Mañana es primero de mayo… ¡Es el PRIMERO DE MAYO!, la fiesta mundial de la clase trabajadora. Con emoción nos iremos a la calle, una vez más; y en el caso costarricense, será la celebración 101, desde que en 1913 nuestros gloriosos líderes político-sociales de entonces pusieron a Costa Rica en el mapa mundial de la lucha obrera y social.
Muchos son los desafíos que tenemos por delante como clase trabajadora costarricense, ante la nueva celebración de mañana jueves, el ¡PRIMERO DE MAYO!; y, ante un nuevo parlamento que entra en funciones precisamente en este glorioso día obrero, así como el nuevo gobierno dentro de ocho días, la validez de la acción sindical y social por un mañana mejor y empleando todas las formas de lucha pacífica y civilista, se hace mucho más necesaria.
Así como hace 101 años Costa Rica ingresó al escenario social planetario de la acción sindical y de la lucha eterna por la reivindicación plena de la clase trabajadora; debemos agregar otro tema más a nuestra nunca acabable agenda de apelación a la movilización laboral, social y ciudadana.
Con la llegada de la nueva administración gubernativa, una de las mayores decisiones políticas que se podría esperar fuese tomada por el señor Presidente electo, don Luis Guillermo Solís Rivera, es ordenar abrir, de par en par, las puertas de las instituciones públicas, especialmente aquellas que tienen un gran impacto en la vida de las personas que habitamos este país y, especialmente, pensando en el futuro de las generaciones inmediatamente siguientes.
Una de las entidades de mayor opacidad de los últimos años, a nuestro criterio ha sido el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), dirigido por la señora Anabel González Campabadal al frente de un equipo de neoliberales que han venido manejando esta entidad como si fuese una “república independiente”, casi como un Estado dentro de otro Estado; en contraposición total al bien común y con una serie de consecuencias negativas para la integración social, como lo es que seamos actualmente el país latinoamericano de mayor crecimiento de la desigualdad.
El Comex (al igual que la Caja), requiere de “cirugía mayor” y a riesgo de que nos den una “cajita blanca” porque creer que el “cambio” se apodere, en todo o en parte, de la política de comercio exterior que se ha venido siguiendo, hoy lanzamos esta iniciativa que esperamos formalizar con petición de información, luego del 8 de mayo próximo.
La entidad sindical mundial conocida por su siglas en español como ISP, Internacional de Servicios Públicos (de la cual forma parte la corriente sindical en la cual militamos), nos está alertando acerca de un proceso de negoción secreta en desarrollo que realizan una serie de países (Costa Rica incluido), para imponer un denominado “Acuerdo sobre el Comercio Internacional de Servicios”, el cual se está conociendo de manera abreviada por sus siglas en idioma inglés como el “TISA” (Trade International Service Agreement); sobre lo cual este lunes 28 anterior tuvo lugar una nueva ronda negociadora en Ginebra, Suiza.
Según el más reciente informe de la ISP, los gobiernos involucrados en la negociación del TISA, “están planeando llevar al mundo a una inmensa liberalización a una escala nunca vista hasta ahora”. Se trata de un grupo de 50 países que en medio de un gran secretismo pretenden relanzar, con este nuevo nombre TISA, lo que en su momento fue una intentona, fallida dichosamente de algo similar que se conoció en español como el “Acuerdo General de Comercio de Servicios” (AGCS).
Como indicamos, Costa Rica está “conspirando” contra nuestros propios servicios públicos desde el actual Comex, junto a otras nacionales latinoamericanas como Brasil, Colombia, México y Panamá.
Uno de los documentos emitidos por esta entidad sindical mundial, la ISP, “El Tisa frente a los servicios públicos”, nos alerta de que “…este inmenso acuerdo comercial pondrá en peligro la salud, la radiodifusión, el agua y el transporte públicos, así como otros servicios públicos. El acuerdo propuesto podría hacer que fuera imposible para los futuros gobiernos devolver los servicios públicos a manos públicas, incluso en aquellos casos en los que la prestación privada de los servicios hubiera fracasado. También restringiría la capacidad de un gobierno de reglamentar sectores clave, entre ellos el financiero, el energético, las telecomunicaciones y los flujos transfronterizos de datos”.
Esos 50 países, se denominaron a sí mismos como “Auténticos Buenos Amigos de los Servicios”, con la idea de liberalizar el comercio los servicios públicos en un 90 % de su amplia gama.
Es tan delicado el asunto del TISA que a juicio de los expertos de la ISP, “en el TISA no habría disposiciones que condicionaran las inversiones extranjeras en los sectores de servicios, a fin de que beneficiaran el interés público; en el caso de planes públicos específicos, tampoco se prevé la imposición de la rendición de cuentas de las empresas por lo que respecta a metas sociales y de desarrollo de la población”.
“A los inversores extranjeros se les concederían protecciones con arreglo al TISA contra lo que ellos consideran que son reglamentaciones comerciales restrictivas (aún si el objetivo de estas reglamentaciones fuera proteger el medioambiente, la salud, la seguridad, la estabilidad financiera y el interés público)”.
En verdad, es más que necesario reiterar la demanda, respetuosa pero vehemente, de que el nuevo gobierno próximo a asumir la gestión política del país, levante el velo del secretismo que viene imperando en este proceso multilateral de negociaciones de este “Acuerdo sobre el Comercio Internacional de Servicios”. Sobran pregunta para formular y demandar cuentas claras y transparentes a la señora Anabel González Campabadal y su equipo, gran parte del cual se ha de quedar laborando para el Comex.
¿Quién en el presente y saliente gobierno dio la orden de meter al país en este proceso TISA?, ¿quién ha estado conduciendo a nivel de Costa Rica lo del TISA?; ¿cómo van esas negociaciones?; ¿a qué sectores de la sociedad costarricense se les ha, al menos, “informado” del TISA?; ¿quién estuvo a nombre del país en la reunión que hubo en Ginebra, este pasado lunes 28 de abril?; ¿cuál es en el caso costarricense el listado de servicios públicos que se insertarían en el TISA?; ¿qué documentos están disponibles para el público?…
Resulta sumamente imperativo y de alto interés público, las respuestas a estas y otras interrogantes en esto del TISA y Costa Rica; porque si el “cambio” ha de llegar hasta el Comex, debe concretarse en la total transparencia de los procesos en que se deja metido al país; y considerar que el combate a la desigualdad que parece ser eje fundamental del nuevo gobierno, necesita de una revitalización estratégica de gran parte de los servicios públicos. Con ese TISA sobre el cual nos alerta la Internacional de Servicios Públicos (ISP), jamás este país podría recuperar la senda de la igualdad, la movilidad y la integración sociales.