Policías que aún no reciben curso para atender eventos masivos estarán en La Romería

La Seccional ANEP-Fuerza Pública denuncia que el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) utilizará durante La Romería a 125 estudiantes que apenas tiene dos meses de haber ingresado a la Escuela Nacional de Policía (ENP) quienes no han recibido el curso denominado manejo masas.

Así lo manifestó Mainor Anchía, Presidente de la Seccional ANEP-Policía Penitenciaria quien indicó que esto lo constato en la misma Escuela Nacional de Policías. “A la fecha, nuestros compañeros y compañeras, no han recibido la instrucción pertinente para atender este tipo de eventos, a saber: control de masas, y técnicas de intervención policial.

Ante esta situación Anchía planteo varios escenarios, por ejemplo, ¿qué sucede si en una intervención algunos de estos funcionarios resultan lesionados?

“En casos como estos desconocemos si dichos funcionarios perderían el curso o peor aún qué pasa si resultarán acusados de abuso de autoridad e incumplimiento de deberes. Es necesario conocer si el MSP abrirá un proceso disciplinario o los eximirá por haberlos expuesto indebidamente”, dijo Anchía.

Otra de las críticas realizadas por la Seccional contra el MSP es que estos oficiales no reciben algunos incentivos salariales, en razón de ser parte de un proceso de formación policial y, por ende, no estar aún dentro del Estatuto Policial.

“Ellos no reciben el 25% por disponibilidad, ni el rubro denominado Alto Riesgo; esto evidentemente es considerado, por nosotros, como un abuso por parte de la Administración. Igualmente nos parece abusivo, que a pesar de que las y los funcionarios del citado curso, en su mayoría provienen de lugares lejanos, no se les adecue el rol de servicio, de conformidad con las mismas directrices emitidas por la Dirección General de la Fuerza Pública”, finalizó Anchía.

Sindicalismo del bicentenario (Parte I)

En el año 2021 Costa Rica celebrará (junto a sus hermanas centroamericanas Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua), los 200 años de independencia política con respecto a España.

Nuestro país se prepara en diversos campos para la celebración del bicentenario de su nacimiento como Estado y a menos de cinco años de tan importante acontecimiento, estamos desde ya lanzando el planteamiento de prepararnos para el Sindicalismo del Bicentenario, así en mayúsculas.

Lanzamos este planteamiento el pasado jueves 1 de diciembre de 2016 con ocasión de la realización del foro sindical “La Convención Colectiva en el Sector Público de Costa Rica: Desafíos”, evento al cual fuimos invitados como expositor. Agrademos que se nos tomara en cuenta para tal propósito, tanto a la prestigiosa entidad facilitadora, la Fundación Friedrich Ebert (FES) de Alemania, así como a la más representativa corriente sindical de la actualidad de nuestro continente, la Confederación de Trabajadores y de Trabajadoras de las Américas (CSA.

Sin duda alguna, desde ahora deben estarse dando muchos preparativos para la conmemoración del bicentenario de la independencia patria y el sindicalismo no puede quedarse atrás. La organización sindical, duélale a quien le duela, continúa siendo la instancia natural, la realmente legítima, la que consagra toda la normativa del Derecho Internacional del Trabajo y los propios pactos universales en materia de Derechos Humanos para la defensa de los derechos laborales, sociales y económicos de la clase trabajadora. Ya no solamente en la característica clásica de la misma (relación asalariada con empleo formal y salario fijo), sino en las otras vertientes producto del desarrollo de sociedades de exclusión, de desigualdad y de innovaciones tecnológicas aceleradas.

También es la clase trabajadora quien está en el desempleo o en el subempleo y en la actividad del sector informal de la economía, labora por cuenta propia (cuentapropismo), quien trabaja por tarea y/o con relaciones de trabajo disfrazadas; e, incluso, quien está en microemprendimientos empresariales, en pequeñas y medianas empresas.

Este amplio universo obrero, socialmente comprendido, se encuentra actualmente en un práctico abandono de representación y de interlocución. Los partidos políticos, partidos a su vez en su propio interior, solamente parecen estar interesados en la próxima elección y los cargos en disputa. Aunque se dan excepciones, la lógica sistémica dominante y el papel del latifundismo mediático parecen no dejar “títere con cabeza” en cuanto a partidos políticos. Esto en parte explica que más del 50% de la ciudadanía electora no crea más en ellos.

El corporativismo gremial de carácter patronal-empresarial parece estar interesado únicamente en la representación de los consorcios más grandes de la acumulación de capital. Por otra parte, los sistemas solidarista y cooperativista se enfocan, por lo general, en el segmento obrero y social que ofrece seguridad y estabilidad para sus correspondientes estabilidades financieras.

Por su parte, el sindicalismo actual, atrincherado en su campo corporativo-gremial por razones obvias, lógicas y hasta de sobrevivencia, muestra cortedad de visión e inmediatismo existencial que autocríticamente se debe reconocer, porque la excepción no alcanza para hablar del bienestar de todo su conjunto. El sindicalismo no está pasando por su mejor momento (tanto por razones objetivas como subjetivas), aunque su peso en la sociedad costarricense de hoy no se puede desconocer, ni se puede menospreciar, ni se puede eliminar.

Bien podríamos sentarnos a pensarnos nosotros mismos, a modo de introspección colectiva, ver cómo llegamos a la etapa del Sindicalismo del Bicentenario, como sólida alternativa de organización obrera y laboral, representando la diversidad de la misma en un ámbito de lucha por una real Democracia Social (que no es lo mismo que socialdemocracia).

Asimismo, desearíamos saber cuál sería la naturaleza estratégica del Sindicalismo del Bicentenario en un mundo y en una sociedad como la que nos está tocando vivir, cuya principal característica es la de la apropiación de la riqueza planetaria: el 1% de toda la población mundial tiene una riqueza acumulada equivalente a la riqueza del restante 99% sumado conjuntamente.

Deberíamos considerar las concepciones fundamentales que podría tener el Sindicalismo del Bicentenario en nuestro país, considerando estratégicos planteamientos que se vienen formulando desde distintos ámbitos, tanto nacionales como internacionales; altamente preocupados por el rumbo del país y del planeta mismo ahora que la globalización neoliberal está mostrando su fracaso con el advenimiento de las xenofobias como políticas de Estado; del racismo, del nacionalismo chovinista, de la misoginia, de las olas migratorias sin control, del fanatismo religioso genocida; de los TLC diseñados para el exterminio de lo social en pro del gobierno mundial-planetario de las mega corporaciones transnacionales monopólicas, duopólicas y/u oligopólicas. Continuará…

Regla fiscal

¡Ni modo! Estos temas macroeconómicos, fiscales-tributarios, de la “alta economía”, especialmente cuando llevan una carga ideológica contraria al bien común y a la inclusión social, son tan delicados, de tanto cuidado al involucrar a toda la población que a pesar de nuestra ignorancia y desconocimiento no queda más remedio que ocuparnos de ellos; especialmente si se tienen responsabilidades de representación obrera y social, y uno sigue creyendo en las posibilidades de una sociedad de inclusión social plena en la cual quepamos todos y todas, pese a que todo indica que este mundo de la globalización neoliberal nos lleva al despeñadero.

Afortunadamente son muchas las personas que con preocupaciones de este tipo y ubicadas en diferentes escenarios aportan para una comprensión común de la naturaleza de los desafíos hacia la defensa social.

Esto resulta muy valioso para quienes como uno, neófitos y recién llegados a estas complejas cuestiones que tienen que ver con la manera de cómo se distribuye la riqueza en una sociedad, tengamos posibilidades de dar una voz, un criterio, una alerta, un llamado, de forma tal que nunca se nos increpe o se nos acuse de estar mirando para otro lado cuando situaciones tan graves se fraguan contra la gente, contra el mayor número, contra el pueblo trabajador principalmente.

Dicho esto, pareciera que como si ya no fuera poco todo lo que hemos venido enfrentando con relación a estos temas macroeconómicos, fiscales-tributarios, dizque de la “alta economía” (por ejemplo, el Expediente Legislativo 19.506, el del ataque al empleo público); lucha que hemos venido dando basados en nuestra perspectiva y en nuestros planteamientos de un sindicalismo sociopolítico, de un sindicalismo ciudadano; ahora nos cae en nuestra agenda de lucha el Expediente Legislativo No. 19.952, denominado “Ley de responsabilidad fiscal de la República”, pero que podemos nombrar simplemente como “Regla Fiscal” para efectos del manejo cotidiano que implica su abordaje.

Don José Ramírez Aguilar, diputado de la República, nos dio los primeros elementos de contenido de “Regla Fiscal” y considerando la seriedad de su desempeño parlamentario y la rigurosidad del profesionalismo técnico de su equipo asesor, la verdad es que ya estamos alarmados por lo que abarca esta iniciativa de ley, pensando en que habrá más deterioro de las posibilidades cada vez más lejanas en materia de reversión del crecimiento de la desigualdad y de un debilitamiento de un deseable potenciamiento de nuevas oportunidades de inclusión social.

Nos indica el citado legislador que este proyecto de “Regla Fiscal” es nocivo.
Concretamente su mensaje tiene esta alarma: “Queremos alertar a la población costarricense acerca de un proyecto que se está tramitando en la Comisión de Asuntos Hacendarios llamado ‘Regla Fiscal’.

Este proyecto busca que en la medida que la deuda del país aumente, el presupuesto del Estado disminuya automáticamente ocasionando así limitantes en la inversión de escuelas, de Cen-Cinai, no podríamos invertir en servicios de salud”.

Continúa indicando este primer llamado de atención que nos formula el diputado don José Ramírez Aguilar, lo siguiente: “Más grave aún es que según algunas instancias internacionales, para el 2019 la deuda del país si no se toman medidas va llegar al 60%, si llegamos al 2019 y se aprueba este proyecto estaríamos obligados congelar salarios, congelar pensiones, el país no podría asumir deudas, tampoco podría subsidiar, es decir si en el 2019 hay un problema en el sector agrícola por ejemplo, el país no podría hacer nada por ayudar a este sector mediante los subsidios que se le dan al sector cafetalero cuando hay problemas con las cosechas por causas como la roya”.

A juzgar por el mensaje de alerta que nos lanza el diputado mencionado, la cosa es mucho más seria de lo que podríamos pensar, inicialmente, al tener un conocimiento primario del proyecto de “Regla Fiscal”.

¡Pongámosle cuidado a este señalamiento!: “Por otra parte las instituciones descentralizadas como el ICE y como la CCSS se verían obligadas a tener un presupuesto igual al del Estado, es decir, si el Estado tiene un presupuesto bajo, estas instituciones tendrían que también bajar el presupuesto sin importar las afectaciones y necesidades que se dejarían de cubrir, tendríamos consecuencias muy serias que pondrían derivar en la desestabilización del país”.

Concluye el ya citado parlamentario con una apelación a la conciencia crítica de la sociedad, incluido los sindicatos: “Por eso, al día de hoy este proyecto debe ser votado de manera negativa. Necesitamos la unión de todos los sectores y de toda la población para impedir que avance este mega combo llamado ‘’Regla Fiscal’’.

“En guerra avisada, no muere soldado”… “Cuando el río suena, piedras trae”. Nada mejor que estos dos refranes populares para que empecemos a ocuparnos y a preocuparnos, en serio, por este asunto del Proyecto 19.952, “Regla Fiscal”.

Varias cosas se nos vienen a la cabeza al momento de escribir este comentario sobre este tema de “Regla Fiscal”.

PRIMERO: Cada vez nos convencemos más de que nuestra sociedad ocupa de una auditoría ciudadana de la deuda, la deuda pública, tanto la contraída con entidades nacionales (públicas y privadas) como con organismos internacionales. Si se estima que para el año 2019, la deuda va a llegar al 60% del Producto Interno Bruto (PIB), ¿cómo nos hemos de preparar como país para ello? Lanzarse por el precipicio social del “austericidio” y del “suicidio” de la inversión pública no es conveniente para nadie, ni siquiera para los abanderados del fundamentalismo fiscalista.

SEGUNDO: Siempre hemos tenido inquietud de que la cosa presupuestaria del Estado, concebida integralmente, no puede seguirse restringiendo a que en la Asamblea Legislativa solamente se conozca sobre el 40 % del total de la misma; 40 % al cual se le denomina erróneamente como presupuesto “general de la República” para un determinado ejercicio fiscal. El otro 60 % no pasa por el parlamento, solamente por la Contraloría General de la República (CGR).

Es obvio que con el tipo de parlamentos que tenemos actualmente se pueda concluir en un “¡qué dicha”! que la Asamblea Legislativa no se mete con ese 60%; y más todavía que ahora ese mal llamado presupuesto “general de la República” se puede aprobar de facto, con el ya legitimado mecanismo de ruptura de quórum como acaba de suceder con el del 2017. No obstante, un abordaje nacional de carácter integral del problema de la deuda no puede dejar de considerar una situación como la que estamos planteando.

TERCERO: Debemos volver sobre el tema del carácter del sistema tributario costarricense. Si para algunos entendidos hasta 32 puntos porcentuales de Producto Interno Bruto (PIB) andan dando “vueltas por la calle” en estos momentos, resulta de un orden fundamental considerar las necesarias transformaciones tributarias estructurales (y hasta revolucionarias) para imponerlas cuanto antes si ese escenario catastrofista de 60% puntos PIB de deuda al que llegaremos en el 2019 abre las puertas de un impensado cataclismo social.

Pareciera que es sumamente urgente considerar esto de la “Regla Fiscal” con perspectiva (como apuntamos arriba), de sindicalismo sociopolítico y de sindicalismo ciudadano. Además, parece necesario analizar lo que piensan “del otro lado”: El documento “Reglas fiscales: análisis de una propuesta para Costa Rica” de la Academia de Centroamérica” debe estar en nuestro marco documental en toda esta cuestión.