La raqueta ferrocarrilera

Le dicen la raqueta porque tiene esa forma. Comienza en Cartago y llega a San José, a la estación de la Costa Rica Northern Railway Company Limited, compañía extranjera que construyo el ferrocarril mediante préstamos que pagamos hasta el último centavo, a la que le concedieron dicho ferrocarril por 99 años. A Minor Keith le 325.000 hectáreas de excelentes tierras a la par de la línea férrea, por haber conseguido los prestamistas que financiaron la obra y dirigid la construcción del tren. Así nació la Compañía Bananera. (Tal vez contemos pormenores de esa historia en otra ocasión).

Hacia el sur, el tren conecta con la estación del Ferrocarril Eléctrico al Pacífico. De ahí atraviesa Barrio Keith y Barrio Cristo Rey, pasa detrás de los Cementerios General y Obrero, enrumba para La Sabana, luego pasa por Pavas, y por San Antonio de Belén y llega a Alajuela. Se devuelve para Heredia, desde donde continúa para Colima de Tibás, pasa por Cinco Esquinas y alcanza de nuevo a la estación de la Northern, donde se cierra la raqueta.

Esta línea férrea recorre la Gran Área Metropolitana, la GAM, donde vive el 60% de la población. Todo el mundo se da cuenta de que el ferrocarril se extiende hacia Paraíso de Cartago y Turrialba, pasa por varios pueblos importantes, hasta llegar a Limón. Hacia el norte, pasa cerca de Atenas, cruza Orotina y otros pueblos y llega a Caldera y Puntarenas. Pero no todo el mundo se da cuenta de que tenemos desde el siglo XIX un ferrocarril interoceánico que jamás se ha utilizado como tal de modo sistemático.

Prácticamente, toda la GAM (que va desde Paraíso hasta San Ramón y de Aserrí a Tibás) es alcanzada por un ferrocarril que no ha sido acondicionado para el transporte masivo de personas. Las consecuencias las sufrimos todos los habitantes de la GAM con las presas interminables, con esa anormalidad de que se tarda más de Tibás a Desamparados que de Alajuela a Puntarenas. Moverse en automóvil es caro y lento. Los autobuses prestan un servicio pésimo, atiborrado, irregular, calamitoso. No es solo el tiempo perdido ni el estrés diario, ni los combustibles quemados, ni los motores en deterioro. Son también los pulmones respirando smog. Se nos obliga a “fumar” humo de gasolina y diésel. Es también el precio fluctuante del petróleo, que se “chupa” una parte importante de nuestras divisas, de lo que le entra al país gracias a las exportaciones. Un ferrocarril de la GAM debe ser eléctrico, con electricidad producida por fuentes renovables para disminuir la contaminación.

La pregunta es inevitable. ¿Por qué ni la Unidad Social Cristiana ni Liberación Nacional, en cualquiera de sus varias administraciones, pusieron la raqueta a funcionar? ¿Por qué no se ha acondicionado un servicio de trenes rápidos para mover diariamente a tanta población? Siendo las distancias tan cortas, un tren que viaje a una velocidad promedio de 60 kilómetros por hora, incluyendo las paradas, permitiría viajar de Alajuela a Cartago en unos 45 minutos. En lugar de una respuesta, les voy a decir un secreto a voces. Los empresarios autobuseros acostumbraban (o acostumbran) financiar a los dos partidos mayoritarios de modo simultáneo. Platita para Liberación Nacional, platita para la Unidad Social Cristiana. Con esa maniobra ellos siempre ganaron, y nosotros siempre perdimos. ¿Vivimos en una democracia o en una plutocracia? Democracia: gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo (frase de Abraham Lincoln). Plutocracia, gobierno de los adinerados (frase del diccionario). Cuando esté atrapado en una presa inacabable, dele las gracias al bipartidismo.

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