No más impuestos indirectos, el IVA profundizará la desigualdad

Como organizaciones responsables que tenemos en nuestra agenda de lucha el tema de una verdadera Transformación Tributaria Estructural (TTE), para lo cual tenemos una propuesta elaborada con mucha seriedad y con gran conciencia de la gravedad del déficit fiscal (“Hacia una reforma fiscal para el desarrollo y la reactivación del empleo”); tenemos la obligación de analizar, con igual seriedad, los más recientes planteamientos gubernamentales en materia de impuestos, según lo diera a conocer el Ministerio de Hacienda.

No obstante e inicialmente, con claridad absoluta, se necesita precisar lo siguiente, considerando el anuncio del Gobierno al respecto:

PRIMERO: Se fortalece el perverso carácter regresivo del sistema tributario costarricense. Gobierno descarta enfrentar el no menos perverso proceso concentrador de la riqueza: renunció a promover la renta global y la renta universal. Los que más tienen seguirán acumulando más y más rápidamente.

SEGUNDO: Al apostar básicamente por la transformación del actual impuesto sobre las ventas por un impuesto al valor agregado (IVA), aunque le establezcan “exenciones” y lo lleven del 12 al 15 % “gradualmente”; se fortalece no solamente la injusta regresividad del sistema tributario; sino que, más grave aún, se incrementa el crecimiento de la desigualdad. Efectivamente, el IVA golpeará a una amplia gama de la sociedad, especialmente, clase trabajadora, que está en proceso de exclusión social, en vulnerabilidad de pobreza y en la pobreza misma, por ejemplo: 40 % de desempleo juvenil, casi 50 % de informalidad laboral, casi 20 % de desempleo en la PEA, altísimo endeudamiento salarial, salarios mínimos que no crecen para ampliar su poder de compra, política salarial restrictiva y medición de costo de la vida para inflación bastante “controversial”.

TERCERO: La clase trabajadora, asalariada y no asalariada, no evade los dos principales impuestos: el de ventas al momento mismo de la compra, en la caja registradora, téngase empleo o no, o se esté en la informalidad; si se gana salario por encima del límite exento, se rebaja inmediata e implacablemente de planilla.

CUARTO: Los que roban, evaden y eluden pago de impuestos son otros. El actual gobierno lo ha reconocido: 8 puntos de PIB. ¿Qué se hace al respecto? Y mejor no hablemos de exenciones y de exoneraciones (6 % PIB).

QUINTO: Los sectores económicamente fuertes, los grandes ganadores de las políticas macroeconómicas neoliberales de los últimos gobiernos del bipartidismo clásico, como el sector financiero-bancario, ¡no son tocados! Está sumamente demostrado y denunciado desde “su propia acera”, las grandes acumulaciones de capital sin aportar, proporcionalmente, lo correspondiente. Por eso hemos abogado para imponer en Costa Rica, “a la tica”, una tasación a las grandes transacciones financiero-bancarias, un “peaje”, tal y como en varios países de la Unión Europea (UE), ya se acepta: el impuesto “Robin Hood”.

SEXTO: El Gobierno debió apostar por la renta global y por la renta universal, para desenmascarar los apoyos parlamentarios que le sirven al gran capital en la actual Asamblea Legislativa. El Gobierno debió buscar soporte social multisectorial para dar estos dos grandes pasos hacia una estructura tributaria progresiva. Una vez dados esos grandes pasos que urgen en este país, se puede discutir lo del IVA. Por lo tanto, emerge la imperiosa necesidad de una gran movilización social, en la calle, para exigir ¡NO MÁS IMPUESTOS INDIRECTOS!

SETIMO: Por tanto, la apuesta por la renta global y por la renta universal, más una especie de declaración de “emergencia nacional” para combatir el robo de impuestos en todas sus manifestaciones y recuperar unos 2 o 3 puntos del 8 % PIB, debe ser un eje central para la motivación obrera, social y ciudadana de movilización en la calle. Al menos, respetuosamente, es nuestro criterio. Las organizaciones que nos aglutinamos en la coalición sindical PATRIA JUSTA nos abocaremos en próximos días a analizar con cuidado toda esta situación pero tenemos ya la plena convicción de que el IVA que propone el Gobierno no debe pasar, ni aunque le pongan exenciones, pues solamente castigará más, tributariamente hablando, a quienes sí pagan puntualmente sus tributos, que los pagan en mayor cantidad proporcionalmente hablando y que, precisamente, son los más grandes afectados por el crecimiento de la desigualdad.

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