El pasado 2 de noviembre la transnacional TELEFONICA tomó el control de la operadora estatal Colombia Telecomunicaciones (TELECOM), culminando un proceso de subasta donde derrotó en la puja al magnate mexicano Carlos Slim, al ofrecer $368 millones de dólares.
Para el diputado del Frente Amplio, José Merino del Río, esta noticia es lamentable para el pueblo colombiano pero al mismo tiempo oportuna para contrastar con las verdaderas intenciones del presidente Arias, al anunciar su propósito de acabar con los “monopolios públicos”, como el del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) sobre la electricidad y las telecomunicaciones.
El diputado Merino dijo que el proceso de apertura de mercados en Colombia es muy parecido al que se proponen seguir en Costa Rica para destruir el ICE, por lo que analizar sus consecuencias es muy útil.
“En Colombia se abrieron primero los mercados de los segmentos más rentables de las telecomunicaciones, llevando a la estatal TELECOM a una situación financiera insostenible al no poder enfrentar la competencia de las transnacionales en servicios de telefonía celular, afectando sus números en servicio de larga distancia nacional y local”, agregó.
En el transcurso del tiempo esta situación llevó a varias reorganizaciones de TELECOM, hasta que finalmente el gobierno ha tenido que entregarla a una transnacional, que pasa a controlar 2,6 millones de clientes de telefonía fija y móvil, una cuota del 60% en las llamadas de larga distancia, acceso a la banda ancha y el cable submarino, toda la infraestructura incluyendo una red de fibra óptica de más 5.800 kilómetros en toda Colombia y unos ingresos fiscales de $900 millones en el 2005, aparte de que TELEFÓNICA ya era el segundo operador en telefonía celular, continuó diciendo.
Según el legislador del Frente Amplio los proyectos que afectan al ICE, y que son parte de la agenda complementaria del TLC, establecen una ruta parecida a la de Colombia para Costa Rica. “Primero abren los mercados mientras mantienen amarrado al llamado “operador importante o dominante” del Estado; y luego cuando éste llega después de varios años a la asfixia financiera lo venden entero o en partes, a alguna de las dos transnacionales que se están repartiendo el mercado latinoamericano”.
“Se pasa así de monopolios públicos, que actúan según los principios de la solidaridad y la universidad ofreciendo tarifas bajas al usuario y servicios de alta calidad como en el caso del ICE, al dominio de monopolios u oligopolios privados cuyo fin principal es la ganancia, unas utilidades que además no se quedan en el país”, señaló el diputado Merino y afirmó que cada vez es más evidente que este es el verdadero propósito del presidente Arias interesado en favorecer a las transnacionales y en destruir instituciones históricas que han contribuido al desarrollo económico y social de Costa Rica.