El robo de armas en la Academia Nacional de Policía, fue la crónica de una muerte anunciada

En la Seccional ANEP Fuerza Pública, hemos venido señalando el constate debilitamiento de la seguridad ciudadana, su desmejoramiento paulatino es evidente en todo el país. Paralelamente, la delincuencia ha perdido el poco respeto que le tenía a las fuerzas de policía, así se ha visto en diferentes eventos; pero nada parecido con lo sucedido en la Academia Nacional de Policía, una institución vital en donde se capacita a las personas que desean servir al país desde algún cuerpo policial.

Sobre el particular suceso, se habían venido señalando una serie de situaciones en lo interno de la Academia Nacional de Policía, sede Guápiles, de las cuales vamos a transcribir lo siguiente:

“Cabe destacar que en muchas escuadras se encuentra faltante de personal y cuando un oficial sale a vacaciones, el personal que queda es muy escaso para cubrir la seguridad de todas las hectáreas que conforman la ANP en Guápiles, dejando a los escasos funcionarios trabajando solos en áreas asignadas que no tienen un puesto donde poder hacer sus necesidades fisiológicas, dejar pertenencias o escampar las lluvias, además de cubrir puestos solos en un área amplia de día y de noche, cuando lo establecido y conocido dentro de nuestra labor policial es que “la unidad mínima de un grupo de policías es un binomio, para cumplir a cabalidad la labor policial”. El caso fue puesto en conocimiento de las autoridades del Ministerio de Seguridad Pública, mediante el traslado de documento anónimo.

En atención de que los funcionarios que por temor a represalias pidieron el anonimato, hicieron énfasis en temas de ambiente laboral, se pidió la atención del Departamento de Salud Ocupacional, al mismo tiempo que se le remitió copia al Viceministro de Seguridad Pública, designado por el ministro Michael Soto para atender las gestiones de nuestra organización. Valga decir, que el faltante de personal, no se relaciona con la salida de las personas en proceso de formación que citó el viceministro Castillo, dichas personas no forman parte de la seguridad interna de la ANP, están en un proceso de formación para integrar después alguno de los cuerpos policiales del país.  

En relación con el manejo de armerías del Estado, desde ANEP, hemos planteado en el pasado reciente, la debilidad que hemos detectado en la mayoría de delegaciones policiales, en las cuales se manejan armas al margen de lo estipulado en el Manual para el Manejo y Control de Armas Estatales, que cita:

Armería: Espacio físico destinado para el almacenamiento y custodia física del armamento, que es propio de Órgano o Ente Público o bien o asignado a través del Arsenal Nacional, para el ejercicio de funciones policiales o de seguridad. Dicho espacio ha de cumplir con los requerimientos estructurales, establecidos en el presente Manual para el Manejo y Control de Armerías Estatales. La negrita y el subrayado son nuestros.

“La Armería debe tener paredes, piso y contrapisos de concreto; en el caso de existir cielos suspendidos y estos tengan comunicación con otras áreas del inmueble, se deberá de clausurar dicha comunicación; no podrán estar separadas del edificio principal, salvo justificación técnica avalada por la Dirección General de Armamento, ni colindar con áreas de almacenamiento y/o utilización de sustancias inflamables, alimentos, comedores, baños, celdas, dormitorios y oficinas de atención al público”.

Eso no se cumple en la mayoría de delegaciones policiales del país, como tampoco se cumple que se debe dotar a las unidades del adecuado personal para la seguridad perimetral de las instalaciones vitales, lo cual se tiene que resolver de forma urgente. Así como de inmediato se debe fortalecer la capacitación policial; algo que también hemos venido planteando, pero que se han rehusado en atender, tanto el Ministro de Seguridad, como el Director de la Academia Nacional de Policía.

No es más seguro el país que más policías tiene, pero es indubitable que se requiere fortalecer nuestra Policía; con más personal, mejores instalaciones, mayor y mejor capacitación y mejor equipo, entre otras cosas. Indudablemente lo sucedido en la Academia Nacional de Policía, debe servir para que, de una vez por todas se hagan las cosas bien.

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