EL DESPACHO MINISTERIAL Y LA DIRECCIÓN GENERAL DE SALUD “RINDEN CUENTAS”
En días pasados, concretamente el 11 de diciembre anterior, salió publicado en el periódico La Prensa Libre, un artículo firmado por la periodista Krissia Morris Gray, en el cual se asegura que el movimiento de equipo y personal de un lugar a otro en las oficinas centrales del Ministerio de Salud, obedece a la reorganización institucional que inició hace más de dos años.
Se asegura en el artículo que la “limpieza” se lleva a cabo para reasumir la rectoría del sector Salud y aprovechar el movimiento de oficinas, para hacer una “limpia” general y dar mantenimiento a los seis edificios que componen el nivel central, los cuales permanecen en abandono desde hace más de 30 años, es decir desde su creación.
El edificio del Ministerio de Salud es un edificio “enfermo”, dicen la señora Ministra y su Directora General. “Desde su creación no se hacían labores de mantenimiento y como nosotros vamos a cerrar lugares por no reunir los requisitos establecidos, nosotros mismos no podemos estar en condiciones deplorables. Lo que estamos haciendo es corregir lo malo y vamos a imponer la cultura del mantenimiento”. COMO QUIEN DICE, NO PODEMOS SER CANDIL DE LA CALLE Y OSCURIDAD DE LA CASA (las mayúsculas son nuestras).
Así es que por las palabras de la señora ministra de Salud y su Directora General, podemos deducir que de la Administración Ávila Agüero para atrás, todos los ministros de Salud han sido un fracaso, por no decir unos ineptos y/o “cochinos”, incluido el Ministro Mohs (quién lo ve tan pulcro). Bueno sería que estos jerarcas den cuenta por los millones que han gastado en remodelaciones o que preguntemos a la Contraloría General de la República, ¿si remodelaron o no?…
El articulito en mención no deja de lado el malestar de los empleados del Ministerio de Salud, quienes aseguran que la tal remodelación y reestructuración, tiene otro propósito: el de acomodar cuadros políticos en la estructura ministerial, gastar el superávit, para que Hacienda avale el presupuesto del próximo año y servir con facilidad a las grandes transnacionales en el nuevo modelo del TLC.
Para cerrar con broche de oro, la administración se dará el lujo de gastar cochinos ¢ 300.000.oo, en fiesta para los “grandes” de salud. Para que observen las bellezas de la remodelación y luego a disfrutar en el Instituto de Biodiversidad (INBIO). Solo pueden ir: directores locales, regionales, centrales, jefes de unidad de todos los niveles; además de los consultores (UCR y OPS), probablemente con vehículo oficial incluido, para que no tengan que hacer gastos personales, por aquello de la crisis.
Adivinen cuanto gastó el Ministerio de Salud en la Semana del Trabajador de la Salud y su fiesta tradicional: ¢ o.ooo.oo. ¡Que chimazón!
“Que cada palo aguante su vela”, le decimos a quienes gastaron como Ministros de Salud en remodelaciones y no mataron ni una cucaracha.