Seccional Cruz Roja se verá “cara a cara” con jefatura por derechos laborales de cruzrojistas

La Seccional ANEP-Cruz Roja Costarricense conciliará el próximo miércoles 21 de setiembre en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) con el presidente de la institución, Glauco Ramírez, temas relacionados con los derechos laborales de los trabajadores.

Pese al gran esfuerzo y sacrificio que realizan cientos de cruzrojistas para salvar vidas, muchos de ellos no cuentan con un salario digno, trabajan jornadas extenuantes sin el reconocimiento de las horas extras y, además se las tienen que ingeniar para cubrir las emergencias.

Estos fueron algunos de los motivos por los que los trabajadores conformaron el pasado 6 de agosto el sindicato de la ANEP en la Cruz Roja y por lo que tendrán una cita “cara a cara” con el presidente de la institución.

La audiencia conciliatoria se llevará a cabo en el despacho del viceministro Harold Villegas, a partir de las 10 a.m. y contará con la presencia de integrantes del nuevo sindicato; Idalberto González, Gerente General; Albino Vargas Barrantes, secretario General de la ANEP; quienes también fueron convocados a dialogar sobre la problemática que enfrentan los trabajadores de la Cruz Roja.

Ricardo Castro, presidente de la Seccional ANEP-Cruz Roja explicó que decidieron conformar el sindicato debido a la necesidad de abrir el proceso de diálogo y negociación ante una serie de problemas laborales que se han ido acumulado por varios años.

“Queremos mantener una igualdad real laboral y poder tener una cercanía entre patrono y trabajadores, hay ciertas situaciones que consideramos que no están dentro de los límites normales. Necesitamos que la organización mantenga una equidad laboral a nivel nacional ya que somos unos 1.200 trabajadores con condiciones diferentes”, agregó Castro.

Albino Vargas, Secretario General de la ANEP considera que la acumulación de problemas laborales a afectado social, económica y anímicamente a los cruzrojistas.

“Es necesaria la mesa de diálogo, ya que la acumulación de problemas sociolaborales han venido generando mucha preocupación en todo el colectivo laboral de esta benemérita institución”, indicó Vargas.

Patria Justa, Centrales Sindicales y SEC se preparan para huelga general

El Colectivo Sindical Patria Justa, las Centrales Sindicales y el SEC realizaron un llamado a todas sus bases para que se preparen para una huelga general indefinida ante el nuevo “combo” llamado Ley para racionalizar el empleo público, proyecto destinado a eliminar derechos laborales, empobrecer a la clase trabajadora, aniquilar el empleo público y ocultar la verdadera razón del déficit fiscal.

Para Patria Justa, las Centrales Sindicales y el SEC los acontecimientos ocurridos en el pasado 1º de mayo en la Asamblea Legislativa con la elección del nuevo Directorio Legislativo demuestran el favorecimiento a los sectores de mayor poderío económico del país y en contra de la clase trabajadora, en especial, del sector público.

Reducir el derecho de cesantía, eliminar la dedicación exclusiva y la disponibilidad, así como minimizar el monto de las anualidades y derogar el derecho constitucional de la Negociación Colectiva, entre otros aspectos, no vendrían a solucionar el problema del déficit fiscal; por el contrario, alimentan el “estallido social”.

Otras de las preocupaciones de este Colectivo Sindical es la serie de reglas fiscales que contiene dicho proyecto, ya que vendrían a agudizar el grado precario que manifiestan muchos servicios públicos por los recortes presupuestarios que han sido sometidos.

Asimismo, abre el camino para despidos masivos en la administración central del Estado y sus instituciones adscritas, esto porque la disposición de reducir el déficit y alcanzar un superávit representa para el Ministerio de Hacienda la labor de conseguir, al menos, un billón de colones (un millón de millones de colones), los cuales solamente se podrían obtener con el despido de 60 mil personas empleadas del sector público.

“Este proyecto nos recuerda las características que tuvo el Combo-ICE y nos parece que estamos en condiciones similares. Queremos hacer un llamado para la unidad sindical, nosotros estamos convencidos de que este proyecto solo se derrotará por medio de una huelga general y estamos trabajando en ello”, indicó Albino Vargas Barrantes, coordinador de Patria Justa.

Para las agrupaciones sindicales, las implicaciones de aprobarse el proyecto van más allá de los despidos masivos, esto porque al reducir los recursos para las instituciones se afectaría la prestación del servicio en seguridad ciudadana, atención primaria en salud, el servicio de la educación, servicios sociales y judiciales, entre otros que se financian con el presupuesto de la República.

Gilberth Díaz, presidente del Sindicato de trabajadoras y trabajadores de la educación costarricense (SEC), comentó que el movimiento de presión se hará en las calles para que el proyecto sea archivado en la corriente legislativa.

Por su parte, Olman Chinchilla de la Central del Movimiento de Trabajadores Costarricenses (CMTC) indicó que los grupos sindicales están por definir la fecha en que saldrán a defender los derechos laborales de los trabajadores (as) del sector público a las calles.

“La coalición que se conformó el 1º de mayo en la Asamblea Legislativa quiere esconder a la opinión pública el verdadero problema que tiene este país que es el déficit fiscal y que la clase trabajadora no es la responsable por la evasión del pago de impuestos”, agregó Chinchilla.

Patria Justa, las Centrales Sindicales y el SEC reiteran a la opinión pública que el llamado a la Huelga General está acompañado de la disposición de establecer el diálogo franco y transparente.

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Catolicismo social, no anticomunismo reformista

La obra de Iván Molina “Anticomunismo reformista” no puede aceptarse como una interpretación válida de la reforma social impulsada por la Iglesia Católica de 1940 a 1943, culminación de un esfuerzo iniciado a finales del siglo XIX. Dado el prestigio de Molina, bien ganado en otros trabajos, este libro merece una crítica serena pero firme, pues desnaturaliza la realidad histórica.

La creación de la CCSS, el Código de Trabajo y las Garantías Sociales conforman un acontecimiento de primera magnitud en la historia patria, solo comparable con la Campaña Nacional contra el filibustero.

“Anticomunismo reformista” afirma como idea central que “la reforma costarricense de la década de 1940 tuvo, en esencia, un origen anticomunista” (p. 200), que el comunismo costarricense produjo un anticomunismo socialmente reformista.

Para llegar a tan arbitraria conclusión, don Iván ha tergiversado el sentido de varios acontecimientos y procesos de nuestra historia y, más grave, no ha visto su concatenación.

El primero, la carta pastoral del obispo Bernardo A. Thiel, “Sobre el justo salario de los jornaleros y artesanos y otros puntos de actualidad que se relacionan con la situación de los destituidos de bienes de fortuna” (1893), adaptación de la encíclica Rerum Novarum de León XIII a la realidad costarricense.

Esta carta se inscribe dentro de las pretensiones electorales del Partido Unión Católica, surgido para defender los derechos de una Iglesia a la que se le había expulsado el obispo, prohibido la vida religiosa masculina y femenina, despojado de bienes materiales, expulsado de la enseñanza oficial y colocado prácticamente en la ilegalidad. Desde luego, no todas las medidas de los liberales eran nocivas.

Me refiero a la legalización del divorcio, el matrimonio civil y la supresión de la cláusula del Concordato – anacrónica e indefendible – que permitía al obispo supervisar la enseñanza, incluida la universitaria. Ahora bien, para modernizar al país no hacía falta arremeter contra la Iglesia copiando los métodos del liberalismo guatemalteco. Bastaba con buscar un nuevo acuerdo con Roma.

El obispo Thiel, quien fallece en 1901, no hizo de la carta “Sobre el justo salario” el eje de su pastoral (lo hubieran expulsado de nuevo). Sin embargo, esta carta y el Partido Unión Católica marcaron nuestra historia, pues en política nada se desvanece en la nada. No podía esfumarse un partido que obtuvo la mayoría de los votos en las elecciones de primer grado, viéndose los liberales en la necesidad de poner en la cárcel al candidato católico y en la presidencia a Rafael Iglesias.

El segundo acontecimiento, consecuencia del anterior, acaece en 1902 cuando nace el periódico “La Justicia Social”, donde escriben Jorge Volio, Rafael Otón Castro (en 1927 primer arzobispo de San José), Rafael Á. Calderón Muñoz (padre de Calderón Guardia), entre otras personalidades. El periódico conoce 466 ediciones.

El tercer acontecimiento es el Partido Reformista de Jorge Volio. Iván Molina resta toda importancia a que ese partido haya sido fundado en 1923, nueve años antes que el Partido Comunista, con el apoyo de la Confederación General de Trabajadores. Molina parece ignorar que del reformismo salieron importantes dirigentes del Partido Comunista, entre ellos Manuel Mora, y que el “Programa Mínimo del Partido Comunista” (1932) es casi una copia de los “Propósitos del Partido Reformista”. Se puede afirmar que el reformismo fue la cuna del comunismo a la tica.

El partido de Volio superó el 20% de los votos en las elecciones de 1924 y eligió cinco diputados, pese a la desinformación de la prensa, los obstáculos financieros y las interferencias clericales. El reformismo sembró en el pueblo la noción de que el Estado debe promover el bien común en áreas abandonadas por el liberalismo como los accidentes de trabajo, la educación universitaria, la distribución de la tierra, la nacionalización de las riquezas del subsuelo, la justicia tributaria, etc. Volio nunca dejó de ser “un soldado de Cristo” (son sus palabras) y la masa de sus seguidores unió, como nunca antes ni después, la fe religiosa con la lucha por la justicia social.

En cuarto lugar, numerosos clérigos impulsaron la justicia social, conscientes de los atropellos laborales. No constituían la mayoría de su estamento, pero ofrecieron un respaldo pastoral a* ciertos políticos católicos ubicados en partidos liberales.* Mark Rosenberg, en su trabajo sobre el Seguro Social (1983), menciona a los médicos Mario Luján y Rafael Á. Calderón Muñoz, junto con Carlos María Jiménez, José Albertazzi Avendaño y Guillermo Padilla Castro. Algunos llegaron a formar parte del gobierno de Rafael Á. Calderón Guardia. (Urgen nuevas investigaciones sobre la labor paciente, silenciosa y tenaz de ese grupo que actuaba desde lo interno de los partidos liberales, a lo largo de los tres primeros decenios del siglo XX, que culminó con Calderón Guardia como presidente).

La preparación mencionada de modo esquemático culmina con el arribo simultáneo del doctor Rafael Á. Calderón Guardia a la silla presidencial y de monseñor Víctor Sanabria a la Catedral de San José,* yunta de la reforma social.* A Calderón lo amaban multitudes citadinas y rurales. Por su parte, Sanabria lideraba una Iglesia que abarcaba más del 90% de la población. El clero apoyó las iniciativas del Arzobispo de forma casi unánime hasta 1943 y disponía de un influjo sobre el pueblo hoy difícil de concebir. Además, Sanabria consiguió en 1942 la complacencia del Papa Pío XII con el proyecto del presidente Calderón, a quien felicitó por establecer los fundamentos de la verdadera y estable paz social. (Gustavo Soto, “La Iglesia costarricense y la cuestión social”, p. 311). Soto ha demostrado la orientación doctrinal netamente católica de la reforma.

Alianza. Durante las luchas por la aprobación definitiva del Código de Trabajo y de las Garantías Sociales se intentó un golpe de Estado, algo rutinario, diríase, en una Latinoamérica adversa a los gobiernos reformadores. Bajo la inminencia del complot se produjo la triple alianza entre el calderonismo, la Iglesia y el comunismo, incomprensible de no existir la amenaza golpista. Puesto que la Iglesia y el Partido Comunista no pueden ser aliados por discrepancias filosóficas y teológicas de fondo, se hizo necesario llegar al acuerdo del 13 y 14 de junio de 1943.

El Partido Comunista cambia de nombre (en adelante se denominará Vanguardia Popular), y Manuel Mora escribe y firma, en un papel membretado de la Arquidiócesis, que “El Partido apoya la política social del Presidente Calderón Guardia, basada en las encíclicas papales y declara que esa política enmarca sin contradicciones en los planes del Partido para la organización económico-social del país”. Así se entiende que la Santa Sede aprobara los términos del acuerdo. El movimiento popular salió fortalecido pues los católicos podían ingresar al Vanguardia Popular y sus sindicatos. Uno de los motivos de la guerra civil del 48 fue destruir esa alianza, pero esa es otra historia.

No han faltado “negacionistas”, tanto de la amenaza golpista como del acuerdo entre monseñor Sanabria y el Lic. Manuel Mora, por motivos ideológicos, políticos y teológicos, pero han sido sobradamente rebatidos. Los desfiles multitudinarios, organizados por Vanguardia Popular, sumaron la fuerza necesaria para lograr la aprobación final de las Garantías Sociales y el Código de Trabajo.

Queda demostrado que el catolicismo social fue el principal motor de las conquistas de la primera mitad del decenio de los cuarenta, y que actuó con base en sus propios principios doctrinales. Carece de sustento que fuera el anticomunismo el factor primordial. Se sabe que en países vecinos sobreabundó el anticomunismo, pero no hubo reformas comparables con las costarricenses. La diferencia estriba en que nuestro país tiene una historia de catolicismo social desde el siglo XIX.

Cualquier transformación socio-económica futura tendrá que contar con el entendimiento entre un sector de la Iglesia Católica y otro de los movimientos populares, de ahí la importancia de narrar las cosas como fueron. Son los antecedentes del futuro.

La “alianza opositora” está detrás del palo en el tema fiscal

  • Entre finales de 2014 y finales de 2015, según lo muestran los datos del INEC, el empleo en el sector público se redujo en 14.032 personas, equivalente a una reducción del -5%.
  • Entre inicios de 2012 –a mediados del gobierno de Chinchilla– y finales de 2015, la reducción es de 59.468 puestos de trabajo menos en el sector público: una reducción del -18,2%
  • Entre inicios de 2014 y fines de 2015 el empleo público se redujo en 54.461 puestos de trabajo, o sea, un -17% menos. Sin duda, toda o la casi totalidad de esta reducción ha sido ejecutada por la administración Solís Rivera.
  • Entre marzo 2015 y marzo 2016, el gasto total del Gobierno Central creció 1,5%, incluyendo un aumento de 3,4% en la parte de remuneraciones y un recorte de -28,5% en la compra de bienes y servicios. El gasto corriente aumenta un 4,3% pero ese incremento se explica casi totalmente (un 80%) por el aumento en los pagos de intereses.
  • Para ese mismo período se registra una reducción de -17% en la inversión pública (-26,4% si comparamos con marzo 2014).
  • Si se excluye el pago de intereses, el gasto se reduce en -1,9%.
  • Valga enfatizar: los intereses son, con mucho, el rubro que más crece y cada vez a mayor velocidad. En el año comprendido entre marzo 2015 y marzo 2016 crecieron casi 24%, mucho, pero muchísimo más que ningún otro rubro. Como proporción del gasto total los intereses pasaron de representar un 13,3% en marzo de 2015 a representar un 16,2% en marzo de 2016. O sea, 2,9 puntos porcentuales en tan solo un año. Respecto de marzo 2014 (dos años atrás) el aumento es de casi 4 puntos porcentuales.
  • Al proyectar al año 2016 los datos correspondientes al primer trimestre, nos encontramos con un déficit del Gobierno Central que potencialmente sería del -5,2% del PIB. Sin incluir intereses de la deuda, el déficit sería de tan solo -2,0%. Esos intereses por sí solos provocan un déficit del orden del -3,2%.
  • La reducción en el empleo público, en la compra de bienes y servicios y en la inversión pública a que el gobierno ha recurrido para atenuar el déficit tiene graves consecuencias sobre la economía; contribuye a ralentizarla justo cuando más necesitada está de recibir un estímulo positivo originado en el sector público. Ello además agrava los de por sí agudos problemas del empleo en un doble movimiento: directamente al reducirse el número de servidores públicos e indirectamente al recortarse la demanda de bienes y servicios y la inversión por parte del Estado.
  • En la medida en que el déficit se origina hoy en el pago de intereses, con ello asimismo se pierde el efecto estimulante que ese déficit debería tener sobre la economía. Una parte de esos pagos (aproximadamente el 16%) va a la propia institucionalidad pública, lo que equivale, sin más, a sacar dinero de un bolsillo para pasarlo a otro. Pero, sobre todo, el pago de intereses redistribuye ingresos a favor de sectores rentistas muy poderosos y privilegiados: el propio sistema financiero en primer lugar (alrededor del 21%) y el sector privado en general (32,4%), lo cual corresponde, sobre todo, a gente de muy altos ingresos. Poco o nada de eso revertirá en demanda de nuevos bienes y servicios, por lo que el efecto positivo sobre la economía se diluye hasta prácticamente desaparecer.
  • En resumen: el gasto total del gobierno, excluidos los intereses, está decreciendo. El total de gasto corriente, así como las remuneraciones, crecen levemente, mientras las compras de bienes y servicios y la inversión pública se reducen drásticamente. El total del empleo público viene también reduciéndose en forma muy sostenida y significativa. O sea, y en resumen: estamos viviendo un proceso de desmantelamiento e inutilización de la institucionalidad pública, con consecuencias dañinas a corto plazo para la economía y el empleo, y con perniciosos efectos de largo plazo para el buen desarrollo de nuestra sociedad.
  • La histeria austeritaria –recorte y mutilación del sector público– que la tal “alianza opositora” quiere imponer desde la Asamblea Legislativa, es, en rigor, una pelea contra fantasmas, pero de ninguna manera una pelea inocente. No hay tales excesos de gasto, excepto en el rubro de intereses. Los fantasmas simplemente son una justificación para encubrir sus afanes ideológicos contra la institucionalidad pública, contra el Estado costarricense e, incluso, contra algunos fundamentales derechos laborales.
  • Nada de lo anterior niega que no sea necesario hacer un máximo esfuerzo para mejorar la calidad de los servicios públicos y para corregir y sanear vicios y excesos que efectivamente existen. Pero el proceso de mutilación del que la institucionalidad pública está siendo víctima –y que la alianza opositora quiere profundizar– imposibilita radicalmente introducir las mejoras y correcciones a que aspiramos. Una institucionalidad pública mutilada es una institucionalidad pública inutilizada, así de simple y doloroso.
  • Si el problema principal es, con mucho, el pago de los intereses, sobre esto debe necesariamente actuarse. Y esencialmente son tres las vías para hacerlo: a) hacer que bajen las tasas de interés en el mercado interno, lo cual pasa por exigir más eficiencia y menos rentismo por parte de la banca; b) reactivar la economía, incluyendo en esto una vigorosa reanimación de la inversión pública, y una amplia gama de otras medidas muy necesarias (incluyendo tipo de cambio); c) una reforma tributaria justa y equitativa y el combate tenaz al fraude fiscal que provea nuevos ingresos y contribuya, primero, a recuperar esa institucionalidad pública en proceso de derretimiento y, segundo, a frenar el crecimiento de la deuda pública.

Diputada Rosibel Ramos también recibió pluses

La diputada Rosibel Ramos
Quiere rebajar los salarios
Cuando se benefició de los pluses
En el Instituto de Desarrollo Agrario.

Ella era funcionaria
En esa institución,
Y recibió los beneficios
De una convención.

En aquel momento
Era secretaria,
Ahora es diferente
Porque es parlamentaria.

Después que llego
A ser diputada,
Se le olvidó
Que era asalariada.

Que la tenía que pulsear
Para ganarse el salario,
Ahora se codea
Con los millonarios.

Señora Rosibel
Revise su vida,
No olvide que fue
Funcionaria del IDA.

Reto público de la ANEP a la diputada Rosibel Ramos Madrigal

La diputada socialcristiana Rosibel Ramos Madrigal, presidenta de la comisión parlamentaria de Asuntos Hacendarios, destaca (junto a su colega legislativo de similar ideología, Otto Guevara Guth), como parte del conjunto de las figuras políticas de mayor “virulencia” que se han venido manifestando en la actual Asamblea Legislativa, en contra del Empleo Público y en contra de la clase trabajadora asalariada del Estado.

En una pose de matonismo político, muy característica del pensamiento neoliberal, la indicada legisladora la arremetió contra aquellos colegas suyos en el seno del bloque opositor al Gobierno, que pudieran pensar diferente a ella en el debate parlamentario sobre el empleo público que ya empezó.

Los términos por ella empleados, “canillera” y “pendejada”, para catalogar eventuales posiciones distintas a la suya en materia de empleo público en el seno del grupo parlamentario de la oposición, expresan conceptos intimidatorios que se utilizan cuando no se tienen los argumentos suficientes para sostener una determinada tesis.

En tal sentido, la legisladora Ramos Madrigal no se diferencia mucho de quienes emplearon términos de agresión verbal inaceptables que se pronunciaron días atrás en las barras legislativas contra congresistas de signo neoliberal como lo es ella.

Así que la ANEP, de manera pública y respetuosa, reta a la diputada Rosibel Ramos Madrigal para que saque un poquito de tiempo de su apretada agenda (eso sí, tramitando el debido permiso) y realice, aunque sea por algunos instantes, las siguientes tareas de servicio público ejecutadas por empleados públicos cargados de “privilegios” por los pluses salariales que reciben.

En caso cada caso, le recomendamos preguntar por el salario total (base más pluses) que devengan esas personas empleadas públicas y cuántos años de servicio acumulan para haber llegado a tener tal nivel salarial.

Para la ANEP será un gran honor acompañarle a cada visita, con nuestros personeros y dirigentes respectivos, a fin de facilitar su importante presencia. Eso sí, si ella lo tiene a bien.

De seguido le presentamos doce sugerencias para que conozca, más integralmente, el fondo del problema del empleo público. Hay muchas más situaciones como las que se ejemplifican a continuación. Si aparte de las citadas, puede haber otras de su interés, háganoslo saber. ¡Aquí van las primeras!:

PRIMERO: Móntese en una radiopatrulla de la Fuerza Pública y acompañe a los policías en un recorrido por un barrio marginal capitalino cargado de pobreza, droga, crimen organizado, niñez en riesgo, gente desempleada y viviendas destartaladas. Luego del recorrido, ellos le compartirán un poquito de la alimentación que reciben en la delegación policial de pertenencia.

SEGUNDO: Visite La Reforma, súbase a un fortín, acompañe al policía penitenciario por un ratito como vigía y ojalá no le den ganas de ir al servicio en ese momento. O bien, pase unas dos horas en un módulo de reclusión de la cárcel de San Sebastián, en total hacinamiento, para ayudar a atender la dinámica de los privados de libertad en una mañana cualquiera.

TERCERO: Acompañe a un policía migratorio en algún puesto fronterizo y ayúdele unos minutos en tareas administrativas porque ahora este oficial debe hacer las dos tareas por un único salario. Usted puede trasladarse en avioneta o helicóptero para que no gaste mucho de su valioso tiempo.

CUARTO: En ese mismo medio de transporte, vaya a un parque nacional o área protegida y colabore con el oficial guardaparque en una persecución, aunque sea cortita, a un cazador furtivo. Mejor no le pedimos que ayude a enfrentar una situación con el narco de las muchas que se dan en el área verde del país.

QUINTO: Acompañe a un oficial de tránsito en una carretera de alto volumen vehicular, ojalá a hora pico y ayúdele, al menos, a llenar la boleta por infracción o una colisión que le toque presenciar. Ya no los mandan en pareja por falta de efectivos.

SEXTO: Coordine para que le participen de un operativo policial de defraudación fiscal y aunque sea por unos instantes, sea testigo de lo que es robo de impuestos en tiempo real, en concreción concreta y cómo hace falta más personal.

SÉTIMO: Podría visitar, por ejemplo, el CEN-CINAI de Los Cuadros de Guadalupe, ayudándole un ratito a la servidora que cuida los chiquitos de las madres solas jefas de hogar que se dejan en ese centro de servicio público. Tal vez en su visita usted podría ayudar a repartir el almuercito de los niños.

OCTAVO: Acompañe a un trabajador de AyA a efectuar una corta de agua, a una familia pobre o que está en problemas para pagar el recibo; ojalá no le toque a ir a una barriada típica del fenómeno de exclusión social. La gente se enoja mucho cuando le cortan el agua y la emprende contra los trabajadores.

NOVENO: Acompañe a un asistente de pacientes en un hospital metropolitano de la Caja, a asear a los enfermos, a darles el baño personal en su propia cama de convalecencia, en la pura mañanita y porque esa persona no puede moverse.

DECIMO: Haga un pequeño recorrido junto a un camión recolector de basura, con los empleados municipales que luego de varios años de exposición a la intemperie, en especial ahora que por el cambio climático la exposición a los rayos solares es más peligrosa, esperan recibir una cesantía compensatoria de una pensión que les quedará bajita.

ONCEAVO: En avioneta puede usted trasladarse a un poblado de la zona atlántica y acompañe al personal de campo del Ministerio de Salud, a un recorrido de combate al dengue, al zika, a la chikungunya.

DOCEAVO: Tal vez le interese estar cerca de un operativo delicado de combate al tráfico de drogas, ahora que el país está inundado por la actividad del narcotráfico. Los oficiales de la Policía de Control de Drogas, con seguridad, le compartirán la naturaleza peligrosa de su tarea.

En esto de los pluses salariales en el empleo público, las generalizaciones son tremendamente injustas. Todos estos meses, desde que ella llegó a la curul parlamentaria, miles y miles de empleados públicos han sido víctimas de una cruel campaña político-mediática de agresión psicológica y de “terrorismo ideológico”, culpabilizándoles del déficit fiscal, lo cual no es cierto. En cada uno de los doce casos mencionados (y los muchos más que no podemos citar ahora), los servidores públicos son pagadores de impuestos rigurosos y responsables, no se los roban. Los pluses salariales que devengan no tienen ninguna característica de privilegio.

Quedamos en espera de la respuesta de la diputada Rosibel Ramos Madrigal.

San José, viernes 16 de setiembre de 2016.

Albino Vargas Barrantes
Secretario General ANEP