En el Diario Extra del día lunes 31 de octubre de 2016, aparece una nota periodística que señala que, “la guerra contra las drogas está perdida” en la misma se menciona como fuente de tal afirmación al Fiscal General Lic. Jorge Chavarría.
Tal afirmación, si bien muy lamentable, no resulta en nada novedoso para nosotros, en tanto habíamos advertido desde hace varios años que nuestro país dejaba de ser utilizado como paso de drogas para convertirse en bodega del narcotráfico. Inclusive habíamos señalado la necesidad de definir un modelo de seguridad, señalamos lo imperativo de trabajar en asociación interinstitucional, hicimos ver la necesidad de trabajar la seguridad de una manera objetiva con prioridad sobre la prevención.
La inversión que realiza el Estado para combatir el trasiego de drogas por nuestro territorio es cuantiosa, aunado a ello se reciben “regalías” por parte de países que apoyan el combate al narcotráfico, a pesar de ello, el Fiscal General nos anuncia que la “Guerra está perdida”, ciertamente la lucha parece perdida, los constantes decomisos únicamente nos muestran el nivel de penetración en suelo nacional, sin contar con que con ello se provoca un incremento en la criminalidad, producto de las disputas del “mercado” por parte de estos grupos.
No es desconocido que países que podemos considerar potencias, algunos inclusive con mayores recursos técnicos, con una cantidad de policías que supera en mucho la nuestra, también han visto perdida la “guerra” contra las drogas, algunos de estos países deberían servirnos de espejo ¿qué hicieron? ¿cuál fue su estrategia? ¿estamos haciendo las cosas de la misma manera? La mayoría se decantaron por la represión como medida para frenar el narcotráfico y no lograron los resultados esperados.
Ahora bien, ante la afirmación hecha por el señor Fiscal General de la República, nos parece más que evidente y necesario que desde el Poder Ejecutivo se establezcan prioridades de atención, es aquí donde debemos analizar la ruta que debemos tomar como país, las áreas de prioridad y sin temor a equivocarnos, en nuestra apreciación la prioridad debe pasar por atender a nuestra niñez y a nuestra adolescencia. Por ello hemos considerado un gran error quitar recursos al PANI.
Nuestra juventud se debate hoy en un mundo globalizado, (modas, tendencias, extravagancias) pareciera que vemos con indiferencia, como terminan reclutados y presas del ilícito “negocio” que, les propicia dinero, fiestas, ropa de marca. Sin duda alguna, la falta de oportunidades, se transforma en incertidumbre que hace vulnerables a nuestros jóvenes.
Ante la triste realidad que manifiesta el jefe del Ministerio Público, también es oportuno reiterar la urgencia de dotar de mejores recursos a nuestra policía, de brindarles condiciones laborales optimas, unidades policiales dignas, jornadas de trabajo justas, salarios que les dignifiquen y les brinde calidad de vida.
En los últimos días hemos visto como funcionarios del Poder Judicial que por mucho superan el salario de nuestros policías, resultaron reclutados por organizaciones delictivas, también miramos como un Magistrado de la República, anuncia el riesgo de ser sobornados en caso de ver afectada su jugosa pensión.
Ante tales situaciones, es oportuno recordar que el policía, es quien tiene el primer contacto con quienes se dedican al narcomenudeo y con los consumidores de drogas.
Ante las manifestaciones del Jefe del Ministerio Público, debemos reflexionar sobre la forma de mostrar los decomisos de drogas ante los medios de comunicación. ¿De qué sirve decir ante los medios de comunicación, “golpe al narcotráfico, decomiso histórico de drogas”, si la guerra se pierde en nuestros barrios?
Podemos cambiar la historia, trabajemos la prevención, brindemos oportunidades a nuestros jóvenes, esa debería ser la estrategia.