Patria Justa, conjunto de organizaciones sindicales sumamente representativas, coaligadas en alianza estratégica, dejamos pública felicitación para los compañeros y para las compañeras del sindicato SINTRAJAP, así como a toda la población trabajadora de JAPDEVA, por su desempeño en esta nueva fase, la huelga que acaba de ser suspendida; en el marco de una sostenida lucha que han venido desplegando durante ya bastante tiempo y con sólidos argumentos, en contra de que los principales muelles del país sean entregados al voraz capital transnacional, intermediando para ello procesos jurídico-legales contaminados de una visión de país excluyente que no es la del bien común.
Patria Justa está consciente de que la lucha de SINTRAJAP se ha estado desplegando en un medio totalmente adverso, enfrentando una descomunal conjunción de fuerzas mediático-políticos y corporativo-empresariales que tienen como objetivo estratégico la eliminación total de una concepción social de Estado a favor de la inclusión y en contra de la desigualdad.
Patria Justa, particularmente en la huelga que acaba de ser suspendida, constató la virulencia y la agresión de corte mediático en contra de este movimiento, insólitamente promovido, desde la visión sindical, para que se diera la libre competencia en la actividad muellera del Atlántico. Igualmente, notamos elementos de racismo que condenamos con energía.
Patria Justa se congratula de haberle dado a SINTRAJAP una solidaridad activa y concreta, dentro de nuestras posibilidades, apoyando su lucha sin mezquindades ni sectarismos; materializando nuestro aporte en diversos ámbitos de una solidaridad real, no panfletaria. Lo seguiremos haciendo.
Patria Justa celebra la apertura del diálogo en nuevas condiciones con la acertada participación de la Defensoría de los Habitantes de la República.
Patria Justa exhorta al Gobierno de la República y, particularmente, al señor Presidente de la República, don Luis Guillermo Solís Rivera, para que se honre con total contundencia su compromiso electoral de revisar el clausulado leonino de un contrato expoliador de un patrimonio nacional como lo son los muelles de Limón y de Moín.