Albino Vargas Barrantes, Secretario General ANEP
“…Que veinte años no es nada”: Nos inspiramos en esta frase contenida en la letra del inmortal tango “Volver”, cantado por el no menos inmortal Carlos Gardel, para hacer alusión a que, luego de los ya históricos acontecimientos de lucha cívico-social y sindical del año 2000, contra la venta-privatización del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), la gesta patriótica del Combo ICE; surgió a la vida política del país un fenómeno partidario, conocido luego como el Partido Acción Ciudadana (PAC); que vino a quebrar el, hasta ese momento, hegemónicamente vigente bipartidismo clásico reinante en la vida pública nacional, constituido por los partidos Liberación Nacional (PLN) y Unidad Social Cristiana (PUSC).
Recordemos que ambos partidos constituyeron corrientes de pensamiento (no las únicas, por supuesto), herederas de un gran proceso histórico que Costa Riva vivió en los años 40 del pasado siglo XX; el cual desembocó en los acontecimientos bélicos entre costarricenses, conocidos como la Guerra Civil de 1948 y la posterior instauración de una dictadura, a cargo de José Figueres Ferrer (Don Pepe), de dieciocho meses de duración, para dar paso a lo que la historia oficial denomina como la Segunda República.
Posteriormente, ambos se fundirían ideológicamente, adoptando los postulados dogmáticos del Consenso de Washington, el comúnmente denominado neoliberalismo; renunciando uno, el PLN, a su filosofía socialdemócrata; y el otro, el PUSC, a su ideario básico inspirado en el humanismo cristiano y en la Doctrina Social de la Iglesia Católica.
El pueblo costarricense, en su imaginario colectivo, los fundió en uno solo: el PLUSC (Partido Liberación-Unidad Social Cristiana), al quedar reducidos a meras maquinarias electorales, reparte-puestos públicos y soporte para grandes negocios con la cosa pública contaminada de corrupción.
“…Que veinte años no es nada”. Fundado en diciembre del año 2000 e, indudablemente, hijo político del combo ICE, el Partido Acción Ciudadana (PAC), representó para muchísimas personas la renovación de la credibilidad en la política-partidista; para otro gran número, la recuperación de la senda de desarrollo con inclusión y con movilidad social que habíase convertido en un distintivo costarricense en medio de una conflictiva región centro y latinoamericana marcada por la sangre de conflictos civiles, dictaduras y regímenes militares. Otros, bastantes, creyeron que el PAC sería la nueva socialdemocracia costarricense, al haber el PLN prostituido su filosofía original y haberse entregado a ser receptor del ideario anti-estatista de signo neoliberal.
Fundamentalmente, resaltó la circunstancia de que el PAC había nacido para la recuperación de la esencia de un servicio público transparente, de confrontación total a la corrupción y de imperio de la ética; vicios de la cosa pública que con gran descaro caracterizaron al PLUSC.
“…Que veinte años no es nada”. Hoy, a mitad de camino de su segunda gestión gubernativa (conocido ya qué fue lo acontecido en su primera administración ejecutiva); con un mandatario completamente descreditado, desprestigiado y en medio de una soledad política pasmosa, aislado ante un sonado caso de espionaje presidencial que, presuntamente, él mismo ordenó ejecutar; las muletas políticas que llegan para sacarlo del lodazal de la impopularidad y del rechazo ciudadano, ahora más extendido que nunca, nos ponen en un regreso al pasado.
La llegada política a Casa Presidencial del “trío de los RO”: ROdolfo Méndez Mata, ROdrigo Arias Sánchez y ROlando Laclé Castro; para que los tres saquen del bache en que la misma se encuentra por su cadena de yerros, su pésima estrategia de comunicación y por la gravedad de las revelaciones del escándalo de espionaje UPAD; marcan el entierro político-simbólico del Partido Acción Ciudadana (PAC); pues esos señores han sido categorizados como figuras emblemáticas de la transmutación de los partidos PLN y PUSC en el PLUSC, cuyos modos de hacer política fueron radicalmente rechazados por los postulados fundacionales del PAC.
Nos preguntamos: ¿qué podrían estar sintiendo en estos mismos momentos todo ese conglomerado ciudadano limpio, harto del PLUSC, al contemplar cómo su segundo presidente entrega el comando ejecutivo a personeros claves de ese bipartidismo clásico tan repudiado por el PAC? ¿Es que acaso no se sienten traicionados?
“…Que veinte años no es nada”: En estos veinte años del PAC, entonces, ¡nada cambió! Ese es el mensaje que nos deja la conformación de esa especie de “Junta de Gobierno”, con toda la carga ideológica que representan esas tres personas, los grupos económicos a los cuales pertenecen, las matrices mediáticas del corporativismo del negocio de las noticias que les respaldan, así como las férreas posiciones que siempre han estado promoviendo esos señores, para profundizar la puesta en práctica en nuestro país, de manera total, de los postulados del Consenso de Washington; incluido, por supuesto, la privatización-venta de los mejores activos-empresas públicas que todavía quedan en manos del pueblo costarricense.
Con ocasión de las alianzas político-partidistas que el señor Carlos Alvarado Quesada llevó a cabo para lograr ganar la Presidencia de la República en segunda vuelta electoral, en abril de 2018; apuntamos nosotros que esas “malas compañías”, lo hicieron cometer una gran estafa política; estafa política que hoy queda completamente al desnudo, totalmente expuesta, pues el “trío de los RO”, no significa más que el relanzamiento de la política del bipartidismo clásico que tanto repudio popular había concitado como para dar vía y viabilidad, hace 20 años, al surgimiento del PAC.
Así las cosas, teniendo como inspiración al tango de Carlos Gardel, hay que decir “…Que veinte años no es nada”: