El parlamento, el presidente, la calle

Hay un nuevo escenario sociopolítico en el país, luego del resurgimiento del bipartidismo “PLUSC”, con la toma política del control del parlamento, según el resultado de la elección del directorio legislativo para el período 2015-2016.

EL PARLAMENTO: Deberemos enfrentar la gran fuerza que ahora tomará el planteamiento del capital de la derecha neoliberal (esa misma que en su momento diera origen al “PLUSC” y que, como corolario, dio base para grandes confrontaciones sociales con movilizaciones ciudadanas y populares impresionantes); en cuanto a su concepción ideológica sobre el tema del déficit fiscal: para ellos el sector público“es el problema”.

Por tanto, debemos darle más fuerza al rechazo tajante, por todos los medios a nuestro alcance y de las más diversas formas, de la tesis neoliberal de que la responsabilidad de este déficit fiscal es por los salarios y por los pluses salariales de los empleados públicos. Por tanto, habrá que realizar grandes acciones para defender los derechos conquistados en tal sentido a lo largo de décadas.

Pretenderá, además, la nueva hegemonía parlamentaria eliminar las convenciones colectivas de trabajo (como si estuvieran en la totalidad del sector Público); impulsando, paralelamente, más severas restricciones presupuestarias para llevar a más duros niveles de ahogamiento y estrangulamiento a una importante cantidad de servicios públicos que se deben privatizar, tercerizar y/o desaparecer.

Finalmente, como tercer eje estratégico del resurgimiento del “PLUSC”, el sistema tributario, el peor sistema tributario de la América Latina (según los expertos del Banco Interamericano de Desarrollo BID, de paso en el país y con los cuales conversamos por estos días), no será modificado, ni siquiera tramitándose y aprobándose las urgentes y necesarias leyes para atacar con más fuerza el robo de impuestos en todas sus formas, que supera ya el 8% del Producto Interno Bruto (PIB).

EL PRESIDENTE: Deberá comprender (todavía no es tarde), la dimensión de su victoria electoral. Deberá recuperar el capital político que viene perdiendo, aceleradamente. Deberá sopesar que él fue el ungido por las urnas, no la opacidad de la componenda del viejo y repudiado bipartidismo “PLUSC” que asaltó el directorio legislativo.

Si ya no tiene fracción parlamentaria en cuanto tal, habida cuenta del colapso político de la misma, pues que haga “la fracción del pueblo”; que conforme una gran “fracción ciudadana”, convocando a una multiplicidad de sectores sociales dispuestos a bloquear la consolidación de la agenda del capital neoliberal y su fundamentalismo fiscalista del recorte presupuestario; agenda que propicia una austeridad con rasgos de crimen social, así como el ataque a mansalva al empleo público para llevarnos a más terribles y peligrosos episodios de desigualdad y, por ende, de confrontación social abierta.

LA CALLE: Lo escribimos para La Prensa Libre (digital), el pasado 21 de abril, sin saber de la toma del directorio legislativo por parte de la derecha del capital neoliberal con el retorno del “PLUSC”. Citaremos algo de este artículo “El valor estratégico de la Democracia de la Calle”:

“En vísperas del segundo año de gestión gubernativa del Presidente Solís Rivera, el valor estratégico de la Democracia de la Calle, ya experimentado en nuestra sociedad en tiempos pasados…; retoma su majestad cívica en el escenario potencialmente confrontativo que vemos venir en los próximos meses”. Al parecer, las urnas costarricenses hablaron fuerte en el 2014 y eligieron… pero no decidieron.

El distinguido ciudadano don Álvaro García Linera, actual Vicepresidente de Bolivia, nos habla de que las victorias electorales de cambio a favor de propuestas progresistas, sociales y hasta socialistas resultan decisivas pero no sirven sin el fortalecimiento de la otra democracia: “la democracia de las marchas, la democracia de las movilizaciones, la democracia de los sindicatos. La democracia de los hombres y mujeres afectados por políticas de austeridad y que se sienten convocados a construir un destino común saliendo a la calle, reuniéndose con los vecinos, reuniéndose con los compañeros, creando otro tipo de sociabilidad, otro tipo de comunidad en marcha”. ¡Apostamos por ello

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