TLC, Tribunal, Referéndum y “Dictocracia”

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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El ciudadano Bolívar Murillo Chacón, profesional en Ciencias Sociales y que hoy se dedica a la actividad comercial, nos llamó para expresarnos su indignación y su enojo por las diversas acciones de despotismo, autoritarismo y prepotencia que ejecuta el régimen de los hermanos Arias Sánchez; a fin de realizar con “éxito” la tarea que les fue encomendada por la oligarquía neoliberal de “los quita y pone presidentes”, cual es la de aprobar el TLC, contra viento y marea, aunque sea pervirtiendo la institucionalidad republicana de la “división” de poderes, en la cual fuimos educados todos._ “División de poderes”_ que hoy es una falacia.

Para el compatriota Bolívar Murillo Chacón estamos viviendo los tiempos de la “dictocracia”, que es el vocablo que él acuñó para definir el sistema de directrices políticas que desde Llorente, Rohrmoser y Zapote se giran a los jerarcas de los otrora “supremos” poderes, para que acomoden directrices, decretos, leyes y fallos que permitan imponerle al pueblo costarricense el nefasto TLC.

Pasando por la reelección presidencial decidida en el más alto tribunal de la República, con la anulación total del parlamento; hasta el más reciente fallo del tribunal electoral que rechazó la iniciativa ciudadana para el referéndum sobre el TLC; la “dictocracia” parece funcionar a la perfección. Se hace “honor” así a la hoy ya famosa expresión del señor Oscar Arias Sánchez cuando era candidato presidencial, de que en Costa Rica se ocupaba una “tiranía en la democracia” (La Prensa Libre, 3 de setiembre de 2005, página 5).

La “dictocracia”, que ya hoy debemos proponer como la definición del concepto de “tiranía en la democracia”, para que se incluya como nuevo vocablo en la terminología de la ciencia política; obliga al más amplio despliegue de la resistencia ciudadana para rescatar la institucionalidad republicana pervertida por el insano interés mezquino de los grandes negocios de unos cuantos, en contra del bien común.

A la “dictocracia” debemos oponerle el Derecho de Rebelión, que no es más ni menos que la movilización cívica para el rescate de la democracia, ejerciendo de manera activa el Referéndum de la Calle.

La oligarquía neoliberal criolla pro TLC, con su prensa de los “quita y pone presidentes”, aliada hoy con lo más sanguinario del capital centroamericano (que se vino al país a reproducirse aceleradamente porque en sus respectivos países ya nada queda por saquear y sus pueblos llevados a la miseria más extrema no tienen ningún poder de compra ni de consumo); se está jugando su última carta para consolidar la imposición de su visión de país a las amplias mayorías del pueblo costarricense. Esa última carta es el referéndum del TLC, para el cual están fraguando todas las condiciones que les permita_ “controlarlo”_.

Es por eso que, entre otros factores, tenemos que ejecutar en las urnas electorales ese sagrado Derecho de Rebelión, para liberar a nuestra querida Patria de consecuencias más perversas todavía, en el gobierno de la “dictocracia”. Y estamos convencidos de que será necesario salir a las calles, a lo largo y a lo ancho del país, antes de la realización del referéndum del TLC, para lograr un marco de condiciones de equidad y de paridad en esta estratégica consulta democrática.

Sigamos adelante. Aunque ellos tengan la plata, tengan su tribunal (ese que permite que una magistrada se vaya para la casa a redactar fallos como el del referéndum), y tengan su propia prensa; del lado de nosotros está la razón, el conocimiento, la verdad, la mística, el compromiso, la sencillez, la militancia y la honorabilidad.

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