La esencia central de todo el accionar sindical y social que ejecutamos, en el día a día, está marcada por una “hoja estratégica”, misma definida hace ya bastante tiempo pero que, de manera impresionante, parece completamente adecuada, especialmente para la realidad sociopolítica de la Costa Rica de hoy; pero, como es lógico suponer, desde una perspectiva sindical determinada, como lo es la de la corriente en la cual militamos.
Nos dicta nuestra Estrategia Principal lo siguiente: “Interactuar y construir alianzas con diferentes actores políticos y sociales que coincidan con nuestros fines y valores, incluyendo opciones político-partidarias o personalidades relevantes de la vida nacional, si las exigencias del momento así lo determinan”.
Con tal base hemos asumido una posición militante contra la propuesta neoliberal de sus recortes al presupuesto “de la República” para el 2015, que el presente gobierno presentó a la Asamblea Legislativa; situación ésta de gran discusión nacional en las últimas semanas, como nunca antes se había dado en un tema análogo en años anteriores.
Nosotros hemos estado plenamente convencidos de que esa propuesta neoliberal de recortes muestras 4 grandes debilidades: la primera es que para nada resuelven su histérica tesis de control del déficit fiscal, al que ven como el “apocalipsis”. La segunda, pretenden engañar a la población, manipulándola burdamente, al punto de haber destacado una especie de campaña de terrorismo psicológico, satanizando todo lo que tenga que ver con el sector público y con el empleo en el mismo, ocultando que la verdadera esencia del problema fiscal es la naturaleza regresiva del sistema tributario. La tercera, es que tales recortes, tijeretazos y hachazos en contra del presupuesto del 2015, han sido irreflexivos, antojadizos, irresponsables, sin ton ni son; llegando al ridículo de recortar partidas en montos superiores al presentado por el Poder Ejecutivo.
Y cuarto, que es lo que detallaremos seguidamente, los recortes pretendidos afectarían a una serie de programas ministeriales que ya de por sí, venían siendo debilitados por esta estrategia de recortes presupuestarios de sesgo neoliberal aplicados en gobiernos anteriores; y, por otro, recortes de partidas de orden social destinadas a poblaciones en situación de pobreza y vulnerabilidad social, que son de las más afectadas por el crecimiento de la desigualdad en el país.
Tal y como fue planteado de manera oficial, a nivel de la coalición sindical PATRIA JUSTA, la perspectiva general de los recortes neoliberales pretendidos por los neoliberales al presupuesto del 2015, promovidos por sus agentes parlamentarios son, entre otras, decisiones desacertadas que si se concretaran, nos han de sumir en un caos creciente; y, de manera evidente, alimentar escenarios de confrontación en el corto plazo:
QUITARLE un centavo de lo presupuestado para la atención de la niñez en los CEN-CINAI y otros programas sociales del Ministerio de Salud;
GOLPEAR la ya maltrecha situación financiera del Sistema Penitenciario Nacional, en cuyo seno cada vez ingresa más gente pero con menos gente y menos plata para atender a la población penal recluida;
AGRAVAR posibilidades para impulsar políticas de empleo (especialmente, el juvenil);
DEBILITAR las labores de protección del patrimonio ecológico y ambiental del país;
PRECARIZAR los sistemas informáticos para el control de la espantosa evasión y elusión fiscales;
CERRAR la posibilidad de mantener algo de los valores culturales patrios y del patrimonio histórico-arqueológico del país;
PARALIZAR programas destinados a la rehabilitación social de personas excluidas por situaciones psicosociales de pobreza extrema;
DESFINANCIAR la gestión policial de seguridad ciudadana en momentos en que la violencia delictiva y el crimen organizado parece que están fuera de control;
REDUCIR al mínimo el control migratorio en los puestos fronterizos;
RESTRINGIR las posibilidades de la estadística y los censos tan vitales en la constatación del crecimiento de la desigualdad creciente;
IMPEDIR el fortalecimiento de la política pública para el relanzamiento de la agricultura nacional y de los sectores productivos de la pequeña y mediana empresa agropecuaria;
DESESTIMULAR el emprendedurismo bajo los conceptos de la Economía Social de tan necesidad estratégica para conectar el mercado interno con el externo y lograr una economía de dos motores trabajando a la misma velocidad.
Realmente no puede admitirse que los neoliberales y sus agentes parlamentarios se “salgan con la suya”, toda vez que cada una de las mencionadas circunstancias requieren de los recursos presupuestados para atenuar el impacto negativo que está teniendo en nuestra sociedad, la consolidación de la desigualdad como el problema número uno que nos aqueja como país.
Quitarle los recursos presupuestarios a cada una de esas políticas públicas, constituye una especie de “crimen social”; cuando, por el contrario, lo que corresponde es centrar toda la acción estatal con su máxima voluntad política para reparar en lo siguiente.
1) Cómo enfrentar la evasión y la elusión tributarias, en todas sus formas, legales e ilegales, que está llegando a casi el 8 % del Producto Interno Bruto (PIB).
2) Atacar los privilegios establecidos en los diversos sistemas de exenciones y de exoneraciones que, sin satanizarlas completamente, rondan, prácticamente, 6 puntos de PIB.
3) Auscultar, profundamente, la naturaleza de la deuda pública, con entidades nacionales e internacionales, para saber cuánto es la realidad de la misma, por qué se pagan tantos intereses, quienes son los beneficiarios directos e indirectos de esa deuda; y, paralelamente, pensarse en escenarios de reestructuración para aliviar la carga de la misma sobre el presupuesto.
4) Emprender el camino nacional estratégico hacia una Transformación Tributaria Estructural, para lo cual y desde nuestra perspectiva social y sindical nos venimos preparando hace ya bastante tiempo con nuestra propuesta “Hacia una reforma fiscal para el desarrollo y la reactivación del empleo”.
Evidentemente, toda esta discusión sobre el presupuesto “de la República” para el 2015 es un episodio más del escenario confrontacional de dos visiones de desarrollo que disputan la hegemonía total del control de la sociedad. Por un lado, la neoliberal, que no termina por imponerse del todo. Por otro, la social, que si bien tiene a su oponente relativamente frenada, no logra todavía ser la dominante debido a una serie de problemas de articulación de la más diversa especie.
Las dos visiones en choque, las que se enfrentaron en el combo ICE, en Riteve, en el TLC con Estados Unidos; y en las elecciones presidenciales del 2006, 2014 y 2014, siguen colisionando la una con la otra. La discusión del presupuesto “de la República” para el 2015, no es más que otro episodio de ese choque de hegemonías en pugna: la que expresa los intereses de “los de arriba”, y la que hace lo mismo con los intereses “de los de abajo”.