El Banco Mundial dió un giro y pide proteger a los trabajadores

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Dejará de elogiar la flexibilidad laboral y calificará mejor a los países que tengan más regulaciones.

Por el impacto de la crisis internacional, el Banco Mundial decidió cambiar los criterios sobre un indicador laboral clave que tiene en cuenta para elaborar un ranking de los países en los cuales las empresas encuentran mejores condiciones para invertir.

Hasta este año el criterio fue mejorar la calificación a los países que tienen los mercados laborales más desregulados y flexibles. Esto podría significar entre otras cosas más facilidades para despedir, cambiar condiciones laborales o renegociar salarios. Pero a partir de ahora el BM decidió otorgar mejor puntuación a los países que tienen leyes que protegen más a los trabajadores.

La decisión representa un importante giro ideológico en el Banco Mundial, que golpea una política que había sido una especie de dogma de los años 90 y que en la Argentina tenía, y todavía tiene, muchos seguidores.

Porque durante décadas el ranking_ “Haciendo negocios”_ (Doing Business, es el nombre original en inglés de este relevamiento) responsabilizaba a la leyes laborales rígidas por la falta de inversiones. Y ubicaba a la Argentina con un puntaje desfavorable por el costo de despedir o por la inflexibilidad de los horarios de trabajo.

Ahora, el giro se impuso porque los Gobiernos y sus respectivos bancos centrales están concentrados en atenuar el impacto de la crisis global: se dedican a inyectar fondos para intervenir y hasta rescatar bancos, empresas y ramas enteras de la economía en lugar de dejar actuar al “libre mercado” como ocurría en otras épocas. Y este fuerte “intervencionismo” no deja margen para seguir con la prédica del trabajo flexible y desregulado.

El Indicador Empleo de Trabajadores (EWI, por sus siglas en inglés) forma parte del ranking que determina dónde es mejor y más fácil concretar inversiones. Para medirlo el Banco Mundial consideraba la flexibilidad de las regulaciones laborales, como la dificultad en la contratación de nuevos trabajadores, la rigidez de los horarios de trabajo, el costo no salarial de contratar un trabajador y las dificultades y costos de los despidos. Así, por ejemplo, donde más fácil y más barato era despedir a un trabajador, el país recibía una mejor calificación para este ranking. Con estos criterios se elaboró el último informe, correspondiente a 2009.

Ahora, el cambio de rumbo quedó registrado en un documento de revisión del Indicador laboral para el informe de 2010. En ese texto el Banco Mundial aclara que el EWI “no representa la política del Banco y no debe ser usado como base para aconsejar a los gobiernos o ser citado en documentos que describan la estrategia de desarrollo de ningún país”.

Además, la entidad adelanta que creará un grupo de trabajo con representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sindicatos, entidades empresarias, académicos y expertos legales, para impulsar la elaboración de un Indicador de Protección al Trabajador” (WPI, por sus siglas en inglés), que tomará en cuenta “cómo los países utilizan las leyes, regulaciones y otros instrumentos para asegurar a los trabajadores una adecuada protección, incluyendo el desempleo”.

“Es importante que se puedan crear empleos”

Desde Washington, en diálogo con Clarín, el director de Comunicaciones del Banco Mundial, Carl Hanlon atribuyó el cambio de criterios a que “en el contexto de la crisis actual, parece más importante que nunca la creación de un clima regulatorio para los negocios en el que las empresas puedan comenzar de nuevo a crecer y crear empleo. Es por esto que se puede observar que una serie de países están incluyendo en sus paquetes de estímulo económico medidas de reforma del clima de negocios, donde las políticas de empleo constituyen un elemento esencial”.

“En esta crisis global es importante que las acciones de los gobiernos se focalicen en las necesidades de los trabajadores y de las familias de bajos ingresos así como en ayuda a la sobrevivencia y el crecimiento de las empresas”.

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El Banco Mundial dió un giro y pide proteger a los trabajadores

Por el impacto de la crisis internacional, el Banco Mundial decidió cambiar los criterios sobre un indicador laboral clave que tiene en cuenta para elaborar un ranking de los países en los cuales las empresas encuentran mejores condiciones para invertir.

Hasta este año el criterio fue mejorar la calificación a los países que tienen los mercados laborales más desregulados y flexibles. Esto podría significar entre otras cosas más facilidades para despedir, cambiar condiciones laborales o renegociar salarios. Pero a partir de ahora el BM decidió otorgar mejor puntuación a los países que tienen leyes que protegen más a los trabajadores.

La decisión representa un importante giro ideológico en el Banco Mundial, que golpea una política que había sido una especie de dogma de los años 90 y que en la Argentina tenía, y todavía tiene, muchos seguidores.

Porque durante décadas el ranking “Haciendo negocios” (Doing Business, es el nombre original en inglés de este relevamiento) responsabilizaba a la leyes laborales rígidas por la falta de inversiones. Y ubicaba a la Argentina con un puntaje desfavorable por el costo de despedir o por la inflexibilidad de los horarios de trabajo.

Ahora, el giro se impuso porque los Gobiernos y sus respectivos bancos centrales están concentrados en atenuar el impacto de la crisis global: se dedican a inyectar fondos para intervenir y hasta rescatar bancos, empresas y ramas enteras de la economía en lugar de dejar actuar al “libre mercado” como ocurría en otras épocas. Y este fuerte “intervencionismo” no deja margen para seguir con la prédica del trabajo flexible y desregulado.

El Indicador Empleo de Trabajadores (EWI, por sus siglas en inglés) forma parte del ranking que determina dónde es mejor y más fácil concretar inversiones. Para medirlo el Banco Mundial consideraba la flexibilidad de las regulaciones laborales, como la dificultad en la contratación de nuevos trabajadores, la rigidez de los horarios de trabajo, el costo no salarial de contratar un trabajador y las dificultades y costos de los despidos.

Así, por ejemplo, donde más fácil y más barato era despedir a un trabajador, el país recibía una mejor calificación para este ranking. Con estos criterios se elaboró el último informe, correspondiente a 2009.

Ahora, el cambio de rumbo quedó registrado en un documento de revisión del Indicador laboral para el informe de 2010. En ese texto el Banco Mundial aclara que el EWI “no representa la política del Banco y no debe ser usado como base para aconsejar a los gobiernos o ser citado en documentos que describan la estrategia de desarrollo de ningún país”.

Además, la entidad adelanta que creará un grupo de trabajo con representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sindicatos, entidades empresarias, académicos y expertos legales, para impulsar la elaboración de un Indicador de Protección al Trabajador” (WPI, por sus siglas en inglés), que tomará en cuenta “cómo los países utilizan las leyes, regulaciones y otros instrumentos para asegurar a los trabajadores una adecuada protección, incluyendo el desempleo”.

“Es importante que se puedan crear empleos”

Desde Washington, en diálogo con Clarín, el director de Comunicaciones del Banco Mundial, Carl Hanlon atribuyó el cambio de criterios a que “en el contexto de la crisis actual, parece más importante que nunca la creación de un clima regulatorio para los negocios en el que las empresas puedan comenzar de nuevo a crecer y crear empleo. Es por esto que se puede observar que una serie de países están incluyendo en sus paquetes de estímulo económico medidas de reforma del clima de negocios, donde las políticas de empleo constituyen un elemento esencial”.

“En esta crisis global es importante que las acciones de los gobiernos se focalicen en las necesidades de los trabajadores y de las familias de bajos ingresos así como en ayuda a la sobrevivencia y el crecimiento de las empresas”.

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