Albino Vargas Barrantes, Secretario General
Les confieso que me costó creer que estaba leyendo algo así. Pero es real. “Antes de que sea demasiado tarde” (en inglés, “before it’s too late”), es una frase, muy significativa, incluida en una especie de manifiesto dado a conocer con motivo de la reciente reunión anual del Foro Económico Mundial (por cierto, con ocasión de su edición No. 50), que todos los años tiene lugar en la ciudad suiza de Davos.
Como se sabe, a esta reunión concurren lo más selecto de las personalidades con más poder económico, político, intelectual y mediático del planeta, eso sí bajo los postulados ideológicos de la globalización neoliberal; para discutir (según lo pregonan), los problemas mundiales más apremiantes, entre ellos la salud, el medioambiente y la ecología… y últimamente la desigualdad.
Esta edición No. 50, “la sacó del estadio”, como popularmente decimos en Costa Rica cuando se trata de resaltar algo muy sobresaliente, actuado por alguien o por un grupo de personas. Figúrese usted que un grupo de los magnates más adinerados de la actualidad, agrupados bajo el nombre de Millionaires Against Picthforks (algo así como Millonarios contra rastrillos; siendo el rastrillo un tipo de arma blanca punzo-cortante muy usada en épocas pasadas por campesinos rebelados contra sus opresores); lanzó un manifiesto especialmente dirigido a sus colegas megamillonarios para instarles, oigan bien, a que paguen impuestos más altos y más justos, “antes de que sea demasiado tarde”.
¡Impensado! Un grupo de súper-ricos, dentro del conglomerado de los más archi-ricos del planeta, ¡ay Dios!, se han “conmovido” y han llegado a la conclusión de que es mejor prevenir que lamentar; y que, por ende, a fin de evitar un “desastre para todos” (así lo afirman en su manifiesto), se deben transformar, profundamente, los sistemas tributarios, nacional y globalmente.
Una de los más espectaculares datos jamás dados a conocer en nuestra querida Costa Rica, al menos de manera pública es que, según este grupo de archi-ricos “conmovidos” por la brutalidad de la desigualdad de hoy en el mundo, en los diversos paraísos fiscales alrededor del mundo hay, al menos, ¡escuchen bien!, 8 billones de dólares escondidos, tributariamente fraudulentos. ¡Pero es mucho más!
Monstruosa cantidad que se escribe así: 8.000.000.000.000; y más monstruosa sería si tratáramos de pasarla a colones. Entonces (si no nos equivocamos), 4.584.000.000.000.000 (a un tipo de cambio de 573 colones por dólar), 4 mil 584 billones de colones.
En el inédito manifiesto de los Millionaires Against Pitchforks, según la traducción en español que conocemos, quienes lo firman indican ser “miembros de la clase de seres humanos más privilegiada que jamás haya caminado sobre la Tierra”. Hace tiempo (nosotros incluidos), mucha gente alrededor del globo está diciendo que esta es la época, la que estamos viviendo, de la más espantosa desigualdad y de la más indescriptible y archi-indignante concentración de riqueza de toda la historia de la Humanidad.
Y admiten, el grupo de los más ricos de los súper-ricos, que la “desigualdad extrema y desestabilizadora” está creciendo en todo el mundo, ya que cada vez hay más multimillonarios y sus fortunas son mayores, mientras que los ingresos de las personas pobres apenas han cambiado. Así se lo compartimos a usted, con base en el sitio web de noticias RT (https://actualidad.rt.com/actualidad/340854-millonarios-pagar-impuestos-evitar-desastre-todos).
Ponga cuidado al párrafo siguiente de la nota de prensa de RT que publicó el ya “archi-famoso” (aunque aquí las matrices mediáticas ticas dominantes nos lo oculten), manifiesto de los Millionaires Against Pitchforks : “En la misma línea, el comunicado sostiene que en muchas naciones las tensiones causadas por la desigualdad han alcanzado niveles de crisis, y destaca que la baja confianza social y un sentimiento general de injusticia están socavando la cohesión social básica y aumentando las tensiones entre países”.
Noten, por tanto, cómo esta conclusión “mea culpa” de los mega-millonarios del planeta, se puede aplicar a la realidad costarricense actual. Efectivamente, nuestra sociedad está muy atormentada por dos aspectos fundamentales: la espantosa desigualdad que sigue creciendo, que se ha vuelto sistemática y que está acabando con la otrora pujante y baluarte democrático, clase media, por un lado. Por otro, la gravedad de la injusticia que implica la preservación de un sistema tributario que hace pagar más a los que proporcionalmente hablando tienen menos; y los que tienen más, no pagan lo que deben o no pagan del todo, roban impuestos a lo loco y sus riquezas las han venido escondiendo en paraísos fiscales.
Como sabemos y lo sentimos en carne propia, ambos aspectos fueron agravados con la imposición de la ley del combo fiscal, 9635, por parte del tripartidismo gobiernista neoliberal (PLN, PUSC, PAC).
Una vez más debemos decirlo, con perdón de la inmodestia: ha sido correcta la línea sindical transparente que hemos venido siguiendo en cuanto a levantar las banderas de la lucha contra la desigualdad y en pro de una transformación tributaria estructural.
Bien nos ha explicado el ciudadano economista de renombre, don Luis Paulino Vargas Solís, que Costa Rica no tiene noción, más o menos exacta, de la realidad financiera de los súper-ricos criollos, los cuales tienen estilos de vida tan impenetrables que no pueden ser incluidos en las estadísticas de la desigualdad; una de las razones por las cuales ésta podría no estar siendo medida en su real dimensión, aunque lo que ya sabemos al respecto es suficiente para decir que la abrumadora mayoría de la población tica no la está pasando bien y/o la está pasando muy mal.