Sale Wolfowitz entra Zoellick

La dimisión del que fue Subsecretario de Defensa del presidente George W. Bush y ha sido calificado como el arquitecto de la guerra de Iraq, se produjo por razones evidentes de nepotismo.

Wolfowitz le aumentó varias veces, y mas allá de los límites permitidos, el salario a su novia Shaha Ali Riza, que era funcionaria del Banco y hacía consultorías a una empresa privada asesora del Pentágono, sin informar de ello a la institución como lo exigen las reglas de la organización. El salario de Shaha antes de abandonar su puesto era de $193.590 anuales libres de impuestos.

Ante estos hechos la renuncia era inevitable. La actuación del presidente no podía ser tolerada en una institución que tiene un Departamento de Integridad Institucional para investigar los casos internos de fraude y soborno y que ha definido la corrupción “como el obstáculo más importante para el desarrollo social y económico”.

Hacer la vista gorda y prestar oídos sordos a los acontecimientos, a pesar del respaldo brindado por la Casa Blanca, hubiera ocasionado una mayor pérdida de credibilidad y erosionado aún más el prestigio de una institución que no goza de buena fama en muchos círculos que consideran que impulsa programas de liberalización de mercados y apertura comercial que tienen importantes costos sociales para las naciones subdesarrolladas, y fomenta políticas que benefician los intereses de los países industrializados, desestimulando intentos autónomos de desarrollo.

Además, la drástica reducción del financiamiento del Banco a los países más pobres en los últimos años, que se ha contraído en un 90% en menos de una década, según Justin Fox de la revista Time, constituye un factor que también incide de manera negativa en la opinión que actualmente se tiene del organismo financiero internacional.

Pocos días han transcurrido desde la dimisión de Wolfowitz, pero Washington ya designó sucesor. Se trata de Robert Zoellick, presentado oficialmente como candidato por el presidente Bush. Solo resta la ratificación por parte del Consejo Ejecutivo de la institución.

Zoellick tiene un amplio expediente tanto en el sector privado como en el gobierno. Fue ejecutivo del banco de inversión Goldman Sachs y consultor de la empresa Enron. Se desempeñó como funcionario del Tesoro y fue Representante Comercial de Estados Unidos y principal impulsor del Tratado de Libre Comercio con las naciones centroamericanas y República Dominicana. Más recientemente ocupó el cargo de Subsecretario de Estado al que renunció hace pocos meses.

Zoellick es considerado, al igual que su predecesor, como una de las figuras destacadas del movimiento neoconservador de Estados Unidos, que promueve la visión del “Proyecto del Nuevo Siglo Americano” cuyo propósito es fortalecer el liderazgo usamericano a nivel mundial.

Desde esta perspectiva, se puede afirmar que la salida de Wolfowitz y la entrada de Zoellick no modificará la política del Banco Mundial, ni el papel que la institución cumple desde la óptica estadounidense.

6/1/2007

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