Por: Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP
El Ministerio de Hacienda acaba de reconocer que, al final de este año 2019, dejará de percibir la gigantesca cantidad de 2 billones de colones debido a unas 440 leyes que conceden exoneraciones y exenciones de pago de impuestos, a gran cantidad de actividades del ámbito productivo y comercial del país. Esos 2 billones de colones representan, en la práctica, 6 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB).
Este asunto de las exenciones y de las exoneraciones es uno de los aspectos fundamentales del contenido de nuestra lucha de los últimos años, en cuanto a la necesidad de una verdadera TRANSFORMACIÓN TRIBUTARIA ESTRUCTURAL (TTE) que le urge al país; y nos gusta ponerlo siempre en mayúsculas, para enfatizar en que esta es una tarea histórica pendiente en nuestra sociedad.
Nuestros lectores, personas sumamente respetables y de amplio sentido crítico, tienen conciencia de que desde las esferas político-mediáticas dominantes, especialmente las del periodismo de odio, no se desaprovecha ni la más mínima oportunidad para meterle en la mente a las personas que el problema fiscal del país, que es grave, tiene como principal causa los salarios que se le pagan a las personas trabajadoras asalariadas de la planilla estatal. ¡Mienten! ¡Mienten! ¡Mienten!
Tal matriz mediática político-ideológica dominante aduce que el déficit fiscal es igual a los salarios devengados en el empleo público; nosotros hemos tratado de contrastarla, de responderla, de confrontarla en que el déficit fiscal es igual a la ausencia de una TRANSFORMACIÓN TRIBUTARIA ESTRUCTURAL (TTS), largamente postergada y que ha generado, por ejemplo, gran parte del altísimo endeudamiento público que tenemos (cercano ya al 60% del PIB); y este, a su vez, ha generado el abusivo y obsceno pago de intereses de la deuda que, también, se lleva la mayoría de los recursos asignados anualmente a lo que se conoce como el Presupuesto General de la República, impropiamente así denominado pues únicamente lo que tramita la Asamblea Legislativa es el 40% de la estructura financiera del Estado.
Se ha venido planteando, además, por los poderes hegemónicos dominantes, que al final del presente año 2019 el déficit fiscal llegará a los 6,3% puntos del PIB, cifra muy similar a los ya indicados arriba 6 puntos PIB por ese perverso sistema de exenciones-exoneraciones.
Cualquiera puede colegir entonces que, si se eliminan todas las 440 leyes que otorgan, que autorizan, que conceden esas exenciones-exoneraciones, no tendríamos déficit fiscal. ¡Pues sí, así sería! Por supuesto que esto no es tan simple y tan solo se hace la relación para dramatizar que este aspecto es parte del grave problema del déficit fiscal, puesto que hay 2 billones de colones que no llegan, anualmente, a las arcas públicas y que, por tanto, hay que actuar para corregir esta situación que sí puede catalogarse como de privilegio.
Los sectores dominantes del poder económico y sus operadores políticos dentro del actual gobierno y parlamento decidieron sacrificar, fiscalmente hablando, a las grandes mayorías populares con la imposición de la ley 9635, impropiamente denominada Fortalecimiento de las Finanzas Públicas y sus contenidos más crueles, el IVA y la rebaja salarial; tan solo para obtener de los golpeados bolsillos obreros y ciudadanos un porcentaje de PIB del orden del 1,20% (unos 420-440 mil millones de colones); teniendo como contracara esos 6 puntos PIB de exenciones-exoneraciones (2 billones de colones).
Es decir, se pudo haber cambiado, o modificado, o eliminado varias de esas 440 leyes de exenciones-exoneraciones y haber conseguido así esos 420-440 mil millones de colones, de esos 2 billones, sin afectar a las grandes mayorías ciudadanas, especialmente las de corte obrero-laboral.
Este aspecto, desde nuestro lado, tenemos que repetirlo muchas pero muchas veces por las más diversas formas, mecanismos y medios: el país ocupa una TRANSFORMACIÓN TRIBUTARIA ESTRUCTURAL (TTE), constituyendo el tema de las exenciones-exoneraciones tan solo una parte de esta.
Ellos, los sectores neoliberales, los del real poder económico, con su matriz mediática dominante y la expresión concreta de esta, el periodismo del odio, invocando los principios de la propaganda nazi, lo siguen repitiendo: es el sector público el culpable del déficit fiscal y, particularmente, los salarios devengados en el mismo. ¡Mienten, mienten, mienten!
¡No es cierto! ¡No es cierto! ¡No es cierto! Nosotros, tenemos que confrontarlos en todo momento: es la ausencia de una verdadera TRANSFORMACIÓN TRIBUTARIA ESTRUCTURAL (TTE) el problema fundamental del déficit fiscal; o, por lo menos, es un contenido esencial de este. Con datos en la mano, siempre hemos estado del lado correcto. Y no tenemos que apelar a la propaganda nazi.