Segunda ronda: una posición sindical

“Hacemos un llamado al pueblo trabajador para que asista a las urnas electorales el domingo primero de abril; y para que no dé paso a manifestaciones que por la coyuntura electoral nos dividan, incentivando el odio en el debate, exhortando a desterrar cualquier tipo de discriminación por las opiniones diferentes que se tengan, respetando las opiniones de cada cual; pero entendiendo que después del primero de abril, como clase trabajadora, tenemos una gran cantidad de desafíos que nos unen, para lograr que el nuevo gobernarte y la nueva Asamblea Legislativa, respeten la dignidad del trabajador, los derechos laborales conquistados, así como la necesidad de mayor justicia y equidad social en nuestro país, con mayor democracia participativa”.

El anterior párrafo forma parte de un acuerdo reciente de la Junta Directiva Nacional (JDN) de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), mismo que está siendo compartido en estos momentos en el seno de las bases laborales y dirigentes de esta organización; tanto como al interior de las organizaciones sindicales conformantes, junto con ANEP, del Colectivo Sindical Patria Justa.

Efectivamente, estamos dirigiendo nuestro mayor esfuerzo por estos cruciales días previos a la elección presidencial de segunda ronda en importantísimo conglomerados laborales del amplio universo de la clase trabajadora asalariada del sector Público, compuesta por unas 330 mil personas y sus familias.

Nos hemos propuesto que nuestras valoraciones sociopolíticas de cara a una de las decisiones electorales más relevantes de los últimos tiempos puedan ser consideradas por, al menos, unas 200 mil personas trabajadoras votantes en los trascendentales días y horas por venir antes del domingo 1 de abril; guardando las restricciones jurídico-legales del caso en cuanto a la prohibición a los sindicatos de realizar proselitismo partidista-electoral.

Ahora bien, son muchos años de lucha obrera bajo las concepciones del Sindicalismo Sociopolítico y bastante tiempo acumulamos ya en el estudio de los más relevantes problemas nacionales, generando una multiplicidad de propuestas alternativas a las concepciones extremistas del mercado total, mismas que ansían el exterminio total de lo que todavía nos queda como Estado Social de Derecho; ese que fuera construido con aportes filosófico-ideológicos y político-programáticos de contenidos liberales, socialistas, humanista-cristianos y socialdemócratas.

Nos parece que estas dos concepciones confrontadas hace tiempo en nuestra sociedad, el mercado total vs. el Estado social, de un modo u otro, están presentes en esta fase aguda del proceso electoral presidencial de segunda ronda.

Como persona votante, como persona trabajadora, como persona informada, usted puede estar de acuerdo o no puede estar de acuerdo con este enfoque nuestro. La Democracia nos permite tener los más amplios criterios al respecto; como éstos que indicamos, es decir, los dos polos de esa confrontación (en uno o en otro sentido), o bien, otros radicalmente distintos.

Ahora bien, sin importar cuál será la decisión mayoritaria y definitiva del domingo 1 de abril, corresponde tomar nota del siguiente planteamiento sindical, formulado con gran respeto y vehemencia: “La Junta Directiva Nacional de la ANEP hace un llamado vehemente a todas las organizaciones del movimiento sindical, del movimiento social, del movimiento popular, para que nos articulemos en una nueva coalición civil, social, sindical; para hacer valer todas aquellas propuestas que tengan que ver con el combate real a la pobreza, con la reducción de las desigualdades, con la movilidad social, con el bien común, con empleo de calidad, con respeto a los derechos laborales según la política de Trabajo Decente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ya adoptada en Costa Rica como política de Estado; con pleno respeto a los Derechos Humanos, contra la desigualdad y contra la concentración de la riqueza”. Este llamado es suscrito, al ciento por ciento, por el Colectivo Sindical Patria Justa.

Pese a la gran polarización que ha venido afectando el presente proceso electoral, el asunto del déficit fiscal está incrementando su visibilidad público-mediática de forma tal que parece estar ya alineando en una única dirección a la clase política de uno y otro signo electoral (con honrosas excepciones); por tanto, debemos tomar nota de este otro contenido de la ya citada declaración sindical de la directiva de la ANEP:

“Creemos que debe haber un gran diálogo social, con participación política y participación social para atender el problema del déficit fiscal.

Rechazamos, una vez más, que al pueblo trabajador se responsabilice del déficit fiscal. Existen soluciones alternativas para resolver el déficit fiscal, sin caer en más precarización del empleo, sin caer en más reducción de presupuesto para programas sociales, sin caer en más deterioro de los servicios de seguridad ciudadana, sin caer en eventuales despidos masivos en la administración pública; todo ello producto de reglas fiscalistas, extremistas, que sólo generan, más miseria, más dolor y más confrontación social”.

Lo que sigue después del domingo 1 de abril exigirá de parte de la clase trabajadora y sus organizaciones un gran protagonismo. Ojalá estemos a la altura de semejante desafío.

*Secretario general
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)

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