Covid-19: se trata de vidas humanas, no de ideologías

La situación en el mundo con respecto a la pandemia del coronavirus covid-19 es extremadamente delicada. La situación en Costa Rica no es menos peligrosa. Algunos pensamos que ya debíamos estar en cuarentena total, pues el número de personas contagiadas sigue subiendo y ya vamos por 158 casos, al lunes 23 de marzo de 2020.

Tan dura y cruel circunstancia sociohistórica que nos ha tocado vivir, nos obliga a hacer a un lado las diferencias ideológicas, políticas, económicas, sociales para unirnos a todo el mundo en esta lucha.

En este momento existen numerosas noticias, artículos y videos que muestran el estupendo efecto del medicamente cubano Interferón Alfa 2B contra el coronavirus en China, el primer epicentro mundial de la pandemia. Asimismo, en Italia, el segundo foco de la misma y que en estos momentos está recibiendo la ayuda cubana de médicos epidemiólogos, tal medicamento ya se está empleando.

En Chile están importando el medicamento los municipios de Santiago y en Brasil están recontratando a los médicos cubanos que expulsaron. El congreso de Bolivia solicita la llegada del medicamento y de médicos cubanos, lo mismo que países del Caribe y de Centroamérica.

El Interferón Alfa 2B no es un medicamento que cure el coronavirus, pero permite obstaculizar sus efectos y fortalece el sistema inmunológico del paciente al activar la generación de anticuerpos. El interferón, por ende, posibilita el no avance de la enfermedad a situación grave, evitando la muerte del paciente. Como es lógico suponer, personas especialistas en la materia, así nos lo han hecho saber.

Nos dicen que, por lo menos, el 50% de las personas infectadas en China, han sido tratadas y salvadas por el interferón junto con otros medicamentos complementarios. El interferón forma parte de una familia de proteínas con efectos biológicos como la propiedad de interferir con la multiplicación viral dentro de la célula. Es capaz de suplir la deficiencia del sistema inmunológico en pacientes con dolencias respiratorias

Ante el avance del covid-19 en el país, no nos atrasemos más en la solicitud de ayudas que han demostrado eficacia real y concreta en el planeta, como la posibilidad de que en Costa Rica se adquiera tal medicamento cubano.

En este momento entendemos que ya estamos recibiendo, incluso, colaboración por parte de la República Popular de China, cuyo modelo de cuarentena demostró excelente eficacia curativa y preventiva y en este momento están apoyado a Italia, a Irán y a otras naciones del mundo en tal sentido. Razón de más para considerar que el ingreso del interferón cubano al país debe ser visto como una alternativa adicional para salvar vidas. 

Ahora bien, la ayuda es fundamental para evitar muchas muertes. Pero según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la experiencia real, la cuarentena social total es la única forma, óigase bien, la única forma de erradicar el coronavirus.

Por otra parte, podrían explicarnos las principales autoridades políticas del país, empezando por el señor Ministro de Salud y por el señor Presidente Ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), cuáles son las razones por las cuales no está considerándose la compra de ese medicamento Interferón Alfa 2B.

¿Será que las indicadas jerarquías políticas del exitoso sistema de salud costarricense, uno de los del top ten universal, tienen algún criterio técnico-especializado que descalifica al Interferón Alfa 2B que nosotros, ignorantes en el tema, desconocemos? De manera indudable que nada más oportunos que nos ayudaran a salir de esta duda.

Costa Rica mantiene relaciones diplomáticas con Cuba y, por tanto, tratándose de estas sensibles cuestiones de vidas humanas en juego no creemos que pudiera haber espacio para que irracionales griterías histéricas bloquearan que el indicado medicamento pudiera estar disponible, a fin de que compatriotas contagiados de covid-19 tuvieran mejores posibilidades de superar ese delicado estado de salud si les pudiera administrar el Interferón Alfa 2B.

Creemos que resulta muy conveniente poner en el tapete del debate este asunto pues los países más afectados, ante la desesperación por el avance de la pandemia covid-19 y el colapso de sus propios sistemas de salud, están derribando muros político-ideológicos. Se trata de un problema de vidas humanas y no de ideologías.

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