IVM-CCSS: Rechazo obrero y democracia de la calle

¡El objetivo está parcialmente logrado! Prácticamente todo el pueblo trabajador está en contra, tanto el que labora para el sector privado como el que lo hace para el público. El sector independiente también. Todo el mundo está enojado en el seno del conglomerado social del pueblo trabajador.

Hay que repetirlo una y otra vez: No se vale culpabilizar, vía rebaja salarial generalizada de un 1% a cada salario bruto, a quienes nada han tenido que ver con los problemas financieros que enfrenta el sistema de pensiones de la Caja, el de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), el más importante del país.

El problema es de tal envergadura que hizo caer a la anterior y máxima autoridad política de la Caja por su franca rebeldía a entender ese extendido clamor obrero que hasta el propio Presidente de la República está tutelando.

Sin embargo es urgentísimo hacerle ver, pero de manera masiva, a cada una de las nueve personas integrantes de la actual junta directiva de la Caja que es imperioso revertir la condena al pueblo trabajador de aplicarle una rebaja en su salario total de un 1% a partir del próximo 1 de julio.

Revertir ese acuerdo, ampliamente detestado como ya consta al país, no solamente es un acto de justicia sino que es más que necesario para que se abra paso al verdadero diálogo nacional sobre el futuro de IVM.

El 1% es una medida “apagaincendios” y no resuelve nada.

En tres años estaremos igual o peor: “condenados” a pensionarnos a los 70 años y con un 40% como porcentaje de pensión, aparte de que nos impondrán otro 1%, o quizás más.

La reversión de ese acuerdo ocupa una gran manifestación social y laboral explícita. La corriente sindical en la cual militamos está haciendo un llamado para expresarnos en la calle este jueves 29 de junio, fecha en la cual sesionarán esas nueve personas directivas de la Caja, antes de la entrada en vigencia de la injusta rebaja salarial.

Como ha sido nuestro reiterado planteamiento durante muchos años, concebimos que la democracia no solamente es el ejercicio electoral de cada cuatro años.
También la democracia permite la expresión popular organizada en la vida cotidiana de la ciudadanía, en este caso del pueblo trabajador.

Cuando los gobernantes se apartan del sentir cívico-popular y cuando ellos no están gobernando para el bien común es necesario recordarles que existimos y que exigimos que nos vean y que nos escuchen para decirles que el rumbo debe cambiarse.

En el caso de la corriente sindical en la cual desarrollamos nuestro diario quehacer vamos ya para dos años llamando, una y otra vez, a la unidad sindical en la acción; precisamente porque sabíamos desde un principio que esto de la Caja es un clamor de gran arraigo popular porque la Caja representa la vida misma del pueblo trabajador.

Consecuentes con nuestra vocación sindical unitaria nos expresaremos el mismo día en que otras corrientes sindicales también lo harán. Se ha impuesto el sentir obrero, el clamor laboral generalizado y debemos rendirle honores a la petición reiterada del pueblo trabajador: ¡únanse! porque en las bases laborales y en los centros de trabajo ya hay unidad generalizada contra la rebaja salarial del 1%.

Luego del cambio en la máxima cúpula política de la Caja, su Presidencia Ejecutiva, pareciera estar cerca el número de votos para que no nos rebajen el salario a partir del 1 de julio. De 9 ocupamos 5.

De esos 9 hay 3 que representan un interés de clase inobjetable: los representantes del alto corporativismo empresarial de los meganegocios. ¡Están en lo suyo! Así funciona la democracia. Pero con esos tres votos no contamos. Son de la otra clase.

De los 6 que quedan hay 2 votos claves: el solidarista y el cooperativista.

En el caso del primero ya hubo una solicitud expresa para que se pase del lado obrero-laboral. En el caso del voto cooperativista uno esperaría que quien lo viene ejerciendo en el seno de la directiva de la Caja honre su transcurrir histórico-personal por la senda de la justicia social y también se pase al lado obrero.

Necesitamos comprender que cuando hablamos de la democracia en lo electoral, el poder de uno se ejerce cuando uno va a la urna electoral el día de la elección.

En el caso de la otra expresión de la democracia, tan legítima como la de carácter electoral, la de La Calle (así en mayúsculas), el poder de uno se expresa al aire libre, acudiendo al sitio de la convocatoria. ¡Salgamos masivamente a la calle este jueves 29 de junio!

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