¿Debe el Gobierno despedir empleados públicos por la coyuntura fiscal?

A favor

José Joaquín Fernández
Economista

Por supuesto, eso es lo que debe hacer el Gobierno. Sin embargo, la idea no debe de ser solo despedir empleados públicos, sino cerrar instituciones del Gobierno, porque yo me remito a la experiencia que hubo en el Gobierno de Rafael Ángel Calderón Fournier con el programa de movilidad laboral.

Este programa redujo gran parte de la cantidad de empleados públicos de las instituciones del Estado, pero en menos de una Administración ya otra vez tenían los mismo niveles de cantidad de empleados públicos. Por lo tanto, el programa fue un fracaso desde ese punto de vista.

En resumen, por la experiencia que se tuvo en el Gobierno de Calderón Fournier, la solución no es despedir empleados; es realmente cerrar instituciones que no cumplen una función social, que son muchísimas.

De donde sale el déficit, simplemente con que congelen salarios, con que no se contraten más empleados públicos o que se eliminen gastos en publicidad, en asesorías externas, no hay necesidad de seguir gastando y gastando.

En contra

Albino Vargas
Secretario General de ANEP

Eso es su barril de pólvora y provocar al sector sindical. Además, es una soberana mentira y una gran manipulación psicosocial a la población.

Los culpables del déficit fiscal están en otro lado. Están en el lado del capital y especialmente en el lado del sector financiero. Los culpables del déficit fiscal están en las exoneraciones y en las extensiones abusivas.

Además, a este Gobierno no le creemos nada porque ni siquiera propició el desenganche de la ley salarial médica, así que se quedó sin autoridad moral para hablar de privilegios salariales.

Además, de donde vas a echar gente, los más grandes bloques laborales en el Gobierno Central que es donde está el déficit son maestros y policías, entonces qué vas a echar maestros y policías, la salida para el déficit fiscal es otra, y no agravando más el conflicto social, incrementando el desempleo y potenciando aún más el peligroso crecimiento de la desigualdad que ya el país experimenta.

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