Más que una protesta convocada por los sindicatos, las personas trabajadoras que saldrán a la calle este lunes 11 de noviembre de 2013, expresarán, vehiculizarán, serán portadoras del creciente sentimiento de frustración popular con una institucionalidad política que, cada vez más, genera exclusión social
Las protestas de este lunes 11 de noviembre, guardan relación directa con los más relevantes resultados de la encuesta regional más calificada del momento, el Latinobarómetro; cuya última versión expresa, con dureza, la naturaleza profunda del descontento de la ciudadanía costarricense con su clase gobernante tradicional.
- Solamente el 35% de la gente está satisfecha con la democracia. Tan sólo dos años antes, este porcentaje estaba en el 44%.
- El 85% de la población considera que en nuestro país la distribución de la riqueza es injusta.
- El 83% estima que en Costa Rica no se gobierna para bien de todo el pueblo.
- Solamente un 15% estima que el país progresa.
- Un 74% no tiene confianza ni en la Presidenta ni en su gobierno.
A juicio de los especialistas en este tipo de estudios sobre lo que se piensa en la América Latina sobre el sistema democrático en nuestros países, en el caso de Costa Rica hay cuatro conclusiones básicas.
A) Ha caído sensiblemente la satisfacción de la gente con la democracia.
B) Está en desarrollo un proceso de descapitalización política ante el descrédito que muestran las principales instituciones del sistema.
C) Poca confianza y credibilidad en el Gobierno.
D) Pesimismo sobre el futuro del país.
No hay duda: Sin importar la magnitud que tenga, la protesta ciudadana de este lunes 11 de noviembre de 2013, está plenamente legitimada: ante la sordera persistente del sistema político dominante y ante el deterioro de la confianza en su carácter representativo, no le queda más camino a “los y las de abajo” que hacerse escuchar fuertemente con lo mejor que tiene a su alcance: la Democracia de la Calle.