Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP
Ha crecido sustancialmente la oposición político-parlamentaria a la idea de vender el Banco de Costa Rica (BCR). Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que estamos en puertas del primer fracaso político de notable envergadura del gobierno que encabeza el señor Rodrigo Chaves Robles.
Y esto es muy importante resaltarlo porque el hoy mandatario jamás dijo en campaña electoral que pensaba plantear la venta del BCR. No estuvo incluido en su programa de Gobierno por ninguna parte. Así que, en este asunto, muy delicado, por cierto, se puede afirmar que sus votantes fueron engañados.
Aparte de la afortunadamente creciente oposición legislativa a la venta del BCR, ya ha sido contundente la oposición de todo el conjunto de la diversidad de agrupaciones sindicales de todos los colores.
En lo particular, la corriente sindical objeto de nuestra militancia cotidiana, desde la misma noche en que el Presidente Chaves Robles anunció su ya casi fallida iniciativa, anunciamos nuestra rotunda y contundente oposición a esta.
Así lo ha sido de cara a las diversas intentonas de los oligarcas neoliberales que en las últimas administraciones gubernamentales lo han planteado. Fracasaron antes, fracasan en este momento y fracasarán siempre: el BCR no se vende.
También es de destacar la oposición a la venta del BCR en círculos intelectuales y académicos, en agrupaciones múltiples en los sectores sociales y hasta en segmentos productivos y empresariales.
Destacamos el papel que ha venido asumiendo la organización sindical de base que aglutina a una buena parte del destacadísimo personal técnico-profesional del BCR; la cual ha asumido una férrea oposición a su venta.
No fue ni sostenible ni creíble el planteamiento del Presidente Chaves Robles de que el dinero de la venta del BCR sería destinado a “aliviar” la carga de la astronómica y exorbitante deuda pública. Nadie se tragó ese cuento.
Las posiciones entreguistas y vende-patrias que había a lo interior del sindicalismo del BCR parece que ya quedaron enterradas para siempre. Y nos alegra haber puesto nuestro aporte directo para que así fuera.
Por otra parte, las sospechas de que algo turbio estaría en la iniciativa de venta del BCR, cogió mucha fuerza en el seno legislativo y al interior de la propia sociedad.
Tanto así que la mismísima Contralora General de la República se dejó decir en la propia Asamblea Legislativa que el proyecto de Gobierno de venta del BCR carece de transparencia.
Esto es de resaltar en grado sumo pues la cabeza contralora, la señora Marta Acosta Zúñiga, es de la misma ideología que combate la participación estatal en la economía; ideología dominante en las últimas administraciones gubernativas y también en la actual.
Ya hemos visto que esto es, prácticamente, imposible. No tiene el Presidente Chaves Robles los 38 votos diputadiles para su, repetimos, descabellada idea.
Derrotada que sea de manera definitiva la iniciativa presidencial de vender el Banco de Costa Rica, como ya se muestra; debe servirle al mandatario de señal inequívoca de la otra, que es la privatización del Instituto Nacional de Seguros (INS), ha de correr la misma suerte.
Ni el uno ni el otro, ninguno de esos dos proyectos tiene viabilidad político-social. Estamos seguros de eso.