Su candidato vicepresidencial, el señor Luis Liberman Ginsburg no contradijo, no desmintió, no rechazó, las graves acusaciones que le hiciera su colega ideológico, el economista y abogado don Jorge Guardia Quirós, en cuanto a la presunta existencia de una especie de “cártel de banqueros privados”; los cuales, aprovechando su inmenso poderío político, amasaron fortunas incalculables controlando diversas variables macroeconómicas y financieras en los últimos gobiernos, por medio de colocar fichas afines en el Ministerio de Hacienda y en el Banco Central de Costa Rica (BCCR), entre otras entidades relacionadas con la actividad bancaria.
Siempre hemos sido del criterio de que en los últimos veinticinco años de políticas macroeconómicas inspiradas en el neoliberalismo, el lado ganador ha estado conformado por un reducidísimo grupo de gran poderío político: el sector financiero. El mérito de la denuncia del señor Guardia Quirós está en habernos indicado que tal sector es el de los banqueros privados que, entre otros, incluye al señor Liberman Ginsburg
La acumulación de gigantescos capitales y la abusiva concentración de la riqueza que se manifiesta en la Costa Rica de hoy, de acelerado crecimiento de la desigualdad, representa un crimen social que necesita ser investigado y juzgado.
La circunstancia de que 600 mil personas trabajadoras tengan salarios por debajo del mínimo de ley, o que tengamos un millón de compatriotas sumidos en la pobreza, o que tengamos una clase media altamente endeudada porque se resiste desesperadamente a desaparecer, no puede quedar impune. Alguien o algunos tienen que rendir cuentas por impulsar y por imponer decisiones de política económica que nos han llevado a estos extremos que, de un modo u otro, han generado un proceso sostenido de desestabilización política, económica y social.
Si el gremio de los banqueros privados llega al mismísimo seno del gobierno para controlar, ahora desembozadamente, la política económica del país, es porque la derecha política quiere demostrarnos la naturaleza de su total hegemonía a través del pleno control del Partido Liberación Nacional (PLN), que podrá ser cualquier cosa, menos un partido socialdemócrata. No es casual que Wikipedia, la enciclopedia electrónica más famosa del mundo, identifique al candidato vicepresidencial de doña Laura, como del_ “PLN, derecha”._
El rechazo de doña Laura a cualquier intento de reforma tributaria nos manda una clarísima señal de quién ha de controlar su gobierno (de ganar ella la Presidencia de la República), pues es obvio que la ideología dominante de su política económica, estará determinada por la lógica de acumulación de capital con perspectiva banquera, de lucro privado sin control.
En consecuencia, está pendiente un gigantesco esfuerzo cívico de investigación patriótica sobre el dominio banquero de la política económica, fiscal, financiera y monetaria en las últimas administraciones. El silencio de doña Laura y la aceptación tácita de las denuncias del señor Guardia por parte del señor Liberman, confirman la comisión de un espantoso crimen social en contra del bien común que no podemos dejar pasar así no más.
Recordemos que según las denuncias del señor Jorge Guardia Quirós, los del grupo del banquero Liberman, candidato vicepresidencial de doña Laura, “captaron y prestaron mediante sus offshores sin satisfacer encajes, someterse a la Sugef, ni pagar impuestos. Todo una vida hicieron plata exenta por medio de sus offshores y, al final, tampoco pagaron nada (ni cuita), pues al ponerse viejos vendieron sus acciones a bancos extranjeros sin estar sujetos a impuestos sobre la renta”.
Nos duele reconocerlo pero en la actual campaña política esta situación ni es ni será objeto de debate. Insertados en el sistema, los diversos partidos políticos (los que tienen mucha plata, a los que les dan plata para ser turecas y los que carecen de ella), no muestran mayor interés en demandar cuentas por el festín orgiástico que han vivido en los últimos años los sectores del capital financiero privado.
Estos sectores se sienten ahora tan seguros que manifiestan su pretensión descarada, totalmente abierta, sin necesidad de intrigas palaciegas, de controlar, ya oficialmente y por vía ejecutiva-presidencial, la política económica que, por cierto, no han dejado de manipular en todo este tiempo en que nos han sumergido en la desigualdad. Por cierto que sobre el _“cártel de los banqueros privados_”, don Jorge Guardia Quirós nos debe algunos nombres que prometió dar a la opinión pública.
Estamos esperando…
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