El TISA y el primero de mayo

Mañana es primero de mayo… ¡Es el PRIMERO DE MAYO!, la fiesta mundial de la clase trabajadora. Con emoción nos iremos a la calle, una vez más; y en el caso costarricense, será la celebración 101, desde que en 1913 nuestros gloriosos líderes político-sociales de entonces pusieron a Costa Rica en el mapa mundial de la lucha obrera y social.

Muchos son los desafíos que tenemos por delante como clase trabajadora costarricense, ante la nueva celebración de mañana jueves, el ¡PRIMERO DE MAYO!; y, ante un nuevo parlamento que entra en funciones precisamente en este glorioso día obrero, así como el nuevo gobierno dentro de ocho días, la validez de la acción sindical y social por un mañana mejor y empleando todas las formas de lucha pacífica y civilista, se hace mucho más necesaria.

Así como hace 101 años Costa Rica ingresó al escenario social planetario de la acción sindical y de la lucha eterna por la reivindicación plena de la clase trabajadora; debemos agregar otro tema más a nuestra nunca acabable agenda de apelación a la movilización laboral, social y ciudadana.

Con la llegada de la nueva administración gubernativa, una de las mayores decisiones políticas que se podría esperar fuese tomada por el señor Presidente electo, don Luis Guillermo Solís Rivera, es ordenar abrir, de par en par, las puertas de las instituciones públicas, especialmente aquellas que tienen un gran impacto en la vida de las personas que habitamos este país y, especialmente, pensando en el futuro de las generaciones inmediatamente siguientes.

Una de las entidades de mayor opacidad de los últimos años, a nuestro criterio ha sido el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), dirigido por la señora Anabel González Campabadal al frente de un equipo de neoliberales que han venido manejando esta entidad como si fuese una “república independiente”, casi como un Estado dentro de otro Estado; en contraposición total al bien común y con una serie de consecuencias negativas para la integración social, como lo es que seamos actualmente el país latinoamericano de mayor crecimiento de la desigualdad.

El Comex (al igual que la Caja), requiere de “cirugía mayor” y a riesgo de que nos den una “cajita blanca” porque creer que el “cambio” se apodere, en todo o en parte, de la política de comercio exterior que se ha venido siguiendo, hoy lanzamos esta iniciativa que esperamos formalizar con petición de información, luego del 8 de mayo próximo.

La entidad sindical mundial conocida por su siglas en español como ISP, Internacional de Servicios Públicos (de la cual forma parte la corriente sindical en la cual militamos), nos está alertando acerca de un proceso de negoción secreta en desarrollo que realizan una serie de países (Costa Rica incluido), para imponer un denominado “Acuerdo sobre el Comercio Internacional de Servicios”, el cual se está conociendo de manera abreviada por sus siglas en idioma inglés como el “TISA” (Trade International Service Agreement); sobre lo cual este lunes 28 anterior tuvo lugar una nueva ronda negociadora en Ginebra, Suiza.

Según el más reciente informe de la ISP, los gobiernos involucrados en la negociación del TISA, “están planeando llevar al mundo a una inmensa liberalización a una escala nunca vista hasta ahora”. Se trata de un grupo de 50 países que en medio de un gran secretismo pretenden relanzar, con este nuevo nombre TISA, lo que en su momento fue una intentona, fallida dichosamente de algo similar que se conoció en español como el “Acuerdo General de Comercio de Servicios” (AGCS).

Como indicamos, Costa Rica está “conspirando” contra nuestros propios servicios públicos desde el actual Comex, junto a otras nacionales latinoamericanas como Brasil, Colombia, México y Panamá.

Uno de los documentos emitidos por esta entidad sindical mundial, la ISP, “El Tisa frente a los servicios públicos”, nos alerta de que “…este inmenso acuerdo comercial pondrá en peligro la salud, la radiodifusión, el agua y el transporte públicos, así como otros servicios públicos. El acuerdo propuesto podría hacer que fuera imposible para los futuros gobiernos devolver los servicios públicos a manos públicas, incluso en aquellos casos en los que la prestación privada de los servicios hubiera fracasado. También restringiría la capacidad de un gobierno de reglamentar sectores clave, entre ellos el financiero, el energético, las telecomunicaciones y los flujos transfronterizos de datos”.

Esos 50 países, se denominaron a sí mismos como “Auténticos Buenos Amigos de los Servicios”, con la idea de liberalizar el comercio los servicios públicos en un 90 % de su amplia gama.

Es tan delicado el asunto del TISA que a juicio de los expertos de la ISP, “en el TISA no habría disposiciones que condicionaran las inversiones extranjeras en los sectores de servicios, a fin de que beneficiaran el interés público; en el caso de planes públicos específicos, tampoco se prevé la imposición de la rendición de cuentas de las empresas por lo que respecta a metas sociales y de desarrollo de la población”.

“A los inversores extranjeros se les concederían protecciones con arreglo al TISA contra lo que ellos consideran que son reglamentaciones comerciales restrictivas (aún si el objetivo de estas reglamentaciones fuera proteger el medioambiente, la salud, la seguridad, la estabilidad financiera y el interés público)”.

En verdad, es más que necesario reiterar la demanda, respetuosa pero vehemente, de que el nuevo gobierno próximo a asumir la gestión política del país, levante el velo del secretismo que viene imperando en este proceso multilateral de negociaciones de este “Acuerdo sobre el Comercio Internacional de Servicios”. Sobran pregunta para formular y demandar cuentas claras y transparentes a la señora Anabel González Campabadal y su equipo, gran parte del cual se ha de quedar laborando para el Comex.

¿Quién en el presente y saliente gobierno dio la orden de meter al país en este proceso TISA?, ¿quién ha estado conduciendo a nivel de Costa Rica lo del TISA?; ¿cómo van esas negociaciones?; ¿a qué sectores de la sociedad costarricense se les ha, al menos, “informado” del TISA?; ¿quién estuvo a nombre del país en la reunión que hubo en Ginebra, este pasado lunes 28 de abril?; ¿cuál es en el caso costarricense el listado de servicios públicos que se insertarían en el TISA?; ¿qué documentos están disponibles para el público?…

Resulta sumamente imperativo y de alto interés público, las respuestas a estas y otras interrogantes en esto del TISA y Costa Rica; porque si el “cambio” ha de llegar hasta el Comex, debe concretarse en la total transparencia de los procesos en que se deja metido al país; y considerar que el combate a la desigualdad que parece ser eje fundamental del nuevo gobierno, necesita de una revitalización estratégica de gran parte de los servicios públicos. Con ese TISA sobre el cual nos alerta la Internacional de Servicios Públicos (ISP), jamás este país podría recuperar la senda de la igualdad, la movilidad y la integración sociales.

¿A quién pondrán en la Caja?

El señor Presidente electo, don Luis Guillermo Solís Rivera, anunciará el próximo lunes 28 de abril, los nombramientos estratégicos de su gobierno que le quedaron pendientes.

Entre ellos, las carteras ministeriales de Agricultura y Ganadería, de Justicia y Paz y de Vivienda.

Sin duda alguna, ámbitos estratégicos de política pública en el escenario del “cambio” ofrecido y multitudinariamente acogido en las urnas de la segunda ronda electoral.

Hay otro nombramiento de altísimo calibre y más que estratégico; es un nombramiento que tiene que ver con la vida directamente de quienes habitamos este país, especialmente la vida del pueblo trabajador que es el mayor segmento ciudadano.

Hablamos de la persona que ha de ser nombrada para la presidencia ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

En los últimos tiempos, un importante grupo de organizaciones de la sociedad civil, incluidos algunos sindicatos, se han dedicado a analizar el tema de la Caja con gran responsabilidad y contando con el aporte de personas especialistas en Seguridad Social y en temas de la desigualdad.

Fíjense ustedes que dentro de este conglomerado solidario de costarricenses preocupadísimos por estos temas, en tal experiencia de análisis y luego de aportes concretos, estuvieron el próximo presidente de Costa Rica y su Ministro de la Presidencia.

Por supuesto que ambos distinguidos ciudadanos todavía no estaban inmersos completamente en la política electoral ni creemos que pensaban estarlo, cuando estaba culminando lo mejor y más productivo del proceso de propuesta social denominado “Diez medidas para comenzar a ordenar la Caja”.

Con fecha 19 de febrero de 2013 se emitió un documento denominado “Manifiesto por la Seguridad Social”, como un ajuste a la denominada propuesto sin cambiar la esencia de la misma.

En tal sentido, conviene puntualizar lo que a juicio de tales grupos sociales constituye la base de la esencia de los graves problemas que afectan a nuestra querida CCSS.

No tenemos noción real de que desde esa fecha a hoy, se hayan dado cambios sustanciales, a raíz del hermetismo de la actual cúpula política de la institución y su renuencia a un diálogo abierto y transparente con la sociedad civil asegurada y representada en una gran diversidad organizacional.

Respetuosamente consideramos que la persona que se nombre a la cabeza de la Caja deberá tener absoluta claridad de los tres grandes conflictos de interés que la están carcomiendo por dentro; conflictos de interés sobre los cuales, tanto el señor Presidente electo como su ministro de la Presidencia tienen absoluta claridad de los mismos. De dicho manifiesto extractamos:

Primero: “El conflicto entre el interés público y los intereses político-partidarios. Este conflicto ha producido, por ejemplo, que la jerarquía institucional le perdone deudas al Estado, o no se utilicen todos los instrumentos legales para impedir la morosidad del Estado con la Caja; o que se haya contratado más de 10 mil personas, la mayoría en cargos administrativos a nivel central”.

Segundo: “El conflicto existente entre el interés público y los intereses mercantiles de quienes hacen jugoso negocio con la salud (o más bien, con la enfermedad) de las personas. Este conflicto ha producido, por ejemplo, que se siga contratando servicios privados a un altísimo costo, en lugar de realizar las inversiones que permitan a la Caja prestar esos servicios de forma directa a un menor costo”.

Tercero: “El conflicto existente entre el interés público y el interés gremial. Algunos de los gremios de la Caja están actualmente defendiendo situaciones desfavorables para la población asegurada. Por ejemplo, en lugar de buscar que la hora ordinaria se remunere bien para todos, defienden que una pequeña élite de profesionales en ciencias médicas gane más de 10 millones de colones al mes. Esto se hace mediante abultadas jornadas extraordinarias y disponibilidades… Estas jornadas extraordinarias devienen permanentes, con lo cual se bloquea la creación de segundos y terceros turnos. Este círculo vicioso impide que la mayoría de los centros de atención de la Caja abiertos las 24 horas logren un verdadero impacto en la efectividad, calidad y humanización de los servicios”.

Quien entre a dirigir la Caja debería tener presente esta conclusión que resume la grave situación de la institución en la actualidad, según los grupos sociales del proceso “Diez medidas para comenzar a ordenar la Caja”:

“Todos estos conflictos entre el interés público (de toda la población asegurada), y de unos pocos (políticos, vendedores de servicios y de algunos pocos especialistas inescrupulosos), que afectan directamente lo que hace y deja de hacer la Caja, tanto hacia adentro como en sus relaciones externas, deben ser abordados con transparencia y objetividad. De ello depende que sobreviva y se recupere el modelo de salud universal y solidario que hemos disfrutado”.

Desde nuestra visión sindical, entrarle a esta situación va a generar grandísimas resistencias internas de corte corporativo, especialmente gremial.

Por eso, si el nuevo presidente o la nueva presidenta de la Caja decide comerse semejante “bronca”, aparte del lógico apoyo presidencial al más alto nivel que de seguro tendrá; necesitará de un gran respaldo ciudadano, activo y militante y para lo cual, desde nuestra perspectiva del “Sindicalismo Ciudadano” ofrecemos nuestro aporte impulsando en el nivel local, una especie de comités de ciudadanía asegurada por la Caja que deben ser una base social activa a favor de las transformaciones que ocupa la Caja.

Ya lo habíamos indicado antes pero queremos recalcarlo, ante el inminente nombramiento que venimos comentando.

1) La Caja es la vida misma para la clase trabajadora que no puede pagar servicios de salud de carácter privado. La Caja es como el aire que respiramos o como el agua que tomamos, elementos imprescindibles para la existencia humana.

2) La Caja es del pueblo trabajador, no de los sindicatos.

3) La Caja debe ser liberada de la especie de secuestro a que la tienen sometida, poderos grupos corporativos, tanto internos como externos.

4) Falta mucho camino por recorrer y muchas cosas que destapar en el campo de la corrupción que hay en el seno de la institución.

5) Lo que denominamos “realeza médica” debe dejar de ser el poder real en la Caja.

6) Se debe democratizar la formación de especialistas, sacándola del “gueto élite” que tiene ahora su control.

7) Deben habilitarse tres turnos de servicio médicos, como lo hace ya el personal de Enfermería que labora 24 horas continuas.

Muchísimas más cosas, usted, ciudadano, ciudadana, persona asegurada de la Caja debe tener en mente a propósito del nombramiento que se va a anunciar en la Caja; una institución maravillosa, extraordinaria, excepcional en el mundo, genuinamente costarricense y parte esencial de nuestro ADN como sociedad; institución en la cual la mayoría abrumadora de su población trabajadora lo hace abnegadamente y con gran compromiso social, para fortuna de todos y de todas. Por eso, ¡hay grandes oportunidades de salvarla!

El equipo de gobierno del Presidente electo

El señor Presidente electo de la República, don Luis Guillermo Solís Rivera, ha anunciado los primeros nombres de los y de las integrantes de su equipo de gobierno más “íntimo”, políticamente hablando. Es decir, las personas que dependerán directamente de él, en el día a día de su administración próxima a iniciarse.

Estas primeras 21 designaciones (13 hombres y 8 mujeres), nos permiten compartir con usted algunas conclusiones que sin presunción de verdad, se derivan desde la perspectiva con que miramos las cosas del país en nuestro diario quehacer.

Algunos de esos 21 rostros muestran personas que en una de las coyunturas sociopolíticas más dramáticas de la historia contemporánea del país, la del TLC con Estados Unidos, estuvieron en el “No” ó estuvieron en el “Sí”; otras caras de esas 21, no recordamos si tuvieron posición al respecto o no se supo cómo actuaron en ese entonces.

En todo caso, si lo que se pudiera colegir de estas 21 primeras designaciones que ha hecho el nuevo gobernante, es mandar un mensaje acerca de una especie de “reencuentro” en una sociedad que como la costarricense ha estado fragmentándose; entonces no habrá terreno ni espacio más claro para ese “reencuentro” que la conjunción de los más diversos esfuerzos multisectoriales, político-partidistas y sociales, que el del combate al crecimiento de la desigualdad en todas sus perniciosas manifestaciones.

Vea usted, además, si se fija bien, prácticamente esas primeras 21 personas que junto al Presidente electo serán la cabeza colectiva del ejecutivo del país para los próximos 4 años, pertenecen (de una u otra manera), a las capas medidas de la sociedad, a la clase media en sus diversos estratos pero clase media al fin.

Aquí se pudiera estar mandando otro mensaje que interpretaríamos como que el tema de la creciente desigualdad que nos aqueja será de alta prioridad; y que, por tanto, la política pública por venir en su amplitud interventora, tendría como guía la recuperación del bien común y el retorno del país al tránsito por la ruta de la equidad social; ya de por sí aspectos extractables de las promesas de campaña según los documentos que fueron emitidos por el partido del señor Solís Rivera.

Por otra parte, varias de esas primeras 21 designaciones de gabinete, abren potencialidades de exploración de diálogo social con negociación efectiva que hasta la fecha han resultado falsas, insustanciales y/o fracasadas.

La circunstancia de que el señor Melvin Jiménez Marín, obispo de la Iglesia Luterana Costarricense (ILCO), sea el Ministro de la Presidencia, podría posibilitar la concreción de una serie de políticas públicas generadas desde una amplia gama de sectores sociales que él conoce muy bien; y que con él, en su calidad de máximo jerarca eclesial de la ILCO, vieron la luz en el ámbito de la propuesta alternativa al modelo neoliberal, en planteamientos-país como: “10 medidas para enfrentar la crisis económica con inclusión social y productiva”, 2010; “Aportes para una nueva Cosa Rica inclusiva y solidaria”, 2006; y, “10 medidas para comenzar a ordenar la Caja”, 2013.

La designación de don Helio Fallas Venegas, Segundo Vicepresidente de la República y ahora con el recargo de ser Ministro de Hacienda, abre posibilidades, también, de diálogo social con negociación efectiva, pues en palabras de él, “La evasión de impuestos es el principal problema fiscal del país”; tesis ésta que coincide con nuestras posiciones al respecto, formuladas ya desde hace bastante tiempo y que también están plasmadas en la más reciente producción social sobre el tema, con la propuesta (de la que formamos parte), “Hacia una reforma fiscal para el desarrollo y la reactivación del empleo”.

Por ejemplo, la cifra del robo de impuestos en sus diversas formas citada en este documento, de un 5.8 % del PIB, es la misma, prácticamente hablando, que maneja el nuevo Ministro de Hacienda. Sin duda, un buen punto de vista compartido para un diálogo social al efecto.

La cartera de Trabajo y Seguridad Social representa un gigantesco desafío para su jerarca (que ya pasó por ella con otra bandera partidaria), don Víctor Morales Mora; desafío que se centra, fundamentalmente, en darle un rol preponderante y de fortalecimiento pues si, finalmente, la Reforma Procesal Laboral (RPL), surge a plenitud de la vida jurídica, gran tarea le espera a este ministerio, al potenciarse su rol guardián de la ley laboral. Por eso sería apropiado que el nuevo jerarca del MTSS hable sin ambages de su posición en cuanto a la RPL y de cómo incidirá para que su jefe, el ahora Presidente Electo, comprenda la importancia de quitarle el injusto veto que le interpusiera el gobierno saliente.

El señor Presidente electo, don Luis Guillermo Solís Rivera, ha dejado pendiente para un segundo momento otras designaciones igual de relevantes, como por ejemplo: Caja, MAG y Justicia. En el primer caso, la propuesta social denominada “Diez medidas para comenzar a ordenar la Caja”, tuvo aportes del próximo primer mandatario, en su anterior rol de intelectual académico acompañante de sectores sociales con vocación propositiva; de manera que esperaríamos que la Caja la dirija alguien afín al pensamiento presidencial en la materia plasmado en tal documento.

En el caso del MAG, la esperanza es mayúscula, toda vez que se espera que la nueva jerarquía rectora del sector agropecuario que el Presidente electo ha de designar, responda a una relanzamiento de la producción para el mercado interno, bajo los preceptos de la soberanía y de la seguridad alimentarias.

La crisis del Sistema Penitenciario Nacional obliga a que en la jerarquía ministerial de la cartera de Justicia y Gracia se ponga a una persona con una gran capacidad de articular esfuerzos multisectoriales, tanto intra como extramuros carcelarios. Primero, para que la preocupación de la política pública de los últimos años, en el sentido de que a la población privada de libertad se le respeten, a plenitud, sus Derechos Humanos; también abra espacios de similar preocupación para los Derechos Humanos del personal penitenciario.

En segundo lugar, encontrar nuevos derroteros de abordaje criminológico intracarcelario en cuanto a los desafíos del reto delincuencial de nuevo tipo (como el del crimen organizado, el cibernético, el narcotráfico y los delitos derivados de la corrupción); con las consecuencias de una sociedad de exclusión, de desempleo y de desigualdad que lanza a muchos de sus ciudadanos a delinquir por hambre y por pobreza.

Esperaremos a la designación total global de las nuevas jerarquías del Poder Ejecutivo para una mejor comprensión de la propuesta de “cambio” que se le formulara al electorado; “cambio” que, obvio es, nada sistémico podría ser; sin embargo, el músculo obtenido en las urnas electorales de segunda ronda, da base para propiciar mucha cosa nueva en aras del bien común, de la justicia tributaria y de la inclusión y movilidad sociales.

“Cambio»: ¿Qué tal estos cambios?…

Debemos felicitar a don Luis Guillermo Solís Rivera por su elección como el nuevo Presidente de la República, según una histórica votación a su favor en las urnas, durante el pasado domingo 6 de abril de 2014. Culmina así lo que muchos especialistas determinan como el proceso electoral más inédito, más atípico, más impactante desde la instauración de la Segunda República, en 1949. De sorpresa en sorpresa, así transcurrieron estas elecciones.

No hay duda de que la gran sorpresa, el fenómeno político más destacable es el ascenso sostenido hasta la primera magistratura del país, del señor Solís Rivera. Digamos que empezó de “lo menos, menos”; hasta alcanzar lo máximo que no era esperado.

Ya habrá tiempo para que esos mismos especialistas y otras personas que analizan estas circunstancias sociohistóricas, hagan sus planteamientos tratando de explicar cuáles fueron las situaciones que se conjuntaron para esta victoria electoral del indicado ciudadano; o lo que es su contracara, la derrota más estrepitosa de toda la historia del Partido Liberación Nacional (PLN).

Dentro de este conjunto de cosas que estarían por analizarse con más detalle y pausa, percibimos que la palabra, el concepto, o más “sofisticadamente”, la categoría sociopolítica de “Cambio”, empleada como eje central de la propaganda del señor Solís Rivera, caló profundamente en grandes segmentos ciudadanos más allá de las fronteras de su propio Partido Acción Ciudadana (PAC). Es más, la recolección de votos que captó la propuesta electoral ganadora, tiene procedencia multipartidista de casi todas las opciones que estuvieron en la papeleta presidencial original.

Ahora bien. Dos cosas parecen de atención inmediata. La naturaleza del “Cambio” que se promocionó por parte del señor Solís Rivera, es de tal calibre que las expectativas parecen ser demasiadas, en diversos aspectos y esperanzadoras para múltiples sectores; especialmente, en los de la “gente de abajo”, incluyendo esos sectores medios golpeados económicamente que se resisten a una mayor intensidad en su proceso de empobrecimiento paulatino y que, por ejemplo, presentan altísimos niveles de endeudamiento.

Es evidente que en este ámbito, el nuevo Gobierno deberá considerar cómo ha de responder a tal desafío.

La segunda cuestión tiene que ver con ese tipo de señales del “Cambio”, inmediato, que el nuevo mandatario puede enviar a través de sus primeras decisiones, luego de las 12 del día del próximo 8 de mayo. Aquí, con el debido respeto, puntualizamos algunas de esas señales del “Cambio” en lo concreto-inmediato que pudieran indicar que, en realidad, no se trató de un vano “slogan” publicitario “novedoso” para obtener el triunfo.

La semana pasada y en este mismo espacio, planteamos ámbitos de posible decisión de “Cambio”, pero son asuntos de mayor calado que ameritarían procesos complejos para que se pudieran concretar. Así que pueden haber otros cambios inmediatos que son de decisión directa del nuevo inquilino de la Casa Presidencial, mediando su intervención directa y/o orientando por medio de directrices, como por ejemplo los siguientes:

Que quienes van a integrar su gabinete directo, como ministros y ministras de Estado, hagan pública su situación individual-personal de ingresos: rentas, alquileres, acciones, propiedades, deudas, bonos de inversión, etc.; de forma tal que, en congruencia con uno de los pilares éticos que pregona el PAC, la ciudadanía pueda saber con cuánta plata cuenta cada jerarca al llegar al gobierno; y, luego lo difunda de nuevo cuando se tenga que ir del mismo por cualquier razón.

Esto es muy distinto a la declaración de bienes de ley que debe presentarse a la Contraloría General de la República (CGR), pues éstas son guardadas “bajo llave” y nadie tiene acceso a las mismas. ¡Transparencia total! Igual para otros cargos de alta jerarquía política como las presidencias ejecutivas.

Que se establezcan los tres turnos de atención por parte del personal médico de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), en todos sus hospitales; de 6 de la mañana a 2 de la tarde, de 2 de la tarde a las 10 de la noche, y de 10 de la noche a las 6 de la mañana; con lo cual, por ejemplo, los quirófanos estarían funcionando las 24 horas. Con este sistema labora todo el personal de Enfermería de la Caja y, prácticamente, el resto del personal no médico de la institución que brinda atención directa al paciente. Se aumentarían las horas médicas para atender al pueblo; se reduciría la presa de cirugías y otras intervenciones médicas necesarias para una eficiente y eficaz atención de salud pública; amén de que se reduciría el monto por remuneraciones y guardias.

Los sistemas de reconocimiento por recargo no mermarían los ingresos salariales del personal que debería trabajar con la nueva modalidad.

Que se instale una comisión nacional de análisis de las exenciones y de las exoneraciones tributarias, todas las cuales andan en un 6 % del Producto Interno Bruto (PIB), según datos del propio Ministerio de Hacienda. En un plazo de seis meses se puede tener un informe para que se dé una reducción, que podría ser paulatina, de hasta 3 puntos de PIB. Así, las voces histéricas de corte neoliberal sobre el “apocalíptico” déficit fiscal, tendrían que inventarse otros argumentos para seguir con esta fijación macroeconómica patológica que padecen.

En esto del déficit, ¿por qué no abocarse a diseñar una nueva metodología del cálculo del mismo, integrando toda la totalidad del sector Público y no solo el Gobierno Central, con las excepciones de rigor y sin afectar grandes proyectos de infraestructura y similares? Aquí el Presidente puede integrar una comisión de gente especializada, afín a su pensamiento, que la hay en gran cantidad y calidad.

Que el nuevo Presidente retire el ingrato veto que la mandataria saliente le interpuso a la Reforma Procesal Laboral (RPL), histórico proyecto de ley que recibió en el parlamento por terminar, los dos debates constitucionales obligados y en ambos con lujosas mayorías. Por ejemplo, la oralidad que se introduciría en los procesos laborales judiciales abaratará los costos de los mismos para todas las partes: Poder Judicial, patronos y trabajadores; y éstos podrían recibir justicia más rápida y no esa tortura de hoy, de años y años, para recibir restauración de sus derechos laborales lesionados.

Como vemos, este es un “menú” de medidas de “Cambio” real, constatable, inmediato; medidas que la ciudadanía toda, hasta la abstencionista, le abonará como refuerzo de credibilidad presidencial; medidas que, además, tienen espacio para ser implementadas a partir del contundente mandato recibido en las urnas y que le dan el necesario músculo político para emitirlas desde la Casa Presidencial y desde el mismo 8 de mayo, luego del mediodía.

Elecciones de segunda ronda: ¿habrá algún cambio?

El Gobierno saliente, por boca de su Ministro de Planificación, don Roberto Gallardo Núñez, se ha “preocupado” mucho por analizar los programas de gobierno que le han presentado al electorado, los dos partidos que, finalmente, “se verán las caras” (así entrecomillado porque uno de los dos candidatos, dizque “tiró la toalla”), en segunda ronda electoral presidencial, este próximo domingo 6 de abril.

El Ministro Gallardo Núñez se ha esforzado muchísimo para indicar que entre ambas propuestas, “No hay diferencias dramáticas” (Diario Extra, martes 1 de abril de 2014, página 16, sección especial “Decisión 2014”).

Pareciera que el Ministro Gallardo actúa como el heraldo más “acreditado” para que la hegemonía del capital que controla la cosa política de nuestro país, no tenga nada de qué preocuparse con relación a quién saldrá electo presidente este domingo 6; especialmente, para esa parte de tal hegemonía, la del capital financiero-bancario neoliberal que es la que, realmente, tiene “la sartén por el mango” en las últimas administraciones. En síntesis, la esencia de tal mensaje es éste: ¡Hey, tranquilidad, tranquilidad!… Todo sigue igual”.

Con el pomposo nombre de “Sistematización del Programa de Gobierno”, Mideplan analizó los programas del PLN y del PAC, pero los tiene escondidos, sí, ¡escondidos! Al momento de escribir este artículo, ayer martes por la mañana, llamamos al despacho del Ministro Gallardo y ante nuestra solicitud de tener acceso a ambos documentos, se nos dijo: a) no están disponibles en físico, en papel; 2) se subirán a la página web de Mideplan, “un día de estos, tal vez antes de Semana Santa”.

Nos preguntamos, ¿para quién los preparó Mideplan?… ¿para varias de las más poderosas cámaras empresariales del país?… ¿para la embajadas gringa, china y/o de la Unión Europea? Porque, repetimos, la esencia de nuestro cuestionamiento: ¿a quién se quiso tranquilizar de que en las votaciones de segunda ronda del domingo venidero, “da lo mismo Juana que Chana”? (refrán popular para enfatizar en que “da lo mismo una u otra opción”).

Si el triunfador, como muchos lo auguran, es el señor Luis Guillermo Solís Rivera, ¡menuda tarea le espera! en el sentido de que su prédica de “cambio”, si bien no implicaría una ruptura sistémica estructural, deberá impulsar una serie de acciones en varios órdenes, de forma tal que el mencionado “cambio” pudiera ser percibido por la mayoría ciudadana en un mejoramiento sustancial de sus condiciones de vida; en un salto cualitativo en contra de la corrupción (pública y privada); en decisiones políticas de alto calibre para mejorar la redistribución de la riqueza; en el desarrollo de reales mecanismos de participación ciudadana que no estén contaminados de la “seminaritis light”; y de que, efectivamente, esa hegemonía del capital, especialmente la del capital neoliberal, empiece a sentir que la intensidad de su control de la cosa política del país podría haber comenzado a transitar una pendiente en descenso.

Estamos absolutamente convencidos de que es tal férreo control que ejerce la hegemonía del capital, que algunas intenciones sanas de un eventual gobierno del señor Solís Rivera, para impulsar directrices, decretos y hasta legislación que apunte hacia la restauración del bien común como eje central de toda la política pública (y todavía más fuerte, hacia la integración y la movilidad sociales); deberá concitar un apoyo multisectorial desde la sociedad civil organizada de los grupos de la “gente de abajo”, porque será feroz la resistencia de esa hegemonía del capital, la de la “gente de arriba”… y si se da la circunstancia de que él, ya Presidente, decida enfrentar a la misma.

Varios escenarios de confrontación se avecinan si se trata de potenciar decisiones en esta línea, hacia “los y las de abajo”, que es la abrumadora mayoría y que es la que está sufriendo en carne propia la gravedad del problema más grande que nos dejan los tiempos de TLC’s, los gobiernos de la tecnocracia financiera del capital neoliberal, los dos últimos gobiernos neoliberales liberacionistas: el sistemático crecimiento de la desigualdad, el ensanchamiento de la brecha social, con sustanciales incrementos en violencia, corrupción, crimen organizado y narcotráfico.

Además, según esa hegemonía política dominante, se nos deja con un “altísimo” déficit fiscal cuya naturaleza “perversa” (según ellos), es culpa de las remuneraciones salariales de quienes laboran para el sector Público; convirtiendo a la clase trabajadora del Estado en una especie de “criminales sociales”, implantando en la sociedad una generalización injusta que iguala el miserable salario de un señor que vigila las instalaciones educativas públicas, con el de un alto gerente bancario-estatal.

Pueden ser varias las áreas sensibles para el desafío al status quo sistémico vigente, sobre el cual Mideplan afirma que nada tiene que temer el mismo, porque “no hay diferencias dramáticas” entre el PAC y el PLN.

Pese a lo que diga el Ministro Gallardo Núñez, si el señor Solís Rivera, de ganar la Presidencia, ¿se animará a impulsar una recuperación de la función socio-productiva del sistema financiero?, como para que se perciba el “cambio”. ¿Se animará él a tomar decisiones para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria y el empleo agropecuario; mediando iniciativas presidenciales para el fomento productivo y comercialización a la pequeña producción agrícola y pecuaria productora de alimentos?… Esto sí sería “cambio”.

O, veamos este otro “cambio”: impulsar una legislación para un establecimiento gradual de la prohibición del ejercicio privado de la profesión médica en lo privado si, a la vez, se trabaja para la Caja. Otro “cambio” ¿Se propiciaría una legislación para que todas las intervenciones quirúrgicas en seres humanos, tanto las que se hacen en la Caja como en los hospitales privados, se tengan que registrar y acreditar ante, por ejemplo, el Ministerio de Salud?…

O, este otro elemento de “cambio”: Modificar la ley para que a los alquileres sólo se les aumente la inflación anual y no el 15 % como sucede ahora; o, la regulación de las tarjetas de crédito. O, también, un impuesto a las transacciones financieras cotidianas luego de cierto monto para no afectar a los sectores de la clase media, para “reducir” el llevado y traído déficit fiscal sin golpear más los servicios públicos sociales… Esto sí sería “cambio”.

No puede interpretarse nuestro comentario desde una perspectiva decisoria electoral personal. Por el contrario, es que la naturaleza de las tareas que implica haber convertido como eje central de campaña presidencial, el tema “cambio”, implica una serie de desafíos estratégicos que si, en verdad, habrá “cambio”, provocarán la furia de esos poderosísimos intereses del capital hegemónico en nuestra sociedad; mismos que son los culpables de la crisis más profunda de toda su historia del otrora socialdemócrata PLN. Esa furia necesita del debido contrapeso. He aquí la dimensión de la construcción del mismo… si es verdad que el domingo “habrá cambio”.

El sindicalismo en el cual creemos

Las recientes manifestaciones de calle concretadas a partir de convocatorias estrictamente de carácter sindical (la del martes 25 de febrero y la del jueves 20 de marzo), nos permiten compartir con usted, respetabilísima persona lectora, los principales elementos inspiradores de la acción sindical en la cual creemos y practicamos; sin que por ello nos creamos dueños de la verdad, ni pretendamos imponer una visión totalitarista de la práctica organizacional en defensa de los derechos económico-sociales y político-ciudadanos de la clase trabajadora costarricense, especialmente. Somos una corriente sindical que ha venido construyéndose en el tiempo y que fijamos nuestra “fecha de nacimiento” luego de la caída del Muro de Berlín, pues impulsamos este tipo de sindicalismo desde el año 1990 a la fecha.

Una ciudadana trabajadora costarricense, Marielos Jiménez Araya, expresó este maravillo pensamiento inspirador: “El verdadero sindicalista es aquel hombre o mujer, cuya altura no está dada por su estatura física, sino por la dimensión de sus sueños; y sus horizontes no lo marcan las montañas sino la fe en sí mismos”. Era el año 1995 y ella laboraba en ese entonces para el Hospital Nacional Psiquiátrico. Desde que lo leímos por vez primera, siempre hemos tratado de tener presente este pensamiento en nuestra mente y corazón.

Nuestro ideal sindical fundamental está marcado por el contenido del artículo 23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, misma que fue proclamada con ocasión de la fundación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 1948 y luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial. Tal artículo indica: “1) Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. 2) Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual. 3) Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social. 4) Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses”.

Nuestro ideal sindical fundamental está marcado por pensamientos provenientes, de corte filosófico-político, del Socialismo Científico, del Humanismo Cristiano (la Doctrina Social de la Iglesia Católica), así como de la Socialdemocracia clásica.

Nuestro ideal sindical fundamental, hoy en día, está marcado por el impacto que en nosotros ha generado, “redescubrir” la figura, el pensamiento y la acción del más importante Presidente de la República que Costa Rica ha tenido en toda su historia independiente hasta la fecha: don Juan Rafael Mora Porras, “don Juanito”. Soñamos que muchos trabajadores y muchas trabajadoras, especialmente dirigentes sindicales, tuvieran la extraordinaria oportunidad de redimensionar la obra de este ilustre costarricense, fusilado en 1860 por el equivalente hoy de lo que denominamos como “derecha neoliberal”.

El pensamiento de “don Juanito”, centrado en tres elementos fundamentales: Soberanía, Justicia Social y Paz, representan un alimento vivificador para una acción sindical que quisiera renovarse, relanzarse, relegitimarse; abandonando la vagancia intelectual que implica refugiarse en la consigna panfletoide de “derribar el modelo neoliberal”, sin decir cómo.

Nuestro ideal sindical está marcado por las motivadoras y ejemplarizantes vidas de costarricenses de antaño que nos legaron una tradición de lucha en pro del bien común, por la justicia social, por la integración y la movilidad sociales. A riesgo de cometer graves e imperdonables omisiones, citamos los legados eternos aunque olvidados y empolvados por la ideológica sistémica de la hegemonía política dominante, de ticos y ticas presentes por siempre: Félix Arcadio Montero Monge, Jorge Volio Jiménez, Manuel Mora Valverde, Monseñor Sanabria Martínez, Vicente Sáenz Llorente, Joaquín García Monge, Carmen Lyra, Luisa González Gutiérrez, Omar Dengo Guerrero, Carlos Luis Fallas Sibaja, Rodrigo Facio Brenes, José Figueres Ferrer… y el más reciente de todos en esta honrosísima lista: el periodista y empresario mediático don William Gómez Vargas. Por supuesto que hay más patricios y patricias, costarricenses insignes de tal calibre que lo mejor de sus ideas nutren un sindicalismo de clase, autóctono, que pueda permitir atraer no alejar.

Nuestro ideal sindical fundamental está marcado por un modesto planteamiento nuestro denominado “Sindicalismo Ciudadano”, mismo que nos dice que es “el involucramiento comprometido y activo de las diferentes personas integrantes de la organización sindical que se insertan en la vida social activa de sus comunidades”; “…a lo interno de sus diversas expresiones organizativas ya creadas (o fomentando su creación)”; para “la construcción y el desarrollo de una corriente de pensamiento y de una práctica política que garantice el compromiso del Estado con la ciudadanía en cuanto a la provisión de la serie de servicios públicos imprescindibles para el bienestar colectivo”. A la vez, “incentivando, desde la perspectiva sindical, la acción ciudadana para mayores conquistas en cuanto a derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales”; y, finalmente, “aportando así para la construcción de la nueva hegemonía política restauradora de la promoción del bien común como norma fundamental de la convivencia social”.

Nuestro ideal sindical fundamental está marcado por unos 15 años de lucha sostenida de los problemas nacionales bajo una óptica sindical-laboral, apelando a aportes intelectuales y junto a sectores organizados no sindicales de gran sensibilidad social y de diferentes procedencias político-ideológicas, pero centrados todos en la búsqueda y en la promoción de la movilidad y la integración sociales. Hablamos de una acción sindical propositiva y nos inspiramos en esfuerzos como: “Costa Rica: Hacia la Tercera República. Frente a los desafíos nacionales del siglo XXI”; “Aportes para una nueva Costa Rica inclusiva y solidaria” (propuesta “Crisol”); “Diez medidas para enfrentar la crisis económica con inclusión social y productiva”; “Diez medidas para comenzar a ordenar la Caja”; además, nuestros planteamientos en torno a la tesis de una Transformación Tributaria Estructural y la Reforma Procesal Laboral (RPL).

Nuestro ideal sindical fundamental no nos lleva a alterar fotografías para fanfarronear con “manifestaciones multitudinarias” que nunca ocurrieron; nuestro ideal sindical fundamental no se genera en el “comité central” de partido político alguno; nuestro ideal sindical fundamental está nutrido de pensamiento latinoamericanista y no responde a “internacionales” de ninguna denominación, mucho menos a las sectario-dogmáticas que basan su accionar político-sindical en la injuria, en la calumnia y en la difamación; pretendiendo tener el “monopolio” de llamarse “sindicalismo clasista y combativo”, acartonado en una vieja “izquierda” de rancio corporativismo que le aleja de las mayorías ciudadanas.

ANEP lo alertó: continúan irregularidades en el INDER

Tal y como lo ha venido denunciado la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), el mal manejo de dineros del erario público continúa en el Instituto Nacional de Desarrollo Rural (INDER), antes IDA, con la compra de terrenos que no reúnen las condiciones mínimas para la producción agrícola y agropecuaria, así como presuntos pagos indebidos por parte de dicho ente.

En su momento Walter Quesada, Secretario General Adjunto de la ANEP y Presidente de la Seccional ANEP-INDER alertó de la compra de dos fincas por parte del INDER, en el sector de Guanacaste, las cuales adolecían de condiciones para el desarrollo de proyectos productivos (agrícola y agropecuario), terrenos que, además fueron adquiridos sin el consentimiento de la Comisión de Compra de Fincas, órgano técnico del INDER. Dicha situación fue denunciada por nuestra organización ante el Ministerio Público y la Contraloría General de la República para sentar responsabilidades.

Ahora una serie de reportajes de la Unidad de Investigación de Telenoticias viene a reforzar aún más la tesis sostenida por la ANEP y las grandes irregularidades que se dan el Instituto Nacional de Desarrollo Rural.

Para Walter Quesada, Secretario Adjunto de la ANEP, la compra de estas fincas hacen sospechar que algunas personas se están beneficiando de esas compras, por lo que se presentó la denuncia ante los entes correspondientes para que sean estos los encargados de definir si existe algún ilícito.

Respecto a pagos indebidos que se realizan en la institución, Quesada indicó que el más reciente fue la contratación de un chofer para la Gerente General del INDER. “Dicho chofer recientemente se había pensionado con un salario aproximado de 400 mil colones y fue recontratado ganando 1.100.00 colones, lo que nos parece fuera de toda lógica. Incluso las instancias encargadas de aprobar la contratación se acogieron al artículo 109 Ley de obediencia, porque rechazaron la contratación en dos ocasiones, pero finalmente les vino una orden de la misma Gerencia para aprobar el contrato”.

Quesada indicó, que también han venido investigando el pago de una prohibición a dos directores de la institución que se realiza desde hace muchos años, al cual no tendrían derecho y ya se les habría girado un monto superior a 50 millones de colones.

“Diferentes instancias como: la Contraloría, un asesor de la Presidencia Ejecutiva, así como la Proveeduría de la Ética han indicado que no tienen derecho a esos pagos, incluso el caso ya está en el Ministerio Público para la debida investigación”, indicó Quesada.

El Secretario General Adjunto de la ANEP, finalizó indicando que el INDER es una institución que debido al tipo de población que atiende es muy propensa a desviar sus objetivos y facilitar actos de corrupción. “Se ha venido denunciado este tipo de actos desde los años 90”.

Vivir con déficit

Don Luis Guillermo Solís Rivera, candidato presidencial para la segunda ronda electoral por parte del Partido Acción Ciudadana (PAC), ha indicado que un déficit fiscal del 6 % del Producto Interno Bruto (PIB), no le asusta; como tampoco le parece el planteamiento fundamentalista de déficit cero según una de las más fuertes creencias del extremismo neoliberal. El señor Solís está en lo correcto, según nuestra propia perspectiva.

Este asunto del déficit es sumamente complejo y no debe verse como un asunto “´técnico”. Por el contrario, es profundamente ideológico según la perspectiva que se tenga desde un punto de vista de clase.

Por ejemplo, según el principal latifundio mediático del capital neoliberal, el déficit es culpa de los pluses salariales que devengan diversos sectores laborales de la Administración Pública; un “refrito” periodístico publicado la semana pasada y con evidentes intenciones de manipulación de la opinión pública, a lo cual se presta, lamentablemente, la propia Dirección General de Servicio Civil.

Los pluses en el sector Público tienen diversos orígenes y surgen, esencialmente, en el ambiente más tenso de las políticas de ajuste estructural en sus primeros momentos, cuando las fuertes restricciones en materia de incrementos salariales en el sector Público hizo difícil la retención de cerebros; hizo necesario implementarlos para labores de riesgo y peligro ante bajos salarios; e, incluso, para garantizar la transparencia en la gestión, como la prohibición y la dedicación exclusiva.

Otra cosa muy distinta es el tema del “enganche” de la ley salarial médica con relación a diversos puestos de la estructura salarial del Gobierno Central que estableció una fórmula matemática de orden salarial ascendente, a beneficio de un gremio en detrimento de otros. Pero esto es “harina de otro costal” y será tema de notoriedad pública próximamente.

De cara al criterio del señor Solís Rivera, es preciso puntualizar lo siguiente.

Vivir con déficit no es una cuestión apocalíptica, en primer lugar. Él lo acepta sin ambages. Segundo: los responsables del déficit no son los salarios de los empleados públicos, ni mucho menos, los pluses necesarios que tienen diversos sectores laborales estatales. Este segmento de la clase trabajadora asalariada no roba impuestos: si tiene un nivel salarial como para tributar renta, ésta le es rebajada de manera puntual del salario; y si se trata del impuesto sobre las ventas, éste se paga inmediatísimamente al momento de la compra. (Igual sucede, según sea el caso, de las personas trabajadoras asalariadas del sector Privado).

Tercero: Las causas del déficit andan por otro lado. Es la naturaleza perversa del sistema tributario costarricense: proporcionalmente hablando pagan más los que menos tienen (priva la regresividad en vez de lo que debería ser: la progresividad). Y los que más tienen, pagan menos (cuando pagan), amén de que es por este lado de la acera donde se dan las más escandalosas evasiones y elusiones tributarias. Cuarto: El sistema de exenciones y de exoneraciones actualmente vigente, amerita una intervención política de alto nivel y de fuerte decisión. Se calcula en casi un 6 % del PIB lo que el Estado deja de recaudar por tanta exención y por tanta exoneración. Este 6 % de PIB en esta materia, es igual al 6 % de déficit fiscal que violenta el catecismo neoliberal extremista; por tanto, si quieren “entrarle” duro al déficit fiscal, empiecen por aquí. Jamás será igual el 6 % de PIB por exenciones y por exoneraciones, a la suma de todas las dedicaciones exclusivas, de todas las prohibiciones, de todos los riesgos que, por ejemplo, se pagan a los empleados públicos del Gobierno Central.

Ahora bien, si don Luis Guillermo Solís Rivera está indicando que no le asusta un déficit fiscal del 6 %, necesariamente deberá colocar en el Ministerio de Hacienda y en el Banco Central de Costa Rica (BCCR), a personas completamente afines a esta tesis. En primer lugar, el BCCR debe ser controlado desde la Casa Presidencial y no desde los grupos financieros-neoliberales de la bolsa de valores; y, en el caso del Ministerio de Hacienda, su orientación fundamental ha de ser el combate frontal a la evasión y a la elusión tributarias y no cómo eliminar los pluses salariales de los empleados públicos.

Además, deberá proponer cuáles exenciones y exoneraciones deberán ser eliminadas o redimensionadas para que el Estado tenga recursos frescos por el orden de, al menos, el 3 % de PIB, la mitad de lo que hoy en día representan tales privilegios fiscales (6 %).

Pensamos que la gritería del gran empresariado neoliberal por saber quién dirigirá el BCCR y/o el Ministerio de Hacienda, es un chantaje que no debe ser aceptado por el ciudadano Solís Rivera; y, por el contrario, debe repararse en que el cambio que quiere la gente es de tal magnitud que ni “los Lizano Fait”, ni “los de Paula Gutiérrez”, ni nada que huela a estos sectores, deben volver a controlar la política macroeconómica, fiscal, monetaria y hacendaria del país.

Debe el señor Solís Rivera tener presente que el principal reto que ha de enfrentar, de ganar la segunda ronda el próximo seis de abril, es demostrarle a las mayorías que el “cambio” es concreto.

Se trata de realizar una serie de nombramientos y de emisión de directrices en una misma dirección: enfrentar el primer problema nacional, cual es el crecimiento de la desigualdad.

La Presidenta Chinchilla terminará su mandato dejándonos esta deshonrosa distinción: Costa Rica ocupa el primer lugar en América Latina en cuanto al crecimiento de la desigualdad.

El señor Solís Rivera tiene pleno conocimiento de que este desafío nacional de combatir el crecimiento de la desigualdad y empezar a revertirlo, ha sido formulado de manera sistemática por varios y relevantes sectores sociales organizados como la corriente sindical en la cual militamos.

La propuesta “Aportes para una nueva Costa Rica inclusiva y solidaria” (propuesta “Crisol”), no le es desconocida a él. Como intelectual y académico solidario, él nos dio brillantes ideas al respecto, junto a otros destacados pensadores de diversa procedencia política.

La esencia de la propuesta “Crisol” (para solamente dar un ejemplo de varios esfuerzos propositivos de carácter alternativo al modelo neoliberal), es contraria, radicalmente hablando, a lo que piensan “los Lizano Fait”, “los de Paula Gutiérrez” y similares. Ésta ha de ser la primera “prueba de fuego” para el señor Solís Rivera, en caso de ganar el 6 de abril: Retomar el control político del Banco Central para ponerlo al servicio de políticas en pro del bien común. Señal crucial tanto como lo ha de ser la designación en el Ministerio de Hacienda.

Ambas entidades, Hacienda y Banco Central, son el corazón de lo que suelen llamar el “equipo económico” de un gobierno; y, en todos los gobiernos del alicaído bipartidismo tradicional de las últimas administraciones, los economistas neoliberales han tenido el control de cada “equipo económico”, desde 1984 a la fecha.

Don Johnny «abandonó el barco» porque la gente quiere cambio

El país sigue conmocionándose, como nunca antes en un proceso electoral nacional. Hemos estado presenciando diversos episodios de una campaña para la designación del nuevo Presidente de la República y la nueva conformación del parlamento, nunca antes vistos. Creímos que, en tal sentido, las sorpresas habían terminado con el resultado de la primera ronda electoral. No fue así. Don Johnny Araya Monge, candidato presidencial del Partido Liberación Nacional (PLN), salió en carrera, “abandonó el barco”, dejó botado a sus militantes, “se quebró” (como lo indicó el titular de primera página de La Prensa Libre), y destapó la crisis interna que ya se veía venir al otrora partido socialdemócrata costarricense, fundado por esa figura legendaria de la historia patria, que fue “Don Pepe”.

Y ahora, la nueva sorpresa: La valiente denuncia que al país hizo el Grupo Extra (específicamente, el periódico de mayor circulación de Costa Rica, el Diario Extra y Extra TV 42), acerca de la circulación pública antes de las elecciones de segunda ronda, de ejemplares auténticos de las papeletas para las votaciones del 6 de abril, lo cual nos deja más que asombrados, indignados pero asustados. ¿Habrá más papeletas originales en la calle?… Bueno, este es un asunto realmente peligroso y que merece más análisis y planteamientos. Pero volvamos al tema original de nuestro comentario de hoy: Don Johnny “abandonó el barco”, porque la gente quiere cambio… Pero, ¿cuál cambio?

El pasado jueves 13 de febrero, el señor Luis Guillermo Solís Rivera, candidato presidencial de Partido Acción Ciudadana (PAC), recibió de parte de un grupo muy representativo de organizaciones sociales de diversa naturaleza, un serio planteamiento sobre el cambio de una serie de políticas públicas para hacer realidad “…una Costa Rica inclusiva y solidaria, capaz de retomar el camino de la igualación social y económica de sus habitantes”.

Así lo indica el documento “Manos a la obra: Hacia una Costa Rica inclusiva y solidaria”, entregado en las propias manos del señor Solís; señalándosele a él que “las brechas se han profundizado y se expresan despiadadamente en los diferentes ámbitos de la sociedad: en la exclusión social, en el sector productivo, en el ámbito laboral, en la discriminación de colectivos diversos, en la degradación ecológica, en el sistema educativo, el tributario, energético, del transporte, en la infraestructura y en los conflictos de interés de la CCSS, entre muchos otros ámbitos”.

Si el señor Solís llega a la Presidencia de la República (como pareciera que ha de ocurrir), el concepto “cambio” le ha de perseguir todos los días de su probable gestión gubernativa. En realidad, nosotros pensamos que el “cambio” no solamente es que salga el PLN para que entre el PAC al Poder Ejecutivo. No se trata de un “quítese usted porque voy yo”.

El “cambio” es de desafío transformador y de conmoción en algunas estructuras del poder hegemónico real en nuestra sociedad (comúnmente designado con el calificativo de neoliberal); poder que, por lo general, mueve sus hilos a la sombra de la institucionalidad para acomodar ésta a sus verdaderos intereses de acumulación desenfrenada a costas de bien común.

Por eso ha de resultar sumamente esclarecedor a quién pondría el señor Solís Rivera, de ganar la segunda ronda el próximo 6 de abril, dirigiendo instituciones claves para generar ese “cambio”, como el Banco Central, el Ministerio de Hacienda, el COMEX, el MAG, la Caja, el ICE, el INS, el A y A, el MEIC, el MTSS y otras cuyas decisiones tienen gran impacto en las mayorías ciudadanas de nuestro país que, en esencia, es su clase trabajadora y las diferentes modalidades de la misma.

Es por eso que mediando un gran esfuerzo, sistemático y sumamente responsable, durante bastante tiempo de desarrollo en su formulación, la propuesta social “Manos a la Obra: Hacia una Costa Rica inclusiva y solidaria”, expresa un reto (en el sentido respetuoso del concepto), para que el probable nuevo gobernante y su equipo matriz en la conducción ejecutiva del país, lo asuma y lo discuta a través de la más oportuna vía que hay en la actualidad en una Costa Rica que no termina de conmocionarse por la situación política en desarrollo. Esa vía es la del Diálogo Social con Negociación Efectiva, más cumplimiento y verificación de acuerdos.

Para el conjunto de entidades firmantes del documento “Manos a la Obra: Hacia una Costa Rica inclusiva y solidaria”, el país “…exige que la definición, construcción y ejecución de la política pública no sólo sea transparente, sino que sea producto de un profundo diálogo social”. Desde tal perspectiva social, son cinco los ejes temáticos para iniciar una política basada en el diálogo social: Energía, CCSS, Fomento Productivo, Trabajo y Empleo Decente, y Reforma Fiscal (como el eje transversal).

En este caso de la Reforma Fiscal como eje transversal de esta propuesta, se pone como base de discusión el documento “Hacia una reforma fiscal para el Desarrollo y la Reactivación del Empleo”; destacándose que en este sensible y delicado tema, ya hubo una experiencia de diálogo social exitosa, la Ley de Contingencia Fiscal, en la Administración Pacheco de la Espriella.

La propuesta “Manos a la obra: Hacia una Costa Rica inclusiva y solidaria”, es tan solamente eso: una propuesta elaborada con base en un estudio sostenido de la realidad nacional y del tema de la desigualdad en sus distintas manifestaciones; pero con base en una visión intergremial e intersectorial del problema apuntado, generándose un esfuerzo de articulación desde la sociedad civil pocas veces visto en la historia reciente del país.

Importantes y sólidas cooperativas, sindicatos de renombre en la sociedad, históricas agrupaciones de productores agrícolas, con el apoyo de notables intelectuales, llevan ya varios años en unidad de pensamiento para el cambio urgente de una serie de políticas públicas para pasar a otras que estén inspiradas en la promoción del bien común y en iniciar la reversión del peligroso camino que nos han forzado a transitar: el de la desigualdad.

Como vemos, si don Johnny “salió en carrera” y “abandonó el barco”, explicando que la gente quiere un “cambio”, evidentemente que el reto de don Luis Guillermo se ha agigantado porque él tendría que demostrar que el “cambio” es real, palpable, constatable; cambio para el bien común, cambio para las mayorías.

¿Qué pasa en el Hospital Nacional de Niños?

La reciente muerte de un bebé recién nacido en el Hospital Nacional de Niños Dr. Carlos Sáenz Herrera, nos ha conmovido profundamente por las circunstancias en que se dio, mismas que para el abogado del padre y de la madre de este niño, podrían ser catalogadas como “homicidio culposo”.

Se ha denunciado que tal fallecimiento ocurrió porque el profesional médico que estaba operando a ese bebé, de un problema cardíaco, habría abandonado, súbitamente, el quirófano del Hospital Nacional de Niños (hospital público), para irse, sin terminar esta intervención quirúrgica, a un quirófano de un hospital privado y operar, presuntamente, a otro niño con un padecimiento de apendicitis. Hay una investigación en desarrollo y hasta, seguramente, habrá un proceso penal. Las más recientes revelaciones indican que podría estarse dando una especie de acciones coordinadas internas para “tapar la torta”. ¡Esto no puede suceder!

Hemos venido sosteniendo que para el pueblo trabajador, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), no solamente es la institución más querida, sino que es la vida misma, que es como el aire que respiramos. Sin ella no podríamos existir. Y dentro de la CCSS, el Hospital Nacional de Niños (HNN), es el más querido; es como su corazoncito, es casi que la parte fundamental del alma de la institucionalidad de nuestro sistema de Seguridad Social.

Por eso duele mucho lo que pasó y por eso queremos dejar pública nuestra más sincera muestra de solidaridad con el papá y con la mamá del bebé fallecido. Evidentemente, hablar de esto nos va a traer más problemas de los que ya tenemos que afrontar por nuestras posiciones que están rompiendo tabúes en un “mundillo” sindical aferradísimo, con honrosísimas excepciones, al corporativismo gremial más insensible. No importa. A final de cuentas no nos debemos a ningún partido político, ni tampoco somos rehenes mentales de trasnochados planteamientos ideológicos.

El caso en cuestión es una muestra fundamental de uno de los tres conflictos que carcomen a la Caja. En este caso, el choque entre el interés público del servicio de salud con el negocio privado de la misma para el lucro personal. Más específico, estamos de cara a un episodio de codicia médica que se llevó una vida no más naciendo. Este incidente no debe prestarse para generalizaciones, odiosas e injustas. Las glorias del Hospital Nacional de Niños tienen su base fundamental en la mayoría honesta de su cuerpo médico. El reconocimiento social es innegable y a él nos unimos.

Sin embargo, a raíz de este asunto y tratándose de una muerte asociada a un mal infantil cardíaco, hay algunas cosas que, en nuestro criterio, no se han ventilado, de manera pública, con más intensidad. Tiene que ver con lo que la Auditoría Interna de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), denominó “Atención a los problemas planteados sobre los resultados del Programa de Cirugía Cardiovascular Pediátrica que se desarrolla en el Hospital Nacional de Niños”; mediante un informe firmado por el MBa. Jorge Arturo Hernández Castañeda, Auditor Interno de la Caja, fechado 24 de marzo de 2011 (AD-ASS-17558-2011), que fuera entregado a la Dra. Rosa Climent Martín, Gerente Médica en ese momento; así como al “famoso” fugaz político, el Dr. Rodolfo Hernández Gómez, Director General del Hospital Nacional de Niños. ¿Podría algún respetado o respetada profesional del periodismo interesarse en esto?; es decir, preguntarle a ambas autoridades que hicieron luego de este informe, precisamente generado a raíz de la alta mortalidad infantil que se ha estado presentando en el “Programa de Cirugía Cardiovascular” del HNN.

¿Y qué podrían decirnos desde la Defensoría de los Habitantes de la República con relación a este caso? Tan prestigiosa entidad emitió, con fecha lunes 7 de noviembre de 2011, el oficio No. 13112-2011-DHR, producto del expediente No. 81712-2011-SI; luego de que hiciera una investigación de oficio “…para analizar y determinar los motivos que median en el porcentaje de mortalidad por cirugías cardíacas y mortalidad quirúrgica de las y los pacientes menores de edad a los cuales se les diagnosticó y se les realizó una cirugía cardíaca (a corazón abierto o a corazón cerrado), en el 2009-2010, producto de una afectación por una cardiopatía congénita en el Hospital Nacional de Niños. La finalidad es concluir y recomendar aspectos técnicos y administrativos a considerar por la administración, para mejorar las condiciones de gestión en que se operan los niños y niñas en dicho Hospital”. Entre otras autoridades, este informe le fue dirigido a la señora Presidenta de la Caja, Ileana Balmaceda Arias; a la distinguida doctora Daisy Corrales Díaz, Ministra de Salud; y, al ya citado Dr. Rodolfo Hernández Gómez. ¿Qué paso luego de este informe? ¿Se podría generar alguna información periodística al respecto?

Al parecer, desde el exterior, ya habían sido detectados los problemas apuntados que señala, tanto el informe auditor aquí comentado, como lo que determinó la Defensoría en su investigación de oficio. Este documento, también nuestras manos, se denomina, en idioma inglés, “Cardiovascular Surgical Care at the National Children’s Hospital, “Dr. Carlos Sáenz Herrera”: Report of a working group from the University of Texas Southwstern Medical Center”/Children’s Medical Center; Dallas, Texas, USA.

A lo mejor, la dolorosa muerte del bebé que comentamos no guarda relación directa con el tema de “…los problemas planteados sobre los resultados del Programa de Cirugía Cardiovascular Pediátrica”, según el informe del auditor interno de la Caja; sin embargo, que estas situaciones no pasen “desapercibidas” debe ser un asunto de primerísimo orden para todos cuantos dependemos de la Caja para nuestra propia vida y la de nuestras familias.

Desde el espacio sindical en el cual desarrollamos nuestra lucha social, venimos planteando una serie de medidas para comenzar a ordenar la Caja. Hoy, con más firmeza que nunca, no solamente las encontramos válidas sino que imprescindibles, pese a la gritería corporativista de signo gremial (incluso alguna que juega de “revolucionaria”), intra y extramuros de la CCSS.

Hace tiempo que nos convencimos de que la Caja está secuestrada por poderosos grupos corporativos, internos y externos y que la tarea de liberarla es fundamental para nuestras propias vidas, las de la clase trabajadora fundamentalmente. Además, la Caja no es de los sindicatos… es del pueblo trabajador.