Uno de los colectivos laborales más agredidos de los últimos tiempos, de las más diversas formas y con la utilización de los más innobles e infames argumentos, es de los trabajadores y de las trabajadoras de la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE).
En el marco de la actual campaña de agresión contra el empleo público, contra todo el empleo público, misma que es ejecutada por la prensa del gran capital oligárquico-neoliberal y sus dos principales latifundios mediáticos; el personal de RECOPE ha sufrido una especie de ejecución sumaria ante la opinión pública nacional; criminalizándoseles, socialmente hablando, sin reparo alguno.
Los elementos de terrorismo ideológico y de agresión psicológica presentes en la indicada campaña, muestran peligrosos niveles de hostilidad en el caso del personal de RECOPE que hace que sus propias vidas estén en riesgo.
Del linchamiento político-mediático del que han sido víctimas, a la agresión física directa, incluso para sus propias familias, hay tan solo un paso. La turba que ha ido en varias ocasiones hasta la sede central de RECOPE, en los últimos días, muestra comportamientos en tal dirección.
La actual dirigencia sindical de RECOPE, nos consta, tiene una perspectiva radicalmente distinta con relación al presente y futuro de esta empresa pública, tanto en lo que concierne al actual sistema de relaciones laborales como a su propia institucionalidad. Hay disposición para ponerlo todo en mesa y discutir sobre todo lo concerniente a la RECOPE de hoy y la del futuro.
Pero la cruzada contra el empleo público es tan extremista y fundamentalista que no da espacio para ninguna discusión civilizada. Un diputado al servicio de la misma (por cierto, tres veces frustrado en su aspiración presidencial), lo dijo contundentemente: “de los salarios, horas extra, anualidades y dedicación exclusiva, el 95% es plata botada”.
Como bien dice la Universidad de Costa Rica (UCR), “los defensores de estos intereses promueven un modelo económico que concentra la riqueza en pocas manos…”; “…y responden a intereses disfrazados de algunos sectores políticos, económicos y mediáticos, cuyo propósito es confundir a la ciudadanía para lograr el desprestigio y desmantelamiento del Estado social costarricense, fruto de las múltiples luchas sociales de las y los costarricenses”. (Pronunciamiento del Consejo Universitario de la UCR, sesión No. 5913, del viernes 17 de julio de 2015).
Volviendo al caso de RECOPE, lo que no se vale es insistir en la mentira de que los precios de los combustibles son altos debido a los salarios que le paga a su personal; cuando la real verdad es que eso se debe a la gran carga tributario-impositiva que pesa sobre los mismos; alta carga de impuestos que se genera, a su vez, porque Costa Rica tiene el peor sistema tributario de la América Latina (según el propio Banco Interamericano de Desarrollo BID); grave injusticia que hace que paguen más, proporcionalmente hablando, los que menos tienen; y, grave injusticia que ha generado que sea el 2% de la población el que tenga concentrada la riqueza nacional (según el prestigioso Estado de la Nación).
Por otra parte, el real interés, el de fondo, el oculto, es que RECOPE desaparezca del mercado nacional de la importación, la refinación y la distribución de combustibles. Las concepciones neoliberales que siguen prevaleciendo como hegemonía política dominante en el país, estiman que es una herejía que el Estado tenga que ver con la provisión de servicios de energía.
Por tanto, a RECOPE y al propio ICE-Electricidad debe sacárseles del mercado, debe exterminárseles, arruinárseles, desaparecérseles; pero primero, desprestigiemos y descalifiquemos a su personal, minémosle su moral, echémosle a la gente encima, quemémosle en la hoguera del odio, la que ya han prendido.
Respetuosamente exhortamos a quienes laboran para RECOPE a manifestarse, públicamente, junto a sus familias y a sus seres queridos. Deben todos y todas salir con la frente en alto, para reclamar respeto para su trabajo honesto y decente; deben rechazar, pacíficamente pero con contundencia cívica, la criminalización social que están siendo víctimas; así como deben rechazar el linchamiento político que el sicariato mediático del gran capital les ha venido haciendo.
El próximo lunes 27 de julio de 2015 es una excelente ocasión para que salgan a defender su honor, como lo van a hacer sus colegas trabajadores y trabajadoras del ICE, igualmente vilipendiados.