa y apoya al pueblo ecuatoriano que se moviliza para rescatar a su Presidente.
  • Cuba se une a las declaraciones de Presidentes latinoamericanos y organizaciones internacionales que exigen se detenga la intentona golpista.
  • Emplazo al gobierno de los EE.UU. a que se pronuncie contra el golpe de estado. Su vocero sólo ha dicho que “sigue de cerca la situación”. Una omisión en este sentido lo haría cómplice del intento de golpe.
  • Hechos como este solo sirven a intereses externos a nuestra región que pretenden impedir el avance de procesos independientes y transformadores.
  • Es un intento además por silenciar la voz del Ecuador y de su Presidente en su enfrentamiento a la política intervencionista de los Estados Unidos en la región.
  • Intentos desestabilizadores como estos solo buscan retrotraer a nuestra región a la época de golpes de estado, ahora bajo otras fórmulas, para restaurar la dominación del imperialismo y las oligarquías.
  • Cuba advirtió, en ocasión del golpe de estado organizado en Honduras, con la participación de sectores de poder de los Estados Unidos, y después con la situación de impunidad en que han quedado los golpistas, que con esos graves hechos se había reabierto una nueva era de golpe de estados y dictaduras militares en América Latina.

Policía sublevada reprime a manifestantes que intentan rescatar a Correa

Un grupo de policías sublevados reprime este jueves a cientos de manifestantes que intentan proteger los alrededores del hospital militar de Quito, donde se encuentra secuestrado el presidente de la nación, Rafael Correa, en medio de un intento de golpe de Estado.

“La Policía dispara de frente a la población (…) Disparan directametne a la poblacion (…) agresión directa al pueblo ecuatoriano que lo único que quiere es defender la democracia “, explicó vía telefónica el corresponsal de teleSUR en la capital, Cristian Salas.

Informó que cientos de manifestantes se movilizan hacia el centro en un intento de llegar hasta el Hospital, donde oficiales se alzaron en protesta por la eliminación de una resolución de la Ley de Servicios Públicos.

“Los ciudadanos intentan llegar al Hospital y son impedidos, agredidos con bombas lacrimógenas y violencia física”, dijo el reportero.

“Continuamos intentando llegar al hospital donde está el presidente pero las calles están cercadas por los policías y las vías se mantienen obstruídas”, agregó.

TeleSUR 30/09/10