Nos vemos en las calles

“¡Ah, pero eso es más platilla!” “No, ¡qué va! Nos dijeron que había que producir más porque sino la empresa cerraba y luego nos arreglaban. Aquí estoy esperando. Pero vos sabés. Es que el trabajito hay que cuidarlo mucho y a veces uno tiene que agachar la cabeza. Sobre todo cuando uno tiene tanta deuda. Bueno, pero a ustedes, los empleados públicos, tampoco les fue bien. Les recetaron por decretazo un… ¿2 por ciento o algo así?… Muy parecido a nosotros, en la empresa privada, con 2.63 al mínimo”. “Pues sí. Fue un 2.33 % que no alcanza para nada. Todo el mundo está chivísima pero, como siempre, nadie hace nada”. “Sí, es cierto, nos quejamos y nos quejamos pero nadie hace nada. Y ahora con ese paquete de impuestos, imaginate…”.

“Ay sí. Mirá. Vieras que he leído algo porque vos sabés que a uno como asalariado lo atornillan desde la planilla. Uno no puede escaparse. El otro día leí una columna de un señor muy famoso, se llama don Jorge Guardia Quirós. Creo que es economista. En realidad yo solo compro la Extra pero en la oficina alguien me prestó el artículillo y me quedó clarísimo eso del nuevo paquete de impuestos”. “Pues contame porque en esta carajada de impuestos uno siempre siente que es solo para nosotros, los pobres, porque arriba todo es fiesta”.

“Poné cuidado. Supongamos cuatro personas y digamos que todas reciben lo mismo. Ponele, que cada una tiene como ingreso, digamos 6 millones de pesos al mes”… “Estás loco. ¿Quién gana tanta plata? Sólo los políticos y los empresarios”. “Tranquilo, no jodás. Es para usar el ejemplo del señor que escribió. Sigamos. Cada uno de los cuatro con seis millones al mes. Uno es un capitalista y se llevó la plata fuera de Costa Rica para ponerla a trabajar afuera. Recibe ingresos por eso. Pero, ¡no le cobran nada de impuestos! ¡Fijate! No paga ni cuita, como dice ese señor. ¡Qué risa! El otro, es también otro capitalista pero por esos seis millones devenga intereses, ganancias, dividendos, aquí. A éste lo cazan con un 15 % de impuestos. Aunque es igual que el otro que sacó la plata del país. Veamos el tercero. Un profesional con salario fijo, en planilla.

Más o menos le apean, igual que al capitalista que sí paga. El cuarto caso es el de un profesional, digamos un abogado o un médico por fuera, que trabaja en lo propio, en lo privado. A éste, si lo pezcan (porque la verdad es que porque los tallan tan duro burlan mucho lo que tienen que pagar), le apean un 30 % de impuesto. Te das cuenta. Los ricachones pagan menos plata de impuestos de la que debieran”.

“Mirá. Muy bueno el ejemplo del señor ese”. “Sí, de don Jorge Guardia”. “Vieras que ahí en la universidad donde estudio, porque vos sabés que en las noches estudio, todo el mundo está bravísimo porque ahora nos van a cobrar impuesto. A mí me parece injusto. Porque en esa “u” casi todo el mundo es trabajador, la pulsea en el día y se la juega por la noche a ver si se saca una carrera para progresar uno en la vida. Pero con eso del paquete de impuestos que viene, ¿de dónde vamos a sacar más plata?”.

“Efectivamente, vos tenés razón. En las “u” privadas casi no hay “hijitos de papi y mami” y es mucha la gente de clase trabajadora que hace sacrificios para estudiar porque las “u” públicas no reciben a todo el mundo. Los ricos, por lo general, mandan a sus hijos a otros países a estudiar”. “Sí, es verdad. Es igual que la salud. El otro día me estaba matando un dolor de muela y tuve que sacármela, pagando un médico privado porque, vos sabés, en la Caja hay que esperar y a uno le duele porque uno quiere mucho a la Caja. Por dicha tenía una platilla por ahí pero con el paquete de impuestos que viene me saldría más caro y, la verdad, no puedo faltar al trabajo porque están deseando echarlo a uno. Vos sabés como es la cosa en la empresa privada”.

“Tenés razón. Vieras que el sindicato, ahí en el ministerio nos está dando mucha información. Te cuento. Yo tengo dos casitas, como vos sabés. En la que vivo y otra que alquilo. Así me redondeo la platilla, pago la pensión y veo mi actual hogar. Pues fijate que yo tendría que pagar impuestos por la plata que recibo del alquiler, igualito que el dueño de un “mol” que recibe mucha plata por todos los locales que alquila. Vos creés que es justo que a todos nos traten por igual. A mí me parece que no”.

“Mirá, yo no sé que te diga. Pero aquí en Costa Rica el robo de impuestos es enorme y no necesariamente del lado de uno porque uno no puede burlar pagar impuestos. O se lo rebajan del salario ó se lo cobran de lo que uno compra, el impuesto de ventas. Deberían meter en la cárcel al que se roba los impuestos que cobra; o bien, premiarlo a uno cuando uno denuncie a un ladrón de impuestos y que le den a uno un porcentaje de lo que se evadió. ¿No le parece?”. “¡Huy, qué buena idea!, pero, además, la gente que gana plata fuera del país debería pagar impuestos”.

“Bueno ya te dejo. Me bajo en la próxima. Sigo pensando que hay que hacer algo y mi sindicato está llamando a salir a la calle. Yo voy a ir. Me cuesta mucho ganarme la plata para que me atornillen con más impuestos y ¡con estos aumentitos de salario!”. “Diay, sí. Parece que no queda de otra. Nos vemos en la marcha. Okey”. “¡Pura vida!”.

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“Nos vemos en las calles”

“Pues fijate que en mi caso, del sector Público, huele a congelamiento salarial, a decretazo, y ni siquiera sabemos cuánto nos aumentarán. ¡Qué va! La cosa parece fea para el trabajador”… El diálogo continúa. Se trata de dos trabajadores que son vecinos del mismo barrio.

“Mirá, ¿cómo está eso de los Riesgos del Trabajo? Algo oí”. “Bueno, dicen que si ahora uno sufre un accidente laboral ya no lo atenderán como antes, por eso del TLC. Es más. Yo que trabajo en el gobierno, ya mandaron una circular que ahora van a pagar menos por las incapacidades por riesgos del trabajo. Es del Tesorero Nacional que dice que ya no se pagará el 100 % del salario”.

El diálogo continúa. “¿Viste que viene un paquetazo de impuestos? Como pa’ que no nos falte. Van a subir el impuesto de ventas al 15 %. ¡Qué relajo! Fijate que yo pago renta del salario porque me pezcan en planilla. ¿Y los que no pagan impuestos, ¿qué? ¡Juepuña! Cómo se roban impuestos en este país. Igual que siempre: el rico cada vez más rico y el pobre cada vez más pobre”.

“Por cierto, dicen que uno no puede retirar la plata de la pensión, eso del fondo de capitalización. ¿Qué sabés?”. Mirá, parece que ya sí. Se la querían dejar también pero los sindicatos pegaron el grito al cielo y echaron pa’atrás. A mí esa platilla me dará una gran salvada”. “Pues qué bueno que los sindicatos hicieron eso pues yo cuento con esos cinquillos”.

“Eso no es nada. ¿Sabía que en la asamblea hay un proyecto para meterle al recibo de luz un impuesto de 1.75 % sobre el monto mensual, diz que para el cuerpo de bomberos? Con eso de la apertura del INS y del TLC, que es que van a quebrar?”. “No jodás, ¿en serio?”. “Mirá, no sé vos en tu trabajo, pero vieras que en el mío, como hay sindicato, a uno le informan más. Viene la privatización de la electricidad y los dos pulpos de telecomunicaciones que vienen de afuera, van a estrangular al ICE. ¿Viste que pusieron una millonada de dólares diz que para competir. ¿Vos creés que no nos subirán los recibos del teléfono si esa gente extranjera va a querer recuperar ese montón de plata en dos toques?”.

“Mirá, ¿y qué me decís de las pensiones de la Caja?, ¿va a quebrar el IVM?” “¡Ah! Yo no sé pero hay mucha tela que cortar y la verdad es que ya uno ni sabe cómo va la carajada esa? Todo huele mal”.

…Se avanza más en el diálogo. “En verdad, la cosa está fea para uno. Con eso que está pasando en Europa, echando gente, empleados públicos, en Irlanda, en Grecia y en otros países. Imaginate que aquí ya empezaron a decir que hay que hacer cosas así”. “¿No jodás?”. “¿Claro. Con eso del déficit fiscal… Fijate que el Ministro de Hacienda dice que si no hay reforma tributaria habrá que echar a 31 mil empleados públicos. Eso me lo dijeron en el sindicato, ¡con documento y todo!”. “¡No puede ser! ¿Para adónde vamos?”.

“Yo no sé vos. Pero vieras que en este país si uno no se mueve, no le hacen caso. Vea usted a los agricultores. El lunes salen a la calle. Están llamando. Parece que les quieren meter un gran impuesto a eso de los bienes inmuebles y dicen que no se van a dejar”. “Pues qué bueno. Hay que apoyarlos”. “¡Claro!. Lo que pasa es que todos deberían unirse, los sindicatos, todos los grupos, los maestros, los ecologistas y otros. Viste qué bueno lo de Crucitas. Imaginate a todo el mundo unido. Así como estuvimos con lo del TLC. Yo estuve con el NO, ¿y usted. Fijate que yo estuve en la gigantesca concentración del Paseo Colón. ¿Te acordás?”.

“Pues vieras que yo también voté por el NO y me fui a escondidas a esa manifestación. Como había tanta gente ni lo vieron a uno. Lo que pasa es que la empresa viera usted cómo intimidaron, amenazaron. A la gente le decían que si ganaba el NO ya el lunes no tenían trabajo. Vea usted qué relajo”. “Ah sí. Se acuerda cuando Oscar Arias dijo que si ganaba el Sí uno iba a tener motos BMV y carros Mercedes Benz para quienes tenían Hyundai”…

“Mirá. Lo que pasa es que vos sabés que en la empresa privada si uno habla de sindicato, lo echan. La otra vez, fijate, porque hicieron un escrito para reclamar por el mal estado del comedor, echaron como a veinte. Vieras que tengo un primo que, allá por San Carlos que trabaja en una piñera y,¡juepuña! Dicen que los tratan de una forma… Igual que en las bananeras. ¡Pobre gente! Ahí parece que no hay derechos. Ustedes, los del gobierno, deberían no dejarse y defenderse”.

“Bueno, yo creo que todos, aunque estemos en la empresa privada, debemos defendernos. ¿Qué se yo? Protestar en sábado, en domingo, en el barrio… Es que todo se nos viene encima: no hay aumentos y todo sube; más impuestos; ya ni un accidente de trabajo podemos tener; la luz y el teléfono en manos de extranjeros…”.

“Vos sabés que tenés razón. Deberíamos perder el miedo y hacernos sentir. Pero ojalá que todos los sindicatos se unan y todos los demás grupos porque si no el gobierno siempre gana. Ya sabemos, divide y vencerás. Bueno, te dejo. Aquí me bajo. Avisame cuándo es la primera manifestación”. “Claro. ¡Nos vemos en las calles!…

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