La estrategia del Memorando

El objetivo propuesto era lograr el gane del sí en el referéndum, a través de una larga cadena de amenazas, miedos, mentiras y calumnias. Una de las páginas memorables, hablaba de “estimular el miedo”, clasificándolo en cuatro tipos: miedo a la pérdida de empleo, miedo al ataque a las instituciones democráticas, miedo a la injerencia extranjera, miedo al efecto de un triunfo del NO sobre el Gobierno.

La actitud gubernamental, alimentada por grandes medios de comunicación fue relativizar la importancia del documento, manteniéndose en su curul al diputado ( primo del Presidente ). Aún más, el Gobierno decidió aplicar de manera solapada cada uno de los puntos del memorando primero para lograr la aprobación forzada del T.L.C, y luego las leyes de implementación en la Asamblea Legislativa.

La estrategia del miedo, tal cual es expuesta en el documento, continúa siendo la apuesta de este Gobierno para sacar adelante su agenda política. Si en setiembre del 2007 El Semanario Universidad recibió presiones para no publicar declaraciones sobre la carta del miedo, actualmente el OIJ sigue buscando a quién dejó la copia del memorando en su sala de redacción.

Los miedos han encontrado otros cauces , fuentes de nuevas amenazas, esta vez por intermedio del Ministro de Seguridad y con auspicio de los consabidos medios de comunicación. La carta ahora vigente es la del tercer tipo: miedo a la injerencia extranjera, en donde los nombres de Castro y Ortega son simplemente sustituidos por la guerrilla colombiana. Se ha puesto en la picota a dos reconocidos académicos universitarios por supuesto vínculo con las FARC, y con la tenencia en una caja fuerte de una cantidad de dólares roídos por el tiempo y la humedad. Una computadora se convierte ahora en el pretexto para ir deslizando peligros siniestros, mientras el mensaje que nos deja una vez más el Gobierno, es la constante de “vivir con miedo”, un miedo estructural que pone en peligro como lo decía el memorando, la llamada “institucionalidad democrática”.

No importa la confusión de los hechos, la falta de claridad en los argumentos del Ministro de marras y la debilidad de los argumentos amarillistas de los medios, lo importante es sembrar el pánico y silenciar aquellas voces que pueden disentir de las políticas gubernamentales, las cuales ? como se evidenció durante el referéndum- han pasado a formar parte de las directrices impuestas por el Departamento de Estado Norteamericano. Todos (as) los que fueron huéspedes alguna vez de la pareja de universitarios en Santa Bárbara, pasan a ser sospechosos , hasta Leonardo Boff, agasajado en esta casa en días pasados, dejó de ser libre de toda sospecha , a pesar de su reconocido mensaje de amor y esperanza hacia la humanidad. Tal como lo anunciaba el Ministro, hay una larga lista de personas dudosas cuyos curriculum son peligrosos: sindicalistas, profesores y estudiantes universitarios, periodistas independientes, teólogos de la liberación, sacerdotes solidarios con la búsqueda de justicia social? es decir, aquellos (as) que se han atrevido a ser autónomos en sus ideas y compromiso social atreviéndose a desafiar los dictados del “establishment”.

Esta peligrosa apuesta del Gobierno apoyado por “la autoridad” de los medios de prensa, tiene sin embargo, su talón de Aquiles. El memorando del miedo corre en la oscuridad de manera servil y cobarde, esta es su mayor vulnerabilidad. La única alternativa para combatirlo es a la luz del día, de frente y con valentía. Esta fue la respuesta de los académicos quienes estando fuera del país, regresaron para enfrentar las declaraciones de la prensa y de los representantes gubernamentales. Esta fue la actitud de los distinguidos(as) profesionales que acudieron sin reparo a recibirlos al aeropuerto. Esta ha sido la posición del Semanario Universidad cada vez que ha recibido amenazas para que silencie sus denuncias.

Esta debe ser finalmente, la actitud de los comités patrióticos y de todos aquellos movimientos populares que luchan por la dignidad de este país, conscientes de que el miedo, la sospecha y la inseguridad han sido el pan cotidiano de las dictaduras y de los regímenes fascistas.

* Profesora

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