Un país sin rumbo… una nación sin “norte”… construyamos nuestro “sur”

La indignación es creciente pero su materialización concreta para una acción social cívica transformadora, presenta el enorme problema de la dispersión sectorial, pues cada grupo está en su feudo, con su agenda corporativa de corto plazo, tratando de sobrevivir ante una vorágine de exclusión y de marginación social.

El modelo de país que nos impusieron con sus TLC’s, con el mal llamado y hoy desacreditado “_Consenso de Washington_” es un soberano fracaso.

Los empleos prometidos (hasta medio millón se dejaron decir), con el TLC con los Estados Unidos, no se ven por ningún lado. No se están creando los empleos necesarios para incorporar a la juventud que se asoma a la fuerza laboral; y los que se crean, son de baja calidad, en el mercado de la informalidad, esencialmente. Prácticamente, es una tragedia humana tener más de 35-40 años y estar sin trabajo. La persona trabajadora en tal condición es tratada por esta sociedad en ruta hacia su “neoliberalización” total, como material de desecho, como basura. Necesitamos un movimiento nacional de personas desempleadas y hacia eso vamos.

Está saliendo por estos días el nuevo Informe del Estado de la Nación. Como siempre, oportuno. Ahora se confirma algo de lo que venimos planteando desde esta columna: Costa Rica está a merced del narcotráfico; por un lado; por otro, no se ven signos sólidos de recuperación económica y, más bien, parece que nos encaminamos hacia una segunda recesión, pues no se superó lo que nos hizo sufrir la crisis del 2008.

El “_sistema_” está colapsado. El “_norte_” prometido es una verdadera estafa. El neoliberalismo, especialmente el del capitalismo bancario – financiero fundamentalista, ha fracasado estrepitosamente; pero en su caída está arrastrando a las clases trabajadoras, a las clases medias, arrasando con toda clase de derechos, tal y como se observa en varios de los países más importantes de la Unión Europea (UE).

En el caso nuestro, el deterioro de nuestro “_sistema_” todos los días nos da un episodio que nos lo constata. El más reciente: el caso de la filtración de la sentencia judicial que daría al traste con la intentona de negocio de la minería a cielo abierto, en el caso de Crucitas; una causa que tiene gran arraigo en el pueblo costarricense. ¿Cuál “_independencia_” de poderes? El Poder Judicial sufrió un durísimo golpe en cuanto a su transparencia.

La división de poderes es falsa; el fraude fiscal es colosal, astronómico; el desempleo creció y la pobreza también; la concentración de la riqueza sigue su avance incesante; nos amenaza un nuevo paquetazo de impuestos; se deteriora la confianza en la institucionalidad; se defrauda a la gente en los procesos electorales y ahora hasta se roban la plata de las elecciones inventando “_capacitaciones políticas_”, etc., etc., etc.

Podemos seguir citando más síntomas de un deterioro generalizado de la calidad de vida de las mayorías del pueblo costarricense que, efectivamente, nos hablan de que podríamos estar entrando ya en una crisis sistémica pues la lógica del bien común que nos mantuvo durante tanto tiempo estables como sociedad, ya no va más, dado que así lo decidieron los del poder, los del poder real que no necesariamente son los que están en el gobierno de turno; los que nos ofrecieron un “_norte_” hacia la tierra prometida que resultó un verdadero fiasco.

La alternativa va, en consecuencia, por otro lado. Nuestra alternativa es el “_sur_”. Le llegó el turno a los y a las de abajo, a sus organizaciones, a sus representaciones políticas y cívicas. ¿Qué nos pasa que no nos unimos, de verdad? Las condiciones parecen perfilarse cada día que pasa, con mayor claridad, para ello. El hastío es general. La indignación crece sin cesar. La sensación de abandono de la política pública por miles de compatriotas, incluso en segmentos productivos, se puede apreciar en diferentes tipos de protestas que antes no veíamos.

Los y las costarricenses de hoy, gran parte de los cuales nacimos después de los acontecimientos de la guerra civil de 1948, no nos hemos percatado en la medida necesaria de la naturaleza de la herencia que nos fue dejada por las generaciones anteriores y, por tanto, la defensa de una institucionalidad que fue pensada para el bienestar de las mayorías.

Esto quiere decir asumir el reto de salvar lo que tengamos que salvar, de recuperar lo que ya nos han quitado, de reconstruir lo que fue destruido y de crear lo que tengamos que crear para que volvamos a ser una sociedad integrada. Es esta la tarea gigante que nos toca emprender de ahora en adelante, cuando ha quedado claro, sin la menor duda, de que el “_norte_” no es nuestro rumbo; que nuestro rumbo, el de la gente, es el del “_sur_”. Emprendamos la tarea.

300.000 familias con hambre

Evidentemente no hay interés en cambios profundos en nuestra sociedad para que, de una vez por todas, retornemos a la senda de la justicia social y del bien común.

Creció la pobreza, creció el desempleo y la clase media sigue, al parecer sin parar, su ruta hacia la pobreza. El salario, especialmente en los segmentos de menor ingreso, incrementa su deterioro; y los empleos que se generan, que no alcanzan para la demanda, en su mayoría son de mala calidad.

El sistema está colapsando. Estamos hablando de una verdad del tamaño de la catedral. La corrupción pública y privada (tanto la que se ejecuta bajo formas legales, como las que se hacen al margen de la ley); la violencia en todas sus manifestaciones; la penetración del narcotráfico al interior del propio Estado; más esta pobreza que duele, que indigna, que crece, son tan solo unos pocos elementos, quizás los de mayor impacto, que nos indican que nos llevan por mal camino.

Sí, nos llevan, porque las gigantescas operaciones mediáticas de propaganda electoral le imponen a la gente opciones de gobierno que no están en función del bien común, en función de la inclusión social, en función de la lucha contra la creciente desigualdad.

Estando ya, prácticamente, a dos años de las próximas elecciones generales, las de febrero del 2014, muy probablemente el aplastante poder del dinero impondrá en las urnas lo que en palacio ya fue decidido.

Sin embargo, como la terquedad debe aconsejarnos, quizás haya nuevos espacios, frescas oportunidades, renovados esfuerzos en pro del surgimiento de una gran coalición cívico-social y político partidista que recoja la creciente indignación que provoca la dolorosa circunstancia de que haya casi 300 mil hogares costarricenses (y seguramente bastantes de población trabajadora migrante), que no tienen qué comer, que comen mal, que solo hacen una comida al día, que no suplen otras necesidades básicas.

Que hay jóvenes desalentados porque no encuentran empleo; que miles de personas trabajadoras asalariadas están con poca o sin ninguna liquidez por el agobio de las deudas; que muchas empresitas están desamparadas, que casi no queda gente en la actividad agropecuaria.

Uno piensa que esta dolorosa situación no tiene porqué existir en nuestra Costa Rica habida cuenta de una institucionalidad que si bien está golpeada, todavía tiene cimientos fuertes que con otro tipo de políticas centradas en la gente, no solamente llevarían comida y bienestar a esos 300 mil hogares que viven en extrema pobreza, sino que propiciarían un relanzamiento de la clase media y, por ende, nos sacarían del descarrilamiento peligroso de la desigualdad.

Duélale a quien le duela, en nuestro propio continente americano, especialmente en la parte sur, están desarrollándose políticas públicas de inclusión social promovidas por gobiernos cercanos a la gente; gobiernos que si bien siguen bajo el esquema capitalista dominante de la apropiación privada, impulsan programas de naturaleza estructural para sacar a la gente de la pobreza, no para mantenerla en ella.

Otras veces hemos planteado que muchas de esas 300 familias con hambre son, malintencionadamente mantenidas en tal condición por parte de la estructura político-partidista dominante, pues son los votos que se necesitan para ganar elecciones.

Estos votos se compran con latas de zinc, con diarios, con cemento, con dádivas monetarias, con bonos. Parece ser que para la clase gobernante tradicional, es arriesgado, políticamente hablando, eliminar de manera estructural la pobreza. Pierden votos.

Con un tipo de gobierno cercano a la gente, de carácter progresista, humanista, se podría enfrentar el reto ya no solo de la eliminación estructural de la pobreza, sino de cimentar un relanzamiento de las capas medias, en momentos en los cuales la lógica global dominante, la del capital financiero-bancario, nos amenaza con la extinción total.

Hay un reto histórico de altísima prioridad y si bien para las pasadas elecciones generales del 2010, las vanidades personalistas hicieron que se desperdiciara un capital político de lucha social acumulado durante bastantes años; nada nos impide intentarlo de nuevo.

Sabemos que ya hay esfuerzos en tal sentido, dispersos sí, pero intentos válidos en la dirección correcta. No cuesta nada soñar. Soñar nos mantiene vivos. Ojalá pudiéramos comprender que la ventaja que tiene la gente de arriba, la del poder, puede ser superada si los y las que estamos abajo, con nuestra indignación creciente, nos juntamos de verdad.

Derechos laborales de los choferes de autobus

Sus choferes, en abrumadora mayoría, decidieron no seguir trabajando ante lo que consideran, según ellos, una serie de situaciones que atentan contra sus derechos laborales, contra su dignidad laboral, contra el clima de paz laboral y contra la misma estabilidad de la empresa, la cual se ve amenazada en su desarrollo y en su propia sostenibilidad financiera por mantener condiciones que desestabilizan la convivencia obrero-patronal.

Aunque teníamos pensado enfocar en este día un tema de otra naturaleza, la experiencia que hemos estado viviendo en todas estas horas junto a estos trabajadores choferes de autobús en paro laboral, nos lleva a llamar la atención de la opinión pública que viaja todos los días en bus, que en esencia es el pueblo trabajador, es decir, los grandes segmentos de los sectores populares que no tienen transporte propio, básicamente por razones económicas.

Podemos decir que, en términos generales, los choferes de autobús son uno de los sectores laborales más explotados de la clase trabajadora costarricense y también migrante porque como es ya una realidad, muchos ciudadanos nicaragüenses que vienen a Costa Rica laboran en este tipo de trabajo.

Uno de los temas que más impacta es el de las barras electrónicas con la que los empresarios pretenden controlar el pago real del pasaje de autobús por parte de cada persona usuaria del servicio, tratando de evitar fugas de diverso tipo.

Ocurre que algunos empresarios creen que sus choferes son todos ladrones y de manera sumaria proceden a realizar rebajos confiscatorios deducidos del monto neto salarial a pagar, sin ningún procedimiento previo, ningún protocolo al efecto, dejándoles en total indefensión y en una precaria situación económica con gran impacto negativo en sus familias.

La protesta que empezó ayer de este grupo de choferes debe servir para que se busque un acuerdo nacional entre los empresarios de autobús, sus trabajadores choferes, las organizaciones que les representan y las autoridades gubernamentales del caso.

Damos fe de que este problema de sobreexplotación laboral de los choferes de autobús no es nuevo pues, en más de una ocasión la organización para la cual laboramos, ha intervenido al efecto, constatando que la intolerancia patronal, la violación a los derechos laborales y un desprecio total por el dialogo, han puesto a sufrir a muchos de estos trabajadores, a quienes “les cortan el rabo”, como se dice popularmente, simplemente por pretender utilizar en su favor la Constitución Política, el Código de Trabajo, las normativas internaciones de Derecho Laboral al respecto; todo lo cual no es sino ser consecuentes, sin que ellos mismos se dieran cuenta, de que el trabajo decente hoy más que nunca, es un Derecho Humano universalmente reconocido.

El empresario autobusero debe comprender que sus trabajadores, sobre todo los choferes, son seres humanos, elementos vitales sin los cuales sus empresas no caminarían y, por tanto, necesitamos construir un protocolo general de respeto a los Derechos Laborales de los choferes de bus, dándole un contenido integrador con la necesidad de la mayor satisfacción de la población usuaria de esos servicios públicos, la rentabilidad y la ganancia empresarial, así como con las obligaciones tributarias derivadas de ello.

Hay muchos ámbitos en los que podemos trabajar conjuntamente para humanizar el trabajo que representa ser chofer de autobús. Esta es una de las conclusiones que nos queda a partir de la experiencia que hemos estado viviendo en estas últimas horas con el paro laboral de la empresa herediana, ya de notorio conocimiento público por las informaciones de prensa al respecto.

Es lamentable que un movimiento laboral de este tipo tenga repercusiones para con la población trabajadora que utiliza los servicios de autobús, de tal suerte que hermanos y hermanas de una misma clase social, en este caso la trabajadora, tengan que verse enfrentados por terquedades empresariales que niegan nuestra convivencia civilizada con base en normas que dictan nuestro Estado Social de Derecho, que si bien está muy maltrecho por la acción de los gobernantes inescrupulosos, todavía es pieza clave de referencia para que sigamos en convivencia democrática.

Finalmente, si usted es chofer de autobús y está leyendo este comentario; o tiene familiares y amigos que realizan esta actividad, tengan presente de que disponen de una serie de instrumentos jurídicos para que su actividad sea dignificada completamente.

Impuestos y clase trabajadora 3

Así lo sostienen algunos expertos en las ciencias económicas, profesionales con alta sensibilidad social y que no están matriculados con ese dogma dominante que impone que son las personas las que deben estar al servicio de la Economía; sino que debería ser todo lo contrario, es decir, que es la Economía la que debe estar al servicio de la gente.

Esos criterios expertos indican que el asunto del déficit fiscal que sufre el Gobierno, no es en estos momentos un asunto que podamos denominar como una catástrofe, aunque si debe preocupar; pero ni la inflación está disparada, ni tampoco las tasas de interés se han vuelto abusivas.

Es muy probable que de estas cosas usted no tenga mucho conocimiento, tal como sucede con quien esto escribe. Pero si, por ejemplo, a la clase trabajadora asalariada del sector Privado de la economía, le acaban de recetar un 3.17 % de “_incremento_” salarial valedero para el primer semestre del próximo año 2012; es porque la inflación está baja y, por tanto, el tan mentado y traído déficit fiscal no está tan grave como nos lo pintan.

Por otra parte, la circunstancia de que la inflación esté baja, más la circunstancia de que el déficit fiscal no está fuera de control y eso de que las tasas de interés estén “_estables_”; no niega la grave realidad de que el poder de compra del salario sigue sin recuperarse lo necesario como para que se convierta en uno de los factores clave que puede y debe aportar a atajar el grave problema nacional que representa el crecimiento de la desigualdad.

Si bien es cierto habrá de ahora en adelante una nueva fórmula de cálculo para la fijación del salario mínimo en lo que respecta a la clase trabajadora asalariada del sector Privado, que podría abrir espacio para que este aumento semestral pudiera ser menos indigno; lo poco que se avance al respecto se esfumará más rápido de lo que pensamos, ante nuevas cargas tributarias con carácter regresivo, como lo puede representar la transformación del impuestos sobre las ventas en impuesto al valor agregado (IVA), y la variación que ello conlleva de un 13 a un 14%.

Tratamos de relacionar todo esto con el paquete de impuestos que el Gobierno tramita en la Asamblea Legislativa, que tiene el decidido apoyo de varios distinguidos integrantes de la fracción parlamentaria del Partido Acción Ciudadana (PAC), ante el acuerdo político al respecto de la señora Presidenta Chinchilla Miranda con don Ottón Solís Fallas.

No se puede negar que varias de las proposiciones que está incluyendo dicho paquete de impuestos tienen un sesgo de progresividad que merece resaltarse. Por ejemplo, los casos de renta mundial, renta global e impuestos a las transacciones financieras (tasa Tobin o impuesto “_Robin Hood_”), son avances relevantes por más reservas que se generan en cuanto a su implementación real, impacto recaudatario, timidez de la medida y retardación de emisiones reglamentarias una vez establecida su naturaleza legal dentro del sistema tributario.

Pero, la única forma de que el pueblo trabajador, “_los y las de abajo_”, pudiera comprender que el paquete de impuestos actualmente en trámite legislativo no les afectaría, es haciendo una división del mismo, de forma tal que solamente se tramiten, por ejemplo y entre otras, aquellas nuevas disposiciones tributarias que tengan un carácter progresivo; es decir, las que están dirigidas a las grandes rentas y capitales que se generan y se acumulan tanto dentro del territorio nacional como fuera de él.

Por ejemplo, sacar de ese paquete de impuestos lo que es el IVA será una clarísima señal de que, por primera vez, quizás, el hilo no se reventará por su parte más delgada; percepción ciudadana que se potenciaría si, por ejemplo, se establece una comisión nacional multisectorial para discutir el tema de la evasión tributaria en todas sus formas y el tema de las exenciones impositivas de toda naturaleza.

Por otra parte, muchísimo hay que hacer en materia de reforma del Estado sin sacrificar el empleo, por ejemplo; así como en redefiniciones estratégicas compartidas con la ciudadana, en materia de decisiones sobre gasto y sobre políticas de inversión.

Por supuesto que estas sencillas aportaciones nos habrán de calificar para recibir una “_cajita blanca_”, pero es que no podemos como país seguir tomando decisiones que en vez de redistribuir la riqueza, más bien, faciliten su concentración. Por lo menos, que lo hagan sin nuestra complicidad, ni tácita ni explícita.

Acéptenos usted esta “_desviación_” del tema. Tenemos muchísimo que aprender acerca de las razones de la reelección de la señora Cristina Fernández Wilhem, al frente de Argentina, quien ha de continuar en la presidencia de esa hermana nación latinoamericana.

La clase dominante costarricense, esa que tiene la hegemonía del poder político real en nuestra sociedad, debería documentarse acerca del éxito político de procesos latinoamericanos que le están dando gran prioridad a lo social (la Economía al servicio de la gente y no al revés); así como enorme prioridad a la redistribución del ingreso, la participación democrática ciudadana, la integración regional autonómica, el fortalecimiento del mercado interno expandiendo la capacidad de compra del salario y democratizando el acceso a la información con alternativas de comunicación que le hacen frente a los latifundios mediáticos. Pero esto, que por ahora es un sueño en el caso tico, deberá hacerse desde abajo. Ojalá entendamos este desafío.

Impuestos y clase trabajadora 2

Es del señor Nouriel Roubini, destacadísimo economista mundial en la actualidad, a quien en los mercados bancarios del capitalismo financiero global se le ve como una especie de “_papá_”, pues fue, según dicen, quien mejor que nadie “_acertó_” al predecir, en términos generales, la crisis financiera del 2008 (que continúa en desarrollo), específicamente la crisis de las hipotecas “_subprime_”. Por sus predicciones catastrofistas, se le apodó “_Dr. Catástrofe_” (“_Dr. Doom_”). Lo citamos por lo siguiente.

Desde este espacio y en otros foros y eventos, hemos venido sosteniendo el planteamiento de que el problema número uno de la Costa Rica de hoy es el crecimiento de la desigualdad. Si bien hay otros tres graves problemas que amenazan nuestra convivencia civilizada (corrupción pública y privada –con ropaje legal ó sin él-; la violencia en todas sus manifestaciones; y, la penetración del narcotráfico en el tejido social e institucional); el estrujamiento que sufre la clase media en viaje hacia la pobreza, es una grave amenaza a la estabilidad democrática.

El planteamiento de un nuevo paquete de impuestos, actualmente en discusión en la Asamblea Legislativa, bajo el expediente No. 18.261, denominado “_Ley de Solidaridad Tributaria_”, tiene que ser analizado desde la perspectiva del crecimiento de la desigualdad como problema número uno de nuestra sociedad. Al menos, esa es nuestra perspectiva.

Así las cosas, y al tener claridad de que la característica fundamental del injusto sistema tributario costarricense es su regresividad (es decir, pagan más proporcionalmente hablando los que menos tienen); no puede aceptarse ninguna clase de impuestos con tal sesgo de regresividad, de injusticia tributaria, de golpear aún más el ya de por sí deteriorado poder de compra de la clase trabajadora, tanto de la que tiene empleo formal con salario seguro, como aquella que debe ganarse su sustento en el día a día, con base en el cuentapropismo.

La transformación del actual impuesto sobre las ventas, que está en un 13%, a un impuesto al valor agregado (IVA), quedando éste en un 14%, es un reforzamiento muy fuerte del carácter regresivo de la estructura tributaria costarricense. Más aún, si notamos que no habrá cambios fundamentales en la política salarial vigente y que, por ejemplo, variaciones sustanciales en el salario mínimo están lejos de producirse.

Adicionalmente, es sumamente difícil aceptar el establecimiento de nuevos impuestos, (mucho menos los de carácter regresivo), si no abordamos con contundente voluntad política y con una perspectiva de emergencia nacional, la evasión de responsabilidades tributarias en sus múltiples formas.

La aspiración del actual Gobierno de que con su “_Ley de solidaridad tributaria_”, tenga ingresos frescos por el orden de un 2% ó un 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB), representa una cifra muy parecida a la de la evasión fiscal según estudios de la propia Contraloría General de la República (CGR).

Por otra parte, en materia de exoneraciones es urgente hablar y poner el tema como uno de los elementos centrales de esta discusión sobre nuevos tributos. Las exoneraciones al año alcanzan, nada más y nada menos que un 5.8 % del PIB, según un serio estudio elaborado por el Programa de Estudios Fiscales de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNA). Tomemos nota, entonces, de que ese porcentaje de exoneraciones fiscales es más del doble de lo que el presente Gobierno pretende conseguir con su proyecto de “_Ley de Solidaridad Tributaria_”. Por supuesto que no todas las exoneraciones son malas y hay espacio para hacer las discriminaciones sociales necesarias.

Un gran diálogo nacional en este sentido: evasión, exoneraciones e impuestos progresivos, es más que una oportunidad para entrarle de lleno al problema de la desigualdad creciente.

Si se insiste en este proyecto, el mismo debería comprender, solamente, tributos en la línea de la progresividad; es decir, poner a pagar impuestos, pero de verdad, a quienes más tienen y/o más han acumulado en estos tiempos de neoliberalismo. Los conceptos de renta mundial y de renta global vienen a representar importantes elementos en la línea de la transformación tributaria estructural que ocupa el país. Particularmente, la imposición de la renta mundial a cobrarse en el exterior, en el mismo momento en que se percibe, sería un avance cualitativo de gran relevancia.

Por supuesto que jamás quisiera uno que la tragedia griega con despidos masivos de empleados públicos y alza generalizada de impuestos para las clases trabajadoras y medias, tuviera un doloroso episodio en nuestra querida Costa Rica.

El tema de que de cada dos colones que el Gobierno necesita para funcionar, un colón lo tenga que pedir prestado, es una cuestión sumamente preocupante. Pero pensamos que ese colón está “_en la calle_”: se evade, se exonera por privilegio, se acumula en pocas manos. Por aquí debemos empezar, antes de hablar de más y nuevos impuestos; y no por seguir golpeando a “_los y las de abajo_”, incluidas las capas medias.

Impuestos y clase trabajadora

Una vez más debemos señalar que el sistema tributario costarricense es sumamente injusto: pagan más, proporcionalmente hablando, quienes ganan menos; y, por el contrario, los pocos que tienen mucho, cada vez son menos pero acumulan más. Esto es lo que podríamos resumir como la esencia de un sistema tributario sumamente regresivo.

El desafío, en consecuencia, es cómo hacemos más justo el pago de impuestos en momentos en los cuales la desigualdad se ha convertido en el problema número uno de la sociedad: la miseria y la pobreza no se reducen, la clase media viaja hacia la pobreza y la clase rica acumula más plata.

A toda velocidad se tramita en estos momentos en la Asamblea Legislativa, el expediente legislativo No. 18.270, denominado “_Ley de solidaridad tributaria_”, luego de un acuerdo político entre el Gobierno de la Presidenta Chinchilla y el principal partido opositor con representación parlamentaria, Acción Ciudadana (PAC).

Quienes defienden este acuerdo alegan que los principales puntos de ese proyecto de ley son de carácter “_progresivo_”, es decir, que irían en la dirección de cambiar el sistema tributario costarricense, alejándolo de su tradicional y pernicioso sesgo regresivo.

La transformación tributaria estructural que ocupa Costa Rica, lo que hemos denominado “_Revolución Tributaria_”, debe ser un proceso integral que, de forma simultánea, ataque las causas por las cuales se afirma de la existencia de un gran déficit en las finanzas centrales del Estado; y, por ende, la carencia de más recursos para hacerle frente a las crecientes necesidades de la ciudadanía ante los graves problemas sociales que genera la desigualdad en incontrolable desarrollo.

Nuestros compañeros de causa en el Ministerio de Hacienda, a través de la Seccional ANEP-Hacienda, han sido persistentes en señalar que no hay necesidad de más impuestos pues los existentes, si se cobrasen correctamente, generarían los recursos frescos por los cuales la señora Presidenta y su gobierno claman a cada rato.

La “_fiesta_” de evasión en las aduanas es algo inimaginable, dentro de la cual se destaca el caso de los 800 mil furgones que, al año, cruzan los puestos fronterizos nacionales, entrando y saliendo del territorio costarricense, sin que, prácticamente, se sepa qué llevan dentro. Esto fue denunciado en su momento por el más importante columnista del periódico emblema de la oligarquía neoliberal.

Es más, entre las más altas autoridades políticas hacendarias y aduaneras se sabe de la existencia de un grupo empresarial que ejerce poderosísima influencia en este ámbito del control de la evasión fiscal, al punto de que resulta “_impronunciable_” el nombre de su dueño por temor, dicen, a perder la vida, si se le entra duro a controlar la red de corrupción que se manifiesta ante la ausencia de controles reales de la carga que llevan los furgones de tal empresario.

Trataremos de documentarnos más al respecto para en una sucesiva entrega contarles más al respecto. Personalmente lo sabemos pues estuvimos físicamente presentes en una reunión en el COMEX, acompañando a compañeros trabajadores traileros y el tema estuvo en comentario.

Nosotros reconocemos que se vienen haciendo esfuerzos serios desde el Ministerio de Hacienda para atacar otros frentes de evasión de impuestos. Sin embargo, falta muchísima más voluntad política al respecto antes de aceptar nuevos impuestos.

No obstante, se pueden considerar aquellos que toquen a los grupos y personas que, progresivamente hablando, no están aportando lo correcto para que la sociedad alcance niveles de equidad y de movilidad como los requeridos en estos momentos para atajar la desigualdad creciente de la que venimos hablando.

En tal sentido, no creemos justo ni conveniente que el impuesto de ventas actualmente vigente, se transforme a impuesto al valor agregado (IVA), subiéndolo de 13 a 14 %. Este impuesto es el más injusto de todos pese a las excepciones que pudieran establecerse en cuanto a su aplicación.

Otra transformación tributaria que es conveniente y necesaria y que sí se puede aceptar, es el establecimiento de la Renta Mundial. Hablamos aquí de que se impone un impuesto a la riqueza que se ganan costarricenses (personas y empresas), fuera del país. Pero aquí está la trampa: tal impuesto se debe cobrar al momento del devengo, es decir, en el instante en que se reciben las rentas gravables y no cuando esas rentas ingresan al país. Los vivillos de siempre, nunca ingresarán sus ganancias en el exterior a territorio nacional, para no pagar la Renta Mundial.

Dentro de los contenidos que tendría el nuevo paquete de impuestos, también vemos como positivo la inclusión del concepto del “impuesto Robin Hood”, también conocido como la Tasa Tobin, por la cual hemos abogado desde este espacio.

Se establecería un impuesto a las transacciones financieras internacionales pero objetamos que, por un lado, únicamente sea para aquellas transacciones de corto plazo; y, por otro, que quede a juicio del Banco Central el momento en que pondría en vigencia tal impuesto, únicamente bajo el criterio de prevenir “_desequilibrios internos_”. Entonces, en la práctica, ni siquiera un “_impuesto Robin Hood_”, a la tica y chiquitico habría. La semana próximo, Dios primero, volveremos sobre el tema.

Los ricos quieren pagar más impuestos, o el caso de la serpiente neoliberal que se mordió la cosa 2 parte

¡Ahora sí! Honramos nuestra palabra con esta segunda parte sobre este tema. Se le atribuye al archimillonario gringo Warren Buffett (la tercera persona más rica del planeta, con una fortuna de unos 52 mil millones de dólares), la siguiente frase pronunciada en el marco de esta gran tragedia humana que estamos viviendo: la tragedia de las consecuencias de un poder global sin control alguno: el del capital financiero-bancario extremista neoliberal.

Dijo Mr. Buffett que “_existe una guerra de clases, bien entendido, pero es mi clase, la clase de los ricos, que está librando esa guerra, y la estamos ganando_”. Obtuvimos este dato en uno de los sitios más serios de Internet en cuanto a información alternativa, ALAI (América Latina en Movimiento).

Exacto ó parcialmente exacto el dicho de Mr. Buffett, lo real es que a la luz de los acontecimientos sociopolíticos y económicos que estamos presenciando en varios de los países más importantes de la Unión Europea (UE) y en los propios Estados Unidos; las clases ricas abusivamente adineradas con base en la especulación financiera más inmisericorde de los tiempos modernos, están acabando con la propia clase trabajadora como un todo y también arrasando con las clases medias. Los ricos contra los pobres, así de simple.

El caso de Grecia es emblemático de toda esta situación y muestra el dramatismo cruel de una explotación de ese capitalismo bancario-financiero que no tiene ni una milésima de escrúpulos: despidos masivos, rebaja de pensiones, privatizaciones generalizadas y a mansalva, subida de impuestos indirectos (como el de ventas), más impuestos inmobiliarios, etc. Todo ello contra las clases trabajadoras y contra las clases medias.

Son innumerables y riquísimos los análisis que se han venido elaborando y dando a conocer sobre “_esta guerra de clases que los increíblemente ricos lanzaron contra más del 90 % de la población en los países desarrollados que han emprendido el camino hacia el subdesarrollo_”.

Compartimos con usted un comentario de un analista estadounidense, Paul B. Farrel, de “_marketwatch.com_”, quien escribió un artículo denominado “_Tax the super-rich or riots will rage in 2012_” (algo así como “_Pónganle impuestos a los superricos ó habrá estallido social en el 2012_”). Él afirma que hay que imponer ahora mismo un tributo fiscal a los “_súper-ricos_”, antes de “_que el 99 por ciento (de la población estadounidense) se levante y comience una nueva revolución, otro colapso, una nueva Gran Depresión_”.

“_Curiosísimo_”. Ya hay en desarrollo cualquier cantidad de protestas en los Estados Unidos que han llegado al mismo Wall Street (New York), la “capital” del desbocado e insaciable capitalismo financiero-bancario de signo neoliberal. Habíamos creído que los sectores más conscientes del pueblo estadounidense estaban apabullados por la aplastante ofensiva del capital gringo de Wall Street. ¡Dichosamente no! Ahora hasta hay solicitudes para mandar a la cárcel hasta el Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos (el Banco Central de ellos), el señor Ben Bernanke, el peón más relevante de los superricos.

El señor Farrel, apoyándose en opiniones y datos de comentaristas, economistas, inversionistas y medios financieros, enumera “_seis razones por las cuales no se puede frenar el colapso económico que se viene_”: 1) la bomba de tiempo global del alto desempleo ha sido activada; 2) las reducciones de impuestos para los ricos han acrecentado el desempleo de los jóvenes; 3) los ricos siguen enriqueciéndose con la inflación en las materias primas, y los pobres se enfurecen cada vez más; 4) los súper-ricos están cegados por su adicción a la codicia; 5) los políticos se han vuelto corruptos por esta adicción de los súper-ricos a la codicia; y 6), porque pronto los revolucionarios se enfurecerán y entonces dominarán el Tercer Mundo estadounidense, es decir el 90 por ciento de la población que vio convertirse en pesadilla el “_American Dream_”.

Millones de personas trabajadoras en esos países desarrollados son sometidas a sacrificios impensados y lo más indignante e injusto es que les están obligando a pagar los gastos de la “_orgía_” financiera de especulación bancaria que generó la crisis de la deuda en varios de los más connotados países europeos y en los mismos Estados Unidos.

La serpiente neoliberal que se mordió la cola, intenta, ahora, desesperadamente, reparar el gigantesco daño que hizo a todo su entorno; cuando en loca y desenfrenada carrera de especulación financiero-bancaria, no solamente arruinó a millones de personas y empresas, sino que ha dejado a millones sin trabajo.

Ahora se “_arrepiente_” y está “_dispuesta_” a pagar más impuestos a fin de perpetuar un orden capitalista excluyente que parece seriamente amenazado como nunca antes, pero que hará todo lo que esté a su alcance para mantenerse en hegemonía. “_Soy rico, súbanme los impuestos_”, gritan desesperadamente, Mr. Buffett y sus iguales.

La Humanidad no puede seguir por ese infernal sendero. La guerra de clases desatada por los más ricos de los ricos del planeta deberá ser confrontada con la más gigantesca alianza regional y global ciudadana jamás pensada antes, en función de la propia preservación de la vida humana y de todas las formas de vida.

La mancha amarilla de nuevo a las calles

En deuda con usted, por tercera vez. El asunto de que “los ricos quieren pagar más impuestos” en su segunda parte, lo postergaremos por una semana más. Disculpas por ello.

Es que este asunto de la privatización del servicio de energía eléctrica, a cargo del ICE por más de seis décadas, es una cuestión de enorme relevancia para toda la sociedad; especialmente para la clase trabajadora y para todo ese empresariado micro, pequeño y mediano que ha estado abandonado, durante tanto tiempo, de apoyo estratégico por parte de la política pública.

El pasado lunes 26 de setiembre, con mucha emoción, vimos de nuevo la “_mancha amarilla_” por las principales calles capitalinas. Efectivamente, los sindicatos del ICE dieron el campanazo de salida para un nuevo episodio de su ya legendaria lucha cívica, que los ha llevado a dejar de lado las cuestiones corporativo-gremiales, para asumir tareas estratégicas en defensa del bien común, de la integración social, de la propiedad nacional del patrimonio público heredado; y, en defensa de un modelo de desarrollo económico con importantes niveles de equidad que había puesto a Costa Rica como ejemplo regional y mundial.

La historia moderna de nuestra querida Costa Rica tendrá que consignar la trayectoria cívica de la clase trabajadora iceísta y de sus organizaciones sociolaborales, en los últimos veinticinco años; a partir de la primera lucha con sentido patriótico que fue contra la imposición de la transnacional Millicom, en el primer gobierno de Oscar Arias Sánchez (1986-1990). A partir de ahí son constantes las acciones de los sindicatos del ICE en defensa de esta institución y de lo que la misma ha representado para la igualdad social en Costa Rica.

Luego de la caída del Muro de Berlín, en 1989, cuando los partidos Liberación y Unidad, renegaron de sus filosofías políticas (la Socialdemocracia y el Humanismo Cristiano, respectivamente), para entregarse ambos al neoliberalismo; y cuando se dio la desbandada de toda la izquierda “_clásica_” costarricense por la caída del bloque de países socialistas; en Costa Rica, especialmente en esa dura década de los años 90’s, la lucha contra el desmontaje del Estado Social de Derecho que nos fuera heredado de las generaciones anteriores, pasó a ser asumida por diversos movimientos sociales y, específicamente, por algunos de carácter sindical, como las agrupaciones del ICE.

Esta historia está por escribirse y hay deudas cívicas pendientes para honrar a muchos hombres y muchas mujeres que, con los gremios del ICE como vanguardia, asumieron importantes desafíos históricos en defensa de una particular forma de ser costarricenses, hoy en riesgo total de desaparecer por obra de esa globalización neoliberal anticristiana de signo financiero-bancario.

Los sindicatos del ICE nos llaman ahora a la lucha en defensa del modelo eléctrico exitoso que le dio el ICE al pueblo costarricense. Los que en el seno de la Asamblea Legislativa y fuera de ella quieren desaparecerlo, no tienen cómo refutar realidad como la de que con el ICE se tiene una cobertura eléctrica de un 99.3 del territorio nacional (la más alta de la América Latina), y a precios muy favorables.

La “_mancha amarilla_” que nuevamente se lució por las principales avenidas del centro de San José, revaloró, relegitimó, reconfirmó, la validez de la protesta cívica del concepto de Democracia de la Calle, como una forma apropiada de los pueblos que necesitan llamar la atención de sus gobernantes para exigirles cambios de rumbo y/o adopción de políticas públicas en pro del bien común y del bienestar de las mayorías.

La manifestación iceísta de este lunes 26 de setiembre, otra histórica página en el transcurrir cívico del movimiento laboral del ICE, nos llama la atención para que defendamos, como pueblo, el patrimonio eléctrico nacional hasta ahora al servicio de la gente, del bien común.

Los sindicatos del ICE, a través de su coordinadora de unidad, el Frente Interno de Trabajadores y de Trabajadoras –FIT-ICE, nos indican (entre otros aspectos dados a conocer con la indicada manifestación), que es necesario “_conservar y fortalecer el modelo eléctrico actual, con orientación de servicio al costo, universal y solidario_”. Para ello le proponen al gobierno de la Presidenta Chinchilla un “_diálogo respetuoso con sectores sociales, ambientales y productivos_”; que, por ejemplo, dé como resultado un “_plan de contingencia_” que contemple, entre otros aspectos, “_el financiamiento de los proyectos planificados y en ejecución, incluidos en el Plan de Expansión de la Generación definido por el ICE_”. Además, lanzan la iniciativa de que se promuevan reformas legales “_para que los fondos de pensiones del país puedan ser invertidos en proyectos eléctricos construidos por el ICE_”.

También destaca en este planteamiento sindical del FIT-ICE, la indicación de que “_es necesario fortalecer las empresas municipales de servicio público y las cooperativas de electrificación rural_”; reconociéndoseles su importante papel de contribución al desarrollo eléctrico nacional, al llevar la luz a los rincones más alejados del país, bajo conceptos de Economía Social pero sin afán de lucro mercantil. Toda una lección sindical con profundo contenido cívico.

Pensionarse a los 57 años

Nuevamente les vamos a quedar mal. Nos hemos comprometido con una segunda parte del comentario “Los ricos quieren pagar más impuestos… ó el caso de la serpiente neoliberal que se mordió la cola”; compromiso que era para hoy.

En verdad, modestamente, creemos que volver sobre este tema es importantísimo ante la brutal escalada contra la clase trabajadora y las clases medias que vemos en varios países de la Unión Europea y de los Estados Unidos. En verdad, lo abordaremos, Dios mediante, la próxima semana.

Hemos recibido muchas solicitudes para que demos una visión, desde nuestra perspectiva laboral, acerca del tema de la pensión a los 57 años. Indudablemente que es un asunto de enorme interés y que genera muchísimos comentarios.

En la Asamblea Legislativa se ha aprobado en primer debate, un proyecto de ley que, popularmente se conoce como la “pensión a los 57 años”, pero que conviene pormenorizar en sus alcances. Antes de ello, se nos indica que ya algo similar está en el propio Reglamento de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja.

La aprobación se dio en el seno de la Comisión Legislativa Plena Primera y obtuvo el voto positivo de 13 de sus 19 integrantes.

Esta idea comenzó a cobrar notoriedad pública a partir de que su gestor la promovió intensamente. Hablamos del distinguido ciudadano, hoy exlegislador don Oscar López Arias, del Partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE), por quien guardamos un gran respeto, a raíz de su vibrante lucha contra la adversidad.

El proyecto recibió, como indicamos, aprobación legislativa en primer debate pero fue enviado a consulta a la Sala Cuarta, antes de que reciba la segunda y definitiva votación.

En la indicada comisión, el proyecto recibió el apoyo, como es lógico suponer, de la actual fracción parlamentaria del PASE; así como de diputados y de diputadas de los partidos Liberación, PAC, Libertario y la Unidad. Igualmente, el connotado legislador del Frente Amplio, el diputado Villalta ha avalado la iniciativa.

Jamás podríamos en duda la buena fe, la transparencia y la preocupación social de tal iniciativa. Sin embargo, para muchos trabajadores y trabajadoras la “pensión a los 57 años” no les estará al alcance. Veamos.

La ley es para adelantar en cinco años la jubilación de la edad reglamentada hoy en día para pensionarse. Ese adelanto cuesta plata, como veremos más abajo. Es decir, siempre habrá que pagar todas las cuotas como está previsto hasta hoy, solamente que, si uno logra reunir el dinero suficiente para adelantar la pensión, hay que pagar lo que se llama el “anticipo”; o sea, pagar por adelantado las cuotas que le faltan para la pensión.

Por otra parte, solamente las mujeres podrían pensionarse a los 57 años (hoy está la edad de retiro de ellas está en 62). Los hombres, que tienen como tope los 65 años, solamente podrían retirarse a los 60. Jamás a los 57 años. Recuerde que la ley es para adelantar en cinco años la edad actual establecida para la pensión que es menor en la mujer que en el hombre.

En ambos casos se debe, para adelantar la pensión en cinco años, hacer fuertes aportes financieros, según el salario y según el monto de pensión a que se aspire. Los ejemplos siguientes se conocieron durante el trámite del proyecto de ley. Vea el cuadrito adjunto.

Como podemos notar, con la edad promedio actual de la clase trabajadora, difícilmente alguien reúna esas cantidades de plata para anticipar su pensión en cinco años.

En muchísimos casos habría que poner todo lo que esté ahorrado en los varios sistemas de pensión, según cada situación particular; además, habría que destinar los recursos acumulados en el FCL (Fondo de Capitalización Laboral); e, incluso, el dinero de las prestaciones que, en abrumadora mayoría el tope de años está en 8.

Muchas personas trabajadoras que nos contactaron al respecto indican que ni aún así, sumando todas esas platas juntas, se podrá reunir la cantidad de dinero exigida para dar el “anticipo” de cuotas que quedaría establecido según regulaciones que establecerían tanto la propia Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), como la Superintendencia de Pensiones (Supen). Además, el proyecto crea una odiosa discriminación entre las personas trabajadoras del sector Público y las del sector Privado. En el primer caso, el Estado pagaría el adelanto, el anticipo de cuotas de su personal que sufra un proceso de “reestructuración institucional” que lo deje en la calle (despido puro y simple). Esto está bien.

Pero no nos parece justo que quede por fuera la clase trabajadora del sector Privado que presenta cualquier cantidad de despidos por la vía de la “reestructuración” y/o “reorganización. ¿Y que pasará con las personas trabajadoras de mercado informal, quienes se la juegan todos los días por cuenta propia. Nadie pensó en ellas al tramitar la ley.

Bien afirmó el respetado gestor de esta idea de que, en realidad, el proyecto será beneficioso, básicamente, para la gente joven. Sin embargo, con los niveles salariales de Costa Rica, en los estratos medios y bajos de la estructura productiva, pública y privada, ni toda una vida de trabajo podrían hacer que se reúna tal cantidad de plata para pagar el adelanto de la pensión. ¿Usted qué piensa?…

Los ricos quieren pagar más impuestos… o el caso de la serpiente que se mordió la cola

Don Bernal Jiménez Monge, distinguido caballero muy adinerado de la sociedad costarricense, quien actualmente es el Presidente del Partido Liberación Nacional (PLN), y quien dice de él mismo que él sí es un verdadero socialdemócrata; sacudió los cimientos del actual Gobierno de la Presidenta Chinchilla Miranda, al indicar que el proyecto de impuestos que ella tramita en el parlamento es, sencillamente, ¡injusto!

Don Bernal se “_rajó_” y en una entrevista periodística aparecida el pasado domingo 4 de setiembre, en La Nación, expresó opiniones demoledoras sobre el actual plan fiscal que ardorosamente está defendiendo el Poder Ejecutivo.

Dijo don Bernal que él aboga por una propuesta fiscal progresiva para que los ricos paguen más. Dijo que se ocupa una reforma tributaria “_rotunda_” y “_absoluta_” y que no basta con contralar la evasión tributaria.

Don Bernal nos da la razón a nuestra incansable y larga prédica acerca de que ocupamos una Transformación Tributaria Estructural, como solemos nosotros llamar a lo que el distinguido y potentado político-empresario denomina como reforma tributaria “_rotunda_” y “_absoluta_”.

Es más, a lo mejor, él, desde su lado de la acera y nosotros, en la de enfrente, podríamos coincidir en la necesidad de una “_revolución tributaria_” si queremos, en verdad, una sociedad que retome los senderos que había transitado hacia la integración y la movilidad sociales que, aunque relativas, habían distinguido a Costa Rica entre otras naciones, especialmente latinoamericanas, marcadas y carcomidas por altísimos niveles de violencia, de corrupción y de desigualdad.

A lo mejor, las declaraciones contundentes de don Bernal se han inspirado en la naciente y creciente corriente de “_mea culpa_” que está pegando fuerte, entre los más grandes ricos de los ricos, en varios países de la Unión Europea (UE), como Alemania, Francia e Italia; y hasta en los Estados Unidos.

Los niveles de explotación inmisericorde a las clases trabajadoras y a los pueblos de esos y otros países, otrora desarrollados y que hoy están viajando al subdesarrollo; son de tal nivel que esos grandes ricos sienten “_pasos de animal grande_” ante la furia y la indignación crecientes, de carácter popular que ya se manifiesta en las calles y/o que se ve venir.

Muchos estudiosos estiman la llegada de grandes explosiones sociales y en contra del mismo orden capitalista neoliberal explotador, de signo financiero-bancario; que ha generado situaciones tan perversas como que el 40 % del ingreso mundial queda en manos del 1 % más rico del planeta, según datos de The Boston Consulting Group, una entidad consultora de corte neoliberal especializada en negocios e inversiones.

El capitalismo desbocado, malignamente codicioso, depredador abusivo de la democracia, de las relaciones humanas y de la ecología, está cavando su propia tumba; al punto de que esos grandes ricos están corriendo ahora a “_ofrecer_” pagar más impuestos antes de que una debacle sociopolítica socave, vulnere, acabe, y supere el estado sistémico actual de las cosas, que hace insostenible para la preservación misma de todas las formas de vida del planeta, que sigamos por este sendero que, efectivamente, amenaza con destruir a la Humanidad misma.

Y es que lo están diciendo desde el lado de ellos mismos. Por ejemplo, un señor llamado Paul Farrell, que según leímos es uno de “_los más lúcidos comentaristas de The New York Times_”, afirmó que la “_la ideología destructiva de Reagan amenaza con derribar varios siglos de capitalismo_”.

Como bien sabemos, la ideología extremista del capital de signo neoliberal, financiero-bancario, la de Reagan, se inspiró (en gran parte), en las ideas propugnadas por la Escuela de Chicago encabezada por el economista Milton Friedman, un “_ícono_” para los adoradores del “_dios mercado_”.

Aunque fue el multimillonario gringo Warren Buffet (cuya fortuna se estima en más de 50 mil millones de dólares), quien puso en el tapete mediático global eso de que los grandes ricos quieren, “_voluntariamente_”, pagar más impuestos; ya un grupo de superricos alemanes lo había planteado antes que él.

En el 2009, las personas más adineradas de Alemania, fundaron un “_movimiento_”, irónicamente llamado “_Ricos por una tasa para los ricos_”, sugiriendo, ellos mismos, que les eleven en un 5 % los impuestos que pagan, con lo cual, oigan ustedes, el estado germano lograría recaudar unos 200 mil millones de euros y ¡resolvería su déficit!
Luego apareció publicado un manifiesto, en el diario francés Le Figaro de 16 archimillonarios galos, en igual sintonía, pidiéndole a su presidente Sarkozy: “_Gobierno, cóbrenos más impuestos…_” Esta “_petición_” fue firmada, incluso, por la persona más adinerada de Francia, la señora Liliane Bettencourt, dueña del emporio de cosméticos L’Oreal.

En Italia no se han quedado atrás. Por ejemplo, el presidente de la Ferrari, Luca di Montezemolo, ofreció “_sacrificarse_” en igual sentido.

El pasado 15 de agosto y en el mismo periódico “_The New York Times_”, Mr. Buffet escribió un artículo con el “_sugestivo_” título de “_Dejen de mimar a los superricos_”. Entre otros aspectos, indicó que él “_se sentía mal_” porque solamente paga por sus ingresos, una renta de 17.4 %; mientras que a sus propios empleados, esa misma renta es de un 36 %.

Muy parecido (guardando las dimensiones de capital, por supuesto), a lo que dijo don Bernal: que a él le cobran un 15 % por sus regalías, siendo que a su propio chofer, también le cobran, por lo mismo, un porcentaje igual del 15 %.

Si usted nos permite, hablaremos un poco más de esto en próximas entregas. Indudablemente esto que estamos comentando tiene un profundo significado ideológico. No se trata de brindar nombres y datos como una cuestión anecdótica. Es la serpiente que se muerde su propia cola.