Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP
Se ha dado a conocer que las cúpulas políticas del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) han decidido que es mejor que se sigan denominando como Partido Unidad, solamente, quitando los conceptos “Social” y” Cristiana”.
En realidad, el PUSC hace tiempo que renegó de los valores genuinos del Humanismo Cristiano dando paso a las ideas neoliberales del todo mercado-nada Estado; lo cual quedó muy remarcado durante su asamblea partidaria que acaba de pasar, en la cual la tesis de la venta de activos cobró en su seno nuevo impulso cuando el expresidente de la República, Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, festejó la propuesta del actual Presidente de la República, Rodrigo Chaves Robles, de vender el Banco de Costa Rica (BCR) y el Instituto Nacional de Seguros (INS)… ¿para empezar?
Que el PUSC pase a llamarse solamente Partido Unidad es como el episodio final del proceso paulatino de su degeneración política pues entre los ideales del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia y los de monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez (ambos protagonistas políticos de las grandes reformas sociales de los años 40 del pasado siglo XX), prácticamente nada queda ya de inspiración ideológica realmente consecuente en ese partido, a no ser lo necesariamente básico para la cuatrienal oferta electoral que les permita manipular para ganar incautos.
Uno habría esperado que, dada la actual situación sociopolítica y económica del país, en la cual ya el imperio de la desigualdad es casi que absoluto, el Humanismo Cristiano levantara las banderas de una reforma tributaria encaminada hacia la progresividad, por una parte; y, por otra, algún planteamiento de fondo con relación a la monstruosa deuda pública que ya está sin control, creciendo a razón de 380 millones de colones por hora. ¡Pero no! Ni lo uno ni lo otro. La bandera de la venta de activos, que goza de gran repudio entre amplísimos sectores de la sociedad y del pueblo costarricense, es la que levantan como prioridad, ahora, que solamente se llamarán Partido Unidad.
De manera muy cínica y que genera gran repudio, es la afirmación del expresidente Rodríguez Echeverría de que “más vale tarde que nunca” que ahora, en el gobierno Chaves Robles, se hable de la venta de activos pues él fracasó, estrepitosamente, cuando en su período gubernativo, 1998-2002, intentó la privatización descarada del BCR, del INS, de la FANAL; y, tuvo que enfrentar la más grande lucha cívico-popular hasta ese entonces, desde los años 70: el combo ICE.
Es más, nos atrevemos a afirmar que él y Carlos Alvarado Quesada son los dos presidentes que más repudio popular concitaron desde la entrada en vigencia de la Constitución Política de 1949 y hasta la fecha. Compiten por el primer lugar en cuanto a rechazo de la gente a sus respectivas acciones gubernativas.
Es bueno, además, recordar que Rodríguez Echeverría, sin asco alguno y no más llegando al cargo de Presidente de la República, se aumentó a sí mismo su salario, de 3 a 6 millones de colones, generando una ola de indignación popular que lo obligó a retractarse ante la opinión pública semanas después. La ciudadanía supo de tan degenerado acto por medio de la organización sindical en la cual luchamos todos los días.
Ni el Partido Unidad ni Rodríguez Echeverría tienen autoridad moral para hablar de la venta de activos. El Humanismo Cristiano, al igual que la Socialdemocracia, se han quedado huérfanos de partido político.