En nuestro país existen grupos de personas que desde los diferentes espacios en los que actúan, cuando se trata de la cosa pública, de las políticas públicas, de la práctica política cotidiana, muestran cada vez con mayor agresividad su visión de mundo que quisieran imponérsela al resto de la sociedad.
Esa visión de mundo, de corte totalitario y totalizante, nosotros la hemos catalogado como el todo mercado-nada Estado. Es para nosotros el lado incorrecto de la Historia.
Por el contrario, y muy a pesar de la visión de mundo todo mercado-nada Estado, las cosas en Costa Rica surgieron desde la perspectiva de una acción de política pública con sentido social; de tal suerte que fue la preocupación por poner a la búsqueda y a la promoción del bien común, en la centralidad del esfuerzo colectivo por fomentar una sociedad promotora de la inclusión social y económica. Según nuestro entender, es éste el lado correcto de la Historia.
En la pugna cotidiana entre estas dos visiones del ordenamiento social, en Costa Rica el todo mercado-nada Estado no ha logrado imponerse completamente, pese al mayor esfuerzo político que ha podido desplegar al ser el controlador de las últimas administraciones gubernativas, incluyendo la actual.
A la inversa, el otro lado,la acera de enfrente a la del todo mercado-nada Estado, muestra importantes episodios de lucha cívico-social a lo largo de los últimos 40 años, que han permitido mantener en pie a grandes herencias institucionales pensadas para la inclusión social y económica. Ahí están, en pie, por ejemplo, herencias vitales del bien común y de la inclusión social como la CCSS, el INS, el ICE, el INA, el AyA, el BCR, el Código de Trabajo, la universidad pública, entre otras joyas de la abuela.
Sin embargo, es más que obvio que los del todo mercado-nada Estado se han venido apropiando, exageradamente, de los beneficios del crecimiento económico lo cual les ha permitido tener abultadísimas fortunas producto de un sistema tributario injusto y corrupto que ya es sistémico.
Frente al todo mercado-nada Estado,con su proclividad a lo totalitario y totalizante, lo correcto es enriquecer el campo de la acción democrática con contenido social. Y para ello, la Doctrina de los Derechos Humanos (DD.HH.) nos ofrece una gran posibilidad de aglutinamiento constructivo de amplia base.
Al ser Costa Rica un país que ha decidido adherirse a la comunidad continental y planetaria de los DD.HH., firmando, aprobando y ratificando la más amplia serie de tratados en la materia; el todo mercado-nada Estado ha de enfrentar un desafío imposible de superar pues su egoísmo glotón le ha de ganar la repulsa social más amplia… si trabajamos para ello.
En la corriente sindical en la cual militamos, y ante el ataque furioso del todo mercado-nada Estado, a las leyes laborales, a la Negociación Colectiva, al salario mínimo, a la seguridad social, al empleo público, al propio clima y a la preservación del ambiente que nos fuera heredado; creemos que en los diversos tratados de Derechos Humanos estamos encontrando nuevos contenidos, renovados bríos, argumentaciones sólidas, como para aportar a la derrota, ojalá definitiva, del todo mercado-nada Estado.