Acaba de desarrollarse la Primera Cumbre Ministerial para una “Tributación Global Incluyente, Sostenible y Equitativa”, en la ciudad de Cartagena, Colombia. Ministros de Hacienda y personal de alto nivel de gobiernos de 15 países de América Latina y del Caribe participaron.
Como comprenderán, este acontecimiento nos llamó poderosamente la atención dado que en la corriente sindical en la cual militamos, la agenda de lucha que nos motiva todos los días tiene en su máxima posición lo que denominamos la Transformación Tributaria Estructural del sistema de distribución de la riqueza de nuestro país.
Y el propósito de la indicada cumbre ministerial para una “Tributación Global Incluyente, Sostenible y Equitativa”, nos certifica nuestra concepción de que en Costa Rica el sistema tributario es doblemente perverso.
Por una parte, pagan más los que tienen menos (la clase trabajadora asalariada y no asalariada, por ejemplo); mientras que los deberían pagar lo que les corresponde, no lo hacen del todo: evaden, eluden, hacen fraude fiscal a todo nivel y esconden la plata fuera del país. Por la otra parte, hay mucha corrupción: el sistema aduanero y tributario está muy sucio.
Así las cosas, es fácil comprender la no participación de Costa Rica en tan relevante evento. Es más, es algo completamente lógico considerando que la plutocracia reinante mantiene un control total de la cuestión tributaria no importa cuál partido esté en el Poder Ejecutivo y cuál sea la conformación de la Asamblea Legislativa de turno. Esta circunstancia nos lleva a la afirmación de que en nuestro país el tema tributario es subversivo.
En el comunicado de prensa oficial del evento se consignan lo siguientes datos que son dolorosos, espeluznantes, indignantes; y que llaman a una acción militante, al menos, desde el ámbito del sindicalismo sociopolítico en el cual depositamos nuestros sueños por un mejor mañana.
América Latina y el Caribe es una de las áreas más desiguales del mundo, donde el 10% más rico concentra el 77% de la riqueza total de los hogares, mientras que el 50% inferior de la distribución ni siquiera posee el 1%. Los países de la región comparten un arraigado sistema fiscal regresivo, reflejo de una deficiencia histórica en la tributación de las rentas altas, en particular de las rentas del capital. Además, los países de la región pierden el equivalente al 6,1% del PIB total debido a fraude, evasión y elusión fiscal (según datos de la CEPAL), mientras el 27% de la riqueza de la región se encuentra offshore (según el economista Gabriel Zucman).
La documentación disponible sobre los contenidos de este evento es extraordinaria para nuestros anhelos de real justicia social en un país como el nuestro que ya, lamentablemente, ha implantado una desigualdad de tal calibre que va potenciando su carácter sistémico. Y, por supuesto, desde estas prestigiosas páginas digitales y en la medida de lo posible, seguiremos planteando el problema y sus diversas perspectivas. Seguiremos, subvirtiendo el orden tributario dominante. Por ahora, les compartimos, seguidamente, las diez recomendaciones para las reformas tributarias en la región; y, por supuesto, aunque Costa Rica no estuvo en esa cumbre, tienen gran relevancia para nuestra corrupta e injusta realidad tributaria. Veamos:
Incorporar el cumplimiento de las obligaciones de derechos humanos y en asuntos ambientales como principios generales que guíen e informen la toma de decisiones tributarias.
Promover la progresividad y la equidad de los sistemas tributarios de la región.
Promover reformas de la tributación corporativa, en especial de las empresas multinacionales, que consideren y protejan los intereses de la región.
Tomar medidas orientadas a incrementar la transparencia fiscal.
Promover tributos que busquen la protección del ambiente, especialmente con relación a la transición energética y la respuesta a la crisis climática.
Revisar beneficios tributarios con criterios de transparencia y equidad, eliminando privilegios y priorizando los beneficios que generan crecimiento inclusivo, desarrollo sostenible y justicia social.
Fomentar una gobernanza tributaria global verdaderamente inclusiva y respetuosa de la soberanía nacional.
Incorporar el enfoque de género en la política fiscal.
Descolonizar los estándares sobre tributación y transparencia internacional.
Asegurar la participación genuina de la sociedad civil en la nueva plataforma.