El Gobierno de la República, por intermedio de su Ministro de Hacienda, don Edgar Ayales Esna, dará a conocer el próximo 3 de octubre de 2013, cuáles son los contenidos de un nuevo proyecto de reforma fiscal-tributaria (más impuestos), para enfrentar lo que se llama el déficit fiscal, que es la creciente distancia entre la plata que recibe el Gobierno vs. la que gasta. Los técnicos en la materia le llaman a eso “desequilibrio en las finanzas públicas”. Una vez más, desde nuestra perspectiva sociolaboral, queremos dejar sentada nuestra posición al respecto; misma que basamos en estos tres elementos fundamentales.
Uno: La reforma fiscal y el ajuste impositivo deben ser para “los de arriba”. “Los y las de abajo” no debemos, no podemos y no queremos pagar más impuestos. Particularmente, en el caso de la clase trabajadora asalariada que debe pagar impuesto al salario (renta), éste se le rebaja de planilla. Y en el caso del impuesto sobre las ventas, asalariados o no asalariados, se cobra directamente en el momento de la compra. En otras palabras, el pueblo trabajador, con empleo formal o sin él, no roba, no evade impuestos. No tiene “escapatoria”.
Dos: El sistema tributario costarricense debe dejar de ser regresivo y pasar a ser progresivo. Actualmente, dada la regresividad impositiva vigente en el país, proporcionalmente hablando, pagan más los que menos tienen: la “gente de abajo”. Hay que darle vuelta, radicalmente hablando, a la tortilla: que paguen más, proporcionalmente hablando, los que más tienen y los que han estado pagando menos de lo que debieran. Ejemplo clásico de ello: los banqueros.
El ciudadano Jorge Guardia Quirós, muy conocido en los ámbitos financieros del país, denunció que los banqueros del país “lograron aprobar leyes, decretos y políticas económicas que los beneficiaron en cantidades muy grandes, tan grandes que nadie las ha podido cuantificar”. También dijo que “lograron que les rebajaran los encajes bancarios en ciertos períodos para poder prestar y lucrar más, obligando al Banco Central a absorber esos recursos e incurrir en pérdidas y afectar la inflación, que castiga a los más pobres. Lucraron con los bajos impuestos de renta al interés (8%), mientras que los demás mortales, incluyendo asalariados, pagan tasas mucho más elevadas, del 15%, 25% y hasta un 30%…”. Y para que no quede duda se dejó decir que los banqueros ticos “captaron y prestaron mediante sus offshores sin satisfacer encajes, someterse a la SUGEF, ni pagar impuestos. Toda una vida hicieron plata exenta por medio de sus offshores y, al final, tampoco pagaron nada (ni cuita), pues al ponerse viejos vendieron sus acciones a bancos extranjeros sin estar sujetos a impuestos sobre la renta”.
Como vemos, es este tipo de gente la que debe pagar más impuestos. A decir de don Jorge Guardia Quirós, uno de los grupos más beneficiados de esta fiesta de rentas bancarias, fue el del señor Liberman Ginsburg, ya saliente segundo Vicepresidente de la República. ¡Qué interesante sería que el señor Liberman Ginsburg se refiriera a estos asuntos!
Tres: En consecuencia, ahora hay que “atornillar” a los y las de arriba (como los banqueros). Sin ser poseedores de la verdad absoluta y sin creernos especialistas en la materia, planteamos 12 propuestas, formuladas “desde abajo” para una transformación tributaria estructural; esa que necesita dejar de ser regresiva y pasar a ser progresiva. Obviamente hay más ámbito propositivo al respecto. Por ejemplo, nuestros y nuestras colegas sindicalistas del Ministerio de Hacienda (especialmente, quienes integran la Seccional ANEP-Hacienda), han trabajado bastante el tema y han venido aportando muchísimo al respecto. Para efectos de este espacio, reiteramos algunas ideas-propuestas para un ajuste tributario-fiscal realmente justo.
PRIMERA: Establecer la Renta Mundial: Gravar las ganancias obtenidas en el exterior pero pagadas al momento del devengo, en su origen, no cuando se da su ingreso al país.
SEGUNDA: Establecer la Renta Global: Gravar sobre la sumatoria total de las diversas fuentes de ingreso.
TERCERA: Establecer un sistema de premiación por denuncia de evasión fiscal-tributaria, de forma secreta y con un porcentaje de lo defraudado para la persona denunciante, una vez comprobado y cobrado lo que se robaron.
CUARTA: Una ley para permitirle a la administración tributaria acceso a las cuentas bancarias cuando se presumen ilícitos fiscales sin demérito del secreto bancario.
QUINTA: Regulación más fuerte de la banca costarricense en el exterior (banca “offshore”).
SEXTA: Un impuesto, por única vez, al patrimonio de las grandes fortunas y capitales.
SÉTIMA: Una ley de contingencia fiscal para gravar, por un año o dos, las erogaciones suntuarias, el consumo de lujo y la muestra abusiva de concentración de riqueza; y como forma inmediata de bajar en dos puntos, al menos, el déficit fiscal.
OCTAVA: Aprobación del proyecto “Pensión-Consumo”.
NOVENA: Un impuesto a las transacciones financiero-bancarias luego de cierto monto para no castigar más a los sectores medios: el impuesto “Robin Hood”.
DÉCIMA: Fortalecimiento estratégico de la gestión tributaria en todos sus órdenes, especialmente en el control del robo de impuestos con la contratación de 400 personas técnico-profesionales.
ONCEAVA: Revisión profunda del sistema de exenciones y de exoneraciones (actualmente, representando un 6% del Producto Interno Bruto PIB).
DOCEAVA: Pasar las contralorías de servicios institucionales a la Defensoría de los Habitantes, para incrementar la calidad del control de los recursos públicos y la facilitación de denuncia por uso indebido de toda naturaleza.
Es nuestro criterio que con este tipo de medidas tributarias Costa Rica podrá comenzar, en serio, a revertir la peligrosa senda de la desigualdad que venimos transitando desde hace ya bastante tiempo. Y, de manera imprescindible, solamente mediando una sistemática acción cívico-social, de gran contenido patriótico, con una unidad de acción de las diversidades que venimos luchando hace bastante tiempo por la justicia social, hemos de lograr esta Transformación Tributaria Estructural que ocupa el país.