Pensiones IVM-CCSS: ¿A la quiebra?

Con mucho agrado hemos recibido la noticia de que la actual junta directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), mandó al cajón de la basura el “estudio” actuarial que sobre la sostenibilidad presente y futura de las finanzas del más importante régimen de pensiones del país, el de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), se le había contratado a don Eduardo Melinsky, ciudadano de nacionalidad argentina.

Tal “estudio” pretendió vendernos una visión catastrofista de la situación financiera del IVM, al mejor estilo de esas campañas del miedo que suelen promover actores político-mediáticos al servicio del capital oligárquico-neoliberal.

Confesamos que en algún momento de toda esta situación, creímos que en esto del IVM-CCSS también había llegado “el fin de los tiempos”; al igual que como nos lo han venido intentando meter en nuestras cabezas, en la temática del déficit fiscal y el presupuesto nacional; mediando, en ambos casos, una sofisticada operación mediático-psicológica de evidente intencionalidad ideológica.

Según el mencionado “estudio”, se nos venía indicando que el IVM para el año 2023 estaría quebrado; que el aporte conjunto obrero-patronal debía pasar de un 8.50 % a un 20 %; que, además, había que aumentar las cuotas por jubilación de 300 a 360; y que en el caso de pensión por vejez sin haber completado las cotizaciones, de 180 a 240.

Este escenario catastrofista del ahora “despedido” consultor argentino, había venido recibiendo el apoyo político incondicional del anterior jerarca de la Superintendencia de Pensiones (Supen), hoy también “despedido”; y ambos, con el apoyo del latifundio mediático insignia del capital oligárquico-neoliberal, que habían diseñado toda una estrategia para conducir al IVM al espacio privado de las pensiones pretendiendo darle un mayor peso (aportando los fondos y el control de este régimen), a la hegemonía del capital financiero en la conducción de la cosa pública del país.

Ahora parece abrirse otro escenario con esta acertada decisión de la directiva de la Caja. Decisión que viene con un “postrecito”: tal y como lo tituló el Diario Extra (el de mayor circulación del país), en su edición del pasado sábado 29 de agosto de 2015, “Ni un cinco a Melinski por estudio del IVM”.

Es decir, no habrá que pagar un solo centavo de los 125 mil dólares cobrados por este señor por su “estudio”, ahora mandado al cajón de la basura por no reunir los requisitos técnicos ni metodológicos necesarios, para valuaciones actuariales de sistemas de seguridad social, a criterio de la Gerencia de Pensiones de la CCSS.

Con los aportes de la Escuela de Matemática de la Universidad de Costa Rica (UCR), además de tener el aval metodológico de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la CCSS podrá ahora utilizar sus propios estudios actuariales para, con visión de corto, de mediano y de largo plazo, diseñar las medidas necesarias para darle una mayor sostenibilidad financiera al régimen IVM, más allá del año 2044; fecha en la cual se supone se agotaría su actual esquema financiero y de reservas. No en el año 2023, como querían imponernos los abanderados de la privatización del IVM-CCSS.

Como sabemos, el IVM-CCSS es el más importante sistema de pensiones de nuestro país y, junto con el seguro de salud, Enfermedad y Maternidad, son los pilares fundamentales y estratégicos del Sistema de Seguridad Social del pueblo costarricense.

224 mil compatriotas reciben su pensión del IVM-CCCS; para él cotizan hoy en día casi millón y medio de personas trabajadoras activas. Y, en lo que podría concebirse como la meta estratégica de quienes quieren privatizarlo, tiene una reserva de 1 billón 900 mil millones de colones. En cifras: ¢1.900.000.000.000.00. ¡Casi 7 puntos de Producto Interno Bruto (PIB)!. ¿Cómo no va ser tentador para el capital financiero-bancario de signo neoliberal poder tener acceso y manejar semejante cantidad de plata?…

Si bien, repetimos, celebramos la decisión de la actual Junta Directiva de la Caja, estimamos que el proceso de ahora en adelante debe ser participativo para construir esas decisiones de corto, de mediano y de largo plazo en torno a la sostenibilidad futura del IVM.

Según entendemos, en el corto plazo, por ejemplo, se pretende tomar decisiones unilaterales que no involucren a los participantes-firmantes de los acuerdos multisectoriales del 2005, lo que vemos como un error.

A diez años, todo el mundo concuerda en que la desigualdad, en sus diversas manifestaciones, es más profunda y dramática; desigualdad que, por supuesto, viene castigando, severamente, a gran parte de esos 1.5 millón de personas trabajadores cotizantes del IVM-CCSS. Por tanto, es preciso tomar en cuenta a los principales actores que tienen que ver él.

Desde la corriente sindical que representamos, hemos de destacar el aporte que en el marco del Colectivo Sindical Latinoamericanista PATRIA JUSTA, han venido dando el Sindicato Nacional de Enfermería (SINAE), así como la propia Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP); alianza de trabajo que se fortaleció para esta lucha social a favor del IVM-CCSS, con el aporte brindado por la Confederación de Trabajadores Rerum Novarum (CTRN). Quedamos en guardia.

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