Carta abierta: Emplazamiento público sobre procedimientos de cateterismos intermediando tráfico de influencias
Estimado señor Presidente:
Los serios problemas que experimenta nuestra querida Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), no se solucionarán mientras quienes tienen el mandato de definir y ejecutar estas soluciones no vivan en pie de igualdad con el resto de la población, las consecuencias de no arreglarla.
Por eso y como señal concreta de que en este país en lo que atañe a la Seguridad Social y Salud todos somos iguales, consideramos que es su deber como máxima autoridad político-ejecutiva del país tomar en sus manos dos medidas.
La primera es destituir de su cargo al señor Oscar Fallas Camacho, delegado del Estado ante la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). De acuerdo a lo denunciado en el marco de la comisión parlamentaria que investiga la crisis en el servicio de Cardiología del Hospital México, concretamente por parte de quien preside esta comisión, el señor diputado Jorge Rodríguez Araya, a don Oscar se le practicó un cateterismo sin que tuviera que hacer fila en la dramática lista de espera que, como ha sido denunciado, ya generó la muerte ingrata e injusta de ciudadanos costarricenses, precisamente, por la inoperancia de un sistema que les llevó a la muerte cuando podrían haberse salvado.
El Gobierno de la República que usted preside no debería correr el riesgo de aparecer como cómplice de una situación tan delicada: avalar que esta persona se mantenga en el puesto es avalar que las autoridades tengan un acceso de “primera clase”, mientras que el resto de la población tiene que contentarse con hacer filas y ver amenaza su vida en la “tercera clase”.
Antes de dedicarse a la carrera política, señor Presidente, usted unió esfuerzos con las organizaciones sindicales que los suscritos representamos y junto a otras prestigiosas entidades de diversos sectores sociales, generamos el proceso de “10 medidas para comenzar a ordenar la Caja”; destacándose el grave problema del “secuestro” en la formación de especialistas por parte de una alta élite médico-corporativa que tiene gran responsabilidad en la crisis del indicado servicio hospitalario en el ámbito de la Cardiología.
Ahora usted tiene la oportunidad de comenzar a tomar cartas en un asunto alarmante y caótico en el que hasta ahora ningún gobierno incluso el suyo, señor Presidente ha querido enfrentar abiertamente. Tal vez es porque se requiere controlar al poderoso “cártel” que controla la formación de “super especialistas” en este país.
Se trata de una situación oscura que el proceso “10 medidas para comenzar a ordenar la Caja” dejó en evidencia (como a usted le constó de primera mano en la investigación que realizamos); y que ha sido denunciado de manera reciente y de manera valiente por el directivo laboral don Mario Devandas Brenes.
La segunda medida tiene que ver con el directivo patronal, el señor Adolfo Gutiérrez Jiménez, quien es representante corporativo en la directiva de la Caja por parte de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (UCCAEP).
Se trata este caso de un directivo que, al culminar su mandato, habrá estado como directivo de la institución durante 12 años. Se trata también de un directivo al que la misma denuncia legislativa apunta se le habría llevado a cabo vía tráfico de influencias no solo un cateterismo, sino ¡dos!
¿Qué incentivo personal puede tener este directivo para solucionar las listas de espera siendo que la Caja le resuelve a él este problema, tomando una medida hecha para su propia necesidad personal? ¿Y qué podría pasar cuando esta misma persona maneja licitaciones o contratos?
La dirección de la UCCAEP tiene una gran oportunidad: separar “paja de trigo” y mostrar su apego a criterios éticos claros. Esta oportunidad debería expresarse en la separación inmediata del cargo de este directivo.
El que usted le plantee esta oportunidad al órgano patronal es también en su propio interés: el cansancio ciudadano frente a las situaciones de injusticia es grande y la crispación también. Más aún porque las altas esferas de la Caja están repletas de personas denunciadas ante el Ministerio Público que sólo premios por estas acciones incorrectas reciben. La impunidad genera frustración y la frustración cuando menos se la espera, genera explosión. Los conatos al respecto de queja ciudadana contra la Caja, en expresión de calle, ya los estamos viendo.
Para empeorar aún más la magnitud del tráfico de influencias y la discriminación en la aplicación de procedimientos cruciales para la vida entre quienes tienen “amigos” y/o “nombre” y quiénes no, ahora resulta que el propio director médico del Hospital México, el doctor Douglas Montero, ¡también recibió una intervención de cateterismo sin tener que sufrir el calvario de la listas de espera!, según la denuncia diputadil.
Señor Presidente: Usted bien sabe que la Caja está en peligro. Lo que ha sido denunciado con relación a la crisis del servicio de Cardiología del Hospital México debería servir para decretar una especie de “estado de emergencia” para la institución. En un caso como este, no inmiscuirse es ser cómplice… ¿De qué lado queda usted?